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sexta-feira, 2 de novembro de 2012

TRADUCCIÓN PUBLICITARIA







“A pesar de que vivamos en un mundo abocado en apariencia a la uniformidad cultural, preservar las diferencias propias de cada cultura hace que la comunicación resulte más eficaz”.
Yolanda Cepa Giralt



Realmente creo que las palabras "traducción publicitaria" o “traducción de publicidad”, no definen correctamente este tipo de trabajo. Al traducir material publicitario a otro idioma realmente no traducimos; recreamos la redacción publicitaria adecuada para satisfacer las necesidades de nuestro cliente, del producto y del mercado en el que se piensa vender. Nuestra redacción puede apelar a palabras totalmente diferentes de lo que sería una traducción metafrástica. Nuestra tarea, trasciende la actividad traductológica y nos transforma en gestores interculturales, adaptando su texto a la cultura particular del mercado objetivo.

Su mensaje es importante para el éxito. Su éxito es importante para nosotros.

ALGUNAS CONSIDERACIONES

• No se puede pensar que la única barrera entre dos mercados es el idioma, ya que incluso con la misma lengua, las diferencias que podemos encontrar son importantes como en el caso de América Latina y España. De ahí surge la necesidad de una adaptación publicitaria a los diferentes targets y esto supone un reto para publicistas y anunciantes.
• Existen diferencias entre los consumidores; las “grandes empresas” lo saben y prueba de ello son las diferentes estrategias que llevan a cabo en su comunicación.
Por eso, para estas empresas lo fundamental es la transmisión de la idea y su adaptación al contexto social y cultural en el que se va a emitir.
• La forma en la que se presenta la información difiere de un país a otro.
• Otra diferencia es la frecuencia de uso del eslogan que hacen los anunciantes. A pesar de que se trata de marcas globales que podrían seguir una estrategia común en su publicidad gráfica, en los anuncios difiere la presencia de este elemento.
• Los argumentos de venta de los anuncios los países también difieren. Por ejemplo, en cuanto a los automóviles, en Francia la mayoría de los anuncios utilizan o bien el argumento de la ecología o bien el de la exclusividad, mientras que en España se utiliza el de la tecnología.
Después del análisis realizado se ha comprobado que la tendencia globalizadora de la sociedad actual va en paralelo con la existencia de diferencias culturales e, estas diferencias son perceptibles en la publicidad. Estos resultados son válidos para el contexto actual, sin embargo, la globalización avanza rápidamente, por lo que habría que comprobar si en un futuro se van a poder mantener estas diferencias culturales que existen entre los países. Además, se debería investigar de qué modo afectará la globalización a la publicidad en el futuro, para saber cuáles son las tendencias que marcarán el Siglo XXI.

(*) Esta nota se basa en las conclusiones del artículo publicado por Yolanda Cepa Giralt - GLOBALIZACIÓN Y DIFERENCIAS CULTURALES EN PUBLICIDAD EL CASO ESPAÑA – FRANCIA.

Yolanda Cepa Giralt
Licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada, y en Publicidad y R.R.P.P. por la Escuela Superior de Comunicación de Granada. En la actualidad trabaja en el departamento de publicidad de un periódico local.

MEDIACIÓN INTERCULTURAL




VALERO GARCÉS, Carmen -
Formas de mediación intercultural.
Traducción e Interpretación en los servicios públicos.
Conceptos, datos, situaciones y práctica

Autora: Elena González


Introducción

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Esta obra pone de manifiesto la necesidad de desarrollar mecanismos para conseguir una comunicación efectiva entre personas de lenguas y culturas diferentes, concretamente en el campo de los servicios públicos. Además, comenta la importancia de contar con profesionales especialistas en esta labor, con una formación adecuada, tanto a nivel lingüístico como a nivel cultural. Este libro contiene, inicialmente, información sobre distintos aspectos del mundo de la traducción e interpretación en general y, más tarde, de la traducción e interpretación en los servicios públicos (T&ISSPP) en particular, analizando estas dos destrezas, aplicadas a este campo, por separado. Si bien contiene información teórica, es un manual principalmente orientado a la reflexión y a la práctica. Muestra de ello es la organización del mismo, ya que, cada capítulo de los seis que contiene, está dividido en tres secciones: la primera y más teórica denominada “Conceptos, datos y situaciones”, la segunda “Hacia la práctica” que propone diversas actividades aplicadas a la teoría de la anterior y, por último, una tercera dedicada a la bibliografía.


