Translate

terça-feira, 2 de março de 2010

MESTRES E CONTOS ZEN


EL MAESTRO ZEN Y EL GATO



Un gran maestro zen budista, responsable por el monasterio de Mayu Kagi, tenía un gato, que era la verdadera pasión de su vida. Así, durante las aulas de meditación, mantenía el gato a su lado - para disfrutar lo más posible de su compañía.
Cierta mañana, el maestro - que ya estaba bastante viejo - apareció muerto. El discípulo más reconocido ocupó su lugar.
- ¿Que vamos a hacer con el gato? - preguntaron los otros monjes.
En un homenaje al recuerdo de su antiguo instructor, el nuevo maestro decidió permitir que el gato continuase frecuentando las aulas de budismo zen.
Algunos discípulos de monasterios vecinos, que viajaban mucho por la región, descubrieron que, en uno de los más afamados templos del lugar, un gato participaba de las meditaciones. La historia comenzó a correr.
Muchos años pasaron. El gato murió, pero los alumnos del monasterio estaban tan acostumbrados a su presencia, que trajeron otro gato. Mientras tanto, los otros templos comenzaron a introducir gatos en sus meditaciones: creían que el gato era el verdadero responsable por la fama y la calidad de la enseñanza de Mayu Kagi y se olvidaban que el antiguo maestro era un excelente instructor.
Una generación transcurrió y comenzaron a surgir tratados técnicos sobre la importancia del gato en la meditación zen. Un profesor universitario desarrolló una tesis - aceptada por la comunidad académica - que el felino tenía la capacidad de aumentar la concentración humana y eliminar las energías negativas.
Y así, durante un siglo, el gato fue considerado como parte esencial en el estudio del budismo zen en aquella región.
Hasta que un día, apareció un maestro que tenía alergia al pelo de animales domésticos y resolvió retirar al gato de sus prácticas diarias con los alumnos.
Hubo una importante reacción negativa - pero el maestro insistió. Como era un excelente instructor, los alumnos continuaban con el mismo rendimiento escolar, a pesar de la ausencia del gato.
Poco a poco, los monasterios - siempre en busca de ideas nuevas, y ya cansados de tener que alimentar tantos gatos - fueron eliminando los animales de las aulas de clase. En veinte años, comenzaron a surgir nuevas tesis revolucionarias - con títulos convincentes como "La importancia de la meditación zen, sin el gato", o "Equilibrando al universo zen solo por el poder de la mente, sin la ayuda de animales".
Transcurrió un siglo más y el gato salió por completo del ritual de meditación zen en aquella región. Pero fueron precisos doscientos años para que todo volviera a la normalidad - ya que nadie se preguntó, durante todo este tiempo, porque el gato estaba allí.
Y cuántos de nosotros, en nuestras vidas, nos permitimos preguntarnos: ¿por qué tengo que actuar de esta manera? ¿Hasta qué punto, en aquello que hacemos, estamos usando "gatos" inútiles, que no tenemos el coraje de eliminar, porque nos dijeron que los "gatos" eran importantes para que todo funcionase bien?
¿Por qué no buscamos una manera diferente de actuar?

O MESTRE ZEN E O GATO


Um grande mestre zen budista, responsável pelo mosteiro de Mayu Kagi, tinha um gato, que era sua verdadeira paixão na vida. Assim, durante as aulas de meditação, mantinha o gato ao seu lado - para desfrutar o mais possível de sua companhia.
Certa manhã, o mestre - que já estava bastante velho - apareceu morto. O discípulo mais graduado ocupou seu lugar.
- O que vamos fazer com o gato? - perguntaram os outros monges.
Numa homenagem à lembrança de seu antigo instrutor, o novo mestre decidiu permitir que o gato continuasse freqüentando as aulas de zen-budismo.
Alguns discípulos de mosteiros vizinhos, que viajavam muito pela região, descobriram que, num dos mais afamados templos do local, um gato participava das meditações. A história começou a correr.
Muitos anos se passaram. O gato morreu, mas os alunos do mosteiro estavam tão acostumados com a sua presença, que arranjaram outro gato. Enquanto isso, os outros templos começaram a introduzir gatos em suas meditações: acreditavam que o gato era o verdadeiro responsável pela fama e a qualidade do ensino de Mayu Kagi e esqueciam-se que o antigo mestre era um excelente instrutor.
Uma geração se passou e começaram a surgir tratados técnicos sobre a importância do gato na meditação zen. Um professor universitário desenvolveu uma tese - aceita pela comunidade acadêmica - que o felino tinha capacidade de aumentar a concentração humana e eliminar as energias negativas.
E assim, durante um século, o gato foi considerado como parte essencial no estudo do zen-budismo naquela região.
Até que apareceu um mestre que tinha alergia a pêlos de animais domésticos e resolveu tirar o gato de suas práticas diárias com os alunos.
Houve uma grande reação negativa - mas o mestre insistiu. Como era um excelente instrutor, os alunos continuavam com o mesmo rendimento escolar, apesar da ausência do gato.
Pouco a pouco, os mosteiros - sempre em busca de idéias novas, e já cansados de ter que alimentar tantos gatos - foram eliminando os animais das aulas. Em vinte anos, começaram a surgir novas teses revolucionárias - com títulos convincentes como "A importância da meditação sem o gato", ou "Equilibrando o universo zen apenas pelo poder da mente, sem a ajuda de animais".
Mais um século se passou e o gato saiu por completo do ritual de meditação zen naquela região. Mas foram precisos duzentos anos para que tudo voltasse ao normal - já que ninguém se perguntou, durante todo este tempo, por que o gato estava ali.
E quantos de nós, em nossas vidas, ousamos perguntar: por que tenho que agir desta maneira? Até que ponto, naquilo que fazemos, estamos usando "gatos" inúteis, que não temos coragem de eliminar, porque nos disseram que os "gatos" eram importantes para que tudo funcionasse bem?
Por que não buscamos uma maneira diferente de agir?

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...