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segunda-feira, 28 de outubro de 2013

ASALE











ASALE discute en Panamá nueva edición de diccionario de americanismos

Panamá, 24 oct (PL) La Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), que agrupa a entidades de América, España y Filipinas, examina hoy en Panamá la posibilidad de una segunda edición del Diccionario de Americanismos, entre otros temas.

En declaraciones a Prensa Latina, el secretario general de ASALE, Humberto López Morales, dijo que la entidad comenzó la reunión ayer mismo apenas concluyó el VI Congreso de la Lengua Española, para aprovechar la presencia en Panamá de los directores de las 22 academias nacionales. Reveló que ya se agotó ese texto, el más completo del léxico americano, el cual fue posible gracias a la política lingüística panhispánica de las Academias.

El libro contiene más de 70 mil voces, lexemas complejos, frases y locuciones, más de 120 mil acepciones, definiciones claras, precisas y objetivas, acepciones organizadas por ámbitos semánticos y frecuencia de uso, entre otras muchas cosas.

Pero ya han pasado dos años desde su edición, indicó López Morales, y estamos negociando con el editor para hacer una segunda edición a fin hacer correcciones pues después de algunas revisiones encontramos cositas por solucionar.

Son pequeñas, pero queremos un diccionario perfecto en el que estamos todos involucrados, y si ya lo logramos después de tantos años de esfuerzo y sacrificio, es justo mantenerlo actualizado y corregidas todas las fallas que detectemos.

En cuanto a la reunión de directores de academias nacionales donde se discutirán este y otros muchos temas, el secretario general de ASALE dijo que harán un examen de los programas comunes, y cada uno de los ejecutivos de las 22 entidades se han anotado para hablar.

López Morales explicó que la reunión sesionará hasta mañana viernes, pero aún así es difícil que todos lo logren por el hecho de que estos encuentros no tienen un punto de análisis básico sino que cualquiera puede presentar sus dudas, sus sugerencias.

tgj/lma

SEVILLA






¿Está en Sevilla el origen de las lenguas celtas?
ABCABCDESEVILLA / SEVILLA

La zona suroeste de la península ibérica podría ser la cuna de la lengua celta, según los expertos


¿Está en Sevilla el origen de las lenguas celtas?
ABC
Una escena de «Braveheart», donde Mel Gibson da vida a un héroe nacional escocés
Los expertos que este fin de semana han participado en Ávila dentro del VII Congreso Transfronterizo de Estudios Celtas España-Portugal han debatido sobre si la península ibérica pudo ser el origen de las lenguas celtas, incluso si sus habitantes y los de Francia y las islas británicas «son una misma gente por su ADN». El director del Instituto de Estudios Celtas, Ramón Sainero, sostiene esta teoría que en su opinión ya se ha extendido entre diversos sectores del mundo académico, al considerar que esas lenguas del occidente atlántico «tienen su origen en la península ibérica e incluso en la zona suroeste».

Se ha referido, en declaraciones a los periodistas, al antiguo reino de Tartessos -en torno a las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz-, donde según algunos investigadores se encontrarían «los orígenes de la lengua celta primitiva». Sainero señala, en esta misma dirección, la existencia de signos de escritura en Tartessos «idénticos a las runas que aparecen en Irlanda, Inglaterra, Escocia o la zona occidental de Alemania o Escandinavia».

«Unos signos idénticos, tienen que tener una relación con estos otros signos tartessos y rúnicos», ha argumentado, antes de echar mano de estudios de expertos de las universidades de Oxford y Gales, para señalar que las lenguas celtas primitivas del occidente atlántico «no están en centroeuropa, sino en la península ibérica». En este contexto, ha recordado que Ávila es el lugar de la península donde más rastros arqueológicos o históricos se han encontrado conectados con este mundo llamado celta.

En su opinión, lo que «está muy claro» es que las lenguas celtas habladas y de las que existe rastro de ellas han estado «en las islas británicas, Francia y península ibérica», no en las zonas donde «se considera que se creó el mundo celta», en referencia a Austria o Suiza, donde «no hay rastro de que se haya hablado una lengua celta y en Alemania tampoco».

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE





neoyorquino, mejor que neoyorkino

Recomendación urgente del día
Neoyorquino, con q, mejor que neoyorkino, con k, es el gentilicio recomendado en la Ortografía de la lengua española para referirse a los naturales de Nueva York.

Con motivo del fallecimiento de Lou Reed, en los medios de comunicación pueden encontrarse frases como «Son muchas las facetas que desarrolló el músico neoyorkino a lo largo de toda su vida» o «El músico neoyorkino comenzó su carrera con The Velvet Underground en los años 60».

Aunque la Academia considera válida esta grafía, recomienda optar por la variante neoyorquino.

Así pues, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Son muchas las facetas que desarrolló el músico neoyorquino a lo largo de toda su vida» y «El músico neoyorquino comenzó su carrera con The Velvet Underground en los años 60».