Resumen

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Según se plantea en el primer capítulo del libro “Comunicación interlingüística: introducción a la traducción e interpretación”, la traducción se puede entender como una actividad lingüística, comunicativa y cognitiva; como un proceso de mediación lingüística y cultural o bien como un producto terminado. A partir de aquí se comienza a estudiar la actividad traductora, comentando los recursos y herramientas de los que dispone un traductor para ejercer su labor. Más tarde se llega a un tema clave en este estudio: la diferenciación entre una persona bilingüe y un traductor o intérprete profesional, exponiendo características de ambos y el porqué utilizar o no servicios de personas bilingües que no tienen formación específica, algo que hoy en día es bastante frecuente. Así, habiendo llegado a la conclusión que cualquier mediador intercultural debería tener conocimientos, tanto lingüísticos como culturales, se pasa a analizar la formación de traductores e intérpretes en España, con numerosas universidades que ofrecen esos estudios en forma de Licenciatura, además de másteres, congresos o seminarios. Para finalizar esta introducción al tema, se estudia su mercado de trabajo en España desde diferentes puntos de vista, como las tarifas o la estructura de las empresas de traducción. Además, se terminan exponiendo propuestas de clasificación de la actividad de la traducción desde la opinión de varios expertos.
A continuación, se comienza a analizar, en el segundo capítulo “Traducción e interpretación en los servicios públicos. Estado de la cuestión”, la realidad de varios países en cuanto a este campo concreto de la traducción, la T&ISSPP, que con el paso del tiempo, se ha hecho necesaria debido a la afluencia de inmigrantes y su necesidad de soluciones frente a los problemas que les genera el desconocimiento de su lengua y cultura, por parte de los profesionales de los servicios públicos (como hospitales, colegios u oficinas del estado) y por su propio desconocimiento del país de destino. Comprobamos, al analizar las soluciones que se aportan y el perfil de los intermediarios que realizan estas tareas (como ONG, personas cercanas a estos inmigrantes y en menor medida con ayuda por parte del estado), que este campo de la traducción está aún muy poco desarrollado, partiendo de la falta de profesionalización y delimitación de su campo de acción. Además, cabe destacar que esta labor, muchas veces, se realiza por personas sin conocimientos específicos, cuyas actuaciones, frecuentemente, distan mucho de ser correctas y pueden suponer graves problemas de entendimiento. Sin embargo, hay un interés progresivo y numerosos avances en cuanto a la T&ISSPP, como podemos comprobar al observar el panorama internacional, del que destacamos la consideración del lenguaje de signos como una lengua más, la concienciación de la sociedad, los esfuerzos por cubrir esas necesidades y los proyectos de formación, entre otros. Para ello se estudia la evolución de varios países, como Australia o Canadá (pioneros y muy avanzados), países de la Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido o países escandinavos. En cuanto al panorama en España, existen tres figuras consideradas oficiales: el traductor jurado, el traductor e intérprete del Ministerio de Justicia y del Ministerio del Interior y una tercera que actúa en oficinas del estado y otros servicios públicos. Sin embargo, se reconoce que en los casos en los que no hay profesionales cualificados para estos trabajos se recurre a personas que conocen ambos idiomas lo suficiente como para poder realizar estas labores de mediación. A partir de aquí, surgen numerosas dudas sobre la efectividad de estas personas sin conocimientos específicos, así como los procedimientos que siguen o las dificultades que encuentran; que obtienen respuesta con varias encuestas realizadas a estas personas. En el caso de nuestro país, la demanda hace que se desarrolle cada vez más esta profesión y por consiguiente se están dando los primeros pasos para cubrir las necesidades, que van desde la formación en universidades, el trabajo de asociaciones y agencias de traductores e intérpretes a la publicación de trabajos importantes publicados en varios países.
Sin embargo, el grado de desarrollo de esta nueva profesión depende mucho del país del que estemos hablando, así como del ámbito en el que se incluya la traducción. Para llegar a consolidar este avance y, por consiguiente, llegar a la comunicación efectiva se necesita colaboración por parte de cada uno de los protagonistas del proceso: los proveedores de servicios públicos, los usuarios de los SSPP y los intermediarios. Pero este desarrollo también depende mucho de los enormes avances que han propiciado los recursos informáticos e internet, que proporcionan grandes listas de recursos a disposición de la población.
El siguiente capítulo “Especificidad de la traducción e interpretación en los servicios públicos” se trata el tema de la T&ISSPP como una subárea dentro de los Estudios de Traducción e Interpretación y se abre un nuevo debate que cuestiona el papel que los intermediarios lingüísticos desempeñan en la sociedad. Así, aparecen varias posturas que merece la pena destacar. Cambridge cree que hay dos tendencias a la hora de realizar una tarea de mediación lingüística: el modelo “abogacía”, en el que el intérprete toma partido, da consejos y opiniones y el modelo “imparcial”, en el que sucede todo lo contrario y no se entromete en la conversación más allá de su trasvase lingüístico. Por su parte y a diferencia del anterior, Wadensjö opina que los dos papeles que el intérprete puede jugar son complementarios, no excluyentes y los denomina “relaying others´talk” y “co-coordinating others´ talk”, coincidiendo respectivamente con los modelos de Cambridge. Sin embargo, el debate no termina aquí, pues se abre ahora uno nuevo que discute la posible definición de mediador interlingüístico, ya que varios autores intentan precisarla pero no se ponen de acuerdo en el concepto final, con varias posturas que limitan o no la intervención del intérprete o no concretan los derechos y deberes de estos profesionales. Más allá de toda esta discusión, cabe destacar que lo fundamental para un mediador intercultural es tener un gran conocimiento lingüístico pero también, sin duda, cultural de las lenguas que se traducen.
