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domingo, 1 de fevereiro de 2015

EL ORIGEN DE LOS INSULTOS - VÍBORA

El insulto que acabó con Cleopatra, 
la reina más bella de Egipto

Día 28/01/2015 - 13.00h

La mala prensa de la serpiente en general, y de la víbora en particular, tiene orígenes bíblicos

En una sociedad donde la traición está a la orden del día, es casi imposible encontrar una persona que no haya sido golpeada por sus retazos. Ya sea en el papel de malo malísimo o en el de víctima, la mentira tiene pocos padres y demasiados peajes. En ocasiones ni siquiera se trata de nobleza, sino de responsabilidad. Asumir los errores forma parte del juego y saber perdonar también. Por muchos obstáculos que coloque la vida, la bondad siempre será el caballo de batalla de aquellos sujetos que nunca entendieron lo que aquí se está intentando explicar.
Así encontramos el calificativo de 'víbora', que evoca la nula empatía de quienes basan su comportamiento en hacer daño a los demás. En la obra «El gran libro de los insultos», publicado por la editorial La Esfera, Pancracio Celdrán expone que se llama así «al individuo que se anda con malas intenciones y aguarda cauteloso el momento de llevar a cabo su traición o venganza. Su empleo como insulto se basa en la pésima reputación de este reptil». En un pasaje de El Tesoro de la lengua castellana (1611), Sebastián de Covarrubias escribe:
Es comparada a ella la mujer que en lugar de regalar y acariciar a su marido, le mata. A la mujer que es brava de condición decimos que es una víbora.
Aunque con el significado último de ‘culebra’ el término procede de la palabra latina vipera, Celdrán explica que ya estaba impreso «con el valor semántico de persona que espera la ocasión para hacer daño» en algunas de las primeras creaciones literarias del castellano.

Orígenes bíblicos

El significado hiriente de víbora pone de manifiesto una vez más la relación del mundo animal con determinadas ofensas. El autor revela la razón por la que el insulto que nos atañe hace referencia a un reptil: la mala prensa de la serpiente en general, y de la víbora en particular, tiene orígenes bíblicos. «Eva fue engañada por una de estas criaturas; y en el mundo clásico, Cleopatra murió por la mordedura de otra representante de ese mundo de reptiles». Con estos históricos antecedentes resume Celdrán que llamar a alguien víbora «era hacerle agravio por coincidir en este reptil ingratitud, traición e hipocresía».
Entre las páginas de La Perimetra que escribió hacia la segunda mitad del siglo XVIII el dramaturgo Nicolás Fernández de Moratín se puede leer: «¡Es víbora enfurecida, despreciada, una mujer'.» Con esta expresión, Celdrán manifiesta la mayor carga de este insulto respecto a la mujer, «haciendo a las del género femenino destinatarias de hipocresía, perfidia y doble intención, con lo que la actitud injusta y cruel de cargar a la mujer con tan terribles palabras manifiesta un machismo exacerbado a lo largo de la historia».

EL ORIGEN DE LOS INSULTOS MÁS POPULARES

«Y diga Su Señoría lo que mande huevos...»

A. S. MOYA@ASMOYA10 / abc MADRID

Cuando en mitad de una sesión parlamentaria Federico Trillo exclamó locución, originó sin saberlo una nueva corriente sobre esta expresión que ya aparecía en un manuscrito del siglo XVIII

