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quinta-feira, 25 de julho de 2013

LIBROS





El poder en la historia de España

José Varela Ortega analiza en su nuevo ensayo el devenir de nuestra historia contemporánea, desde la invasión francesa hasta la democracia post-franquista


Juan Beltrán, Madrid. en La Razón, España



"Los señores del poder y la democracia en España"

Decía Ortega que de la Historia, lo más interesante era aprender de los errores. "Los señores del poder y la democracia en España" –Galaxia Gutenberg-, de José Varela Ortega, doctor en Historia Contemporánea y presidente de la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón- titulado, es un ensayo interpretativo de la historia de España desde la invasión francesa hasta la democracia post-franquista, pasando por la Restauración, la Dictadura de Primo de Rivera, la II República y la Guerra Civil. Un recorrido por los grandes hitos de este devenir histórico lleno de reflexiones sobre la imagen o estereotipo de España en la literatura, la debatida "memoria histórica" o el papel del ejército. Desarrolla una tipología de los pronunciamientos del siglo XIX y del violento flirteo de los militares con la política desde Roma hasta el fallido golpe de 1981. Un recorrido hilvanado por la aventura de algunos políticos que ambicionaron el poder con pasión y se dedicaron a maximizarlo. Pero, es también la historia de quienes aprendieron de los errores y trataron de no repetirlos. El autor lo considera un ensayo "por el periodo tan extenso que abarca". Comienza con la Guerra de la Independencia. Varela coincide con Cánovas en que la guerra de guerrillas acabó perjudicando a España y siendo una razón de su decadencia: "La forma de responder fue violenta, de ruptura. Una revolución social y un desastre militar y económico. Supuso un tremendo desgaste. Seis años destruyendo comunicaciones, abastecimientos...Una política de "tierra quemada", destructiva en lo económico y disruptiva socialmente".

Por otro lado, analiza los continuos periodos de integración y exclusión política: "El poder tiende a excluir al otro. Confunden competencia con pendencia, pero en democracia, la alternancia y contar con el otro es fundamental". Y cita a Ortega: ""La democracia es un artificio de la cultura". Lo natural es lo hegemónico". Sobre la legalidad democrática en España dice: "Es menos exigente que en otros países. Aquí, el supremo da una orden de desalojo -caso del 15-M- y el ejecutivo no la cumple. Eso es impensable en otros países. Lo mismo que la dimisión ante sospechas de ilegalidad, aunque, en otras épocas, sí se dimitía".

"España entró de forma complicada en la modernidad. La reconstrucción del Estado fue el objetivo principal de los liberales, pero el poder ejecutivo excluyente, dio origen al pronunciamiento". Varela Ortega hace su tipología: "Es una forma de violencia política minimizando el enfrentamiento entre partes del ejército. Busca la unanimidad de los militares. Una manera rudimentaria de alternancia sin mecanismos parlamentarios. En cambio, el "golpe" se apodera del poder con enfrentamiento y, si puede, eliminando al enemigo". Su antídoto fue una política de pactos y alternancia pacífica que dio a España 50 años de estabilidad. En ellos se desarrolló el caciquismo, fruto de la baja participación electoral. Una política de pocos basada en la influencia, no en la opinión, que privatizan la ley en favor del amigo". Al contario del clientelismo político: "Que maximiza subvenciones. Deriva rentas de trabajo a rentas de poder con dinero público. Los caciques son más ilegales y más corruptos, pero más baratos".

También analiza el fracaso de la II República, la Guerra Civil y sus consecuencias en la Transición. "La República no fracasó, la fracasaron sus dirigentes y sus enemigos. Les interesó más el poder que la institución. La alianza con el obrerismo bolchevique no fue lo mejor. Y sobre la guerra se interroga: "¿Por qué se produjo, si la gran masa del país era contraria. Los conspiradores y los revolucionarios eran pocos. ¿Cómo esos pocos fueron capaces de arrastrar a la masa? En la Transición aprendieron. Su éxito estuvo en centrarse lejos de los extremos. Fue un periodo de integración y de pactos. Fruto de ello nacieron las Autonomías para apaciguar las demandas nacionalistas, pero no ha sido así. El nacionalismo sacrifica al pueblo que dice defender. Es malo para Europa y España, desastroso para el ciudadano catalán o vasco y bueno para el poder de los políticos. No va de economía, sino de sentimientos y pasiones y lo malo es que ante su propuesta del derecho a decidir, solo ha habido una respuesta negativa. No se le ha dicho: Todos queremos decidir". Y ante la crisis económica, la corrupción y el deterioro del tejido social concluye: "Haría falta una reforma profunda. Este es un país honrado al que no le gusta la corrupción y este sistema de financiación de partidos, sindicatos y patronal hay que cambiarlo porque está basado en una ley hipócrita que da lugar a la corrupción".

La Fundación Ortega y Gasset

Es una institución privada dedicada a la difusión cultural, la formación, el debate y la investigación en el ámbito de las Ciencias Sociales y las Humanidades, inspirada en el espíritu del filósofo. Alberga archivos, papeles, manuscritos de obras, epistolario, fotografías...En definitiva, todo su legado. Fue fundada en 1978 por Soledad Ortega Spottorno y ha estado presidida por la fundadora, Calvo Sotelo, Duran Farell y Garrigues Walker. En la actualidad es presidente José Varela Ortega. Madrid y Toledo son sus sedes en España y se halla en pleno proceso de expansión internacional en Argentina, Colombia y México. Además, realiza actividades en la República Dominicana, Chile y Perú, donde se inauguró en 2005 una sede del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset.

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