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quarta-feira, 5 de junho de 2013

Las desconocidas flatulencias de Quevedo


BITACORAS.COM

Las obras de este genio del Siglo de Oro son famosas por su ingenio y sentido del humor

FUENTE: ABC - Madrid
Francisco de Quevedo ha pasado a la historia de la literatura por su gran ingenio y su inmenso sentido del humor, que tanto le servía para dedicar un soneto satírico a su rival Luis de Góngora como para evidenciar la cojera de la reina Mariana de Austria delante de la propia esposa de Felipe IV.

Sin embargo, el gusto de este genio del Siglo de Oro por el humor y los juegos de palabras iba mucho más allá de sus obras literarias, tal y como ilustra una curiosa anécdota que recoge el blog «Desequilibros».

Un día, mientras Quevedo y el rey subían unas escaleras, al escritor se le desató un zapato. Al agacharse para atárselo, «como se le puso el culo en pompa, le dio el rey un manotazo en el culo para que siguiera».

La respuesta del poeta a esta acción fue tirarse un pedo, lo que generó la inmediata protesta del monarca que rápidamente fue acallada por la ingeniosa réplica de Quevedo: «Hombre, ¿a qué puerta llamará el rey que no le abran?».

Aunque esta anécdota aparece recogida en otras obras y atribuida a diferentes personajes de la época, es cierto que encaja muy bien con el talante de este escritor que no sólo puede presumir de protagonizar su propia colección de chistes, sino que fue capaz de dedicarle un divertido soneto al pedo. Al fin y al cabo, los gases no distinguen entre nobles y plebeyos.

PALABRAS


Julio Borrego asegura que las redes sociales aumentan el uso de la palabra
05/06/2013 | AGENCIA EFE

El premio Castilla y León de Ciencias Sociales Julio Borrego ha destacado en Zamora (España) que las redes sociales «han aumentado el uso de la palabra, que jamás se ha utilizado tanto como ahora».

Borrego ha participado junto al galardonado con el mismo Premio, Joaquín Díaz, en el Archivo Histórico Provincial de Zamora, en una charla dentro del programa «Los Mejores de los Nuestros. Conversaciones», que organiza la Consejería de Educación.

Julio Borrego ha destacado «la importancia que tiene la palabra» tanto para el desarrollo humano «como para que hoy en día existan la mayoría de las profesiones» y ha recalcado que las redes sociales no han empobrecido el lenguaje «porque nunca se ha usado tanto la palabra como ahora».

Borrego ha comentado que «las redes sociales están sirviendo también para mostrar el gran ingenio de los españoles, que es algo que comentan muchos humoristas, porque cuando se les ocurre un chiste se dan cuenta de que ya hay alguien que lo ha puesto en circulación por alguna red social».

Julio Borrego se ha referido también al lenguaje de los políticos y ha señalado que «la adaptación y la manipulación del lenguaje para unos fines se utiliza desde el Imperio Romano, por eso lo que hay que hacer es educar a la gente para que sepa cuando ocurre eso y actuar en consecuencia».

En esta idea ha coincidido también Joaquín Díaz, que ha añadido que «cualquier intento de objetividad es un avance subjetivo y una manipulación, pero más grave que el uso de la palabra es el de otras cosas» como la violencia.

Díaz ha confiado en que el estudio de la etnografía atraiga a los jóvenes, «porque siempre tiene que haber gente que se preocupe por el patrimonio, que tenga interés por conocer su pasado, estudiarlo, mejorarlo de cara al futuro y dejar a los descendientes un legado».

Al acto de «Los Mejores de los Nuestros. Conversaciones» en Zamora ha asistido el consejero de Educación, Juan José Mateos, que ha destacado «la labor que hacen como referentes» ambos humanistas y la importancia de estos actos públicos «para que les conozcan los jóvenes y se acerquen a su labor, porque representan lo que son los valores, la calidad y la excelencia».

LA LENGUA VIVA


Lenguas o dialectos
Amando de Miguel


La polémica sobre si son lenguas o dialectos se parece al cuentecillo de si eran galgos o podencos. Pero reconozco que es una polémica viva. José Antonio Martínez Pons me cuenta que en Mallorca hay variaciones sustantivas de palabras corrientes entre dos pueblos situados una decena de kilómetros. Incluso en Palma se distingue a los del barrio de Santa Catalina por su peculiar acento y vocabulario. Don José Antonio me dice que hay un músico vasco, un tal Escudero, que ha compuesto una obra coral en tres versiones: en el vascuence de su pueblo, en batúa y en castellano.

