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segunda-feira, 6 de julho de 2015

AMANDO DE MIGUEL


Divertidas metonimias

 en Libertad Digital - España



Los gramáticos son muy aficionados a poner nombres rimbombantes a las ideas que manejan. Así, llaman metonomia a la figura retórica que consiste en designar una cosa por otra con ella relacionada. No es algo reservado a los oradores, tribunos o publicistas, ahora simplemente "famosos". La fama, siempre alada, se expande en nuestros volátiles tiempos por las ondas de la radio o de la tele.
El problema con el lenguaje es que se busca brillo y originalidad en las comparaciones, pero con el tiempo esas cualidades se desgastan. De tal forma que seguimos repitiendo por rutina una serie de metonimias, aun con la sospecha de que apenas existe la primitiva relación buscada. Proporcionaré algunos ejemplos, pero el lector podrá añadir otros muchos.
Seguimos hablando de bomberos, pero nadie sabe dónde están las supuestas bombas que los distinguen. Por cierto, a pesar del nombre tan poco lucido, se trata de una profesión cada vez más prestigiada. Habrá que revisar el desprecio de las "ideas de bombero".
Las personas de mi generación seguimos aconsejando a nuestros hijos y nietos que "tiren de la cadena" en el "cuarto de baño", en el que ya no hay cadena ni bañera.
El mundo burocrático ha cambiado mucho, pero seguimos apegados a ciertas inercias léxicas. Todos entienden lo de la ventanilla de los funcionarios, pero ya hace tiempo que las ventanillas desaparecieron del mobiliario de las oficinas. Por lo mismo se dice "pasar por caja", es de suponer que el habitáculo o despacho donde se cobra o se paga. Pero ahí no suele haber ninguna caja donde guardar el dinero. Es más, puede que ya no paguen o cobren dinero en efectivo. Más. Seguimos diciendobancos porque los primeros cambistas depositaban las pilas de monedas en el banco donde se sentaban. En alemán y en catalán es femenino:banca.
Todavía se mantiene la expresión "banquillo de los acusados" en un juicio, aunque el infamante mueble se va sustituyendo por sillas con respaldo. Las cuales en su día constituyeron un privilegio. Todavía se dice cátedra (= silla) a la institución de los profesores universitarios. En su día fueron los únicos que disponían de silla en el aula. Los estudiantes se sentaban en el suelo. Así que la reconstrucción del "aula de Fray Luis" en la Universidad de Salamanca, con sus bancos de roble, es una filfa.
La Corona es la usual metonimia para referirnos institucionalmente al Rey. Pero ni existe tan ostentoso objeto ni a Felipe VI se le ocurriría ponérselo sobre la cabeza. Los reyes españoles nunca se han coronado, han jurado las leyes fundamentales del reino.
Los pocos fumadores que quedan pueden referirse al mecheroun artilugio que no tiene mecha, o a las cerillas, que ya no se fabrican con papel encerado. Pero todos nos entendemos.
Se va perdiendo la bonita expresión de "pasar por la vicaría" o parroquia para indicar la ceremonia de la boda. Pero ahora bien puede celebrarse en el despacho del alcalde o incluso del notario. Es más, ni siquiera es necesario que los contrayentes sean de distinto sexo. Por lo menos todavía se sigue exigiendo que sean solo dos personas las que se casan en una boda. No tardará en parecer un atentado contra la libertad.

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