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segunda-feira, 23 de setembro de 2013

HISPANOABLANTES

Que los hispanohablantes no balconeen su idioma
Por Graciela Melgarejo | LA NACION
Twitter: @gramelgar | Mail: lineadirecta@lanacion.com.ar |


Las citas suelen vestir un texto, sobre todo si están oportunamente hechas. En este caso, la que sigue fue tomada de Twitter, terreno muy generoso en el que ellas abundan como el musguito después de la lluvia. Andrés Schuschny ( @schuschny ) cita a Ludwig Josef Johann Wittgenstein: "Una palabra nueva es como una semilla fresca que se arroja al terreno de la discusión".


La idea del filósofo austríaco es muy inspiradora, y constituye una cita apropiada para relacionarla con una recomendación de Fundéu de hace uno o dos días, titulada " Balconear y balconeo no requieren cursivas ni comillas". Antes de que se levanten voces o comentarios airados o sarcásticos, llega la aclaración: ocurre que alguien, que no es cualquiera, usó el verbo en esta expresión: "Queridos jóvenes, no balconeen la vida...", y sembró cierta confusión en algunos medios, particularmente los españoles. Efectivamente, el papa Francisco no sólo asombra a los feligreses de todo el mundo con sus audaces medidas en el Vaticano, sino también a los redactores desprevenidos que también siembran, sí, sus escritos, pero de comillas o bastardillas.

Por eso, Fundéu aclara: "El verbo balconear , que el Diccionario académico recoge con el significado de 'observar los acontecimientos sin participar en ellos', no requiere ser destacado con cursiva o comillas. Tanto este verbo como su derivado balconeo saltaron a los medios de comunicación a finales del pasado mes de junio, después de que los utilizara el papa Francisco en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Río de Janeiro, Brasil: «Queridos jóvenes, por favor, no balconeen la vida, métanse en ella, Jesús no se quedó en el balcón...».

Reconoce Fundéu que "muchos medios, principalmente españoles, comenzaron a publicar noticias en las que emplean este verbo con algún resalte: «Francisco no va a "balconear" la inmensa crisis de Siria», «Podemos 'balconear' la realidad o animarnos a cambiarla»... Puesto que se trata de un verbo español bien formado -recogido en los diccionarios académicos de la lengua y de americanismos, así como en el María Moliner, entre otros repertorios-, en los ejemplos anteriores no habría sido necesario destacarlo entre comillas".

Aunque la palabra no es nueva y les pertenece por derecho propio a muchos de los 500 millones de hispanohablantes que la usan, fue una "semilla fresca" para despertar la conciencia lingüística dormida de los medios.

Otras citas para terminar: desde su dirección en Twitter, la librería Eterna Cadencia ( @eternacadencia ) recuerda esta frase de Samuel Beckett; "No existe pasión más poderosa que la pasión de la pereza". Si esto es así, se entiende por qué los colegas supusieron que, como Francisco es argentino, balconear no podía pertenecer al nivel general del español y no intentaron buscar la palabra en ningún diccionario.

Vale la pena traer a esta columna los ejemplos seleccionados en el Diccionario del habla de los argentinos para ilustrar mejor el uso: " balconear. intr. Mirar, observar con curiosidad, desde un balcón o desde cualquier otro sitio elevado. U. t. como tr. J. L. Borges, Esperanza [1926]: Dos días y dos noches más que nosotros cuentan los ángeles: el Señor los creó el cuarto día y entre el sol recién inventado y la primera luna pudieron balconear la tierra nuevita que apenas era unos trigales y unos huertos cerca del agua . (...) tr. P. Ext., observar los acontecimientos sin participar en ellos. H. Libertella, Camino , 1968: Atrás estaban los europeos balconeando los acontecimientos ".

© LA NACION.

"CURRÍCULUM MORTAE"










Soy un rumiante. / Pasto palabras
Eugène Guillevicen El Mundo - España


- ¿Nombre?- Te pregunta entonces, con tono aséptico.