Tomás Gimpera Pere se acoge a la autoridad de Emilio Alarcos para concluir que entre el catalán y el valenciano hay menos diferencias que entre el castellano de Madrid y el de Andalucía. Puede ser según cómo se mida, digo yo. Además, eso no prueba nada. Don Tomás asegura con ironía que "ha descubierto, asombrado, que habla y domina perfectamente cuatro lenguas diferentes", a saber, el lampao, el valenciano, el balear y el catalán. Ese último es su "idioma propio". No habla del castellano, aunque escribe en ese idioma y concluye:

Que a nadie le extrañe que cada vez seamos más los ciudadanos del noreste que queremos largarnos de esta mierda de país llamado España. Ni que sea para perder definitivamente de vista a los hijos de puta que escriben en Libertad Digital y en el resto de panfletos de la caverna liberal hispánica.

¡Pero qué españolazo es don Tomás!

Sobre una anterior consulta. Ignacio Frías nos dice que garrabán es el fruto de la gabarda o escaramujo (rosal silvestre).

A veces vale más una imagen que cien palabras. Julio Iglesias de Ussel (tan curioso como siempre) me envía una foto de una ceremonia militar de Corea del Norte. Aparece una fila de generales en posición de firmes. Cada uno lleva un centenar de condecoraciones, que llenan la pechera, las mangas y hasta una parte del pantalón.

Jaime Lerner (nuestro corresponsal de Tel Aviv) aporta un pequeño diccionario sobre el origen de algunas expresiones porteñas (de Buenos Aires). Por ejemplo, el atorrante es en Argentina el pendenciero y vulgar. El origen está en unas grandes tuberías que se utilizaron a principios del siglo pasado para acometer las obras de desagüe de la ciudad. Los caños o tuberías llevaban impreso el nombre del fabricantes francés: "A. Torrant et Cie". Los vagabundos de la ciudad se refugiaban en esos caños. Por un proceso de metonimia se acabó llamando atorrantes a esos marginados. Don Jaime nos cuenta el origen de otras expresiones, como atar los bártulos o viva la Pepa, pero las llevaron a la Argentina los gallegos. Supongo que los libertarios saben ya su origen. Los bártulos eran los libros de texto que traían los bolonios, los que iban a estudiar Derecho a Bolonia. Era otra metonomia: el librote de Bártulo de Sasso-Ferrato. El viva la Pepa (por la Constitución de 1812, promulgada el día de San José) pasó a ser una expresión de quitar importancia a las cosas. Hay otras expresiones específicamente argentinas, como croto (= indigente), por un tal José Camilo Crotto, gobernador de la provincia de Buenos Aires. Fue el que permitió a los peones rurales viajar en los trenes de mercancías.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE


medioambiente, mejor que medio ambiente

Las formas medioambiente y medio ambiente son correctas, aunque es preferible la grafía simple.

Las palabras que pierden su acento al pronunciarse junto a otras tienden a escribirse unidas, motivo por el cual medio ambiente, arco iris o boca arriba forman medioambiente, arcoíris y bocarriba, de acuerdo con la Ortografía de la lengua española.

En los medios de comunicación es habitual leer oraciones como «Todos los participantes compartieron una charla centrada en el cuidado del medio ambiente» o «Iberia renueva sus certificados de calidad y medio ambiente».

Si bien esta grafía se considera correcta, lo más aconsejable habría sido escribir medioambiente en ambas oraciones.

Por otro lado, cuando forma parte de la denominación de un organismo se aconseja respetar la forma que aparece en el nombre de la institución: «El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente está trabajando para reducir en un 10 % las emisiones contaminantes para 2020».

El plural de medioambiente es medioambientes y el adjetivo derivado es medioambiental, en una sola palabra.

