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quinta-feira, 25 de julho de 2013

COMPARTIR IDEAS



Compartir ideas está en la esencia del ser humano
Un estudio muestra que el cerebro está especialmente diseñado para transmitir las ideas que más le llaman la atención

+ Andreu Gonçalves Belsunces - El Observador - Uruguay
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Skype, YouTube, Google o Instagram deben su éxito al famoso ‘buzz’ de internet, ese murmullo que se expande a enorme velocidad y que también ha ayudado a alcanzar la fama internacional a músicos como Justin Bieber, LMFAO y Psy. Lo mismo se puede decir del corto Ataque de Pánico, gracias al cual el director uruguayo Federico Álvarez logró llamar la atención de Hollywood.

La propagación de ideas, productos, servicios o personajes en internet esconden la clave del éxito o del fracaso de muchas iniciativas. Cómo se transmite la información en la red se ha estudiado profusamente desde la física, la matemática e incluso la biología, tratando de entender cuáles son las características de estas ‘carreteras’ mediante las cuales algunos contenidos se vuelven ‘virales’.

Neurociencia explica procesos de comunicación social

Recientemente, un equipo de psicólogos de la Universidad de California (UCLA), dio un paso importante en la comprensión de este tipo de fenómenos. Pero esta vez no se atendió a la estructura de las redes, sino a qué es lo que motiva a los seres humanos a compartir determinadas informaciones. O dicho de otro modo, este estudio pudo identificar por primera vez qué regiones del cerebro están asociadas a la expansión exitosa de ideas.

¿Qué es lo que hace que algo resulte interesante? Los resultados de la investigación, que fueron publicados en la edición online de la revista Psychological Science, afirman que ello no solamente tiene relación con lo que puede parecer útil o atractivo. Matthew Lieberman, profesor de psicología y psiquiatría de la UCLA, sostiene que las ideas logran seducir en la medida en que cada uno piensa que éstas también pueden seducir a otras personas. “Siempre parecemos estar mirando hacia quien tenga una idea que puede ser de ayuda, divertida o interesante, y los datos de nuestro cerebro muestran evidencia de eso. Estamos hechos para compartir información con otra gente. Creo que es una profunda declaración sobre la naturaleza social de nuestras mentes”, dice.

Pero las ideas no se propagan solamente gracias a su atractivo, sino también gracias a las capacidades de persuasión de sus comunicadores. Emily Falk, miembro de la escuela de comunicación de la Universidad Annenberg de Pennsylvania y conductor de la investigación que un doctorado hizo en el laboratorio de Liebermann, sostiene que con el estudio se han descubierto cuáles “son las regiones cerebrales asociadas con ideas que se vuelven contagiosas, y cuáles están asociadas a ser un buen comunicador de ideas”.

Para llegar a estos hallazgos, la investigación convocó a una serie de estudiantes, y les presentó diversos argumentos para series de televisión mientras monitoreaban sus cerebros con un escáner. Más adelante, cada uno de ellos tuvo que tratar de convencer a otros alumnos de que ‘compraran’ esa serie.

De la atracción a la persuasión
Los resultados mostraron que las personas más persuasivas, aquellas que lograban transmitir mejor su entusiasmo, tuvieron una actividad mayor en una región del cerebro conocida como “unión temporoparietal”. Esa fue la única región del cerebro que tuvo esa reacción: “encontramos que el aumento de actividad estaba asociada con un crecimiento en la habilidad de convencer a los otros de apoyar sus ideas favoritas”.

Esta activación no solamente era mayor que en aquellas personas que luego resultaron ser menos convincentes, sino que también superaba a la que ellos mismos habían registrado cuando habían sido expuestos a argumentos que no les habían gustado tanto.

A partir de este hecho, los investigadores concluyeron que en la propagación de ideas no solo influye el hecho de tener opinión o ser entusiasta. Puede resultar incluso más importante tener presente en qué medida esas ideas pueden atraer a los otros.

Empatía: el motor de la propagación
La unión temporoparietal está situada en la parte exterior del cerebro, en una zona encargada de pensar sobre lo que los otros piensan y sienten. A ese proceso, el de interpretar el estado mental de los otros, se le llama ‘mentalización’. Un ejemplo de ello, aclara Liberman, es cuando logramos entrar en la mente del personaje de una serie o una novela.

