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segunda-feira, 23 de setembro de 2013

HISPANOABLANTES

Que los hispanohablantes no balconeen su idioma
Por Graciela Melgarejo | LA NACION
Twitter: @gramelgar | Mail: lineadirecta@lanacion.com.ar |


Las citas suelen vestir un texto, sobre todo si están oportunamente hechas. En este caso, la que sigue fue tomada de Twitter, terreno muy generoso en el que ellas abundan como el musguito después de la lluvia. Andrés Schuschny ( @schuschny ) cita a Ludwig Josef Johann Wittgenstein: "Una palabra nueva es como una semilla fresca que se arroja al terreno de la discusión".


La idea del filósofo austríaco es muy inspiradora, y constituye una cita apropiada para relacionarla con una recomendación de Fundéu de hace uno o dos días, titulada " Balconear y balconeo no requieren cursivas ni comillas". Antes de que se levanten voces o comentarios airados o sarcásticos, llega la aclaración: ocurre que alguien, que no es cualquiera, usó el verbo en esta expresión: "Queridos jóvenes, no balconeen la vida...", y sembró cierta confusión en algunos medios, particularmente los españoles. Efectivamente, el papa Francisco no sólo asombra a los feligreses de todo el mundo con sus audaces medidas en el Vaticano, sino también a los redactores desprevenidos que también siembran, sí, sus escritos, pero de comillas o bastardillas.

Por eso, Fundéu aclara: "El verbo balconear , que el Diccionario académico recoge con el significado de 'observar los acontecimientos sin participar en ellos', no requiere ser destacado con cursiva o comillas. Tanto este verbo como su derivado balconeo saltaron a los medios de comunicación a finales del pasado mes de junio, después de que los utilizara el papa Francisco en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Río de Janeiro, Brasil: «Queridos jóvenes, por favor, no balconeen la vida, métanse en ella, Jesús no se quedó en el balcón...».

Reconoce Fundéu que "muchos medios, principalmente españoles, comenzaron a publicar noticias en las que emplean este verbo con algún resalte: «Francisco no va a "balconear" la inmensa crisis de Siria», «Podemos 'balconear' la realidad o animarnos a cambiarla»... Puesto que se trata de un verbo español bien formado -recogido en los diccionarios académicos de la lengua y de americanismos, así como en el María Moliner, entre otros repertorios-, en los ejemplos anteriores no habría sido necesario destacarlo entre comillas".

Aunque la palabra no es nueva y les pertenece por derecho propio a muchos de los 500 millones de hispanohablantes que la usan, fue una "semilla fresca" para despertar la conciencia lingüística dormida de los medios.

Otras citas para terminar: desde su dirección en Twitter, la librería Eterna Cadencia ( @eternacadencia ) recuerda esta frase de Samuel Beckett; "No existe pasión más poderosa que la pasión de la pereza". Si esto es así, se entiende por qué los colegas supusieron que, como Francisco es argentino, balconear no podía pertenecer al nivel general del español y no intentaron buscar la palabra en ningún diccionario.

Vale la pena traer a esta columna los ejemplos seleccionados en el Diccionario del habla de los argentinos para ilustrar mejor el uso: " balconear. intr. Mirar, observar con curiosidad, desde un balcón o desde cualquier otro sitio elevado. U. t. como tr. J. L. Borges, Esperanza [1926]: Dos días y dos noches más que nosotros cuentan los ángeles: el Señor los creó el cuarto día y entre el sol recién inventado y la primera luna pudieron balconear la tierra nuevita que apenas era unos trigales y unos huertos cerca del agua . (...) tr. P. Ext., observar los acontecimientos sin participar en ellos. H. Libertella, Camino , 1968: Atrás estaban los europeos balconeando los acontecimientos ".

© LA NACION.

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