- "..."- Le contestas con timidez. Te hubiera gustado mentirle, como hace todo españolito de a pie que se precie de serlo en su currículo (¡pícaros desde la cuna!); decirle que, en realidad, te llamas Luis Bárcenas, o Francisco Paesa, o Iñaki Urdangarin, o que eres el mismísimo príncipe Felipe aunque hoy te hayas levantado en uno de esos días en que no pareces tú mismo por culpa de la enésima bronca nocturna con doña Letizia, pero te conformas con soltar ese Santiago Carriedo, tu verdadero nombre, que suena a mañanas perdidas en futbolines de barrio periférico en vez de a título nobiliario o a máster en el extranjero. No mientas. No mientas. No mientas. Te repites mentalmente frente al tipo malencarado y encorbatado que en este momento repasa el foliaco de tu currículum vitae como si fueses culpable de algo. De haber atropellado a su perro sin querer, por ejemplo. No mientas. No mientas. No mientas más que en lo necesario para convencer a este capullo de que tú eres su mejor opción.

- Hmmmmm. Veo aquí que está casado y tiene dos hijos (suelta, muy serio, tanto que no sabes si eso es bueno o malo).

-...- Le contestas afirmativamente, segundos antes, eso sí, de embargarte la sensación de haber metido la pata. ¿Y si resulta que estos son de esos empresarios que hacen de la conciliación familiar un rollo de papel higiénico con el que limpiarse el culo? ¿Y si lo que prefieren son cowboys solitarios dispuestos a dormir en la mesa de la redacción? Empiezan los sudores fríos (y eso que esta gente no escatima en aire acondicionado). Dos de dos. Dos preguntas, dos cagadas. Vamos mal, Santi, me digo. Y me rehago un poco el nudo de la corbata.

- ¿Por qué dejó su último empleo y qué piensa encontrar en éste?- Inquiere, de golpe y porrazo, antes de espantar la mosca que trata de aterrizar en su calva, y ahí, con su copulativa en medio, aparecen de repente las preguntas del millón de euros.

¡Jóoooooder! ¿Que por qué dejé mi último empleo? No, perdone. Es que fue él quien me dejó a mí. Ha oído hablar de la crisis, de los recortes, de los ERES, o es que no llega nada de lo que está ocurriendo en el exterior en el mullido sillón de este costoso despacho. ¿Que qué pienso encontrar en éste? Pues no estoy muy seguro. O sí. Dignidad. Algo difícil de encontrar últimamente en el mercado de trabajo. La dignidad suficiente como para no sentirme cada mañana, al despertar, como el enorme insecto de Kafka que, frotando sus patas, se cambia el pijama por un traje oscuro y se dirige al trabajo no sin antes hacer cola, en un interminable atasco, con otros cien mil enormes insectos kafkianos. Dignidad para vivir como un ser humano y como tal poder mirarme al espejo. La dignidad suficiente como para decirle, en este mismo instante, que su trabajo de seleccionador de insectos apesta y que yo no dormiría a gusto si por cada elegido tuviese que rechazar a más de 300 desempleados.

Ni recuerdo lo que contesté, la verdad. Sólo sé que me levanté. Estreché su lechosa mano de mantequilla. Soporté por última vez su falsa sonrisa de roedor estomagante y salí del despacho. En el recibidor había más de 15 enormes insectos, todos ellos agarrados a sus maletines y dispuestos a lograr el empleo de sus vidas. Insectos con alas, con nombres, con mujeres e hijos, con antenas, y, sobre todo, con dignidad. Insectos que echarán a volar un día para no volver nunca más a un mundo dominado por los de Raid.

ÁLVARO MUTIS



Muere a los 90 años el escritor colombiano Álvaro Mutis

El escritor y poeta colombiano Álvaro Mutis falleció en la tarde de este domingo a los 90 años tras sufrir un problema cardiorrespiratorio en Ciudad de México, capital del país donde residía desde 1956. El creador de la saga novelesca de Maqroll el Gaviero y premio Cervantes en 2001 padecía una larga enfermedad, que lo mantuvo hospitalizado desde el domingo pasado, según confirmó su esposa Carmen Miracle.


