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sábado, 16 de janeiro de 2016

EL IDIOMA ESPAÑOL

LibrosSaz

La Universidad Dr. José Matías Delgado presentó seis libros de su Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades, CICH, titulados: Estadística analítica con SPSS para Windows / Ing. Luis René Villatoro; El Salvador exportaciones y crecimiento/ Lic. Mauricio González Orellana; Eficiencia energética: hacia una planificación de ciudades sostenibles en El Salvador/ Arq. Jaime Eduardo Escobar; La construcción histórica de la Educación Superior/ Dr. David Ernesto López; La idea de El Salvador en el pensamiento de Francisco Gavidia/ Lic. Matías Romero; Hablemos y escribamos bien el idioma español/Lic. Carlos Alberto Saz; estos importantes aportes fueron presentados a la comunidad académica el 10 de diciembre de 2015.


El libro: Hablemos y escribamos bien el idioma español tomo II, nos recuerda a otro libro del profesor y académico: Ceferino E. Lobo con su documento: Apuntes gramaticales (colección de El Consejo de Hoy), publicado en 1985, con ello deseo indicar la saga de ambos maestros, desde aquellos años, Lobo indica en la pág. 13. “Sugerencia a la Subsecretaría de Cultura. Hay un precepto constitucional que obliga al Gobierno a velar por la conservación y enseñanza del idioma oficial.
En consecuencia, corresponde a la Subsecretaría de Cultura buscar los medios de cumplir con aquel precepto. Creo que uno de tales medios sería el organizar en forma permanente cursos especiales para lograr la máxima corrección idiomática en los locutores de radio y televisión y en redactores de diarios…” cuanta razón tenía desde aquellos años; evidentemente en estos tiempos el uso del internet y los foros digitales, aquella sugerencia sería un mandato para creación de un instrumento consultivo para el uso de la redacción, ortografía, gramática etc.

De esta forma el Libro Hablemos y escribamos bien el idioma español II, continua esa tradición para sugerir y recordar anotaciones gramaticales que construyen una comunicación precisa en nuestro Siglo XXI.

El texto compila más de cien artículos publicados sobre el tema, citando a personalidades de diversas áreas del conocimiento: académico, político, cultural, científico etc.

El idioma como tal refleja una visión del mundo en su contexto general: historia, cultura etc., en pocas palabras: “la vida”; en el siglo XVIII en nuestra nación existían al menos varios idiomas: Mexicano pipil o nahuate pipil, Chorti, Pokoman, Kacchiquel, Kiché y el castellano, que coexistían en esa amplia gama de visiones, no obstante eso ha desaparecido; ahora esas lenguas silenciosas de nuestros pueblos originales han nutrido al castellano que prevalece en todo nivel, no obstante en el siglo XXI el idioma inglés goiberna en las redes digitales y avanza agresivamente en todos los planos, quizás repetiremos la historia del siglo XVIII en las siguientes cuatro generaciones.

El académico Matías Romero anota sobre éste libro: “Tenga en cuenta, pero no lo detenga, la opinión de otros que también saben de gramática. Hay que mezclar el rigor gramatical, que tiene mucho de arbitrario y de diferente en cada idioma con la agilidad analítica de la sociología del lenguaje. El idioma es un campo para correr y un cielo para volar, no una cárcel para encerrarse”.

Bien por el libro y su autor, al menos esta continuidad nos permite concebir un estado consciente de la palabra, un idioma vivo… el estudio y aporte de los idiomas nos permite vigilar esa evolución, para que no sucede la advertencia de Jorge Luis Borges en Argentina: “en nuestro país el idioma francés fue reemplazado por el inglés y el inglés por la ignorancia”…

Por César Ramírez Caralvá

ACADEMIAS DE LA LENGUA

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'guardan' el español en el mundo