Otro punto importante a la hora de llegar a la profesionalización de la T&ISSPP son los principios básicos de los códigos de conducta, para los que contamos con varios ejemplos de códigos deontológicos reales. Observándolos se percibe que siendo unos más extensos y concretos que otros y aún con sus discrepancias, todos coinciden en cuatro puntos clave que son la confidencialidad, la imparcialidad, la exactitud y fidelidad y la integridad, a la hora de llevar a cabo el trabajo. A continuación, pasamos a considerar uno de los aspectos que más relevancia tienen en la T&ISSPP, la influencia de la cultura en la comunicación en dichos servicios, y lo hacemos estudiando un artículo de Dora Sales en el que refleja que la mediación no solo conlleva traducir las palabras sino que ha de englobar todos los aspectos de la comunicación no verbal, culturalmente claves. Por tanto, el mediador ha de formarse continuamente en aspectos culturales de los grupos con los que trabaja, pero sin considerar al sujeto inmigrante con el que esté tratando en un momento determinado como un “miembro típico” de su cultura. Por último, y apoyándonos en Ann Corsellis (2003: 71-90) comprobamos que además de la cultura hay muchos agentes y factores que intervienen en la comunicación en los servicios público. Así, explica la función que desempeña cada protagonista del proceso y cómo lo ha de llevar a cabo, expone las competencias que ha de tener un mediador intercultural para desarrollar su labor correctamente y manifiesta la necesidad de compromiso con esta nueva tarea.
Después de analizar la T&ISSPP en general, vamos a desglosar el estudio en las dos ramas de las que obviamente se compone: la traducción y la interpretación. Comenzando por la interpretación como trasvase de un documento oral, cabe destacar algunos aspectos a tener en cuenta en la formación del intérprete (como es la utilización de la voz, la fluidez, la memoria inmediata y mediata, la toma de notas y la práctica de la traducción a la vista). Además se señalan y explican los principales tipos de interpretación (consecutiva, simultánea, resumida…), según las habilidades que requieren, así como algunos aspectos a tener en cuenta en la formación del intérprete, destacando la interpretación consecutiva como la más utilizada en los servicios públicos. Se pone de relieve también el fuerte impacto emocional y psicológico al que están expuestos los intérpretes de los servicios públicos, lo que supone una gran diferencia respecto a los demás tipos de interpretación. Este impacto se hace perceptible mediante de una serie de signos que se dan a varios niveles: nivel fisiológico (como la tensión o la fatiga); a nivel cognitivo (confusión, desconcierto…); o a nivel afectivo (tristeza, ansiedad…) A su vez, de trabajar en estos contextos sin apoyo emocional derivan una serie de consecuencias, tanto de tipo profesional (como la fatiga profesional o el estrés); de tipo laboral (como el deterioro de la calidad del trabajo o el aumento del absentismo laboral) y las que afectan el contexto extralaboral (como con las relaciones familiares).Hoy en día, se han realizado varios trabajos desde diferentes perspectivas dedicados a estudiar los aspectos psicológicos de la T&ISSPP, y aunque se ha reconocido esta realidad y la sensibilización frente al tema de la necesidad de apoyo psicológico para este tipo de profesionales es mayor, no se han tomado apenas medidas ni se han potenciado más estudios que demuestren que realmente se ha tomado el tema enserio.
Por otra parte en el ámbito de la traducción como traslado de un texto escrito de una lengua a otra, cabe comentar, por una parte, aspectos generales de la traducción, y por otra aspectos concretos de la traducción en los servicios públicos, recalcando así las diferencias y similitudes entre ambas. Comenzando con los generales es necesario exponer una serie de subcompetencias que ha de poseer o desarrollar un traductor, que son: la subcompetencia lingüística, la comunicativa, la cultural, la textual, la heurística, la “translativa” y la profesional, que nos llevan a desarrollar una serie de recursos mediante los que el traductor puede conseguir estos requisitos. Algunos de los más importantes son: tener una amplia cultura general, dominar perfectamente la lengua meta, poseer un vocabulario rico o habilidad para redactar bien, entre otros. Sin embargo y aún dominando estas subcompetencias, el traductor podrá encontrar obstáculos que dependerán del par de lenguas con las que trabaje, por lo que está obligado a conocer y controlar las particularidades y estrategias de ambas lenguas. Además, el avance de la tecnología ha facilitado mucho la tarea de estos profesionales. La traducción automática, que comenzó a desarrollarse en 1960 con muchas dudas y no muy buenos resultados, ha terminado por ser clave y muy útil en determinados campos de la traducción y cuenta tanto con sistemas de Traducción Automática Generales como con sistemas para Fines Específicos. Asimismo la Traducción Asistida por Ordenador ha influido decisivamente en la industria de la traducción con programas muy desarrollados como TRADOS, ATRIL, TRANSIT o DSL INTL. Por otra parte es igual de importante los pasos a seguir para ser traductor profesional autónomo: conocer los requisitos legales, contar con el equipo y recursos necesarios, buscar clientes y realizar una prueba de traducción.
Después de analizar la traducción de textos escritos en general, cabe comentar algunos aspectos específicos de la traducción en los servicios públicos. Para entender este análisis es necesario mencionar los tres agentes que intervienen en este proceso de comunicación: el iniciador del proceso de comunicación, que puede ser una institución gubernamental con competencias en temas sanitarios, ONG, sindicato u otras asociaciones de grupos étnicos concretos; el modo de traducir que depende de si son materiales producidos por instituciones gubernamentales o por ONG o asociaciones de grupos étnicos; y por último los tipos de textos que suelen ser traducidos, como información acerca de los servicios sociales e institucionales, textos de carácter sanitario o administrativo o documentos oficiales y semi-oficiales. Según los tipos se atiende a tres grupos principalmente que es interesante mencionar. El primer tipo atiende a los documentos oficiales publicados por oficinas del gobierno para informar al ciudadano o al inmigrante de leyes o temas que les conciernen; las guías de servicios. Las guías de servicios, en cambio, son publicadas generalmente por ayuntamientos, ONG y Comunidades Autónomas, dirigidas a facilitar el conocimiento y el uso de recursos. Por último, los folletos informativos que transmiten los organismos oficiales en colaboración con ONG o sindicatos con fines muy diversos, que se distinguen dependiendo de si son materiales producidos por instituciones o, por el contrario, por ONG o asociaciones de grupos étnicos específicos. La diferencia principal entre ellos, como observamos en varios folletos que se incluyen en el libro es que aunque los primeros cuenten con mayor presupuesto, son traducciones más literales y menos sensibilizadas con la cultura de llegada, al contrario que los segundos, que se adaptan más a la realidad socio-cultural de los receptores y que, por tanto, son más efectivos.
Centrándonos, para terminar, en la situación en España, la producción de textos traducidos en diferentes lenguas es una incipiente realidad, aunque todavía es casi nula la producción de textos en lenguas minoritarias. Como ejemplo cercano a nuestro país, la ONG COMRADE mediante su Programa de “Asistencia Lingüística” SETI colabora con la traducción e interpretación social, a veces con servicios gratuitos para los usuarios, otras prestándolos a entidades públicas o privadas a través de acuerdos, etc.


