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quinta-feira, 13 de janeiro de 2011

O MUNDO EM CRISE


O mundo não pode resistir uma nova crise global

O aumento da tensão geopolítica e a falta de coesão social têm situado aos Governos numa situação "especialmente vulnerável"

EFE / LONDRES
Día 12/01/2011 -

O mundo não está em condições de resistir a uma nova crise global, porque o colapso do sistema financeiro em 2008 esvaziou as arcas públicas e deixou
sem poupança aos cidadãos, segundo tem advertido o Foro Econômico Mundial (FEM).
O FEM apresentou em Londres o informe 'Riscos Globais 2011', que destaca que o aumento da tensão geopolítica e a crescente falta
de coesão social tem situado aos Governos e às sociedades numa situação "especialmente vulnerável". "Cada vez é maior a preocupação pelos
riscos globais, as probabilidades duma propagação rápida das crises através de sistemas cada vez mais inter-relacionados e a ameaça de efeitos
catastróficos", afirmou Robert Greenhill, diretor gerente do FEM.
Greenhill há destacado "dois riscos globais transversais", de particular importância por seu alto grau de incidência e inter-relação: a desigualdade econômica
e os maus Governos. "Um maior desequilíbrio econômico se traduz em menos coesão social, um elemento que é crucial na recuperação das sociedades,
como foi demonstrado na capacidade da Suécia de superar seus problemas financeiros nos 90", indicou. Em quanto aos Governos, o problema é que
"não estamos vendo iniciativas por parte dos governantes para melhorar esta situação", há denunciado Greenhill, que tem chamado a atenção sobre a incapacidade
das instâncias oficiais para calibrar o problema.

Aumento da desigualdade

Segundo a análise do FEM, que pretende adiantar-se numa década aos potenciais riscos, o contexto dos riscos globais em 2011 se define por um paradoxo
do século XXI, a de que a medida que cresce a união do mundo, também aumentam as distâncias. A globalização gerou crescimento econômico sustido durante
uma geração, remodelou o mundo, e aumentou seu grau de inter-relação e interdependência, porém gerou uma distribuição desigual da riqueza, com grande
benefício para uns poucos. Segundo o FEM, o crescimento de nações como China, Índia e Brasil "está reequilibrando o poder econômico entre países", embora
a desigualdade dentro de cada país "vai em aumento".
Ademais, os problemas de desigualdade e equidade econômica no âmbito nacional e internacional cada vez pesam mais e, no plano político, há indícios de que se
está produzindo um ressurgimento do nacionalismo, do populismo e da fragmentação social. Para afrontar estes problemas, "é fundamental melhorar a
governança mundial", há argumentado Greenhill, quem tem considerado o consenso no marco do G-20 o evento mais importante dos últimos anos, à espera
de confirmar seus efeitos positivos.
No terreno econômico, o FEM há alertado também sobre a crescente volatilidade cambiaria, as crises fiscais, o derrubada dos preços dos ativos, os
desequilíbrios das balanças comerciais e os níveis de endividamento dos países ricos. Iguais pesos têm as atividades ilegais, inclusos o narcotráfico,
o tráfico de armas e a corrupção, que movimentam já uns 10% da economia mundial e estão em "franco crescimento".
Pressões insustentáveis sobre os recursos
Outro foco de preocupação é que o Foro Econômico Mundial engloba no triângulo "água- alimentos- energia". O rápido crescimento demográfico do mundo e
a crescente prosperidade econômica estão exercendo pressões insustentáveis sobre os recursos, e o FME prevê que a demanda de água, energia e alimentos
cresça entre uns 30% e uns 50% nos próximos 20 anos. "Esperamos volatilidade no preço dos alimentos e de outras matérias primas na próxima década,
algo que terá graves conseqüências num entorno de crescente clima extremo", ha afirmado John Drzik, diretor da consultoria Oliver Wyman Group.
Drzik há prognosticado que os preços seguirão subindo, entre outras coisas porque "os especuladores financeiros não vão a deixar escapar a oportunidade"
do incremento da demanda derivada dum aumento da população mundial até os 7.700 milhões em 2020.
De frente ao futuro se tem identificado cinco riscos principais: a cibersegurança, a pressão demográfica, a falta de segurança e o terrorismo, a rejeição à
globalização a través de respostas populistas e a proliferação de armas de destruição massiva.
Pese ao sombrio panorama, Greenhill há querido aportar uma dose de otimismo, afirmando que o mundo há tido a capacidade de solucionar problemas como
o buraco da capa de ozônio e de "se preocupar de maneira crescente pela troca climática". "Não é impossível trocar as coisas e ser capazes de antecipar
as crises", há ressaltado Greenhill, quem recordou que quando o mundo esteve à borda da catástrofe e a destruição total durante a Guerra Fria teve
a capacidade de trocar sua forma de pensar sobre o futuro.