Álvaro Mutis era uno de los grandes escritores latinoamericanos, poeta de la desesperanza y el destierro, en cuya obra la naturaleza indómita del trópico es metáfora del deterioro del tiempo en la naturaleza humana y su protagonista, como Maqroll, su alter ego, un solitario viajero errante, que entre puertos y hoteles de mala muerte, sobrevive, como en el eterno vaivén de un viejo barco, entre lo efímero y la plenitud pasada.

Nacido en Bogotá en 1923, de padre diplomático, cursa sus primeros estudios en internados de París y Bruselas. Tras la muerte de su padre, regresa a Colombia donde pronto deja el bachillerato por la poesía y el billar. Comienza a trabajar en una emisora de radio como locutor de noticias y dirigiendo un programa cultural. También se emplea en empresas multinacionales como las petroleras Standard Oil y Esso, lo que le supone viajar sin cesar. Inicia entonces su carrera literaria, que combina con colaboraciones periodísticas, y en 1947 publica su primer libro de poemas, La Balanza. Se vincula con los jóvenes poetas alrededor de la revista Mito y sigue publicando libros de poesía. En Los elementos del desastre, de 1953, aparecerá por primera vez Maqroll el Gaviero, personaje que nunca abandonará.

"El Gaviero viene de mis lecturas de Conrad, de Melville (sobre todo de Moby Dick); es el tipo que está allá arriba, en la gavia, que me parece el trabajo más bello que puede haber en un barco, allá entre las gaviotas, frente a la inmensidad y en la soledad más absoluta", afirmó Mutis en una ocasión para explicar al protagonista de siete de sus nueve libros de narrativa.

En 1956 se establece en México a donde llega con varias cartas de recomendación, una de ellas dirigida al cineasta Luis Buñuel, con las que consigue trabajo en el mundo de la publicidad. En esos años conocerá a dos de sus grandes amigos, Octavio Paz y Carlos Fuentes.

Tres años más tarde es detenido y encarcelado en el famoso Palacio Negro de Lecumberri, acusado de malversación de fondos en la petrolera Esso, donde era jefe de relaciones públicas. Estuvo 15 meses preso a la espera de su posible extradición a Colombia por los delitos que se le imputaban y que al final nunca se consumó. Su estancia en prisión, que recogería en El diario de Lecumberri (1960), cambiaría su vida, hasta el punto, como él mismo llegó a reconocer, de que sin aquella experiencia ni sus novelas de Maqroll ni su poesía posterior hubieran existido.

En 1978 publica su primera novela de la serie, La nieve del Almirante, a la que seguirían Ilona llega con la lluvia y La última escala del Tramp Steamer, entre otras muchas. A partir de entonces, los premios literarios se suceden, primero en su país, y después en el extranjero. En 1997 recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y en 2001 el Premio Cervantes. Dos años después es designado miembro de la Legión de Honor con grado de oficial, la más alta distinción que otorga el Gobierno francés.

Marinero existencial, Mutis llevaba años en un apacible retiro, dedicado a escribir y a la lectura. En los últimos años se sentía enfermo y más de una vez declinó con amabilidad los intentos de este periódico por entrevistarle. Sus restos serán velados esta noche en una funeraria de la zona de San Jerónimo, en Ciudad de México.