Comentario

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Este es un libro que, como ya se ha dicho, es principalmente práctico, aunque, claro está que la parte teórica apoya, fundamenta la parte práctica. Por eso, no hay mejor manera que dedicar este comentario a aplicar la teoría y lo estudiado en el apartado anterior a las situaciones prácticas y reales que aparecen también en el libro, así como a otras muchas a las que este hace referencia y recomienda analizar.
Como ya sabemos, la traducción y la interpretación son operaciones de trasvase entre dos lenguas diferentes. Su diferencia obvia es que la primera traslada un texto escrito y la segunda es oral. Para ambas se requiere una competencia traductora, aunque según de cual estemos hablando tendremos que potenciar o destacar en unas u otras. Cabe destacar que el hecho de saber dos o más lenguas no convierten a una persona en traductor o intérprete, hacen falta unas cualidades y una formación cultural y lingüística específica para llevar a cabo esta labor con buenos resultados.
Por otra parte, como decíamos antes, un traductor o intérprete necesita, para su vida profesional, una serie de herramientas y recursos. Desde el libro, (y de manera acertada, desde mi punto de vista, por incluir algunos ejemplos desconocidos para mí), se mencionan algunos de ellos, incluyendo sus direcciones de internet, como son los diccionarios en línea. Además, se recoge la opinión de varios usuarios, que junto con la experiencia que he tenido al utilizarlos y realizar varias de las actividades propuestas, hace llegar a la conclusión de que abundan en lenguas masivas como el inglés, pero que no encontramos demasiados en lenguas más minoritarias. En cuanto a la calidad, varía de unos a otros y también según el campo del que se trate; por ejemplo, no son nada efectivos en lo relacionado con las palabras coloquiales. Los traductores automáticos (TA) son otra de los recursos de traducción que podemos encontrar en la red. Al igual que con los anteriores, hay numerosos ejemplos que demuestran los aciertos y los fallos de este tipo de tecnología, así como los testimonios de la gente que los ha utilizado. Los errores principales que he encontrado se relacionan con su incapacidad para conocer la intención del hablante, que hace que cometan errores al traducir palabras con varios significados, por ejemplo. Sin embargo, la red ofrece otros muchos recursos para mantener contactos y conseguir información como son los foros, las revistas especializadas, las asociaciones de traductores o los cursos (que permiten formar a traductores de manera on-line o a distancia), de los que podríamos poner una larga lista de ejemplos.
Así, habiendo tratado todas estas cuestiones referidas a la traducción e interpretación en general, vamos a centrarnos en la T&ISSPP. Sería necesario empezar comentando la situación en la que se encuentra la T&ISSPP en España, sin embargo, es suficiente lo expuesto en el resumen anterior, tanto en el caso de nuestro país como el de otros muchos. Por eso, es más interesante resumir brevemente la situación de España con respecto a países más avanzados y con mejor proyección en este campo, como son Australia o Canadá. Australia es el país pionero el desarrollo de la T&ISSPP, ya que desde que comenzó a recibir inmigrantes tras la II Guerra Mundial, comenzó a desarrollar soluciones para afrontar el problema que suponía la falta de entendimiento con personas que no sabían inglés. El Servicio de Interpretación Telefónica, la Asociación de Traductores e Intérpretes AUSIT y el Sistema de Acreditación Nacional (NAATI) único en el mundo, creados en los años 70 dan muestra de ello. Por otra parte, Canadá es el país que más se parece a Australia en este asunto, debido a que es un país oficialmente bilingüe, pero además, que cuenta con un gran número de inmigrantes y de lenguas indígenas. También cuenta con un sistema de acreditación oficial, aunque no nacional, sino provincial o por ciudades. Asimismo, han promovido mucho la investigación y la educación en este ámbito, y también, han reconocido la lengua de signos como una lengua más, con los mismos derechos que cualquier otra. En cambio, el caso de España es bastante diferente. Es ahora cuando se está empezando a promover la T&ISSPP, ya que se ha visto como una necesidad. Sin embargo, al igual que sucede en otros países del sur de Europa, el avance es lento, hay poco apoyo estatal, falta de formación y coordinación y escasa remuneración (en los casos en los que haya). Las figuras oficiales existentes hasta ahora en nuestro país son el traductor jurado, el traductor o intérprete del Ministerio de Justicia o del Ministerio del Interior y los traductores o intérpretes en oficinas del estado y otros servicios públicos. En el caso del primero ha de pasar un examen o ser Licenciado en Traducción e Interpretación y cumplir unos requisitos; en el segundo tiene que aprobar un examen, mientras que la contratación del tercero depende de los casos, los idiomas y el tipo de trabajo.
