Translate

sexta-feira, 15 de março de 2013

Diccionario de gallegos


Las sillas de la RAE han sido ocupadas a lo largo de su historia por 22 literatos nacidos en Galicia




SALVADOR RODRÍGUEZ La fundación, el 13 de febrero de 1713, de la Real Academia Española, con sede en Madrid, estuvo precedida de una serie de periódicas reuniones de tertulianos de la elite intelectual de la época que se daban cita en el salón de la casa de Juan Fernández Pacheco, marqués de Villena y duque de Escalona. Entre ellos se encontraba Andrés González de Barcia Carballido y Zúñiga, al que hasta hace muy poco se creía madrileño de cuna, pero que en realidad había nacido en 1673 en Galicia (a estas alturas todavía no se sabe en qué villa exactamente) aunque que, desde muy joven, se había trasladado a vivir a la capital de España.

Político, abogado, bibliógrafo, historiador y comediógrafo, González Barcia es una figura injustamente desconocida y olvidada en Galicia. Abogado del rey Felipe V desarrolló, a la par que una rutilante carrera profesional en el ámbito del Derecho y la Política (desempeñó, entre otros, los cargos de Superintendente del Real Aposento de la Corte y Gobernador de la Sala de Alcaldes y Cortes, y fue miembro del Supremo Consejo y Cámara de Castilla) una abundante pero escasamente proyectada trayectoria como dramaturgo.

Destacado americanista, fue autor y editor de una intensa producción que culminó con los volúmenes dedicados a la " Historia de las Indias". En el proceso fundacional de la RAE se le atribuye una labor importante en la confección del primer diccionario de la Academia, el denominado Diccionario de Autoridades, cuya primera edición data de 1726. A Barcia, a quien correspondió el Sillón D en aquellas pioneras juntas plenarias, le cabe el honor de haber sido el primer gallego de la Academia española, una institución que no ha sido precisamente muy proclive a incluir gallegos entre sus miembros, cual se demuestra en el hecho de que, a lo largo de 300 años, tan solo han sido 22 los nacidos en Galicia con sillón reservado en sus plenos.

Aunque lo del número también es cuestión de matices, según nos puntualiza Darío Villanueva, actual Secretario general de la RAE:" Por una parte, en los casos de Menéndez Pidal y José María Merino, se suele mencionar también su filiación asturiana y leonesa, respectivamente.Y, por otra, en la relación puede, o no, incluirse a Armando Cotarelo Valledor y Ramón Cabanillas porque, en su día, fueron elegidos por la en su momento existente, sección gallega de la RAE, si bien no se les adjudicó letra ni silla". Curiosamente, a día de hoy,y con cuatro académicos nacidos en Galicia, nuestra Comunidad Autónoma goza de uno de los períodos de mayor representatividad.

Son, además del mencionado Darío Villanueva, el escritor José María Merino, el lingüista Guillermo Rojo Sánchez y el economista José Benito Terceiro Lomba. Más o menos conocidos unos que otros, todos ellos hombres, protagonistas de circunstancias singulares en algunos casos, los gallegos han dejado huella de muy diversas maneras en la egregia institución fundada con la misión de"fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza". El retorno de Madariaga Uno de los casos más curiosos de la historia de la RAE es el de Salvador de Madariaga (A Coruña, 1886- Suiza, 1978), quien tuvo que esperar 40 años para ocupar su sillón.

Electo en 1936, debido a su clara alineación con la II República tuvo que exiliarse y no fue hasta su regreso a España, en 1976, a los 89 años de edad, que pudo asumir formalmente su sillón al dar lectura a su discurso de ingreso; un discurso que comenzó con un irónico " Pues claro que tuve la tentación de empezar con un resonante Decíamos ayer...." en un acto que estuvo en gran parte presidido por el fino sentido del humor del intelectual coruñés: " Creo que Sánchez Albornoz es nuestro primer historiador, pero es mucho más joven que yo: solo tiene ochenta y tres años", se le escuchó comentar a unos contertulios.

Quien, sin embargo, a pesar de su elección no pudo tomar posesión de su plaza correspondiente fue José Cana Sobre estas líneas, Torrente lee su discurso de ingreso frente a Camilo José Cela, su recipientario (29 de marzo de 1977).

FUENTE: http://www.laopinioncoruna.es/galicia/2013/03/14/diccionario-gallegos/702158.html

Nenhum comentário:

IA VS. FACTOR HUMANO

¿Acabará la IA con los traductores? Así afrontan el tsunami desde sus facultades Los traductores e intérpretes de idiomas, lejos de evitar e...