El mundo no puede resistir una nueva crisis global

El aumento de la tensión geopolítica y la falta de cohesión social han situado a los Gobiernos en una situación "especialmente vulnerable"

EFE / LONDRES
Día 12/01/2011 -


El mundo no está en condiciones de resistir una nueva crisis global, porque el colapso del sistema financiero en 2008 vació las arcas públicas y dejó
sin ahorros a los ciudadanos, según ha advertido el Foro Económico Mundial (FEM).
El FEM ha presentado en Londres el informe 'Riesgos Globales 2011', que hace hincapié en que el aumento de la tensión geopolítica y la creciente falta
de cohesión social han situado a los Gobiernos y a las sociedades en una situación "especialmente vulnerable". "Cada vez es mayor la preocupación por los
riesgos globales, las probabilidades de una propagación rápida de las crisis a través de sistemas cada vez más interrelacionados y la amenaza de efectos
catastróficos", ha afirmado Robert Greenhill, director gerente del FEM.
Greenhill ha destacado "dos riesgos globales transversales", de particular importancia por su alto grado de incidencia e interrelación: la desigualdad económica
y los malos Gobiernos. "Un mayor desequilibrio económico se traduce en menos cohesión social, un elemento que es crucial en la recuperación de las sociedades,
como quedó demostrado en la capacidad de Suecia de superar sus problemas financieros en los 90", ha indicado. En cuanto a los Gobiernos, el problema es que
"no estamos viendo iniciativas por parte de los gobernantes para mejorar esta situación", ha denunciado Greenhill, que ha llamado la atención sobre la incapacidad
desde instancias oficiales para calibrar el problema.

Aumento de la desigualdad

Según el análisis del FEM, que pretende adelantarse en una década a los potenciales riesgos, el contexto de los riesgos globales en 2011 se define por una paradoja
del siglo XXI, la de que a medida que crece la unión del mundo, también aumentan las distancias. La globalización generó crecimiento económico sostenido durante
una generación, remodeló el mundo, y aumentó su grado de interrelación e interdependencia, pero generó una distribución desigual de la riqueza, con gran
beneficio para unos pocos. Según el FEM, el crecimiento de naciones como China, India y Brasil "está reequilibrando el poder económico entre países", aunque
la desigualdad dentro de cada país "va en aumento".
Además, los problemas de desigualdad y equidad económica en el ámbito nacional e internacional cada vez pesan más y, en el plano político, hay indicios de que se
está produciendo un resurgimiento del nacionalismo, del populismo y de la fragmentación social. Para afrontar estos problemas, "es fundamental mejorar la
gobernanza mundial", ha argumentado Greenhill, quien ha considerado el consenso en el marco del G-20 el evento más importante de los últimos años, a la espera
de confirmar sus efectos positivos.
En el terreno económico, el FEM ha alertado también sobre la creciente volatilidad cambiaria, las crisis fiscales, el derrumbe de los precios de los activos, los
desequilibrios de las balanzas comerciales y los niveles de endeudamiento de los países ricos. Igual peso tienen las actividades ilegales, incluidos el narcotráfico,
el tráfico de armas y la corrupción, que mueven ya un 10% de la economía mundial y están en "franco crecimiento".
Presiones insostenibles sobre los recursos
Otro foco de preocupación es el que el Foro Económico Mundial engloba en el triángulo "agua-alimentos-energía". El rápido crecimiento demográfico del mundo
y la creciente prosperidad económica están ejerciendo presiones insostenibles sobre los recursos, y el FME prevé que la demanda de agua, energía y alimentos
crezca entre un 30% y un 50% en los próximos 20 años. "Esperamos volatilidad en el precio de los alimentos y de otras materias primas en las próxima década,
algo que tendrá graves consecuencias en un entorno de creciente clima extremo", ha afirmado John Drzik, director de la consultora Oliver Wyman Group.
Drzik ha pronosticado que los precios seguirán subiendo, entre otras cosas porque "los especuladores financieros no van a dejar escapar la oportunidad"
del incremento de la demanda derivada de un aumento de la población mundial hasta los 7.700 millones en 2020.
De cara al futuro se han identificado cinco riesgos principales: la ciberseguridad, la presión demográfica, la falta de seguridad y el terrorismo, el rechazo a la
globalización a través de respuestas populistas y la proliferación de armas de destrucción masiva.
Pese al sombrío panorama, Greenhill ha querido aportar una dosis de optimismo, afirmando que el mundo ha tenido la capacidad de solucionar problemas como
el del agujero de la capa de ozono y de "preocuparse de manera creciente por el cambio climático". "No es imposible cambiar las cosas y ser capaces de anticipar
las crisis", ha resaltado Greenhill, quien ha recordado que cuando el mundo estuvo al borde de la catástrofe y la destrucción total durante la Guerra Fría tuvo
la capacidad de cambiar su forma de pensar sobre el futuro.

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