Las buenas ideas, las que llaman la atención, activan el sistema de mentalización y hacen que se piense en quién podría interesarse por ellas. Es por eso que dan ganas de compartirla: existe un vínculo natural entre cuánto puede gustar una idea y el impulso por compartirla.

Profundizando en este estudio, los psicólogos podrán, potencialmente, ser capaces de usar esos mapas mentales para predecir qué ideas pueden ser más exitosas y quién puede ser más efectivo para propagarlas. La publicidad, las campañas públicas de salud o derechos humanos, y la educación, podrán beneficiarse de ello.

Por el momento, lo que sí que se ha logrado es demostrar que el ser humano está diseñado para ser chismoso.

TRADUCTOLOGÍA

Lo marcado por lo marcado

Por Ramon Lladó en El Trujamán.

Theodore Savory (The Art of Translation, 1968), al enumerar los procedimientos de la traducción literaria, se planteaba una batería de preguntas, algunas de ellas ingenuas pero muy útiles. Sin ser exhaustivos, ahí van algunas:


¿Debe una traducción reproducir las palabras del original?
¿La obra traducida debe verter las ideas del original?
¿Debe ser percibida como una obra original, o «sonar» como una traducción?
¿Debe reflejar el estilo del original?
¿Debería dar la impresión de ser una obra contemporánea del original?
¿Puede el traductor añadir cosas al original al tiempo que suprime otras?


No depende solo del arbitrio del traductor la decisión sobre todas y cada uno de esas alternativas. Pero sí es de su exclusiva incumbencia preparar el terreno en el que deberá moverse y trazar su cuaderno de bitácora. El registro y el estilo le vendrán dados por el texto al que se enfrenta. ¿Puede el traductor alterarlos al traducir? Efectivamente, pero en cualquier caso deberá pactar las alteraciones con distintos agentes del proceso de traducción, como el editor y, en ciertos casos, con el autor o sus herederos. ¿Qué debe, por tanto, reproducir una buena traducción?

El traductor, una vez conocido el registro, evaluado el estilo y las condiciones de la tarea, debe tener en cuenta que, desde el punto de vista literario, hay dos grandes grupos de obras: las de consumo, que sólo pretenden comunicar, o divertir (Harry Potter, J. M. Coetzee, Stieg Larsson, etc.); las de expresión literaria más elaborada, sea clásica o vanguardista, sean más o menos canónicas.

Si nos referimos al segundo grupo, la traducción deberá ser escrupulosamente fiel al registro y al estilo y no establecer variaciones o cambios que bien se puedan aplicar a los best seller pero nunca a la literatura de expresión formal más rigurosa, puesto que en ella el estilo y los registros son un diferencial que debe mantenerse.

Henri Meschonnic decía (Pour la poétique, II, 1978): il faut traduire le marqué par le marqué et le non-marquè par le non-marqué [«se debe traducir lo marcado por lo marcado y lo no marcado por lo no marcado»]. Con ello pretendía hacer una generalización analítica, es decir elevar a postulado lo que, estilísticamente, cae de su propio peso. El traductor literario debe poseer la competencia de distinguir en los enunciados las marcas estilístico-gramaticales o retóricas, o sea, aquellos rasgos en cuanto a tono y registro que hacen diferir un enunciado con estilo de otro que muestra una expresión neutra o que sigue los giros habituales de la lengua. Lo que Meschonnic llama «marcado» está en relación con lo expresivo, individual y subjetivo en el sentido que le daba Julio Cortázar cuando afirmaba en La vuelta al día en ochenta mundos (1967) que la literatura no debe ser en absoluto entendida o apreciada como «información de lujo» sino como un modo de enunciación. El escritor no deposita en ella la historia o el relato total o parcial del mundo objetivo, sino su propia relación, intransferible y genuina, con la historia que nos cuenta.