16/01/2016 10:58
Madrid, Otr/Press Un total de 22 academias de la lengua española, ubicadas en España, América, y Filipinas, se ocupan del idioma que ya hablan en el mundo 500 millones de personas.
Dichas instituciones están agrupadas en la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), creada en México en 1951, y a la que se incorporará próximamente la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española.
La asociación tiene su sede corporativa en Madrid, en dependencias de la Real Academia Española (RAE), la primera en fundarse en el año 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, quien fue también su primer director.
Un siglo y medio después se crearía la segunda institución: La Academia Colombiana de la Lengua, la más antigua de las corporaciones americanas, que fue fundada en 1871 por un grupo de lingüistas y escritores de gran prestigio, entre ellos, Rufino José Cuervo, padre de la filología hispanoamericana, y Miguel Antonio Caro.
Tras ella se fundaría la Academia Ecuatoriana de la Lengua (AEL), la segunda en América, que se estableció en Quito el 15 de octubre de 1874, aunque su reconocimiento jurídico data del 4 de mayo de 1875.
La cuarta corporación en fundarse fue la Academia Mexicana de la Lengua (AML), cuyos antecedentes se remontan a 1835, y que celebró sus primeras sesiones el 13 de abril y el 11 de septiembre de 1875.
Tras ella, el 17 de noviembre de 1875, y por iniciativa del escritor y diplomático Torres Caicedo, se creó la Academia Salvadoreña de la Lengua, cuya fundación fue aprobada por la Real Academia Española el 19 de octubre de 1876. En 1915 se reorganizó con el nombre de Academia Salvadoreña de Cervantes, título que cambió en 1919 por el de Academia Salvadoreña de la Lengua, Correspondiente de la Real Academia Española, momento en que el Gobierno le proporcionó apoyo y una sede.
A su vez, la Academia Venezolana de la Lengua (AVL) se creó el 10 de abril de 1883 por decreto del entonces presidente de la República, Antonio Guzmán Blanco, quien ocupó el cargo de director hasta su fallecimiento, en 1899.
GABRIELA MISTRAL Y JUAN PABLO II.
Chile fundó su Academia de la Lengua el 5 de junio de 1885 en la ciudad de Santiago, por iniciativa de 18 académicos correspondientes de la Real Academia Española y a semejanza de esta. Actualmente forman la corporación 36 miembros, cuyas plazas se designan en orden numérico. La escritora Gabriela Mistral (1889-1957) es miembro de número permanente y el Papa Juan Pablo II (1920-2005) es miembro de honor.
Dos años después, el 5 de mayo de 1887, Ricardo Palma Soriano fundaba la Academia Peruana de la Lengua. El 30 de agosto de ese mismo año, en el paraninfo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se eligió como presidente a Francisco García Calderón, quien había ocupado el cargo de jefe del Estado peruano durante unos meses en 1881.
En igual año (1887), se constituiría la Academia Guatemalteca de la Lengua, la última de las academias fundadas en el siglo XIX. Su reconocimiento data no obstante del año 1888.
SIGLO XX.
Ya en el siglo XX se crearía la Academia Costarricense de la Lengua (ACL), que se fundó oficialmente el 12 de octubre de 1923. A lo largo de su historia, la ACL ha adoptado como una de sus principales tareas el impulso al cultivo y estudio del idioma español, en las manifestaciones de su territorio. No obstante, también estimula el conocimiento de las lenguas indígenas locales, en relación con sus culturas y el habla del español costarricense.
La siguiente institución se fundó en Filipinas el 13 de julio de 1924. A semejanza de las academias americanas correspondientes de la española, la Academia Filipina de la Lengua se creó como un estímulo más a la conservación y expansión del español. Su inauguración se celebró el 25 de julio de aquel año, coincidiendo con el Día Español o de Santiago Apóstol.