Galardones

Premio Nacional de Letras de Colombia, 1974
Premio Nacional de Poesía de Colombia, 1983
Premio de la Crítica Los Abriles, 1985
Comendador de la Orden del Águila Azteca México, 1988
Premio Juchimán de Plata en México, 1988
Orden de las Artes y las Letras, del Gobierno de Francia, en el grado de Caballero, 1989
Premio Médicis Étranger de Francia, 1989
Premio Nonino de Italia, 1990
X Premio del Instituto Italo-Latinoamericano de Roma, 1992
Orden al Mérito de Francia, 1993
Gran Cruz de la Orden de Boyacá de Colombia, 1993
Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio de España, 1996
Premio Príncipe de Asturias de las Letras de España, 1997
Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana de España, 1997
Premio Ciudad de Trieste de Poesía de Italia, 2000
Premio Cervantes de España, 2001
Desde 2005 la biblioteca del Instituto Cervantes de Estambul lleva su nombre

Rendición incondicional




JAVIER MARÍAS (EL PAÍS.COM, ESPAÑA)

Desde que el Profesor Alexis Grohmann reunió mis artículos sobre cuestiones de la lengua en el volumen Lección pasada de moda, abandoné la vieja costumbre de anotar disparates y sandeces que oía en televisión o leía en la prensa o —más grave— en libros, tanto escritos en castellano como vertidos de otros idiomas.

Pensé que era tarea infinita y que además no servía de nada. Me rendí ante la inevitable disgregación del español, su deterioro imparable, su cada vez más veloz conversión en un mejunje del que cada cual saca lo que se le antoja y allá se las compongan los oyentes o lectores: éstos, mientras puedan, habrán de hacer sus traducciones del pseudoespañol reinante: «Ah», piensa uno, «habrá querido decir esto otro», al oír o leer una frase o expresión que en sí mismas carecen de sentido.

Llegará un día en el que los que aún utilizamos una lengua no del todo emborronada y falsa, por fin no entenderemos lo que quieren decir los nu­merosísimos hablantes de la «pseudo», y entonces la comunicación desaparecerá, o se hará conjetural y muy tenue; los equívocos se multiplicarán y an­daremos todos a tientas, como intérpretes con conocimientos ru­dimentarios de la jerga que escuchamos. No es ajena a esta situación —lamento decirlo— la Real Academia Española a la que pertenezco.

Ella no puede ni debe impedir que la gente se exprese como le venga en gana ni que efectúe, con el uso, cuantas modificaciones decida en lo que respecta al léxico, e incluso a la gramática y la sintaxis. Pero si, acobardada y temerosa de parecer «elitista» o «autoritaria», admite incontables barbaridades «porque los hablantes las emplean», los está invitando a seguir con ellas y a «inventar» diez mil más al año. Quienes consultan el Diccionario no se fijan en si hay una marca tras cada vocablo, menos aún en si indica «vulgar» o «desaconsejable». Sólo reparan en que el vocablo o la expresión en cuestión «están en el DRAE», y por lo tanto sancionados por él como correctos.

Aunque he abandonado esa costumbre, no me resisto a consignar unas pocas locuras apuntadas antes de mi rendición. Como todos sabemos, los informativos de TVE son una verdadera escuela de trituración de la lengua, no creo que haya otra institución que haya hecho tanto para destruirla.

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«Derecho a decidir» ¿qué?


ÁLEX GRIJELMO (EL PAÍS.COM, ESPAÑA)

El sentido de este verbo sólo se puede completar si le acompaña un complemento directo.

Muchos verbos se quedan en nada si no están acompañados de más palabras. Oraciones como «yo entrego», «tú llevas» o «él prepara» nos parecen incompletas cuando se terminan ahí. Oraciones, también, como «nosotros decidimos». Esos verbos se denominan «transitivos» (del latín transire) porque su acción pasa, transita, hacia alguien o algo (el complemento directo).

En todos estos casos de frases cojas («yo entrego», «tú llevas», «él prepara»), preguntaríamos a quien las pronunciase qué entrega él, qué llevo yo o qué prepara el otro. O qué decidimos nosotros.