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LÍDER





por Reyes Monforte en La Razón - España

Se le podrán discutir muchas cosas, pero no su condición de líder. Y no un líder a secas, uno descafeinado, de esos de cartón piedra a los que desgraciadamente estamos tan acostumbrados a sufrir hoy en día , cuando mas necesitados estamos de alguien que hable claro y abiertamente. No se sí con el Papa Francisco ha nacido una estrella, como dicen muchos, pero maneras apunta. Su chofer confunde el trayecto y el aprovecha el error para saludar a los que se agolpan sobre su coche, protagoniza humildemente la portada de la publicación por la que todos matan, los niños se acercan a besarle y no al revés, y su obsesión por la cercanía es tan notoria como su afán por cambiar los zapatos de Prada de su antecesor por las consabidas sandalias del pescador. Pero en plena era de la imagen, lejos de conformarse con los gestos se atreve también con las palabras y las pronuncia desde un púlpito que muchos evitan pisar: la calle. Ayer, en uno de los escenarios más difíciles y complejos que existen, y no en un hotel cinco estrellas ni en un cómodo y seguro salón pavimentado en tonos dorados, el Papa Francisco hablo de promover una mayor justicia, de educar en los valores de la vida común, de tender la mano a los que lo necesitan, y de esperanza en el futuro. No se sí esas palabras corresponden a un líder religioso, pero se agradecerían mucho en boca de cualquier líder político. El Papa Francisco da la cara, la mano y la palabra, lo que dentro del paupérrimo catálogo de líderes que tenemos es de agradecer.
Esperemos que haga y marque el camino a otros que también se llaman líderes.

La mano estrechada








Por César Vidal en La Razón - España

Cuenta Solzhenitsyn en el primer volumen de su «Archipiélago Gulag» una anécdota que a él le impresionó vivamente y cuya importancia suele pasarse por alto. En el momento, ya al final de la Guerra Mundial, en que el NKVD fue a detenerlo a la unidad de artillería en la que estaba destacado, el general a cuyas órdenes estaba no sólo se permitió despedirle proporcionándole una clave de los motivos de su arresto, sino que, agradeciéndole los servicios prestados, le tendió la mano y se la estrechó vigorosamente. Aquel gesto, en apariencia insignificante, fue ejecutado delante de los esbirros de Stalin, lo que hubiera podido tener consecuencias fatales para el militar. Como señalaba acertadamente Solzhenitsyn, aquella acción rezumaba un valor cuya escasa frecuencia servía para explicar regímenes como el de la Unión Soviética. A lo largo de mi vida, he escuchado hasta la saciedad a personas que juzgaban con desprecio a aquellos que habían mirado hacia otro lado mientras deportaban a sus conciudadanos a Siberia o a Auchswitz, mientras gobernaba Franco o Pinochet o, actualmente, cuando ETA o Castro dejan sentir su poder con manifestaciones espontáneas. Sin embargo, estoy convencido de que pocos, muy pocos de ellos tendrían la gallardía de estrechar la mano de un vecino al que aborrece el resto de la escalera, de un compañero al que acaba de despedir el déspota que está hundiendo la empresa en la que siguen trabajando o de un político caído en desgracia en el partido donde desean ascender. Y si comportamientos así –que, a lo sumo, alcanzan la categoría de mal rato y de difuso riesgo de futuro– son considerados peligrosos, ¿por qué debería extrañarnos el silencio culpable que millones de personas han practicado y practican a diario cuando el peligro es real? No nos extrañe, pues, la legión de agradadores que rodea a no pocos políticos; la vaciedad anticientífica de no pocos departamentos universitarios; el carácter monocolor de la mayoría de los medios; el estancamiento de buena parte del sector empresarial o el ascenso, al parecer, imparable, de gentes que ocupan puestos para los que no han demostrado mayor mérito que su capacidad de intriga y conspiración. Semejantes plagas, a decir verdad, son lógicas cuando se ha asumido lo que se considera conveniencia propia como una regla de comportamiento superior a principios morales elementales. Y es que no cabe engañarse, la sociedad, a fin de cuentas, sólo puede avanzar cuando en ella existen gentes que estrechan la mano como aquel militar a cuyas órdenes sirvió Solzhenitsyn.

