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terça-feira, 20 de junho de 2017

GATO


¿De dónde viene y qué significa el 

insulto "gato"?

La historia del término: desde su comienzo lunfardo hasta su acepción actual;
¿por qué a un preso le abrieron otro proceso al usar esa palabra contra un fiscal?
LA NACION - BUENOS AIRES
Un graffiti que llama gato al juez de Nueva York Thomas Griesa, quien llevó adelante el juicio entre holdouts y Argentina
La semana pasada, un delincuente fue condenado a perpetua por un crimen. Durante el juicio, amenazó al fiscal. Le dijo "gato". Consecuencia: le abrieron otra causa.


¿Qué significa el insulto "gato"? ¿De dónde viene? El término hoy tiene un uso extendido. De hecho, hasta es utilizado por sectores de la oposición para descalificar al presidente Mauricio Macri.

"Desde su creación, el significado del término gato se bifurcó, se transformó", le cuenta a LA NACION Oscar Conde, miembro titular de la Academia porteña de Lunfardo, de la Academia Nacional del Tango, y docente universitario.


"Hay por lo menos dos 'gatos'. Primero hay un 'gato' que viene de la década del 20 o del 30. Es la manera como se les decía a los hombres que invitaban a salir a las vedettes. La palabra, utilizada de esa manera, no tiene nada que ver, como se podría pensar, con el gato doméstico. El término viene en realidad del lunfardo 'gatillar'. 'Gato' es el que 'gatilla', el que podía pagar lo necesario para invitar a las vedettes porteñas", dice Conde.

"Después, alrededor de la década del 70 o del 80, el término se transfiere a las mujeres que aceptaban ir con esos hombres. La prostituta cara, entonces, se vuelve el 'gato'", agrega.


Por otro lado, alrededor de la década del 90, surge el otro uso de 'gato'. "Dentro del léxico tumbero, en las cárceles, se comienza a usar 'gato' para denominar a los que se encuentran en el escalafón más bajo del pabellón. El gato es el tipo que hace las tareas más básicas dentro de la unidad, como lavar los platos. Es el 'lavataper'. El gato es el que sirve a otros en el pabellón", dice Conde.

Lo mismo dice a LA NACION Leandro Halperín, abogado experto en temas carcelarios, quien realizó docencia universitaria en cárceles: "Es un insulto. El 'gato' es el que trabaja para otro. Es despectivo. El que hace un trabajo a cambio de algo, un trabajo subordinado".

Pero el insulto tiene una acepción más: según el diccionario de lunfardo del sitio TodoTango, declarado de interés Nacional, "gato" puede significar, simplemente, "ladrón nocturno".

¿Cuál de estas acepciones es la que se usa hoy? Para Oscar Conde, "el uso popular que se le da ahora es el de simple insulto. Cuando alguien le dice 'gato' a otro simplemente lo quiere denigrar, llamar sirviente. No tiene que ver con el viejo uso, con el que 'gatilla'. Es sólo una apropiación más abstracta, sacada de contexto, del uso tumbero del término".

Me permito agregar una nota de la Wikipedia que amplía el significado de esta palabra en el tiempo.

Gato - Fuente Wikipedia.

Esta palabra es una de las demostraciones de la gran posibilidad de deslizamiento de significado que existe en el lunfardo, y de que tal facilidad de deslizamiento semántico está dada por los contextos históricos; por ejemplo hasta aproximadamente inicios de 1980 el lunfardismo gato solía ser un elogio con el cual se adjetivaba a alguien muy ágil y sagaz (por ejemplo a Astor Piazzolla por su gran talento, ingenio y virtuosismo se le apodaba "El Gato" lo mismo que al "Gato Barbieri" o al Gato Dumas), pero ya desde fines de los 1970 fue cada vez más común llamar "gato" a una meretriz o prostituta bella y costosa, por su parte las prostitutas comenzaron a llamar "gatos" a sus "clientes" y es por ese motivo que -principalmente en el lunfardo villero de inicios de s. XXI- la palabra "gato" haya adquirido una connotación casi totalmente opuesta a la original: a inicios de s. XXI, especialmente entre la clase baja "gato" es el adjetivo para calificar al estúpido o al gil. Por otra parte el vesre o inversión de la palabra "gato", es decir toga, tiende a mantenerse con el significado de prostituta.
Por lo demás siempre en el contexto de la frase "pobre gato", la palabra gato significa al pobre o al indigente, también a quien se relaciona subalternamente (ya sea por timoratez o ya sea por conveniencia) con otra persona, así se le ha dicho "gato negro" a cualquier sirviente mientras que a los sujetos que quieren aparentar ser "sexys" también se les dice gatos. Otro significado lunfardo de la palabra gato es (por su semejanza -es decir por metáfora-) usada como sinónimo de peluca o peluquín. En las provincias del interior y el norte, como Santiago del Estero o Tucumán, la palabra gato se aplica a los ladrones, por la frase uña larga (que tiene facilidad para robar).

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

Agencia EFEFundéu - BBVA
FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

villas miseria


plural de 


villa miseria

Recomendación urgente del día
El plural adecuado de villa misera es villas miseria, y no villas miserias.
Con la noticia de que el Gobierno argentino va a entregar certificados para que estas infraviviendas puedan acceder a los servicios básicos, el plural de esta expresión se ha podido ver escrito en los medios de varias maneras: «En el llamado Gran Buenos Aires se concentran centenares de ‘villas miserias’», «Casi 3 millones de personas viven en villas miserias en un país desigual» o «La epidemia de dengue se hace fuerte en las villas miserias».
En villa miseria, el segundo elemento es un sustantivo en aposición, por lo que, como suele ocurrir en este tipo de expresiones, es preferible que quede invariable y solo lleve marca de plural el primer sustantivo. Así, igual que el plural de contrato basura es contratos basura, y no contratos basuras, el de villa misera es villas miseria, y no villas miserias.
Por tanto, en los ejemplos anteriores, lo adecuado habría sido escribir «En el llamado Gran Buenos Aires se concentran centenares de villas miseria», «Casi 3 millones de personas viven en villas miseria en un país desigual» y «La epidemia de dengue se hace fuerte en las villas miseria».
Se recuerda, además, que villa miseria es una denominación que figura en el Diccionario de americanismos con el sentido de ‘barrio de viviendas precarias, con grandes carencias de infraestructura’, equivalente de otras voces que conviven en el ámbito hispánico como favelaschabolas, etc., y que, en principio, ninguna de ellas necesitan comillas ni cursiva.

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