«Decidir» procede del latín decidere, que etimológicamente implicaba «separar cortando» por su relación con caedere: cortar (Corominas y Pascual, 2011, página 181). Se trata por tanto de distinguir entre unas cosas y otras, de apartarlas para la mejor observación de sus diferencias. Según el Diccionario, la acción de «decidir» consiste en «formar juicio definitivo sobre algo dudoso o contestable», y tiene como sinónimo «resolver» (tomar determinación fija y decisiva de algo). Hasta ahí todo nos muestra que decidir implica elegir entre distintas opciones, tras separarlas unas de otras para lograr un análisis más certero. Pero el sentido pragmático del idioma lleva a que entendamos en la conversación que las decisiones son actos y también efectos. Aunque el Diccionario no lo precisa, el verbo «decidir» liga en su contexto más frecuente la acción mental de determinar algo con su aplicación concreta. Si alguien dice «ayer estaba hambriento y decidí tomarme un chocolate con churros», interpretamos que se lo tomó y hasta sentimos envidia por no haber hecho lo mismo.

Mediapunta y media punta, el valor de los espacios




Así como en música las pausas entre notas se apuntan en la partitura y su silencio suena, también los intervalos entre palabras se reflejan por escrito con espacios, que no solo evitanquelostextosresultenilegibles, sino que además pueden llegar a distinguir significados.


Por poner un ejemplo sencillo y conocido, el partido que esta noche empieza a las diez entre el Espanyol y el Athlétic terminará a medianoche, todo junto; por otra parte, si un jugador falla un gol claro y su equipo acaba perdiendo algún punto, quizá se pase lamentando este desacierto media noche, separado. Hasta aquí no hay dudas.

Menos clara se presenta, en cambio, la decisión sobre cuándo escribir mediapunta o media punta. Ahora mismo, ambas grafías parecen emplearse indistintamente tanto para referirse al «jugador que suele ocupar una demarcación intermedia entre la de un centrocampista organizador y un delantero», de acuerdo con la definición del Libro de estilo de Marca, como para la zona o posición ocupada por dicho futbolista.

De esta vacilación dan muestra frases como «El media punta turco, Arda Turán, llegó a un acuerdo con el Atlético de Madrid para ampliar su contrato», «Joaquín Caparrós está ensayando con la opción de hacer jugar en la media punta a Andreas Ivanschitz», «Otra posibilidad es que Bale ocupe la mediapunta» o «Un ataque formado por Cristiano Ronaldo y Bale en las bandas, Isco Alarcón de mediapunta y Karim Benzema de nueve».

¿Qué resolución tomar? Por lo común, el criterio en estos casos consiste en que la escritura refleje la pronunciación. Así, se opta por una única palabra si no se hace pausa al hablar: «No le hace un gol ni al arcoíris», podrá escribirse, mejor que «… ni al arco iris», pues el fenómeno óptico se nombra de corrido; mientras que se prefiere que la secuencia hablada se represente en dos palabras cuando sí se percibe una pausa entre voces y cada una mantiene su acento característico (mal humor es preferible a malhumor).

A decir verdad, en los usos de mediapunta y media punta, ni siquiera existe consenso respecto a su pronunciación con o sin pausa. El español, no obstante, tiene por norma y objetivo que cada palabra adopte una única grafía a fin de evitar duplicidades o ambigüedades indeseadas. Por tanto, será bueno proponer aquí que se reserve mediapunta para el jugador y media punta para la demarcación.

¿Por qué así y no al revés? Porque las referencias al jugador son más habituales que a la posición que este ocupa, y esta mayor frecuencia tenderá naturalmente a reforzar su pronunciación en una sola palabra; esta circunstancia, por cierto, ya se aprecia en el uso del plural, en el que sí predomina mediapuntas sobre medias puntas (en cualquier caso, no sería acertado el híbrido mediaspuntas).

Dígase, pues, «El mediapunta turco, Arda Turán, llegó a un acuerdo con el Atlético de Madrid para ampliar su contrato», «Joaquín Caparrós está ensayando con la opción de hacer jugar en la media punta a Andreas Ivanschitz», «Otra posibilidad es que Bale ocupe la media punta» y «Un ataque formado por Cristiano Ronaldo y Bale en las bandas, Isco Alarcón de mediapunta y Karim Benzema de nueve».