LIBROS





El poder en la historia de España

José Varela Ortega analiza en su nuevo ensayo el devenir de nuestra historia contemporánea, desde la invasión francesa hasta la democracia post-franquista


Juan Beltrán, Madrid. en La Razón, España



"Los señores del poder y la democracia en España"

Decía Ortega que de la Historia, lo más interesante era aprender de los errores. "Los señores del poder y la democracia en España" –Galaxia Gutenberg-, de José Varela Ortega, doctor en Historia Contemporánea y presidente de la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón- titulado, es un ensayo interpretativo de la historia de España desde la invasión francesa hasta la democracia post-franquista, pasando por la Restauración, la Dictadura de Primo de Rivera, la II República y la Guerra Civil. Un recorrido por los grandes hitos de este devenir histórico lleno de reflexiones sobre la imagen o estereotipo de España en la literatura, la debatida "memoria histórica" o el papel del ejército. Desarrolla una tipología de los pronunciamientos del siglo XIX y del violento flirteo de los militares con la política desde Roma hasta el fallido golpe de 1981. Un recorrido hilvanado por la aventura de algunos políticos que ambicionaron el poder con pasión y se dedicaron a maximizarlo. Pero, es también la historia de quienes aprendieron de los errores y trataron de no repetirlos. El autor lo considera un ensayo "por el periodo tan extenso que abarca". Comienza con la Guerra de la Independencia. Varela coincide con Cánovas en que la guerra de guerrillas acabó perjudicando a España y siendo una razón de su decadencia: "La forma de responder fue violenta, de ruptura. Una revolución social y un desastre militar y económico. Supuso un tremendo desgaste. Seis años destruyendo comunicaciones, abastecimientos...Una política de "tierra quemada", destructiva en lo económico y disruptiva socialmente".

Por otro lado, analiza los continuos periodos de integración y exclusión política: "El poder tiende a excluir al otro. Confunden competencia con pendencia, pero en democracia, la alternancia y contar con el otro es fundamental". Y cita a Ortega: ""La democracia es un artificio de la cultura". Lo natural es lo hegemónico". Sobre la legalidad democrática en España dice: "Es menos exigente que en otros países. Aquí, el supremo da una orden de desalojo -caso del 15-M- y el ejecutivo no la cumple. Eso es impensable en otros países. Lo mismo que la dimisión ante sospechas de ilegalidad, aunque, en otras épocas, sí se dimitía".

"España entró de forma complicada en la modernidad. La reconstrucción del Estado fue el objetivo principal de los liberales, pero el poder ejecutivo excluyente, dio origen al pronunciamiento". Varela Ortega hace su tipología: "Es una forma de violencia política minimizando el enfrentamiento entre partes del ejército. Busca la unanimidad de los militares. Una manera rudimentaria de alternancia sin mecanismos parlamentarios. En cambio, el "golpe" se apodera del poder con enfrentamiento y, si puede, eliminando al enemigo". Su antídoto fue una política de pactos y alternancia pacífica que dio a España 50 años de estabilidad. En ellos se desarrolló el caciquismo, fruto de la baja participación electoral. Una política de pocos basada en la influencia, no en la opinión, que privatizan la ley en favor del amigo". Al contario del clientelismo político: "Que maximiza subvenciones. Deriva rentas de trabajo a rentas de poder con dinero público. Los caciques son más ilegales y más corruptos, pero más baratos".

También analiza el fracaso de la II República, la Guerra Civil y sus consecuencias en la Transición. "La República no fracasó, la fracasaron sus dirigentes y sus enemigos. Les interesó más el poder que la institución. La alianza con el obrerismo bolchevique no fue lo mejor. Y sobre la guerra se interroga: "¿Por qué se produjo, si la gran masa del país era contraria. Los conspiradores y los revolucionarios eran pocos. ¿Cómo esos pocos fueron capaces de arrastrar a la masa? En la Transición aprendieron. Su éxito estuvo en centrarse lejos de los extremos. Fue un periodo de integración y de pactos. Fruto de ello nacieron las Autonomías para apaciguar las demandas nacionalistas, pero no ha sido así. El nacionalismo sacrifica al pueblo que dice defender. Es malo para Europa y España, desastroso para el ciudadano catalán o vasco y bueno para el poder de los políticos. No va de economía, sino de sentimientos y pasiones y lo malo es que ante su propuesta del derecho a decidir, solo ha habido una respuesta negativa. No se le ha dicho: Todos queremos decidir". Y ante la crisis económica, la corrupción y el deterioro del tejido social concluye: "Haría falta una reforma profunda. Este es un país honrado al que no le gusta la corrupción y este sistema de financiación de partidos, sindicatos y patronal hay que cambiarlo porque está basado en una ley hipócrita que da lugar a la corrupción".