Siguiendo con España, sería interesante poner nombre a los proveedores de estos servicios, en concreto a ONG en parte se encargan a la traducción y la interpretación, con fines y características muy distintas. ACCEM (Asociación Católica Española) presta servicios a la OAR (Oficina de Asilo y Refugio); COMRADE (Comité de Defensa de los Refugiados, Aislados e Inmigrantes de España); KARIBU, que presta servicios relacionados con lenguas africanas y una larga lista de ONG más. Sin embargo, hay otras muchas ONG que no ofrecen de forma oficial servicios de traducción aunque parte del trabajo que hacen es servir de intermediarios lingüísticos como voluntarios. En la misma línea, hay asociaciones, ONG o entidades que prestan servicios lingüísticos a una comunidad de hablantes determinada, como por ejemplo la ACHE (Asociación de Chinos de España) o la ATIME (Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes).
Cambiando de tema, una parte fundamental del estudio de la T&ISSPP reside en la actuación del intérprete. Cambridge (2002: 119-123) establece, como se ha explicado anteriormente dos tendencias: el modelo “abogacía”, que consiste en tomar parte al realizar la interpretación, y el modelo “imparcial” que, como su propio nombre indica, es todo lo contrario. Respecto a esto, si bien Cambridge opina que los dos modelos son incompatibles, Wadensjö (1998:102) en su clasificación ya explicada, cree que los dos tipos son complementarios. Todo esto, en cierta manera, está relacionado con los códigos de conducta, algo muy importante a tener en cuenta a la hora de dedicarse a esta profesión en una asociación o empresa determinada. Como los principios básicos de estos códigos ya están explicados anteriormente, vamos a analizar algunos de los que aparecen como ejemplo en el libro. Como marco general se destaca lo relacionado con los principios básicos, aunque más puntualizados. Todos ellos exigen confidencialidad, imparcialidad, lealtad y profesionalidad-calidad, aunque según de cuál hablemos se da más importancia o se matizan más unos principios u otros.
Sin embargo, aunque existan todos estos códigos de conducta y muchas indicaciones más sobre cómo han de realizar su trabajo estas personas, hay casos en los que se toman otras decisiones, que desde estos códigos podrían no ser correctas. Son situaciones reales, como las que se plantean en el libro, que suponen un aprieto para el intérprete, ya que tiene que decidir hasta qué punto involucrarse y, en los casos en los que ha de decantarse entre un interlocutor u otro, por obligación y motivos diversos, cómo reaccionará. Lo que se puede sacar en claro es que no en todas las situaciones se puede respetar el modelo de imparcialidad y, bajo mi punto de vista, a veces es necesario si es por el bien de uno de ellos. Siguiendo esta dinámica, aunque sin intención de extenderme demasiado en este asunto, son igualmente destacables e interesantes otras propuestas prácticas similares a la anterior, pero esta vez que tratan de las diferencias en el lenguaje corporal (y en concreto de los gestos), de la distancia proxémica de los hablantes, de las prácticas culturales y del modo de actuar en contextos formales o no formales, según las culturas, algo verdaderamente sorprendente, ya que, aunque desde un país concreto se piense que la mayoría de sus convenciones son aceptadas por todo el mundo, la realidad es totalmente contraria. Por último, otro aspecto fuertemente relacionado con la cultura es el de los estereotipos., sin embargo, hay que tener dos cosas en cuenta: los estereotipos son compartidos por mucha gente, pero no son las imágenes mentales de una persona y además, se atribuyen a una persona como miembro de un grupo y no como persona individual. Juegan un papel muy importante a la hora de adjudicar un papel a los desconocidos, pero pueden convertirse en prejuicios y, en ningún momento, a la hora de realizar un trabajo de T&ISSPP hay que tomarlos en cuenta y mucho menos, fiarnos del estereotipo para juzgar a la persona con la que tratemos.
