Es primavera con todos los acentos
Acuarelas porteñas-
21.09.2018
Opinión - La Prensa - Buenos Aires
Tiempo de reflexionar, dijo. "¿Ahora, con este sol espléndido, con esta explosión de colores que trae la primavera recién llegada a la ciudad? ¿Con todas estas hormonas burbujeantes, muchachitas livianas de vestido volador, muchachos fornidos con jean ajustados? ¿Ahora, que puedo despertarme con el canto de los pájaros, y dejar que el rocío nocturno me suavice la piel ardida por las correrías?", respondió la voz contrincante. Sí, continuó sereno. Es cierto que ha llegado la primavera. Quizá para los geógrafos, los astrónomos, los meteorólogos, toda esa gente tan precisa, arribó antes o después de lo previsto científicamente. Siempre tan imprecisa, impredecible y sorprendente, como la imaginación. Esa loca que agita las tinieblas del invierno, hecho de mañanas duras, oscuras y todavía fragorosamente frías sobre colectivos cargados, subtes repletos, trenes abarrotados, con rostros fieros y caras lánguidas. Pero ya está aquí, la estación del renacimiento, de reverdecer.
PRIMER VERDOR
La primavera es una de las cuatro estaciones de las zonas templadas del planeta Tierra, posterior al invierno y anterior al verano. El término prima proviene de "primer" y vera de "verdor".
Astronómicamente, esta estación comienza con el equinoccio de primavera, y termina con el solsticio de verano, dice el diccionario que todo lo explica. Hasta da un poco de pena saber que hay lugares donde nunca llegará, tundras silenciosas y húmedas que permanecerán congeladas, o hielos eternos que seguirán inmutables.
"Pero ahora está aquí, sabíamos que iba a llegar, ¿qué hacemos?", repiqueteo la voz interior. Reflexionar, repitió mientras miraba las calles poblarse de glicinas, el resplandor, el comienzo del bullicio cotidiano. Es más que un nuevo ciclo, una fase del eterno devenir del tiempo. Es recomenzar un poema, como diría la gran Juana Ciesler, injustamente olvidada hermana de Julio Huasi.
El calendario oficial propone festejos anunciados, previsibles, con toda pompa. Bien por ellos. Vale el esfuerzo, pero no hay alegrías programadas. No estarán nunca a la altura de esas escapadas iniciales, rompiendo el orden, sin saber cómo volver. Iniciar un viaje compartido pero solitario, íntimo. Tampoco estará en las calles turbulentas donde las multitudes acuden a tomar cerveza a raudales, y escapar por un rato del decoro, obstruyendo el tránsito, riendo con extraños, acariciando el sueño del niño que volvió del picnic exhausto, con el primer sabor amargo de la aventura.
"De la musique avant toute chose,/
Et pour cela préfére l"Impair/
Plus vague et plus soluble dans l"air,/
Sans rien en lui qui pése ou qui pose" *, replica la voz interior.
Et pour cela préfére l"Impair/
Plus vague et plus soluble dans l"air,/
Sans rien en lui qui pése ou qui pose" *, replica la voz interior.
El poema no se traduce. Se mezcla el francés, con los giros colombianos que llegaron huyendo del horror hace décadas, y ya están incorporados. O los aires peruanos, que estaban desde antes, multiplicados. Y los nuevos acentos venezolanos, a pesar del dictador que pretende la repatriación bolivariana con aviones camuflados que quizá ni despeguen de Maquetía, entre los cerros andinos donde las nubes bajas hacen que uno crea que ha llegado al cielo, ese paraíso celeste entre las montañas verdes. Y el inglés, metálico causante o buscador de nuevas emociones.
Vamos a recomenzar el poema, pero no hoy, sino mañana, porque siempre hay otro día, un nuevo amanecer, un cuerpo tibio y las maravillas de esta Buenos Aires cosmopolita, como nació y ha sido siempre. Con locales y viajeros, rutinas y estruendos, piquetes y silencios, contrabandistas y sobrevivientes, malandras y buena gente. Donde junto a las medias lunas y el croissant, está la arepa, el café fuerte, los jugos. Los diarios y las pantallas que hablan de guerras lejanas, tiroteos cotidianos, de la cotización del dólar, de gobiernos extraviados, de opulentos adversarios, de bandas crueles que nos dejaron sin sueños. "Y no te olvides de mi", dice la voz interior. Llegó la primavera. Tiempo de recomenzar. Tiempo de reflexionar.
* "La música ante todo./
Y para ello preferirás lo impar,/
más vago, más soluble,/
sin nada impostado que le pese".
Paul Verlaine.
Y para ello preferirás lo impar,/
más vago, más soluble,/
sin nada impostado que le pese".
Paul Verlaine.