La Fundación Ortega y Gasset

Es una institución privada dedicada a la difusión cultural, la formación, el debate y la investigación en el ámbito de las Ciencias Sociales y las Humanidades, inspirada en el espíritu del filósofo. Alberga archivos, papeles, manuscritos de obras, epistolario, fotografías...En definitiva, todo su legado. Fue fundada en 1978 por Soledad Ortega Spottorno y ha estado presidida por la fundadora, Calvo Sotelo, Duran Farell y Garrigues Walker. En la actualidad es presidente José Varela Ortega. Madrid y Toledo son sus sedes en España y se halla en pleno proceso de expansión internacional en Argentina, Colombia y México. Además, realiza actividades en la República Dominicana, Chile y Perú, donde se inauguró en 2005 una sede del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset.

Francisco de Vitoria:





Un teólogo hispano para la historia
Por DANIEL MARÍN ARRIBAS en La Gaceta - España

Fundador de la Escuela de Salamanca, defensor de la Tradición católica y padre del Derecho Internacional.

Hace ya 500 años en una soleada mañana de verano como la de hoy, España veía al mejor teólogo de su historia moderna coronar tras un duro régimen de trabajo y oración diaria los estudios de bachiller en los claustros de la Universidad de París. Un año clave, que marcará el inicio de una espléndida y brillante carrera académica que llegará a tener honda repercusión internacional. No en vano su persona se ha inmortalizado en forma de escultura en ciudades como Vitoria o Salamanca, y su figura ha dado nombre a aulas de organismos mundiales tan importantes como la ONU.
Francisco de Vitoria, nacido seguramente en Burgos, es el sabio más importante del siglo XVI español. Padre dominico, hijo adoptivo de Salamanca y maestro de la hispanidad, fue figura señera en una época en la que en Europa se presentaban grandes y profundos cambios. El nominalismo de Ockham, el voluntarismo de Escoto y la revolución protestante de Lutero amenazaban con trastornar el orden de la Cristiandad, dando origen a una nueva era con otras reglas y maneras de concebir lo antropológico, lo jurídico, lo económico y lo político que desembocarán en el siglo XVIII en el liberalismo.
Vitoria supuso un bastión de oposición a estos cambios. En el año 1526, tres después de finalizar sus estudios y tras rivalizar con Pedro Margallo, logró la cátedra de Prima de Teología de la Universidad de Salamanca, sustituyendo al fallecido Pedro de León. El 21 de septiembre ya catedrático, su primera reforma fue la de reinstaurar los estudios de tomismo cambiando el libro de las “Sentencias” de Pedro Lombardo por el de la “Summa Theologica” del Aquinate. Renovó el programa docente de la Universidad devolviéndolo a la ortodoxia católica, lo que supuso, incluso, competir con la recién fundada Universidad de Alcalá de Henares, en la que, aunque preservando los estudios clásicos, sí tuvieron acogida las novedades filosóficas.
Fiel a la Tradición, Francisco de Vitoria enseñó en metafísica el realismo, en derecho el objetivismo jurídico, en política defendió la separación del poder civil y el religioso supeditando el ministerio del primero al magisterio del segundo, y en economía condenó la usura por ser contraria al derecho natural y delimitó las márgenes morales dentro de los cuales el comercio se debía desenvolver para ser lícito.
Todo ello, le llevó a ser fundador de la hoy conocida como Escuela de Salamanca, dejando un reguero de discípulos, como Domingo de Soto o Melchor Cano, que continuaron y profundizaron sus enseñanzas. También, fue llamado por Carlos V a Trento para el Concilio de la Contrarreforma, aunque su salud por aquellos tiempos estaba tan delicada que le impidió acudir a la generosa invitación del Emperador.
Actualmente el maestro Vitoria es considerado padre del Derecho Internacional gracias a la reelección sobre los indios en la que defendió en virtud de la dignidad humana el respeto a las propiedades y los gobiernos de los moradores del Nuevo Mundo descubierto por Colón. No obstante, como católico tenía en mente un orbe evangelizado, y esta fue la tarea que propuso para los españoles en América; siendo siempre, por tanto, la autoridad del Papa la guía espiritual y moral de todas las leyes promulgadas y por promulgar.
De sus escritos no publicó nada en vida y todo lo que ha quedado de su sabiduría son los apuntes de sus alumnos y los testimonios de algunas personas que le conocieron. Fue sin duda un personaje que marcó a la ciudad y a la Universidad de Salamanca, y sus enseñanzas sirvieron y sirven de inspiración a generaciones enteras de católicos, incluida la propia Doctrina Social de la Iglesia inaugurada por el Papa León XIII como respuesta al capitalismo y al socialismo de la postmodernidad.