Homenaje a Federico García Lorca


El poeta que vivió y contó lo vivido
El prolífico escritor andaluz nació un día como hoy hace 115 años. Es considerado un aclamado símbolo de resistencia después de morir fusilado durante la Guerra Civil española
LA VOZ / JOSE A. PONTE FAR

Federico García Lorca nació hace hoy 115 años. Considerado uno de los más grandes poetas que España ha tenido en el siglo XX, consiguió representar como nadie la tragedia y la grandeza del ser humano. Abiertamente homosexual, Federico García Lorca, el «poeta mártir», ha pasado a la historia como un aclamado símbolo de resistencia después de morir fusilado durante la Guerra Civil española.
Nació Federico García Lorca el 5 de junio de 1898 en el pueblo de Fuente Vaqueros. Su vida fue breve, tan breve que realmente sólo se puede hablar de su infancia, adolescencia y juventud. No pudo disfrutar su madurez. No le dejaron. Aquella España era demasiado raquítica para la grandeza de este poeta andaluz. Mataron a Federico García Lorca en agosto de 1936. El crimen fue en Granada.
Federico García Lorca, hijo de un labrador acomodado, dueño de tierras y cortijos, y de una maestra de pueblo, heredó del primero la pasión, y de la segunda, la inteligencia y la sensibilidad. «Toda mi infancia es pueblo: Pastores, campo, cielo, soledad... ». Y es su madre quien le enseña a leer, música y canciones, y la tía Isabel a tocar la guitarra y a cantar coplas, canciones populares, viejas leyendas e historias... «He tenido una infancia muy larga, y de esa infancia tan prolongada me ha quedado esta alegría, mi optimismo inagotable. Esta risa de hoy es mi risa de ayer, mi risa de infancia y de campo, mi risa silvestre...»
El niño Federico García Lorca feliz, mientras se pierde por el campo, contempla el viento o escucha la noche, muestra ya un gusto y una sensibilidad especiales para la poesía y para el teatro. Con facilidad aprendía de memoria romances y canciones populares, versos dramáticos o alegres, que gustaba recitar o cantar para compañeros o en las veladas familiares. Tenía sólo siete años cuando Federico García Lorca construye su primer teatro de marionetas, ayudado por una niña amiga de la casa. En estos años se afianzan y fortalecen las raíces de su arte poético y escénico. Su adolescencia transcurre en Granada, entre un desatendido bachillerato y una tenaz y gustosa dedicación a la lectura (Valle-Inclán, Rubén Darío,Verlaine, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Azorín) y a la música: se atreve ya a interpretar al piano a Beethoven, Schubert, Chopin, Ravel... y traba Federico García Lorca amistad con Manuel de Falla.
La juventud madrileña de García Lorca
Federico García Lorca se traslada a Madrid en 1919. Está dispuesto a cursar dos carreras universitarias: Derecho y Filosofía y Letras. Termina, mal que bien, en 1923, la primera, que no llegará a ejercer; a pesar de su gran afición por la literatura, nunca terminará la segunda. Pero de Federico García Lorca interesa más el ambiente que él es capaz de crear siempre a su alrededor. Instalado en la Residencia de Estudiantes, su vida transcurre entre música, poesía, literatura y actividad creadora y cultural. En el ambiente serio y un tanto britanizado de la Residencia, Federico García Lorca era un estallido de libertad, inspiración y alegría. Alberti, Dalí y Buñuel fueron sus más fieles seguidores. Allí, y así, vivió Federico García Lorca nueve años, en los que hizo amigos, se relacionó con otros artistas y literatos, frecuentó tertulias y tabernas populares, como la de Eladio, en la calle de León, cuyo ambiente era predominantemente ultraísta. Vivir y ver vivir era lo principal para él. «Yo, antes que nada, soy vidista», solía decir Federico García Lorca.
En 1921, Federico García Lorca accede a las peticiones de su amigo Gabriel García Moroto, pintor e impresor, para reunir en un volumen parte de las poesías que lleva escritas. Se publica Libro de poemas, obra juvenil, pero que ya adelanta la indiscutible personalidad de su autor. El libro pasó casi desapercibido, menos para Juan Ramón Jiménez, que acababa de fundar una nueva revista de literatura, Índice, y se apresuró a invitarle a que colaborase en ella; así, a partir del número dos, y en los siguientes, aparecerán poemas de Federico García Lorca en la misma.
Federico García Lorca, maestro del teatro y la poesía
En 1925, Federico García Lorca da por terminada su obra de teatro Mariana Pineda, cuya primera lectura pública hace en Cadaqués, adonde ha ido a pasar unos días a casa de su amigo Salvador Dalí. La hermana de éste, Ana María, recuerda así la ocasión: «Al terminar, todos estábamos conmovidos. Mi padre gritaba excitado, diciendo que Federico García Lorca era el poeta más grande del siglo. Yo tenía los ojos llenos de lágrimas, y Salvador nos miraba curioso y enorgullecido, como diciendo: ¡Eh!, ¿qué os creíais?». La obra no se estrenaria hasta 1927.
El estreno de Mariana Pineda fue en junio, en el teatro Goya de Barcelona, interpretada por Margarita Xirgu, la mejor intérprete del teatro lorquiano, descubridora y animadora del talento de dramaturgo que poseía Federico García Lorca. El éxito fue total, algunas veces apoteósico. La crítica no dejó de destacar el excepcional tono lírico de algunas de sus escenas y la perfecta estructura del desarrollo de la acción, además del gran valor poemático de las canciones infantiles, y el romance de la muerte de Torrijos y el de los toros, incluidos en el drama. Fue una suerte bien distinta a la que tuviera en el estreno de su primera obra teatral, El maleficio de la mariposa, en 1920, que fue protestada por los espectadores. El éxito de Mariana Pineda continuó en las sucesivas representaciones, tanto en escenarios españoles, como europeos y americanos.
