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quinta-feira, 20 de fevereiro de 2014

LA LENGUA VIVA






Modas y manías del decir
Amando de Miguel en Libertad Digital - España



Jaime Fernández de Córdoba señala una tendencia de los administradores del gallego actual para diferenciarlo cada vez más del castellano. Una técnica es la adaptar vocablos castellanos en desuso. Por ejemplo, vermello (= bermejo) o can (= perro). En el caso de pulpo, que siempre se ha dicho así en castellano y en gallego, ahora los galleguistas imponen polbo. Entiendo que esos intentos de revitalización de una lengua regional en presencia de otra dominante se han hecho también con el catalán o el vascuence. Ese movimiento nos ayuda a entender el mito de la Torre de Babel, es decir, la diversificación idiomática. Una lengua nace y se desarrolla para distinguir a sus hablantes del resto (los bárbaros). Es así un símbolo de identificación cultural. Pero hay otros. Lo que llamamos naciones en Europa (en sentido histórico, cultural y político) suelen contener varios grupos lingüísticos. Es un error identificar nación con lengua.

Una observación curiosa es la de I. Ripollés, quien se pregunta por la moda de anteponer el adjetivo al sustantivo, como se hace en inglés. Por ejemplo, "una estupenda casa" en lugar de "una casa estupenda". Entiendo que el inglés es más rígido en esto: el adjetivo casi siempre va delante. En español podemos poner el adjetivo delante o detrás del nombre según nos cuadre o la musicalidad del conjunto. En el lenguaje poético o simplemente literario se utiliza mucho el adjetivo delante del sustantivo. Por ejemplo, los “claros clarines” o las “ínclitas razas ubérrimas” de Rubén Darío. Otra frase antológica: “La hermosa ciudad dormía la siesta”, de Clarín. No creo que el recurso sea una moda actual ni que responda a la influencia del inglés.

Me llegan muchos correos sobre la cuestión de la magia de los números, el tres y el siete. David Portolés me comunica su triada favorita: "Limpia, fija y da esplendor", el emblema de la RAE. José Antonio Martínez Pons añade estas triadas: "Un vasco, una boina; dos vascos, una apuesta; tres vascos, un orfeón". Versión catalana: “Dues dones i una col: un mercat”.

Me reconforta que la magia del número tres sea común a distintas culturas. A. Rodríguez me traduce algunos refranes del alemán en la misma dirección: "Todas las cosas buenas, de tres en tres", "tres cosas hay que requieren ser engrasadas: el abogado, la rueda del carro y la piedra de afilar", “tres cosas hay que no titubean: el fuego, el tirano y la serpiente”.

Laura Losada-Vázquez (profesora de español de Bruselas) me dice que sus alumnos andan intrigados con la significación de "eres la pera limonera". No sé si puedo aclarar algo sobre el particular. Me da que pera es aquí un ñoñismo para no decir pene. Por ejemplo, "tocarse la pera" es masturbarse. Para evitar esa connotación soez se pone un adjetivo a la pera y queda "pera limonera". Se busca la rima fácil para recordar mejor la frase, como tantas veces ocurre en otras muchas expresiones coloquiales. Por ejemplo, “poderoso caballero es don Dinero”, “no se ganó Zamora en una hora”, “saber más que Lepe, Lepijo y su hijo”.

A propósito de pera. Fidelio Herrera me pregunta por el origen y significado de "poner las peras al cuarto", o mejor "a cuarto". Equivale a ajustar las cuentas a alguien, reprocharle algo. Supongo que es una expresión de los mercadillos callejeros, pero no sé más. Pido ayuda a los curiosos libertarios.

Hemos hablado aquí, largo y tendido, de la magia del número siete. Pero hay más. Se puede articular también la magia de ese signo pitagórico. Se puede acreditar, por ejemplo, en el libro de Conny Méndez El maravillosos número 7 (Caracas, Giluz, 2013). El texto parte de los siete enunciados en que se articula el Padrenuestro, la oración que puede servir para todas las religiones. El libro es un tratado esotérico de carácter espiritualista y de autoayuda. Responde a ese interesante fenómeno cultural que es el sincretismo religioso de los países caribeños. Los siete colores del espectro permiten organizar el contenido filosófico del libro.

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