Regla número uno que cualquier sujeto debe conocer: en medio de un negro panorama, cuando crees que nada puede ir a peor, va la vida y te sorprende. Así, las desgracias se acumulan tras de sí como en una partida de dominó sin ni siquiera conocer la razón de tu desdicha. Y en esas, justo en el momento de mayor zozobra, sumergido en medio del estupor que invade cualquier sucesión lógica de los acontecimientos, solo se te ocurre farfullar la tan manida expresión «¡manda huevos!». Más adelante pensarás en las posibles soluciones, pero lo primero es lo primero: una conjunción universal inherente a cualquier clase o condición que pocas veces nos hemos planteado de donde proviene.
De la mano de Pancracio Celdrán, padre de «El gran libro de los insultos», en ABC.es queremos desgranar las principales curiosidades que atesora este gran abanico de palabras malsonantes (o no) registradas en nuestro diccionario. «Ante lo irremediable, con significado parecido a frases como 'no hay otra salida' decimos 'manda huevos'. Un manuscrito del siglo XVIII, referido a la autoridad de cierto alcalde de corte dice: 'Y diga Su Señoría lo que mande huevos, que todos entendemos que la voluntad de Su Señoría se habrá de ejecutar'. Es decir: Ordene Su Señoría lo que se ha de hacer por dictarlo así la necesidad», explica en su obra.
Volviendo al primer párrafo, Celdrán desmiente la teoría de que esta expresión esté asociada en su origen a los conceptos de asombro y resignación, «esto ocurre únicamente apoyándose, quien así lo cree, en la conocida expresión exclamativa del por entonces presidente del Congreso Federico Trillo. No estuvo acertado el personaje, que pudo haber recurrido a media docena de expresiones castizas como 'caray', por no evocar otras más fuertes».
Aunque parezca mentira, los huevos a los que se hacen referencia, no son los que el hablante tiene en mente, «el 'huevo' del que se habla procede del sintagma latino opus est y significa 'hay necesidad de, o es preciso', que a su paso al castellano dio la forma 'huevos hay, o huevos habemos', como en el pasaje del poema de Mío Çid, donde uno de los que acompañan al héroe le dice: 'Huebos habemos, mío Çid...' Es decir: estamos obligados a hacer esto, no tenemos más remedio, es necesario».
De esta manifestación se desprenden varios enunciados que han ido tejiendo una especie de cadena con el paso del tiempo. «Tener o haber huevos se implantó en la mente del hablante con el significado de 'no haber otra salida', de donde no fue difícil pasar a la expresión 'hacer algo por huevos', por pura necesidad», resume Celdrán, seguro de que la sexualización del sentido vendría al perder el hablante la conciencia etimológica y buscar una explicación, «de esta manera el sentido general sufrió un cambio, como muestra la frase 'Hacer algo por huevos', donde de hacer algo por necesidad se pasó a hacerlo por la fuerza, a las bravas, echándole huevos».

EL IDIOMA ESPAÑOL

LA LUCHA DEL ESPAÑOL POR DESBANCAR AL INGLÉS COMO IDIOMA DE NEGOCIOS

  • El español es hablado por 500 millones de personas en todo el mundo, lo que constituye un mercado del 9% del PIB mundial

La lucha del español por desbancar al inglés como idioma de negocios
En el mundo se hablan más de 8.000 lenguas, pero solo unas cuantas se utilizan para hacer negocios. Si el inglés ha sido a lo largo del siglo XX el idioma predilecto para cerrar acuerdos de tipo económico, el español quiere desbancarle en el siglo XXI, para lo que está haciendo reconocidos méritos.
De hecho, empresarios y académicos coinciden a la hora de señalar que el español es un activo muy valioso para la economía española, pues además de ser la única de las grandes lenguas internacionales que tiene diccionario, ortografía y gramática común es hablado por 500 millones de personas, un mercado que supone el 9% del PIB mundial.
Es una de las principales conclusiones a las que han llegado los integrantes de la mesa redonda organizada por la Fundación Telefónica ‘El negocio español. El español como instrumento al servicio de la empresa’ donde se ha señalado además que nuestra lengua es uno de los elementos necesarios para mejorar nuestra capacidad productiva, competitiva y de proyección internacional.
Al encuentro han asistido el presidente del Círculo de Economía, Antón Costas, y el vicepresidente ejecutivo de Fundación Telefónica, Emilio Gilolmo. Asimismo, el coloquio ha contado con las intervenciones del presidente de la Cámara de Comercio de España, Josep Lluís Bonet; el de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España, Jaime Malet; el director de Comunicación de Grupo Planeta, Patrici Tixis; el presidente de Vicens Vives, Pere Vicens, y los académicos Juan Carlos Jiménez y María Ángeles Serrano.
Relación con América Latina
En esta línea, uno de los principales focos lo ha protagonizado la región latinoamericana pues según ha destacado Bonet “la proximidad de los españoles con los iberoamericanos es enorme”, por lo que el fomento de las relaciones comerciales y empresariales con estos países, a los que nos une el español, es clave para desarrollar nuestra capacidad económica.
De hecho, Bonet ha insistido en el potencial latinoamericano para promover el desarrollo de las pymes españolas, “pues ahí cuando empiezan la internacionalización”. En paralelo, desde este debate se ha insistido en la necesidad de las empresas españolas de exportar al exterior, por lo que han animado a los emprendedores y empresarios del país a dar este paso.
En paralelo, también se ha subrayado el potencial de EEUU, con un mercado de 44 millones de hispanohablantes, por lo que desde este foro se ha insistido en las posibilidades que tienen las organizaciones empresariales españolas de triunfar en este mercado.
Finalmente, también se ha subrayado la importancia que tiene el negocio editorial en español, el cual procede en gran parte de nuestro país. Así, desde la editorial Planeta han señalado que el 55% del negocio editorial es en español y el 45% de los beneficios del grupo, en francés.