Una lengua cambiante y múltiple



Español de islas y tierra firme, deltas, pampas, cordilleras, selvas, costas ardientes, páramos desolados, subiendo hacia los volcanes y bajando hacia la mar, ningún otro idioma es dueño de un territorio tan vasto
SERGIO RAMÍREZ

RAQUEL MARÍN en El País - España


Al perder la palabra, perdemos la memoria. Para ser trasplantado hay que ser arrancado de las propias raíces, porque la lengua no es solamente una forma de expresión que uno pueda cambiar en la boca a mejor conveniencia, sino que es la vida misma, la historia, el pasado, y aún más que eso, el existir en función de los demás, porque la lengua sola de un individuo hablando en el desierto no tendría sentido, menos para un escritor, que si existe es porque alguien más comparte sus palabras, y las vuelve suyas. Según evocaba Miguel Ángel Asturias la tradición del pueblo quiché, el mismo pueblo que nos heredó la magia del Popol Vuh, aquel que habla en nombre de los demás es el Gran Lengua de su tribu. (...)

Soy un escritor de una lengua vasta, cambiante y múltiple, sin fronteras ni compartimientos, que en lugar de recogerse sobre sí misma se expande cada día, haciéndose más rica en la medida en que camina territorios, emigra, muta, se viste y de desviste, se mezcla, gana lo que puede otros idiomas, se aposenta, se queda, reemprende viaje y sigue andando, lengua caminante, revoltosa y entrometida, sorpresiva, maleable. Puedo volar toda una noche, de Managua a Buenos Aires, o de la ciudad de México a Los Ángeles, y siempre me estarán oyendo en mi español centroamericano.

Español de islas y tierra firme, deltas, pampas, cordilleras, selvas, costas ardientes, páramos desolados, subiendo hacia los volcanes y bajando hacia la mar salada, ningún otro idioma es dueño de un territorio tan vasto. Me oirán en la Patagonia, y en Ciudad Juárez, un continente de por medio, y en el Caribe de las Antillas Mayores, y en el arco del Golfo de México, y del otro lado del dilatado Atlántico también me oirán, y oiré, en tierras de Castilla, y en las de Extremadura, y en las de León, en las de Aragón. Y en Guinea Ecuatorial, y en el desierto saharaui. Nos oiremos, hablaremos. Sabremos de qué estamos hablando, porque en la lengua, somos idénticos, estamos ungidos por la misma gracia.

Augusto Roa Bastos es un híbrido del español y el guaraní, de otra manera no existiría Hijo de Hombre. La sintaxis quechua entra en la escritura de José María Arguedas, de otra manera no existiría Los ríos profundos. Sin la lengua yoruba, congo o mandinga y su profundo palpitar de tambores, no existiría Songoro Cosongo de Nicolás Guillén, ni Tuntún de pasa y grifería de Luis Palés Matos, y sin el quiché tampoco Hombres de Maíz de Miguel Ángel Asturias.

Aguas revueltas de ríos distintos, una sola en su vasta y caótica diversidad que ya del lado de los emigrantes hispanos a Estados Unidos, se vuelve más vasta y sigue nutriéndose y transformándose. Porque una lengua viva, que emigra, y no se queda enclaustrada en su propia casa, siempre lleva las de ganar.

Tendremos identidad mientras la busquemos y queramos encontrarnos en el otro

Cuando en América hablamos acerca de la identidad compartida, nuestro punto de partida, y de referencia común, es la lengua. No somos una identidad étnica, no somos una multitud homogénea, no somos una raza, somos muchas razas. La diversidad es lo que hace la identidad. Tendremos identidad mientras la busquemos y queramos encontrarnos en el otro. Pero somos una lengua, que tampoco es homogénea. La lengua desde la que vengo, y hacia la que voy, y que mientras se halla en movimiento, me lleva consigo de uno a otro territorio, territorios reales o territorios verbales.

Estratos geológicos superpuestos, palabras escondidas abajo, y encima la agobiante modernidad que trastoca los vocablos que buscan el cauce de las necesidades tecnológicas, porque quien no inventa tecnología tampoco inventa los términos de la tecnología, y entonces la lengua abre sus valvas para recibir esas palabras ajenas, y volverlas propias, el inglés como antes el árabe.

No puedo sentirme solo. No tengo mi lengua por cárcel, sino el reino sin límites de una incesante aventura, de Cervantes a García Márquez, de Góngora a Rubén Darío, de Alonso de Ercilla a Pablo Neruda, de Bernal Diaz del Castillo a Juan Rulfo, de Lope de Vega a Julio Cortázar, de Sor Juana a Xavier Villaurrutia, de Miguel Hernández a Ernesto Cardenal, del Inca Garcilaso a César Vallejo, de Pérez Galdós a Carlos Fuentes, de Rómulo Gallegos a Vargas Llosa, de García Lorca a José Emilio Pacheco.

Es nuestra lengua mojada. La que entra oculta a los Estados Unidos en los furgones de carga, hacinada en los techos de los vagones del tren de la muerte en viaje de Chiapas a Sonora, la que pasa debajo de las alambradas, la que traspasa el muro inteligente, la que burla los detectores infrarrojos, la que no se deja encandilar por los reflectores, la que huye de los perros de presa que saben oler pobreza y sudores, y de los cebados granjeros de Arizona convertidos en vigilantes armados de fusiles automáticos. Vigilante. Palabra ésa que, ironías de la lengua perseguida, le pertenece a ella misma.