Una lanza, en fin, por la anónima elegancia de los espacios. No en vano, si un futbolista alcanza la consideración de estrella, sin duda deberá parte de su brillo a que otro compañero habrá realizado primero un desmarque; solo entonces, gracias a que este movimiento habrá conseguido arrastrar a uno o más defensores, se generará un espacio valiosísimo: el espacio imprescindible para que los goleadores aprovechen la oportunidad creada o para que el lector diferencie entre mediapunta y media punta.

NEFTALÍ REYES BASUALDO




Pablo Neruda, vida y muerte de un poeta apasionado

Tras el suicidio de Allende en el palacio de La Moneda bombardeado, Neruda, Premio Nobel de Literatura 1971 y comunista, era quizás la figura más emblemática de la vía chilena al socialismo, que tantas esperanzas había despertado.

Neruda rodeado de periodistas (Archivo)



La muerte de Neruda cumple 40 años sumida en misterios y sospechas
EL UNIVERSAL - Venezuela


Santiago.- Poeta apasionado, Pablo Neruda degustó los placeres de la vida, amó a las mujeres y se comprometió con el socialismo en Chile, donde murió pocos días después de su amigo Salvador Allende.

Murió 12 días después del golpe militar de Augusto Pinochet, hace 40 años, y hoy la justicia investiga si fue envenenado por los esbirros de su régimen.

Tras el suicidio de Allende en el palacio de La Moneda bombardeado, Neruda, Premio Nobel de Literatura 1971 y comunista, era quizás la figura más emblemática de la vía chilena al socialismo, que tantas esperanzas había despertado.

La asonada militar fue un mazazo para el poeta, y lo sorprendió en su casa de Isla Negra, un poblado a orillas del Pacífico, enfermo de un cáncer de próstata que lo alejó de la vida pública.

Los días siguientes, las fuerzas golpistas asediaron a Neruda e incluso requisaron su casa.

"Miren por todas partes; sólo encontrarán una cosa peligrosa para ustedes: Poesía", dijo Neruda a sus represores.

Mientras sus amigos eran detenidos, algunos asesinados, el poeta decidió exiliarse en México. Pero el 19 de septiembre, debido a su enfermedad y a un fuerte deterioro emocional, fue trasladado a la clínica Santa María en Santiago, donde murió cuatro días después. En esa misma clínica sería asesinado por envenenamiento, años más tarde, el expresidente Eduardo Frei, también percibido como una amenaza por el regimen de Pinochet.

Si bien el informe de defunción indicó que Neruda murió por complicaciones del cáncer, las dudas sobre su fallecimiento surgieron luego de que su exchofer y asistente Manuel Araya, denunciara su posible asesinato.

Araya contó que Neruda, la tarde del 23 de septiembre de 1973, les dijo a él y a su esposa, Matilde Urrutia, que un médico le había inoculado una inyección que había empeorado su estado.

El chofer fue enviado a comprar un remedio, pero en el camino fue detenido y torturado. Pocas horas después, el poeta falleció.

Los restos de Neruda fueron exhumados en abril pasado en el marco de una investigación judicial, y enviados a España y Estados Unidos para analizar la causa de su deceso.


El poeta

Neftalí Reyes Basualto nació el 12 de julio de 1904 en la localidad de Parral, en el sur de Chile, pero adoptó a sus 17 años el nombre de Pablo Neruda, en un intento por ocultar a su padre el oficio que lo apasionaba, sin que hasta hoy haya certeza sobre qué inspiró el seudónimo.

Mostró desde joven sus dotes literarias que lo catapultaron al concierto mundial de la poesía y obtuvo el premio Nobel en octubre de 1971.

La pluma de Neruda se caracterizó por su universalidad plasmada en obras como "Residencia en la Tierra", "Canto General", "Odas Elementales" y "Confieso que he Vivido", o también en los versos que dedicó al caldillo de congrio, la alegría, el libro, el mar, el tiempo, la tristeza o el vino, o a través de "Canto General" o poemas como "Alturas de Machu Picchu", con las que se introdujo a la historia sudamericana.