Es hora de centrarse en el estudio concreto de la interpretación (como trasvase de un documento oral) en los servicios públicos. El tipo de interpretación que se da en estos casos es la consecutiva, durante el desarrollo de la cual pueden darse una serie de factores que se convierten, en diferentes situaciones, en dificultades para el intérprete. Hay situaciones con una fuerte carga emocional; otras en las que la rapidez es esencial (situaciones de emergencia); situaciones en las que el cliente se ha negado a hablar y luego comienza a hacerlo con rapidez; cuando una de las partes intenta conocer continuamente la opinión del intérprete; o situaciones en las que hay conversaciones aparte entre dos de los interlocutores (marido-mujer…), entre otras. A la hora de realizar un trabajo de este tipo, cada intérprete deberá valorar sus posibilidades, ya que, la característica fundamental de este tipo de interpretación es la fuerte carga emocional que conlleva. Hay una serie de signos, de distinta naturaleza, que nos ayudan a percibir el impacto psicológico en estas personas, además de las consecuencias, tanto a nivel profesional, como a nivel personal, que el desarrollo de esta labor, en determinadas situaciones, puede producir. Todo esto lo provocan situaciones como las que comentaba anteriormente. Mediante ejemplos reales que aparecen, según mi opinión, de manera muy acertada en el libro, se puede llegar a la conclusión de que hay momentos en los que el intérprete se ve en un verdadero aprieto y en una inseguridad de no saber qué comportamiento tomar (por mucho que quiera respetar los ya explicados códigos deontológicos). Teóricamente, el profesional debería tener neutralidad y no debería dejarse afectar por estas situaciones; sin embargo, muchas veces es fácil que se sienta afectado, por una serie de motivos, como que relaciona el caso con alguna experiencia de su vida, siente pena o lástima por el usuario, la violencia de determinadas situaciones, las dudas por parte de los usuarios de la corrección de su trabajo, etc.
Para desarrollar esta actividad, como es lógico, existen una serie de estrategias y habilidades que el profesional debe desarrollar o poner en práctica. Son aspectos tan importantes como la voz (hablar claro, suficientemente alto, sin agresividad…); la fluidez (evitar dudar…); la memoria (inmediata o mediata); la toma de notas (con abreviaturas, símbolos y cifras que ayudan a recordar) y la traducción a la vista. Todos estos, claro está, se consiguen con un entrenamiento y una práctica, por lo que el libro propone ejercicios de agilidad mental, de memoria, etc., útiles para hacernos una idea de cómo potenciar estas cualidades.
Como no podría ser de otra manera, nos centramos ahora en el ámbito de la traducción (como traslado de un texto escrito de una lengua a otra). Después de desarrollar en la parte anterior los requisitos para ser un buen traductor, se mencionan ahora una serie de consejos o actuaciones a seguir para convertirse en un buen profesional de la traducción, sobre todo aplicados al caso de los traductores autónomos o FreeLancer. Siempre hay que respetar los plazos de entrega; hay que tener cuidado a la hora de sobrecargarse de trabajo, así como conocer los propios límites; expresar las tarifas con firmeza; no tratar nunca al cliente de malas maneras; esmerarse al máximo en cada trabajo; prestar un servicio lo más amplio posible, sin que se limite a la mera traducción y, por último, asegurarse de que el cliente ha recibido la traducción.
Al realizar una traducción de este tipo, hay que tener muy en cuenta que esta esté condicionada por agentes internos (elementos lingüísticos, distancia entre lenguas y culturas…) y por agentes externos (quién solicita la traducción, a quién va dirigido el texto…), de los que dependerá totalmente el resultado y el método de llevar a cabo la traducción. Además, estas condiciones nos llevan a plantearnos cómo traduciríamos determinados textos en contextos determinados (ya que hay equivalencias que están fuera y otras que están dentro del mismo). Pero esto no se queda aquí, hay muchos otros componentes del lenguaje que pueden crearnos dificultades en nuestra traducción, como son los “falsos amigos”, las siglas, los acrónimos, los topónimos y las abreviaturas.
Sin embargo, en la realización de diferentes labores de traducción, nos encontraremos con muchas más dificultades que las explicadas anteriormente y a lo largo de todo este artículo. Si bien estas pueden surgir por motivos muy diversos, una cosa queda clara: los problemas son mucho mayores cuando las lenguas que se utilizan son lenguas minoritarias, debido a que los recursos especializados o diccionarios en estas lenguas son mucho más escasos. Del mismo modo, percibimos mayores dificultades si se trata de lenguaje especializado


