jacobo morales (vertical-x1)
El actor, director y escritor se valió del buen manejo de las palabras y su don humorístico para exponer el valor del español dentro de su obra humana y artística. (Vanessa Serra Diaz)
“Cool, wikén, chilin…”, son palabras comunes en la lengua de la calle. Pero cuando se escuchan en la voz del cineasta puertorriqueño Jacobo Morales además de provocar risas inmediatas, traen consigo otra lectura.
El actor, director y escritor se valió este viernes del buen manejo de las palabras y su don humorístico para exponer el valor del español dentro de su obra humana y artística, más denunciar la decadencia de la lengua en aras de las redes sociales.
Sin desdibujar las sonrisas de las personas que esta mañana llenaron el salón 208 del Centro de Convenciones de Puerto Rico, sede del séptimo Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), el gestor de “Lo que le pasó a Santiago” (1989) y “Linda Sara” (1994) llamó “actos de terrorismo lingüístico a los que tenemos que enfrentarnos desde distintos frentes” al uso moderno de la lengua vernácula en las redes sociales.
“Acepto que las lenguas se renueven y que no es la academia la que determina finalmente las nuevas voces que serán incorporadas a nuestro idioma, sino el uso reiterado de éstas por la mayoría de los parlantes, quienes en la mayoría de los casos antes que involucrarse en debates y discusiones sobre dicho tema preferirán irse a parisear, que no significa pasear por París, o a janguear, que tampoco tiene que ver con la acción de colgar algo”, expuso Morales en compañía de las directoras Helena Pimentel (España) y Dominga Sotomayor (Chile).

Como presidente del panel figuró Nery Alexis Gaitán (Honduras) y en función de coordinador, Jorge Urrutia (España).
“Con los modismos del español boricua, los anglicismos y los barbarismos que proliferan cada día más, se podría escribir un stand up comedy, o sea una comedia de pie, o un monólogo humorístico”, sentenció Morales.
La genialidad humorística del cineasta se acentuó aún más al concluir su exposición advirtiendo el inicio de una “investigación” para descubrir la computadora que se equivocó al colocar la “g” en la palabra majestad, error que la prensa española antepuso “a las atinadas expresiones de nuestro gran escritor Luis Rafael Sánchez”.
Ante la mirada de su compañera de vida, Blanca Eró, el maestro del cine local compartió además el tráiler de su más reciente filme, “Ángel” (2007), así como anécdotas de su trayectoria que, de formas distintas, tuvieron algún encuentro con el idioma.
Reconoció en su padre, de quien heredó el nombre Jacobo, la principal influencia en sus comienzos en la escritura.
“A poco tiempo empecé a tomar conciencia de que el español habría de ser mi principal recurso para plasmar mis expresiones artísticas. Brinda sonido a mis pensamientos, vías para manifestar en palabras lo que imagino”, afirmó.
La directora chilena Dominga Sotomayor, también muy acertada en su intervención, valoró la vivacidad y el contexto que le aportan las palabras a las imágenes en el cine, aun reconociendo que el cine mudo comunica tanto como cualquiera.
“Las palabras potencian las imágenes, aumentan su poder e impacto, aportan otra capa de lectura… El habla es fundamental para establecer una superficie de realidad”, puntualizó la directora de la película “De jueves a domingo (2012)”.