Citas doctas del maestro:
- “El que tiene un beneficio es dueño de él, pero no para todos los usos”
- “En la República todos formamos un solo cuerpo como dice el Apóstol"
- “Sin la esperanza de la bienaventuranza no serían los hombres buenos; no harían las obras como es debido"
- “Ningún príncipe cristiano es señor de estos indios”

¿Que se quiere de la ciencia?




por Antonio Ruiz de Elvira en El Mundo - España


Hace un par de días apareció una noticia en el New York Times, sobre un físico que con unos céntimos de la NASA está tratando de desarrollar una idea de otro físico mexicano sobre la posibilidad de viajar más rápido que la luz. La noticia es una de las más leídas del NYT. Una noticia similar hace algo más de un año apareció en las primeras páginas de los periódicos.

Hoy leía sobre las pinturas rupestres de Altamira y de la Dordoña francesa, y el autor sugería que eran parte de ritos de magia simpática para conseguir buena caza, como poner sal en los labios de las imágenes de santos para ver si llueve.

Leía también sobre la desilusión de muchos altos dignatarios mormones que descubren la superchería de ciertos libros sagrados.

El ser humano no acepta la realidad. Paga a estafadores que lo único que hacen es satisfacer su ansia de milagros: ''Le doy a usted un billete de lotería de un millón de euros por solo 1000''. ''Tome estas pastillas y bajará 10 kilos de peso en dos meses''

El viaje MRL (Más Rápido que la Luz) era uno de los temas favoritos de aquella ciencia ficción que hoy ya no compra nadie. Hoy ya solo se compra ficción barata, habiendo dejado de lado lo poco que había de ciencia. No existe el MRL. Es cómo los superconductores a temperaturas superiores a 20ºC o los Rayos N. Y cómo todos los inventos que me llegan de vez en cuando, en los que se demuestra que se saca energía de la nada y se viola la segunda ley de la termodinámica. El viaje MRL exige masa negativa, lo que va contra la definición de masa.

La realidad más clara es que nos morimos, y los seres humanos rechazan la muerte, y con ella, buena parte de la realidad. Se pagaría lo que no esta escrito por otro mundo distinto de éste.

Y sin embargo, la ciencia de lo real nos ha sacado de abismos de miseria, nos ha hecho vivir en medio de un lujo inimaginable en el reino de los seres vivos. Esa ciencia de la realidad, la ciencia, se rechaza.

Como digo, la ciencia es la búsqueda de la realidad. Por eso se la está desintegrando sistemáticamente en esta España de hoy, puesto que a muchos grupos lo que les interesa es una población que acepte los sueños y rechace lo real.

Hay dos programas bien claros guiando al país hoy. Uno es público y da bandazos, porque no importa que los dé: Es irreal. El otro es claro, recto, sistemático, y avanza sin parar desde hace algo más de un año. Solo vemos sus picos como los de los icebergs, pero podemos seguirlo como un buen detective, un buen científico sigue los indicios de la realidad.

Tras 38 años estamos volviendo a la casilla cero. En ciencia. Pero no solo en ciencia.

Lo iremos viendo.

Antonio Ruiz de Elvira
Catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá vigila de cerca los síntomas del cambio climático que está poniendo en riesgo el futuro de la Humanidad. Además, puesto que el clima es un sistema complejo, analiza en lo posible otros muchos sistemas complejos, con el fin último de tratar de indicar medidas basadas en la ciencia para intentar mantener en funcionamiento nuestra cultura.