Quien no inventa tecnología tampoco inventa los términos de la tecnología

Emigra desde tan lejos como Bolivia, el Perú y Ecuador, acampa en el río Suchiate esperando la noche para pasar a nado, siempre acosada a lo largo de su marcha temerosa hacia el otro río, el río Bravo, clandestina, y por tanto subversiva. Es la lengua de la pobreza, que cae bajo las balas de los Zetas en su camino, lengua triste y masacrada que sin embargo vuelve a despertar al nombrar cada vez al dolor y la miseria, pero también la esperanza.

Renace todos los días, se aclimata, camina. Cambia mientras camina. El español de la Tierra del Fuego y el de los salares del desierto de Atacama, el de las alturas de Machu Pichu y el de la tierras caliente de Michoacán, el español del valle del Cauca y los llanos de Apure, el español de la estrecha garganta pastoril iluminada por el fuego de los volcanes que es Centroamérica, el español campesino del Cibao dominicano y el insaciable español habanero, el español tapatío y el de los chilangos de la región más transparente del aire, y el del desierto de crudos espejismos de Sonora, el español de las dos Californias, el de las madreadas mexicanas en Los Ángeles, el de los murmullos de los inmigrantes ecuatorianos y bolivianos perseguidos en San Diego, el de los nicaragüenses que lloran de cabanga en San Francisco por su paisaje perdido, el de los tex-mex del Paso, el de los chicanos de Yuma. La raza. El español de los hondureños dejados desde antaño en las costas de Luisiana por los barcos bananeros de la Flota Blanca, el de la Florida de Ponce de León donde se habla en son cubano, el de los salvadoreños, los tristes más tristes del mundo de Roque Dalton, en las barriadas de Washington, el vasto e intrincado español de los dominicanos, y los puertorriqueños de Nueva York.

La lengua que se paraliza en la boca es una lengua muerta. Y el español es también en los Estados Unidos una lengua literaria, que es la otra manera de que una lengua viva sin riesgos de muerte. Una lengua de los escritores que han traspasado la frontera, o que han nacido en el territorio de Estados Unidos, y escriben en español. Unos hablan la lengua, otros la escriben, y estos son sus dos puntales vitales. Es un asunto verbal, no territorial. Una cultura híbrida, variada, y contradictoria, sorprendente y sorpresiva, que varía su sintaxis, que crea neologismos, que se aventura a inventar.

Quienes la hablan y quienes la escriben son protagonistas de esa invasión verbal que cada vez más tendrá consecuencias culturales. Consecuencias de dos vías, por supuesto, porque cuando las aguas de un idioma entran en las de otro, se produce siempre un fenómeno de mutuo enriquecimiento.

La lengua que gana nuevos códigos cerca del lenguaje digital, de los nuevos paradigmas de la comunicación, de los libros electrónicos, de las infinitas bibliotecas virtuales que estuvieron desde antes en la imaginación de Borges, y que gana modernidad mientras se adentra en el siglo veintiuno.

El Gran Lengua seguirá siendo el vocero de la tribu. El que tiene el don de la palabra y representa así a los que no tienen voz. El que alza la voz, es él mismo la lengua, la encarna, y se encarna en ella. Guarda y publica la memoria de las ocurrencias del pasado, inventa, imagina, interpreta, recrea, explica, y seduce con las palabras.

¿A qué otra cosa mejor puede aspirar un escritor, sino a ser lengua de una tribu tan variada y tan vasta?

Sergio Ramírez es escritor. Fragmento del discurso de inauguración del VI Congreso Internacional de la Lengua Española, que finalizó esta semana en Panamá.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE





adelantamiento y superación, alternativas a sorpasso

Recomendación urgente del día
Los sustantivos adelantamiento y superación son alternativas en español al italianismo sorpasso.

En los medios de comunicación, sin embargo, es habitual leer oraciones como «Si IU fuera capaz de darle el sorpasso al PSOE, el escenario electoral para las elecciones generales sería muy diferente» o «Los datos demuestran que ya se ha producido el “sorpasso” del aeropuerto de Barcelona al de Madrid por número de viajeros»

El término sorpasso, de acuerdo con el diccionario Clave, hace referencia, dentro del ámbito de la política, al fenómeno por el que, en unas elecciones, un grupo político supera ‘sobradamente a otro’. Aun así, actualmente se está utilizando también para hacer referencia al adelantamiento o superación económicos.

En los ejemplos anteriores, lo adecuado habría sido escribir «Si IU fuera capaz de superar al PSOE, el escenario electoral para las elecciones generales sería muy diferente» o «Los datos demuestran que ya se ha producido el adelantamiento del aeropuerto de Barcelona al de Madrid por número de viajeros».

En cualquier caso, si se opta por el extranjerismo sorpasso, lo apropiado es escribirlo como un extranjerismo crudo, es decir, en cursiva.

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...