La literatura nerudiana trascendió fronteras gracias a sus obrás más románticas: "20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada" y los "Versos del Capitán".


El amante

Aunque se consideraba un hombre sin atractivo físico, tímido e inseguro, Neruda se casó tres veces, y tuvo al menos media decena de furtivas amantes, de las que se inspiró para crear sus mundialmente famosos versos de amor.

"Un poeta tiene que estar siempre enamorado, hasta el último minuto de su vida", le confesó a la periodista uruguaya María Esther Gillio, en una entrevista en 1970.

En 1930 se casó en Batavia (hoy Yakarta) con la holandesa María Antonieta Hagenaar, su primera esposa, con quien tuvo una hija: Malva Marina, quien murió a los ocho años a causa de una hidrocefalia.

Aun casado, se enamoró de la refinada artista plástica argentina, Delia del Carril, 20 años mayor, y quien habría tenido la mayor influencia sobre el poeta, transformándose en una especie de 'madre intelectual' durante los 20 años en los que estuvieron juntos.

Casado con Delia, apodada 'la hormiguita', vivió en México, donde inicia un secreto romance con la soprano chilena Matilde Urrutia, luego su tercera esposa, con quien vivió sus últimos días en su casa de Isla Negra, donde se encuentran las tumbas de ambos.

Al final, su vida fue atormentada por una relación que mantuvo con la sobrina de Matilde, Alicia Urrutia.


El político

Pablo Neruda tuvo una activa militancia en el Partido Comunista y en 1945 se convirtió en senador por las provincias norteñas de Tarapacá y Antofagasta, situación en la que habría conocido al socialista Salvador Allende.

En 1948 Neruda es exiliado por el entonces presidente Gabriel González Videla, quien le acusó de graves injurias y también proscribió al Partido Comunista. El poeta debió salir clandestinamente a Argentina montado en un caballo, y luego a Europa.

En 1970, ya de regreso en Chile, Neruda es proclamado precandidato presidencial por los comunistas, pero decide declinar su postulación para apoyar la de Allende, quien se convertiría en presidente y que en 1971 lo nombró embajador en Francia.

Neruda, quien retornó a Chile en 1972, fue un defensor a ultranza del gobierno socialista y un férreo opositor al golpe de estado de Agusto Pinochet.

El poeta también tuvo un vasta carrera diplomática y fue cónsul en Rangún (Birmania), Singapur, México y España.

CAMBIO CLIMÁTICO




Nuevo diagnóstico del IPCC sobre cambio climático es 'alarmante'
Por: AFP |

Este informe estudia cuatro escenarios sobre el clima hasta el año 2100 y su impacto en el planeta.

