Translate

sábado, 20 de março de 2010



A Árvore dos Amigos

Existem pessoas em nossas vidas que nos fazem felizes
pela simples casualidade de se haver cruzado em nosso caminho.
Algumas percorrem o caminho o nosso lado, olhando passar muitas luas,
a outras apenas as vemos entre um passo e outro.
A todas as chamamos amigos e há muitas classes deles.
Tal vez cada folha da árvore caracteriza a um de nossos amigos.
O primeiro que nasce do brote é nosso amigo pai e nossa amiga mãe,
que nos mostram o que é a vida.
Após vem os amigos irmãos,
com quem dividimos nosso espaço para que possam florescer como nós.
Passamos a conhecer a toda a família de folhas a quem respeitamos e desejamos o bem.
Mas o destino nos apresenta a outros amigos,
os quais não sabíamos que iriam a se cruzar em nosso caminho.
A muitos deles os denominamos amigos da alma, do coração.
São sinceros, são verdadeiros.
Sabem quando não estamos bem, sabem o que nos faz felizes.
E às vezes um desses amigos da alma explode em nosso coração
e então é chamado um amigo enamorado.
Esse dão brilho a nossos olhos, música a nossos lábios, saltos a nossos pés.
Também existem aqueles amigos por um tempo,
quiçá umas ferias o uns dias o umas horas.
Eles costumam colocar muitos sorrisos em nosso rosto,
durante o tempo que compartimos.
Falando de todos, não podemos olvidar a amigos distantes,
aqueles que estão na ponta das ramas
e que quando o vento sopra sempre aparecem entre uma folha e outra.
O tempo passa, o verão se vai, o outono se aproxima e perdemos algumas de nossas folhas, algumas nascem em outro verão e outras permanecem por muitas estações.
Porém o que nos deixa mais felizes é que as que caíram continuam perto,
alimentando nossa raiz com alegria.
São lembranças de momentos maravilhosos de quando se cruzaram em nosso caminho.
Te desejo, folha de minha árvore, paz, amor, saúde, sorte e prosperidade.
Simplesmente porque cada pessoa que passa em nossa vida é única.
Sempre deixa algo de se mesma e se leva um pouco de nós.
Haverá os que se levaram muito, mas não existiram os que não nos deixarão nada.
Esta é a maior responsabilidade de nossa vida e a proba evidente de que duas almas não se encontram por casualidade.
Extraído de Poemas Da Alma.

El Árbol de los Amigos

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo pasar muchas lunas,
a otras apenas las vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja del árbol caracteriza a uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestran lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, del corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
También existen aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que compartimos.
Hablando de todos, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja algo de sí mismo y se lleva un poco de nosotros.
Habrán los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

Soy grato a la vida, porque casi al final de mi camino me permitió conocerte.

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...