RECOMENDACIONES ORTOGRÁFICAS






MOMIOS DEL IDIOMA ESPAÑOL


APOROFOBIA, NEOLOGISMO VÁLIDO
Hacemos uso de las recomendaciones ortográficas, a través de este importante medio de comunicación, tanto en la red de textos literarios o académicos, para que los lectores nos identifiquen y proporcionen social, económica y culturalmente nuestro idioma español.
El neologismo aporofobia, no aporafobia, está bien formado y se considera un término válido en español para hacer referencia al odio o al miedo al pobre.
Aporofobia —formado a partir de la voz griega á-poros, ‘sin recursos’ o ‘pobre’, y fobos, ‘miedo’— significa ‘odio, miedo, repugnancia u hostilidad ante el pobre, el que no tiene recursos o el que está desamparado’. Esta voz está bien formada en español, por lo que no es necesario resaltarla con cursiva o comillas.
Este nuevo término parece tener su origen en algunas publicaciones de la filósofa Adela Cortina en los años noventa, en las que la autora pretendía diferenciar esta actitud de la xenofobia o el racismo.
Mi apostilla y de la Fundéu: Se recuerda además que lo apropiado es utilizar la forma aporofobia, y no aporafobia, voz que tiene cierto uso, pero que etimológicamente no se considera válida. Sin embargo, en algunos medios de comunicación se encuentran frases como «No es ni racismo ni xenofobia: es aporafobia» o «Según la autora, lo que tiene el 90 % de la gente es aporafobia». En estos casos, lo apropiado habría sido emplear aporofobia.
TELECO NO NECESITA COMILLAS
El sustantivo teleco es un acortamiento válido para referirse a la ingeniería de telecomunicaciones, al ingeniero que ha llevado a cabo esta formación o a una empresa de dicho sector, y no necesita comillas.
En los medios de comunicación es habitual encontrar esta palabra entrecomillada: «Estudiantes de ‘Teleco’ de la Politécnica ganan el primer certamen», «El “teleco” Gil Bernárdez recibe un galardón a toda su carrera» o «¿Puede este cambio en los servicios de la compañía estar relacionado con la presión ejercida por las “teleco” en la India?», ejemplos en los que habría sido preferible prescindir de las comillas.
La forma teleco cuenta con amplia difusión desde hace años y el Diccionario del español actual, de Seco, Andrés y Ramos, la recoge sin comillas con el significado de telecomunicación, en general, y como sustantivo común en cuanto al género para designar específicamente al ‘ingeniero de telecomunicación’: el/la teleco.
Además de con este sentido, teleco puede emplearse para referirse a la Ingeniería de Telecomunicaciones y a la empresa de este sector, en cualquier caso sin comillas por tratarse de un abreviamiento igualmente extendido con estos dos significados.
El plural es telecos, por lo que en el último de los ejemplos lo apropiado habría sido escribir «¿Puede este cambio en los servicios de la compañía estar relacionado con la presión ejercida por las telecos en la India?».
Mi apostilla y de la Fundéu: Por último, se recuerda que también se considera válida sin necesidad de comillas la forma telco, préstamo crudo del inglés que admite adaptación inmediata y se encuentra ampliamente difundido en América, donde también se emplea, aunque en menor medida, la variante telecom.
ALREDEDOR NO SIGNIFICA POR TODAS PARTES
Alrededor de un lugar no quiere decir ‘en todo ese lugar’, sino ‘en torno a él’. Pese a ello es frecuente encontrar en medios de comunicación ese uso inadecuado del adverbio alrededor: «Celebraciones alrededor del mundo», «El Gobierno chino ha emprendido una campaña alrededor del país para evitar que se fume en lugares públicos» o «El cierre de aeropuertos dejó a miles de viajeros varados alrededor del mundo».
Alrededor es un adverbio que ‘denota la situación de personas o cosas que circundan a otras, o la dirección en que se mueven para circundarlas’, por lo que no es aplicable en las noticias mencionadas, donde nada ni nadie circunda al mundo o al país.
En estos casos lo apropiado habría sido decir en todo o por todo: «Celebraciones por todo el mundo», «El Gobierno chino ha emprendido una campaña por todo el país para evitar que se fume en lugares públicos» y «El cierre de aeropuertos dejó a miles de viajeros varados en todo el mundo».
Mi apostilla y de la Fundéu: El origen de este error está en una mala traducción del adverbio inglés around, que quiere decir tanto alrededor como por todas partes, pero el alrededor español no tiene este último significado, por lo que no es adecuado emplearlo como aparece en los ejemplos citados.
Desde Tisingal y mis refugios idiomáticos, les abraza y quiere en Cristo su averiguática amiga, trabajadora del lenguaje y por la cultura hondureña, VILCAST

REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA



  Partidos o partidas


 en Libertad Digital - España

Gran invento, el de los partidos políticos. Solo que, si no cumplieran ciertos requisitos de calidad, se quedarían en partidas, partijas o partiquinos. Son tan decisivos en el juego democrático que en las dictaduras se crean también partidos únicos, lo que no deja de ser un divertido oxímoron.
No es suficiente el hecho de que compitan varios partidos. Debe exigirse algo más. Por ejemplo, que su funcionamiento sea democrático, como dice sabiamente nuestra Constitución. Podría ser un artículo inútil, pero no lo es. La prueba es que lo usual es que los partidos actuales funcionen con escasa democracia interna. Baste recordar que muchos de sus dirigentes no han sido elegidos por sus militantes. Tampoco suele ser público su estado de cuentas.
Me parece un dislate la estructura que mantienen algunos partidos,con sedes costosas, con un ejército de empleados fijos, todo ello pagado por los contribuyentes. Estoy dispuesto a una pequeña contribución para sufragar los gastos de la oficinilla que monta en mi pueblo el partido al que voto. Pero me parece una aberración que con mis impuestos colabore a los gastos de las otras formaciones políticas.
Comprendo que en las elecciones locales se presenten partidos independientes o adscritos al territorio municipal. Pero en el caso de las elecciones que llaman "generales" (sería mejor "nacionales") las organizaciones que concurren deberían ser de carácter nacional. Bastaría una norma que dijera: "Los partidos con representación en las Cortes deberán obtener representantes al menos en 10 provincias". Por algún lado hay que cortar. ¿Cómo se puede sostener que haya un partido con representación en el Congreso de los Diputados que se llame Esquerra Republicana de Catalunya? Es evidente que ni siquiera trata de representar a todos los españoles, como quiere la Constitución. Es evidente que sus diputados no se sienten españoles. Sí, pero cobran de todos los españoles. En España somos así, señora.
La condición inexcusable de representar a todos los españoles llevaría asimismo a que no debe haber partidos adscritos a una confesiónreligiosa, o a una etnia. Cierto que no los hay (de momento), pero estaría bien que en la dirigencia de los partidos hubiera musulmanes, judíos, negros, gitanos o hispanoamericanos, por poner un ejemplo. Bastaría con una cuota simbólica para quedar bien. No hay nada de eso o no se conoce lo suficiente.
Los partidos deben orillar a los corruptos a la menor sospecha. Se necesita que no tengan que ser desvelados por los medios de comunicación. El control debe establecerse de modo rutinario dentro de la organización. Ni siquiera basta apartar a los delincuentes; hay que hacerlo con los mediocres. En los Parlamentos o los Ayuntamientos no debe haber más coches oficiales que los que necesiten los políticos con alguna discapacidad física. Anoten el dato de que en el Congreso actual solo hay un diputado en silla de ruedas y él mismo conduce su coche particular. Al mismo tiempo hay concejales en España con coche oficial. No se entiende por qué.
Las observaciones anteriores se derivan de un derecho fundamental que todos tenemos: el de pagar impuestos.

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

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