Temperaturas y nivel del mar en alza, glaciares derretidos: seis años después de su último diagnóstico sobre el cambio climático, los expertos del clima presentarán la próxima semana un nuevo balance alarmante de la situación mundial, antes del acuerdo sobre el clima esperado para 2015.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) presentará en cuatro etapas (hasta octubre de 2014) el que se considera el diagnóstico más completo hasta ahora sobre el problema. El informe estudia cuatro escenarios posibles sobre el cambio climático hasta 2100 así como su impacto sobre el planeta y las maneras de hacerle frente.
El primer volumen, que se publicará el 27 de septiembre en Estocolmo tras cuatro días de deliberaciones en la capital sueca, confirmará la responsabilidad del ser humano, la intensificación de ciertos fenómenos extremos y la revisión al alza del nivel del mar, según una versión provisional del resumen a la que tuvo acceso la AFP.
Se trata del quinto informe del panel desde su creación en 1988. El documento, escrito por 250 científicos, volverá a reclamar medidas para limitar a 2 grados el aumento de la temperatura desde la era preindustrial, un objetivo adoptado por los 195 países que negocian bajo la égida de la ONU pero que parece cada vez difícil de alcanzar. "El IPCC es la piedra sobre la cual reposan el cambio climático y toda la política climática. Se convertirá en la nueva guía estratégica, como lo fue el cuarto informe" publicado en 2007, estima Tim Nuthall, de la Fundación europea para el clima.
En 2007, el IPCC había generado una movilización sin precedentes en torno al clima, lo cual le valió la atribución del premio Nobel de la Paz junto con el exvicepresidente estadounidense Al Gore.
"La crisis se ha agravado"
Los dirigentes más importantes del planeta, empezando por Barack Obama, se habían reunido en Copenhague a finales de 2009 para intentar ponerse de acuerdo. Pero el fracaso de aquella cumbre sigue pesando en las negociaciones sobre el cambio climático, ahora orientadas hacia el objetivo de cerrar en 2015 un nuevo acuerdo global en una conferencia internacional que se celebrará en París. En realidad, el IPCC no hace más que sintetizar los conocimientos ya publicados y se limitará a confirmar la realidad del cambio climático, con un incremento que ya alcanzó 0,8ºC desde principios del siglo XX.
"Siempre repetimos lo mismo... Es la fuerza de nuestra comunidad, pero también la razón por la que se cansan de nosotros", destaca el experto en hielos Jean Jouzel, miembro del IPCC. En su informe, el IPCC presenta cuatro escenarios posibles para finales del siglo XXI, más o menos "calientes" en función de la cantidad de gases con efecto invernadero emitidos hacia la atmósfera. Aunque no se pronuncia sobre de la probabilidad de que se cumplan esos escenarios, sólo uno de ellos permitiría alcanzar el objetivo de limita el calentamiento a 2ºC. Los otros tres no logran ese objetivo, y el peor de todos contempla un calentamiento de entre 2,6°C y 4,8°C.
La "pausa" en el aumento de temperaturas observada desde hace quince años, que podría explicarse por una captación de calor de los océanos, no cambia las proyecciones a largo plazo, destacó recientemente el servicio británico de meteorología. Más aún porque los demás indicadores del calentamiento no cambian, como el alza del nivel del mar, el deshielo de los glaciares del ártico o la frecuencia de las olas de calor. Desde 2007, "la crisis se ha agravado", afirma Al Gore en una entrevista al periódico francés Le Monde, porque "los acontecimientos meteorológico extremos vinculados a la crisis del clima se han vuelto demasiado masivos y frecuentes como para ser ignorados".
A partir del lunes, el resumen de esta primera parte será sometido a la aprobación, línea tras línea, de los representantes de 195 países del IPCC, que podrán modificar la forma del informe pero no sus conclusiones. Las dos partes siguientes -sobre el impacto del cambio climático y la manera de frenarlo- se publicarán a principios de 2014, antes de una síntesis global prevista en octubre 2014.
Esta vez, el IPCC quiere ser irreprochable. En 2007, hubo algunos errores en el informe que los 'clima-escépticos' aprovecharon para poner en tela de juicio la credibilidad del panel. Desde entonces el IPCC ha puesto en marcha mecanismos para que no se repita ese "estúpido error", dijo Jean Jouzel.
AFP

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE




no se cansa de en lugar de no se cansa en

Recomendación urgente del día

No se cansa de, en vez de no se cansa en, es la expresión adecuada para indicar que una acción se realiza con insistencia.

Sin embargo, se encuentran en los medios de comunicación ejemplos como «Lo dijo el pasado fin de semana ante el juez y su abogado no se cansa en repetirlo» o «Agregó que no se cansará en insistir hasta el cansancio que es necesario hacerles frente a otros enemigos letalmente peligrosos».

El verbo cansar(se), como recoge el Diccionario panhispánico de dudas, cuando significa ‘realizar con insistencia una acción’ se construye en frases negativas y con un complemento introducido por la preposición de, y no por en, uso este último marcado como incorrecto.

Por lo tanto, lo apropiado en los ejemplos anteriores habría sido escribir «Lo dijo el pasado fin de semana ante el juez y su abogado no se cansa de repetirlo» o «Agregó que no se cansará de insistir hasta el cansancio que es necesario hacerles frente a otros enemigos letalmente peligrosos».

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