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domingo, 21 de julho de 2013

EL IDIOMA EN LA GRAN RED

Al leer y escuchar tantos errores y vicios en el idioma hablado y escrito, lo primero que se busca es un culpable, y aunque no se puede negar el impacto del deficiente sistema educativo en el lenguaje, injustamente se les atribuyen faltas a los avances tecnológicos y al internet, cuyos únicos delitos han sido acelerar la búsqueda de datos y facilitar la interrelación social.
POR EQUIPO DE CORRECCIÓN Y ESTILO - PRENSA LIBRE

En la era digital, los jóvenes van perdiendo la capacidad de nombrar las cosas y el vocabulario promedio de cualquier adulto se va quedando corto. Es por ello que expertos advierten de que en los blogs y las páginas personales o institucionales se demanda una interacción por escrito que conlleva un creciente esfuerzo por expresarse correctamente.

Idioma y era digital

Los economistas han distinguido al menos tres funciones de la lengua: como mercado, como soporte de la comunicación y de la creación, y como puente para el comercio.

El Instituto Cervantes, en su Anuario del 2012, El español en el mundo, explica que el castellano es la tercera lengua más utilizada en la red, solo superada por el inglés y el chino. De los casi dos mil cien millones de internautas en todo el mundo, el 7.8 por ciento se comunica en español.

El avance de la era digital, con chats, páginas web, redes sociales, SMS, blogs y correos electrónicos ha permitido que ingrese en el idioma infinidad de términos, pero la mayoría de usuarios se permiten licencias que conllevan una “anarquía” idiomática que se contagia a menudo a los medios tradicionales de comunicación —televisión, radio y periódico—.

Ramón Urzúa-Navas, excatedrático de Lingüística de la Facultad de Humanidades de la Usac y actual doctorando en literaturas hispánicas por la Universidad de Nueva York, expone: “La tecnología, por sí misma, no corrompe el buen uso de idioma alguno. Piénsese en el torrente de vocablos que más bien multiplicó el léxico de todas las lenguas a partir de la Ilustración y la Revolución Industrial, cuando la ciencia comenzó a engendrar enciclopedias y la inventiva empezó a poblarlas con cada nuevo alumbramiento tecnológico. Y en esas seguimos en la actualidad: no pasa un día sin que nos enteremos del surgimiento de aparatos, artilugios, dispositivos o programas informáticos que obligan a acuñar palabras para dar nombre a aquello que no existía”.

Redes sociales

Expertos opinan que las redes sociales han convertido la expresión escrita en la primera carta de presentación. En una entrevista con el diario argentino La Gaceta, María Inés Estrella, docente especialista en nuevas tecnologías, dice que “la escritura, al convertirse en pública, adquiere un valor diferenciador”.

Estrella asegura que, contrario a lo que se cree, el internet puede sacar lo mejor del idioma. “Los malos textos se ven más ahora. No significa que no existían; estaban en privado”, resalta, e insiste en que no hay que demonizar la web, sino aprovecharla para elevar la calidad del lenguaje.

La argentina Elena Fortino, docente de español de nivel medio, sostiene que quienes escriben mal en las redes sociales son personas que no escriben bien fuera del internet.

Ambas señalan que a través de Facebook o Twitter los usuarios hacen de la escritura una potente fuente de comunicación, por lo que la “ortografía es crucial para ganar respeto”.

En los medios

“En un país con las características del nuestro, para efectos prácticos los medios masivos de información son también educadores. En regiones donde la escolaridad es mínima o precaria o donde faltan hasta los libros o ni siquiera hay maestros, un periódico o una emisora radial son pedagogos. De aquí la necesidad de una redacción pulida y de una locución, digamos, sin ripio”, afirma Urzúa-Navas.

Muchas veces las formas imprecisas de hablar pasan a ser de uso popular, cuando presentadores o locutores las emplean para sonar “distinto”, aunque sean inconvenientes o ilógicas. “En Guatemala, durante mi estancia más reciente, escuché que el clima y los mercados se ‘comportan’ de tal o cual manera, lo cual me hizo pensar en niños o reclusos. Aquello que empezó por ser una metáfora de meteorólogos y economistas, ahora es la forma corriente de presentar una noticia”, agrega Urzúa-Navas.

Negocios y lenguaje

En el mundo empresarial, quienes basan sus ventas en la comercialización en línea deben tener sumo cuidado en cómo se comunican. De acuerdo con el ejecutivo y editor británico Charles Duncombe, el gran problema para las empresas en línea no es la tecnología, sino la búsqueda de personal que sepa escribir correctamente.

“Los despistes hacen que las ventas de un producto se reduzcan a la mitad, pues ponen en duda la credibilidad de la empresa. Una ‘v’ en lugar de una ‘b’ puede echar por tierra la mejor campaña de márquetin”, advierte Duncombe.

El especialista mexicano en relaciones públicas y telemárquetin en la web Luis Daniel Durán comenta que es curioso navegar y ver errores infantiles de traducción o de equiparación de términos.

“Hay que tener mucho cuidado cuando se tenga que compartir información, sobre todo si se tienen seguidores que buscan el ejemplo en las palabras. Por respeto a la propia lengua, se deben cuidar los detalles, ya que eso dará un plus en la construcción de la imagen”, asegura.

Un correo electrónico con faltas ortográficas o palabras comprimidas al sonido de las consonantes, no solo da mala imagen, sino también sería considerado por los receptores como basura —spam—. “Puede tener efectos nefastos en la venta de un producto, en la gestión de un negocio, en la obtención de un trabajo o de una beca”, señala el francés Benoit Laurent, presidente de la plataforma Textmaster, quien ha ideado un sistema de corrección de mensajes a la carta.

El español es oficial y vehicular en 21 países, y mantiene una presencia cada vez mayor en el ámbito americano, especialmente en Brasil y Estados Unidos, por lo que dentro de dos décadas será bilingüe —inglés y español— por evolución demográfica. Porque de cada 10 personas que lo hablan, nueve son americanas y una europea.

No obstante, para sobrevivir, el español necesita mantener buena salud, puesto que si cada país, cada región, cada grupo de personas empieza a utilizarlo y modificarlo como le dé la gana, podría llegar a fraccionarse.

“En la Guatemala de estos tiempos, las necesidades son tan apremiantes que el interés en expresarse de manera clara y sin violentar la norma general está condenado a ser prioridad de segundo plano: se tiene por superficial. Interesa ganar dinero, no tanto hablar y escribir con corrección, pero no se advierte que de esto último puede depender lo primero. He visto más de un currículum vítae acabar en la basura por mala redacción. No se trata de un capricho de eruditos, se trata de gente que pierde oportunidades de empleo por no saberse expresar”, afirma Urzúa-Navas.

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