De 1927 es, también, la publicación de su libro Canciones, y del año siguiente, su esperadísimo Romancero gitano, algunos de cuyos poemas habían aparecido ya en revistas o recitados por el propio Federico García Lorca en algunos de los muchos recitales públicos que ofreció en su frenética actividad literaria. Otra vez el éxito fue inmediato, y la edición se agotó en unos meses; pocas veces un libro de poemas logra obtener, como obtuvo éste, un éxito popular y, al mismo tiempo la admiración de otros poetas y críticos más selectos. La gloria había comenzado a rendirse al genio poético de Federico García Lorca, el cual será, desde este momento, el poeta más conocido de entre todos los que configuran la tan brillante Generación del 27. Sensualidad, colorido, brillantez formal, realidad transfigurada por medio de imágenes y metáforas, en Romancero gitano quedó plasmada toda la grandeza poética del poeta granadino.
Quizá convenga aclarar que Federico García Lorca no es un poeta popular, en el sentido de que su poesía es fácil y asequible a todos. Tampoco es un poeta intelectualizado, ya que su concepto de la poesía está tan asimilado que ésta parece hasta fácil. Lo que sí es cierto es que Federico García Lorca es un poeta pleno, que no atiende a la superficialidad, sino a lo hondo del pueblo y de su propia alma. Su vida derrochaba entrega y simpatía, sin embargo su poesía cantaba y explicaba la pena, el sentido trágico del andaluz, expresado en su cante jondo, que es alegría y sollozo: «Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto de la guitarra, es inútil callarla. Es imposible callarla». Es Federico García Lorca un poeta visionario, que va más allá de la realidad que nos refleja el espejo, para indagar en la «otra» realidad, la que el verdadero poeta debe inventar por medio de la imagen, la metáfora, la simbología, la alegoría y la utopía.
Madurez y plenitud de Federico García Lorca
En 1929, quizá para superar una crisis personal que estaba sufriendo, Federico García Lorca acepta la invitación de su antiguo maestro, Fernando de los Ríos, para viajar a Estados Unidos. Así fue como conoció Nueva York, que le inspirará el sorprendente libro de poemas titulado Poeta en Nueva York. Con un tono desgarrado, en la línea de la estética surrealista, Federico García Lorca denuncia la angustia y la soledad, el miedo y la esclavitud que hay detrás de la deslumbrante fachada de la ciudad de los rascacielos. Nos revela en Poeta en Nueva York el trasfondo trágico de una civilización mecanizada, deshumanizada y explotadora.
De vuelta en Madrid, y ayudado de nuevo por Fernando de los Ríos, ahora Ministro de Instrucción Pública, Federico García Lorca pone en marcha, en 1932, La Barraca, un grupo de teatro universitario, ambulante, cuya finalidad era divulgar las obras de Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina y otros dramaturgos de análoga categoría. Así Federico García Lorca recorrerá Castilla, Andalucía, Valencia, Cataluña, Galicia... Una hermosa realidad que duró cuatro años. Con ocasión de un viaje a Coruña, invitado a dar unas conferencias, escribió sus célebres Seis poemas galegos, con la ayuda lingüística de Eduardo Blanco Amor y Ernesto Guerra da Cal, amigos personales del poeta.
Aunque la vida de Federico García Lorca haya sido corta, su producción es tan extensa que, necesariamente, no podemos atender a todas sus obras, tanto poéticas como dramáticas, por lo que nos limitamos ya a las que han obtenido éxito y reconocimiento mundial: Bodas de Sangre -estrenada en 1933-, Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba, escrita en 1936, pero que el poeta no llegó a ver representada. En abril la da a conocer en una lectura íntima en casa del doctor E. Oliver, con asistencia, entre otros, de Dámaso Alonso, Jorge Guillén y Guillermo de la Torre.
Con estas tres obras, Federico García Lorca logró reanudar el sentido auténtico de la tragedia. Salvando cualquier tipo de localismo geográfico, eleva la acción trágica y su tema ?sentido trágico de la maternidad? a un plano universal.
Comparado con Lope de Vega por la perfecta combinación de lo culto con lo popular, así como por saber estar por encima de la erudición y la retórica, considerado como un Esquilo moderno por su aportación a la tragedia, Federico García Lorca, con estas tres tragedias rurales, trasciende todas las fronteras nacionales y su obra acaba siendo admirada y estimada en todo el mundo.
Trágico final de Federico García Lorca
Dado que, como todo poeta, Federico García Lorca carecía del sentido de la realidad, se empeñó en ir a pasar el verano a su tierra granadina, como todos los años. Pero éste era un verano muy especial, el de 1936, el de la guerra civil y fratricida, que estalló a los pocos días de estar en su casa. Un mes más tarde lo mataron la envidia, el odio y la brutal insania. El gran Antonio Machado tuvo las palabras adecuadas para tan vil acto: «Se le vio, caminando entre fusiles, por una calle larga, salir al campo frío, aún con estrellas de la madrugada. Mataron a Federico cuando la luz asomaba. El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara. Todos cerraron los ojos; rezaron: ¡ni Dios te salva! Muerto cayó Federico -sangre en la frente y plomo en las entrañas- ...Que fue en Granada el crimen sabed -¡pobre Granada!- en su Granada...