De vuelta al continente americano, el 12 de mayo de 1926 se estableción en la Ciudad de Panamá la Academia Panameña de la Lengua, que designó a Samuel Lewis García de Paredes como su primer director. La fundación se llevó a cabo gracias a la iniciativa de Ricardo J. Alfaro, abogado, lexicógrafo y traductor.
En el mismo año se creó la Academia Cubana de la Lengua. Fue el 19 de mayo de 1926, y el 2 de octubre de ese año, los 18 miembros fundadores celebraron la primera reunión oficial en La Habana y eligieron como primer director al filósofo y escritor Enrique José Varona.
Actualmente, la Academia Cubana de la Lengua está constituida por 27 miembros de número. Cuenta, además, con académicos correspondientes en el país y el extranjero, elegidos para colaborar conjuntamente en los estudios que se llevan a cabo.
Un año más tarde, el 30 de junio de 1927, se fundaría en Asunción por un grupo de los más ilustres intelectuales paraguayos de la época, la Academia Paraguaya de la Lengua Española. El primer presidente de la entidad fue Luis de Gásperi, autor de numerosas obras jurídicas e históricas, entre ellas el anteproyecto del Código Civil paraguayo vigente.
A su vez, la Academia Boliviana de la Lengua se constituyó el 25 de agosto de 1927 por sugerencia del presidente de la república, Hernando Siles. Su principal precedente y modelo fue la Real Academia Española, que ya había elegido, entre los hombres de letras, algunos académicos correspondientes en Bolivia que se incorporaron a la nueva corporación.
En igual año, pero el 12 de octubre, se creó en Santo Domingo, la Academia Dominicana, por iniciativa del arzobispo Adolfo A. Nouel. Un año después, el 8 de agosto de 1928, la Academia Nicaragüense de la Lengua fue creada en Managua por decreto ejecutivo, suscrito por el presidente de la República, Adolfo Díaz.
Y en Argentina, la Academia de Letras se fundó el 13 de agosto de 1931 en Buenos Aires por decreto del presidente provisional de la nación, José Félix Uriburu, y del ministro de Justicia e Instrucción Pública, Guillermo Rothe. En 1935 se decidió denominar cada uno de los sillones académicos --hasta un máximo de 24-- con el nombre de un escritor relevante del país.
En cuanto al resto, la Academia Nacional de Letras de Uruguay se fundó el 10 de febrero de 1943 por decreto del presidente de la República, Alfredo Baldomir; la Academia Hondureña de la Lengua (AHL) se fundó el 28 de diciembre de 1948; y la Academia Puertorriqueña se fundó en 1955.
ACADEMIA NORTEAMERICANA.
La Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) se constituyó en 1973. Fue Tomás Navarro Tomás, miembro de la RAE exiliado en Nueva York, quien inició el proyecto de creación con la colaboración del chileno Carlos McHale, el peruano Eugenio Chang-Rodríguez, el ecuatoriano Gumersindo Yepes, el puertorriqueño Juan Avilés y los españoles Odón Betanzos Palacios y Jaime Santamaría.
Desde 1973 hasta 1978, Carlos McHale dirigió la Academia Norteamericana y, tras su fallecimiento, lo sustituyó Odón Betanzos Palacios. En 1980, en el congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española celebrado en Lima, fue admitida como miembro de la ASALE, con los mismos derechos y obligaciones que las otras 21 corporaciones. Desde 2008 dirige la Academia Gerardo Piña-Rosales.
Su objetivo principal es fomentar la unidad y defensa de la lengua española en los Estados Unidos. En 2009 firmó un convenio de colaboración con la Administración estadounidense con el fin de mejorar y normalizar las comunicaciones con la sociedad hispanohablante. Con este acuerdo se reconoció a la ANLE como máxima autoridad del español en el país.
La ANLE cuenta con 36 académicos de número. Según sus estatutos, han de residir en los Estados Unidos en el momento de su ingreso. Los miembros correspondientes son 150, los cuales pueden vivir en cualquier parte del mundo. Además, existe una tercera categoría, la de miembros colaboradores.

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