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sexta-feira, 20 de dezembro de 2013

¡Responsabilízate!



PEDRO BERNARDO CELIS | EL UNIVERSAL - VENEZUELA

El idioma español nos permite minimizar nuestra responsabilidad. Las cosas se caen, se rompen, sin necesidad de que alguien asuma responsabilidad. Sin embargo, sabemos que las cosas no se caen solas, ni se rompen solas. Hay un responsable y no es precisamente la cosa. El idioma nos da licencia para no asumir la responsabilidad de nuestros actos. Nos invita a desentendernos de las consecuencias, a alejarnos del compromiso. En definitiva, asumir responsabilidad no es un valor en nuestra sociedad.

El idioma japonés, a diferencia del español, no es tan benévolo, y la sociedad así lo asume. El japonés llega al extremo del harakiri para asumir la responsabilidad por acciones deshonrosas. En estos tiempos modernos, hay los que se enclaustran en monasterios como forma alternativa al suicidio. En cualquier caso, asumir la responsabilidad por las acciones propias es un comportamiento natural entre los japoneses. Es un valor en su sociedad. Hay una interesante anécdota sobre Soichiro Honda, presidente de la Honda Motors Co., en los inicios de la participación de Honda en competencias de Fórmula 1. En una de las carreras, el motor se fundió. Los ingenieros, investigaron las causas, muy sorprendidos por lo ocurrido. Cuenta la anécdota que un joven ingeniero miembro del equipo descubrió que él había sido el responsable. Este ingeniero había aplicado erróneamente una formula de transferencia de calor. La consecuencia de este error fue que él diseñara una pieza más pequeña de lo debido. La misma se fundió en el intenso calor de la máquina. El joven ingeniero se acercó al Presidente de la empresa y le explicó su error. Asumió su responsabilidad. Soichiro Honda hizo que el joven se disculpara con cada uno de los miembros del equipo, ya que su error había echado a perder el trabajo y esfuerzo de todos los otros miembros. Asumir responsabilidad por lo ocurrido era lo natural. Disculparse por las consecuencias sobre los demás, era lo honorable. Pero lo más importante es que la lección derivada del evento, nunca sería olvidada, ni por el joven ingeniero ni por su equipo de trabajo.

Recordemos que todo sistema se caracteriza por ser un conjunto de elementos e interconexiones con un propósito, que redundan en un comportamiento determinado. Desde la perspectiva del pensamiento sistémico, la responsabilidad sobre el comportamiento del sistema, siempre está ubicada dentro del sistema. Nunca afuera. Indudablemente hay eventos externos que disparan un tipo de comportamiento en vez de otro. Algunas veces, esos eventos externos pueden ser controlados, pero otras veces no. Echarle la culpa al evento externo, o tratar de controlarlo, nos impide reconocer una solución más sencilla: incrementar la responsabilidad dentro del sistema.

Desde el punto de vista de análisis, ubicar responsabilidad dentro del sistema, nos permite entender mejor las razones de su comportamiento. Desde el punto de vista de diseño, el concepto de responsabilidad intrínseca es relevante. Significa que el sistema está diseñado para retroalimentar directamente a quien toma decisiones. Por ejemplo, el piloto de un avión es intrínsecamente responsable, ya que es quien recibe la retroalimentación de sus acciones directamente a través de sus instrumentos y sus sentidos. El piloto experimentará las consecuencias de sus decisiones. El equipo Honda de Fórmula 1 es un excelente ejemplo de la responsabilidad intrínseca en un sistema. Los miembros del equipo toman decisiones y experimentan las consecuencias de sus acciones relativamente rápido. Además, los miembros del equipo se reconocen como parte del sistema y asumen su responsabilidad.

En contraste, a los venezolanos nos encanta culpar eventos externos por las consecuencias que experimentamos. Si se trata de un partido de futbol que perdió la Vinotinto, la culpa la tiene el mal arbitraje, o el clima, o la altura. Nunca se trata de falta de preparación, descoordinación o estrategia interna. Si se trata del examen que fue calificado muy bajo, la culpa la tiene el profesor que raspa al estudiante. Nunca se trata del estudiante que no puso atención en clase, o no estudió suficiente y en consecuencia raspó el examen.

Por supuesto, el régimen chavista no está exento de este comportamiento. Es así que la inflación, la escasez, la devaluación y la inseguridad, es culpa de otros. Desde el punto de vista de análisis, la constante búsqueda de culpa en actores externos al régimen, si bien se entiende como un ardid político, también se convierte en tremendo impedimento para resolver los problemas. Desde el punto de vista de diseño, quienes detentan el poder no sufren las consecuencias de sus decisiones. El régimen castrocomunista se diseña a sí mismo como un sistema que no es responsable de nada, pero pretende controlarlo todo. Venezuela lo que realmente necesita es una buena dosis de responsabilidad intrínseca en todos sus ciudadanos para que podamos evolucionar como nación.

@ProfPBCelis - pbcelis@usb.ve

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