Antonio Muñoz Molina

Premio Príncipe de Asturias de las Letras
El galardón distingue el compromiso literario y ensayístico del académico

Antonio Muñoz Molina, en una foto del 2009 JUAN LAZARO

Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956) ha sido galardonado hoy con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2013, al que optaban dieciocho candidaturas de once países, entre ellas las del también español Luis Goytisolo, el irlandés John Banville o el japonés Haruki Murakami. El jurado ha destacado que su obra asume «admirablemente» la condición del intelectual comprometido con su tiempo y ha incidido en «la hondura y la brillantez» con las que Antonio Muñoz Molina ha narrado «fragmentos relevantes de la historia de su país, episodios cruciales del mundo contemporáneo y aspectos significativos de su experiencia personal».
Antonio Muñoz Molina, escritor andaluz y académico de la Lengua, es autor de obras como El invierno en Lisboa (1987), con la que recibió los Premios Nacional de Narrativa y la Crítica; El jinete polaco -Premios Planeta y Nacional de Narrativa en 1991 y 1992, respectivamente-; o Plenilunio (1997), que obtuvo en 1998 el Premio Fémina a la mejor novela extranjera.
Antonio Muñoz Molina es, por tanto, el primer escritor en lengua castellana que gana este galardón desde que en el 2000 lo hiciera el mexicano Agusto Monterroso. En los últimos años fueron distinguidos con este premio el novelista estadounidense Philip Roth (2012); el poeta y cantante canadiense Leonard Cohen (2011); el escritor libanés Amin Maalouf (2010); el narrador, ensayista y poeta albanés Ismaíl Kadaré (2009), y la escritora canadiense Margaret Atwood (2008).
Nacido en Úbeda (Jaén) en 1956, Antonio Muñoz Molina empezó a estudiar Periodismo en Madrid y se trasladó después a Granada, en cuya Universidad se licenció en Historia del Arte y donde vivió durante veinte años. Allí trabajó como funcionario, mientras colaboraba como columnista en el ya desaparecido Diario de Granada. A lo largo de los años ha seguido colaborando como articulista en la prensa, publicando en ABC, El País, Ideal o las revistas Muy Interesante y Scherzo.
Intelectual comprometido y observador escrupuloso de la realidad, Antonio Muñoz Molina concibe la escritura como un atesoramiento personal de experiencias compartidas, como «una persecución del fugitivo momento en que el recuerdo se trueca en deslumbradora certeza estética». Periodismo y literatura se funden en su obra, de estilo sobrio, refinado y depurado, sin artificios innecesarios y cierto tono melancólico.
En 1984, Antonio Muñoz Molina publicó su primer libro, El Robinson urbano, una recopilación de los artículos aparecidos en el Diario de Granada. En su primera novela, Beatus ille, publicada en 1986, aparece ya la ciudad imaginaria de Mágina, trasunto de Úbeda, que utilizará en obras posteriores.
En 1989, Antonio Muñoz Molina había publicado Beltenebros. En 1992 se trasladó a Madrid y al año siguiente viajó a Estados Unidos, donde impartió docencia durante un año en la Universidad de Virginia. Había viajado por vez primera a Nueva York en 1990 y volvía en años sucesivos cada vez con más frecuencia, hasta que en el 2001 y el 2002 dio clases en la City University. En el 2004 fue nombrado director del Instituto Cervantes en esta ciudad, en la que escribió La noche de los tiempos (2010). En la actualidad, vive entre Nueva York y Madrid.
Para Antonio Muñoz Molina «el escritor continúa el oficio inmemorial de los narradores de cuentos, que daban forma mediante relatos orales a la experiencia compartida del mundo». «Contar y escuchar historias no es un capricho, ni una sofisticación intelectual: es un rasgo universal de la condición humana, que está en todas las sociedades y arranca en la primera edad de la vida», considera el escritor.
Antonio Muñoz Molina es autor, además de las obras ya citadas, de las novelas El dueño del secreto (1994), Ardor guerrero (1995), Carlota Fainberg (1999), En ausencia de Blanca (2001), Sefarad (2001), El viento de la luna (2006), Días de diario (2007) y La noche de los tiempos (2009).
Además de El Robinson urbano, ha publicado las recopilaciones de artículos Diario del Nautilus (1986), Las apariencias (1995), La huerta del Edén (1996) y La vida por delante (2002); los libros de relatos cortos Las otras vidas (1988) y Nada del otro mundo (1993) y los ensayos y libros de no ficción La realidad de la ficción (1993), ¿Por qué no es útil la literatura? (1994, con Luis García Montero), Pura alegría (1998), Ventanas de Manhattan (2004) y Todo lo que era sólido (2013).
Traducido al alemán, francés, inglés, italiano y portugués, Antonio Muñoz Molina ha recibido entre otros, además de los ya mencionados, el Premio Jean Monnet de Literatura Europea, el Prix Méditerranée Étranger (Francia, 2012), el Premio Jerusalén (2013) y el Premio Qué Leer, concedido por los lectores de la revista homónima.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE


proceso de destitución, alternativa a impeachment

La expresión proceso de destitución o procedimiento de destitución es apropiada para referirse al procedimiento conocido en inglés como impeachment, por el que un órgano legislativo procesa a un alto cargo para una eventual destitución, característico del sistema político estadounidense, entre otros.

En las noticias sobre el escándalo del espionaje a Associated Press, que afecta al presidente de los Estados Unidos, se está hablando de la posibilidad de comenzar este proceso a Barack Obama: «Un hipotético y de momento poco probable impeachment podría resultar en absolución» o «Algunos republicanos incluso piden que se le someta a un proceso de impeachment».

Estos ejemplos se podrían haber escrito mejor: «Un hipotético y de momento poco probable procedimiento de destitución podría resultar en absolución» o «Algunos republicanos incluso piden que se le someta a un proceso de destitución».

En ocasiones se usa el término impeachment para la destitución en sí, pero es un uso inapropiado porque el proceso no siempre se resuelve con ella; así, en el caso de «Tras el impeachment del presidente de Paraguay, este país fue expulsado de Mercosur» realmente se quería hablar más específicamente de su destitución.

Otras alternativas, que pueden ser adecuadas en función del ordenamiento jurídico de cada país, son juicio político, juicio de desafuero o proceso político. De optarse por la palabra inglesa, se recomienda escribirla en cursiva o, en su defecto, entre comillas: impeachment.

INCORRECCIONES


LAS INCORRECCIONES SON HABITUALES
7 errores gramaticales muy comunes que debemos evitar
Muchas veces nos dejamos llevar por las prisas y no nos paramos a pensar en lo que decimos (o escribimos). (Corbis)
Héctor G. Barnés

Aunque en ocasiones no lo parezca, todos hemos ido a la escuela y nuestros profesores nos han enseñado cuáles son las principales reglas gramaticales del idioma castellano. Por gramática entendemos la organización de las palabras dentro de una oración, y sus reglas y principios. Parece muy sencillo cumplirlas, pero diversos factores provocan que en muchas ocasiones hagamos caso omiso de ellas. Uno de ellos es el uso del castellano en cada zona de España, que hace que lo incorrecto esté ampliamente extendido. Es el caso, por ejemplo, del leísmo castellano. Otro factor es la urgencia de la expresión: cuando hablamos en voz alta, resulta difícil vigilar las concordancias de género y número y es habitual que incurramos en leves, aunque comprensibles, errores.