Conclusión

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La traducción e interpretación en los servicios públicos es un campo aún no muy desarrollado en nuestro país. No hay demasiadas opciones de formación y especialización y, además, aunque ya se empiece a reconocer la necesidad de mediadores interculturales en el ámbito de los servicios públicos, todavía no se han tomado grandes medidas y soluciones para resolver esos problemas de entendimiento. Así, estos profesionales trabajan sobre todo en el ámbito jurídico, mientras que la traducción e interpretación en hospitales, oficinas del estado, en el ámbito de la educación, entre otras, se desarrolla, casi siempre por voluntarios o personas conocedoras de las dos lenguas de trabajo pero sin formación específica.
Este libro sirve de gran ayuda para conocer una realidad que hasta ahora desconocida y ha despertado un gran interés en mí sobre este campo de la traducción e interpretación, hasta el punto de considerarlo como una posibilidad de cara a mi futuro profesional. Además, podemos comprobar el estado de la interpretación del lenguaje de signos, que se considera ya, en muchos países, una lengua con los mismos derechos que cualquier otra.
La estructura del libro es totalmente acertada, ya que comienza cada capítulo explicando de forma teórica conceptos, situaciones y datos, para luego reflexionar sobre ellos en la parte práctica mediante situaciones y experiencias reales. Además, otro de los aciertos de este libro es el enorme trabajo de ejemplificación que hace, aportando numerosas direcciones de internet donde el lector puede poner en práctica y comprobar por sí mismo todo lo expuesto en la parte teórica. Esto resulta muy útil pues permite conocer muchos recursos en línea (como traductores, diccionarios y otras herramientas).
Por otra parte, el contenido del libro es correcto, ya que no expone la información de manera demasiado extensa, al contrario, explica lo necesario para la comprensión, enfatizando solo aquellos puntos de mayor interés. Así mismo, el lenguaje utilizado es fácilmente comprensible por todos.


LAS PALABRAS





Confundimos las palabras con las cosas

Las redes sociales son el espacio donde algunos eligen contar su intimidad. Este análisis indaga cómo se relaciona el fin voluntario de la vida privada con la falta de imaginación y el sentido de la ficción.
POR BERNARDO CARVALHO - FUENTE: REVISTA Ñ


El hijo de un amigo mío, de 14 años, tuvo sexo por primera vez hace dos meses, con una compañera de la escuela. Yo no me hubiera enterado de nada –lo que sería perfectamente normal– si no fuera por la existencia de Facebook.

Yo mismo no tengo Facebook, pero todo el mundo tiene, empezando por el padre de la chica con la que el hijo de mi amigo se encamó. Luego de vivir su primera experiencia sexual, y como si una cosa no pudiera existir sin la otra, la chica relató todo, en detalle, a los amigos, en Facebook. Yo no me hubiera enterado de nada si, luego de leer la página de su hija en Facebook, su padre no hubiera amenazado con denunciar por violación al hijo de mi amigo.

El escritor portugués António Lobo Antunes dijo recientemente, en una entrevista publicada en Internet, que los científicos descubrieron finalmente que no existe imaginación, sino sólo memoria. No sé de dónde lo sacó. No parecía lamentar el descubrimiento. De todos modos, es interesante que los científicos –si éste es realmente el caso– hayan descubierto que la imaginación no existe, justo ahora, cuando la vida tampoco parece existir si no es relatada en tweets y páginas de Facebook.