Junto a la Ortografía y el Diccionario, la Gramática es uno de los tres libros más importantes de los publicados por la Real Academia de la Lengua Española. La edición de 2009, que fue la primera editada por la academia desde 1931, fue responsabilidad del lingüista Ignacio Bosque Muñoz, catedrático de Filología Hispánica de la Universidad Complutense de Madrid, y se trata de la obra de referencia sobre este tema. Para septiembre de este año está prevista una nueva edición. Pero, ¿cuáles son los errores que se cometen más a menudo? Todos podemos encontrar la solución en nuestros libros de texto, pero seguramente estos estén cogiendo polvo en algún lugar oculto de nuestro hogar…

“Cuatro de cada cien lleva una mala alimentación”: errores de concordancia. Uno de los más habituales en el lenguaje hablado, ya que al pensar sobre la marcha tendemos a centrarnos más en el contenido que en la forma de lo que decimos. Debemos tener cuidado con expresiones como “la mayoría de personas”, ya que el verbo ha de concordar con el sujeto, que es “la mayoría”, y no con “las personas”, aunque la RAE ya no considere incorrecto concordar con este complemento. La utilización de pronombres puede confundirnos fácilmente (como ocurre con el caso de “les tengo envidia a estas personas”, que ha de ir en plural) o cuando un adjetivo ha de concordar con el complemento directo (“pinta azules esas palabras” en lugar de “pinta azul esa palabra”).
“Si querría hacerlo…”: utilización incorrecta del subjuntivo. El empleo de este modo verbal constituye una de las mayores dificultades que hemos de afrontar en nuestro habla, ya que requiere un esfuerzo mental mucho mayor por lo alambicadas que resultan las construcciones en las que aparece el subjuntivo, que por lo general suele indicar posibilidad, incertidumbre o subjetividad. En muchas ocasiones, lo que ocurre es que se utiliza el modo indicativo cuando debería emplearse el subjuntivo. Es el caso, por ejemplo, de “estaría bien que vengas” o “hubiese preferido que estás”. Suele ocurrir a menudo también en la utilización de condicionales, como es el caso de “si yo tendría más tiempo…”, incorrecto.
“Bajo ningún punto de vista”: utilización incorrecta de preposiciones. Cualquiera que haya estudiado con un poco de profundidad el idioma inglés sabrá que los llamados “phrasal verbs”, con sus matices obtenidos gracias a las diferentes preposiciones, resultan altamente complicados para el no angloparlante. En español no es exactamente igual de difícil, pero aun así, tenemos dificultades para diferenciar cuál es la preposición exacta que se debe emplear con cada verbo. Es lo que ocurre, por ejemplo, con los galicismos “a tomar”, “a decidir”, etc., que se deben expresar con una oración subordinada (por ejemplo, “es una decisión que se debe tomar” es correcto y “es una decisión a tomar”, incorrecto), o expresiones mal utilizas como “quedar de venir”, “bajo ningún punto de vista” (se debe decir “desde ningún punto de vista”), “cerca a” o “en consecuencia a” (las correctas son “cerca de”, o “como consecuencia de”).
“No pienses de que te vas a salir con la tuya”: dequeísmo. Una de las variantes del punto anterior, que nos lleva a utilizar expresiones como “me dijo de que tenía razón” o como “resulta de que había venido muy pronto”. Ojo, porque esta regla es un arma de doble filo. Hay que tener cuidado con no pasarse con la corrección y comenzar a utilizar de manera incorrecta expresiones como “me olvidé comprar” (que debería ser “me olvidé de comprar”) o no utilizar nunca “de que”, incluso cuando está bien (como es el caso de los verbos “acordarse”, “presumir”, “estar seguro”, etc.).
“Le quiero mucho”. Laísmo, leísmo y loísmo. El triángulo de las Bermudas de la meseta castellana. El menos habitual de los tres es el loísmo, que consiste en sustituir el pronombre “le” (objeto indirecto) por “lo” (objeto directo). Un ejemplo de esta mala utilización sería decir “lo voy a dar un beso”. El laísmo consiste en utilizar “la” como complemento indirecto cuando la única palabra que puede cumplir esa función es “le”. Por ejemplo, la oración “la voy a dar un beso”, que aunque se refiera al género femenino, debe emplear “le”. El más habitual en esta triada es el leísmo, la sustitución del complemento directo “lo” por el “le” que debería utilizarse únicamente para complementos indirectos. Por ejemplo: “le quiero mucho”. Aunque se considera un vulgarismo, la RAE considera aceptable el leísmo.
“Ayer vinistes pronto”. Añadir “s” en la segunda persona del pretérito imperfecto de singular. “Tú comistes”, “tú pensastes”, “tú vinistes”. Todas estas expresiones son absolutamente incorrectas, y no deben emplearse jamás.
“Hubo un incendio, muriendo tres personas”: gerundio de posterioridad. Uno de los más empleados en la prensa, ya que muchos no son conscientes de que este empleo de la expresión es incorrecto. Consiste en utilizar el gerundio para expresar una acción que ocurre detrás de otra, como es el caso de “se cayó por las escaleras rompiéndose una pierna”. Es incorrecto, ya que el gerundio sólo puede emplearse para expresar simultaneidad.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA


Cada uno tiene su grado de dificultad

El futbol, la política, la fiesta del toreo… hay muchas cosas de las que con frecuencia hablamos aparentemente con mucha autoridad, pero de las cuales en realidad sabemos bastante poco. El idioma es uno de esos temas y eso ha dado lugar a que se construya una gran cantidad de mitos acerca del tema y los cuales con mucha facilidad, damos por ciertos.

Afirmamos, por ejemplo que nuestro español es muy difícil, mucho más difícil por ejemplo que el inglés. Pero si lo comparamos con el japonés o con el chino ¡quién sabe cómo le iría! Yo creo que cada idioma tiene su grado de dificultad.
Ciertamente si comparamos el español con el inglés en cuanto a las conjugaciones verbales, pues sí resulta más complicado, pero eso no lo es todo como para juzgar “la calidad” del idioma.
En una entrevista formal o informal, casi siempre me hacen esta pregunta con tono de afirmación: Hablamos muy mal en México, ¿verdad? Y yo les contesto que sí, hablamos muy mal en México, sobre todo cuando andamos ebrios y también sucede eso en Colombia, en Italia, en la Tierra de Fuego y en todo el mundo. Porque ¿qué es hablar mal? Habría que definir eso primero. No podemos decir que se habla mal o bien en un lugar determinado si ni siquiera podemos definir con claridad lo que significa “hablar bien”.
En el párrafo anterior cité intencionalmente a Colombia porque hay el dicho muy difundido de que en la tierra de García Márquez todo mundo habla como académico. Pues para empezar el mismo Gabo no fue muy elegante en su hablar cuando tituló una de sus novelas más recientes como “Memoria de mis “sexoservidoras” tristes”, utilizando en lugar de “sexoservidoras” un vocablo más común y de sólo cuatro letras que yo no podría reproducir aquí.
No estoy diciendo que ese título signifique que el pueblo colombiano o el “Gabo” sean mal hablados, sólo afirmo que no hay fundamento para decir que dentro de las fronteras colombianas la gente se preocupa más por el buen uso del idioma que en Venezuela o en Chile o en cualquiera otra parte. Es un factor que no creo que sea fácil medir.
También quiero citar que hay una preocupación muy generalizada porque con la llegada de la Internet, los jóvenes, hoy más que nunca, “están destrozando el idioma” escribiendo ke con K en lugar de Q y TQM en vez de “te quiero mucho”. Pero no, señoras y señores, tranquilícense… si alguien hace mal uso del idioma es SU problema, al idioma NO le pasa nada.
Claro que es importante enseñar a los niños desde pequeños, el uso correcto de la lengua, pero el hecho de que haya muchos que lo usan mal, al idioma no le afecta. Es un hecho totalmente independiente.
Lo que afirmo aquí –y lo aclaro para que no se me malinterprete- es que al idioma no le pasa nada… Por el idioma no se preocupen. NO hay que confundir la natural evolución de una lengua con el hecho de que sea corrompida o descompuesta porque muchos hagan mal uso de ella.
Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Azael Quiroga pregunta qué significa la palabra escarnio.
RESPUESTA:
El escarnio es burla. Hacer escarnio de una persona es burlarse de ella.
Me retiro con esta reflexión. Nosotros matamos al tiempo, pero él nos entierra ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

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