Un amigo, escritor y periodista francés, excelente lector de literatura, indignado con lo obtuso y conservador del medio literario de su país, me dijo recientemente que “uno más de esos libros correctos, simple ficción,” deberá ganar todos los premios, mientras que otro, de hecho mucho más original y radical, que expone la experiencia considerada escandalosa de la propia autora, terminará sin ninguna indicación. Y yo tuve que acordar con mi amigo no sólo en cuanto a la originalidad y a lo radical de la obra de la escritora en cuestión, sino también en cuanto a la inercia de los premios literarios, que muchas veces no reflejan más que un mundo consagrado, que ya no se corresponde con el que vivimos.

Y, frente a esos tres acontecimientos, pensé: Pero, al final, ¿qué puede tener que ver el fin de la privacidad, ejercido voluntariamente por individuos reducidos a consumidores narcisistas, con el fin de la imaginación y con la pérdida del sentido de la ficción?

La ficción sigue existiendo, obvio, aun en Internet. Pero para que tenga algún efecto en Internet, necesita ahora provocar daños reales. Internet está llena de ficción, pero la ficción en Internet debe parecer real, hacerse pasar por hechos, confundirse con lo que “realmente ocurrió”.

Nadie quiere saber de ficción. La ficción sobrevive únicamente si genera ecos en la vida de las personas. Y, en un mundo en que a nadie le interesa la ficción, ésta necesita disfrazarse de “historia real”, relato de hecho o experiencia vivida.

Ya no puede ser (ni asumirse) invento. Internet es un mundo de creyentes, lo que termina reduciendo la ficción al ámbito de la impostura, de la difamación y de la calumnia.

Sería realmente una gran ironía que todo el esfuerzo literario e intelectual del multiculturalismo de las últimas décadas, promocionando el relato de la experiencia del autor como instrumento de resistencia y democratización, como estrategia para derribar las restricciones arbitrarias del canon occidental y dar mayor visibilidad a las minorías y a las literaturas llamadas periféricas, hubiera terminado en esto.

El autor tomó el lugar de la obra. La singularidad de la representación de sí ha sido elevada a valor literario fundamental, como forma de relativizar los criterios subjetivos que antes servían de base de sustentación al canon occidental. Incluso recurriendo a una supuesta objetividad de la experiencia del autor frente a la subjetividad selectiva y restrictiva del canon, la idea, inicialmente, era defender otras imaginaciones; no el fin de la imaginación.

No obstante, es difícil saber si de alguna manera esa política ya no buscaba atender a demandas latentes, que los blogs personales, Twitter y Facebook vendrían finalmente a suplir.

Lo más urgente ahora es tratar de imaginar –desafiando la sentencia de los científicos sobre la imaginación– cómo ciudadanos adictos a la representación de sí mismos podrán reaccionar frente a la contradicción entre el derecho primordial a la libertad de expresión y lo que otros entienden como blasfemia. Este es un tema delicado que las naciones arrinconadas por la amenaza del terrorismo y sus propias contradicciones, defienden cada vez con menos convicción. El dilema es si hay que imponer un límite a la libertad de expresión con la excusa de un supuesto respeto al otro, por religiones que congregan a los desheredados en países de Oriente Medio, de Asia, de Africa y de América Latina.

Es muy posible que, aunque se consideren agentes de la democracia y de un mundo libre donde todo en principio todavía puede ser dicho, estos creyentes de la autoexposición ya no posean, irónicamente, los medios ni los argumentos para reaccionar y luchar por sus libertades, pues a su modo también contribuyen al fin de la ficción. Y sólo un mundo sin ficción (y sin imaginación) es capaz de confundir las palabras con los actos y pensar en castigarlas hasta con la muerte.

Traducción de Adelina Chaves.

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vencer a un rival, no vencer un partido

El verbo vencer, con el significado de ‘resultar superior a alguien en una lucha, disputa o competición’, se construye con un complemento directo que se corresponde con la persona a la que se vence: venció a su rival.

Sin embargo, es frecuente encontrar en los medios de comunicación frases en las que ese verbo se acompaña con un complemento referido a aquello en lo que se ha vencido: venció el partido, venció las elecciones, como en «Brasil garantizó su pase a la final al vencer el partido de dobles», «Si logra vencer las elecciones, Hugo Chávez podría completar 20 años en la presidencia».

Este es un uso poco adecuado, ya que habría sido preferible que tanto «el partido» como «las elecciones» fueran precedidos por la preposición en.

Otra opción hubiera sido utilizar el verbo ganar («...al ganar el partido de dobles», «Si logra ganar las elecciones...»).

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...