LA LENGUA VIVA

La fuerza de los símbolos
Amando de Miguel en Libertad Digital - España


El lenguaje, sin más, afecta a las palabras y otros signos escritos, pero también se articula con gestos, posiciones del cuerpo y una amplia utilización de objetos simbólicos. Obsérvese, por ejemplo, cómo la bandera española suele ondear casi siempre junto a otras banderas, singularmente las regionales o la de la Unión Europea. Por cierto, esas otras enseñas no suelen incluir la de las Naciones Unidas.

Hay símbolos domésticos, nada solemnes. Es el caso de las personas de izquierdas, varones ellos, que gustan de ir descorbatados o con camisas negras. De llevar corbata, suele ser más clara que la camisa. Esa indumentaria suele ser típica también de los intelectuales y no digamos de los artistas y cineastas. Hay lugar para variaciones individuales. Pongo el caso de la vicepresidenta del Gobierno, enemiga de los escotes generosos que tanto distinguen a las diputadas de izquierdas.

Un símbolo perdurable sobre la piel es el tatuaje. Personalmente me resulta repelente, pero los tatuados exhiben con orgullo los inimaginativos dibujos sobre la piel. Quizá respondan a una necesidad de identificación.

El equivalente de los tatuajes sobre las paredes y vallas son los grafitis o grafitos (como antes se decía). Tradicionalmente se asociaban con la cultura carcelaria, pero ahora parece que tienen pretensiones artísticas. En Alemania he visto que se respetan los grafitos con algún interés estético o innovador, pero en España el estilo que predomina es adocenado, entre pueril y locoide. Calculo que con el trabajo y los materiales que se acumulan en los grafitos españoles se podían haber adecentado muchos pueblos y ciudades.

Javier Vicuña dice que le gusta lo de "la roja" para denominar la selección española de fútbol, al igual que la italiana es "la azurra" (= azul). Pero entiendo que en Italia lo rojo y lo azul no se identifican como símbolos políticos, al menos no con tanta fuerza como en España.

Roberto Tojo me envía una curiosa colección de fotos en las que se percibe la similitud entre algunas construcciones, estatuas y dibujos de distintas culturas. Son de épocas muy distintas y pertenecen a varios continentes. Don Roberto sostiene que esa semejanza indica el origen común de la civilización humana. No lo creo. Cada cultura tiene un origen y una evolución peculiares. Si se da esa confluencia de elementos simbólicos es porque se trabaja con elementos muy limitados. Por ejemplo, nada más lógico que levantar pirámides o colocarse algo sobre la cabeza como símbolo de poder. Pero el arco románico o el gótico no se han dado en otras culturas, ni siquiera en la Grecia clásica. Unamuno decía que en Europa todos los trajes y bailes típicos se parecen, cuando pretenden ser distintivos, peculiares. Algo de eso pasa con los símbolos. El triángulo, el círculo o la cruz aparecen en muchos ritos y culturas. La razón es que se trata de formas elementales. Hay muchas banderas que se parecen, pues la combinación de colores llamativos (fundamentalmente los tres básicos) es muy limitada. La combinación de rojo y amarillo es la que mejor se distingue en el mar.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE



Juegos Mundiales de Cali 2013: guía de términos adecuados

Recomendación urgente del día

Con motivo de los Juegos Mundiales que se celebran en la ciudad colombiana de Cali entre el 25 de julio y el 4 de agosto de 2013, se ofrece a continuación una serie de claves sobre la terminología adecuada para informar sobre esta cita deportiva:


Conviene favorecer el nombre en español, Juegos Mundiales, sobre la denominación inglesa, World Games.
La ciudad sede de los juegos se puede identificar como Santiago de Cali o simplemente Cali, que es la capital del departamento del Valle del Cauca, en Colombia. Los gentilicios son caleño y vallecaucano, aunque coloquialmente se usa también valluno.
Las competiciones atléticas, a veces identificadas como marathon o marathón, duathlon o duathlón y triathlon o triathlón, tienen en español las denominaciones maratón, duatlón y triatlón, que son preferibles.
Son adecuadas las palabras voleibol (o vóleibol) y volibol (o vólibol) para referirse al deporte de balón llamado en inglés volleyball.
Para las pena máxima en deportes de balón se pueden usar penalti, con i latina y pronunciación grave, o penal, mejor que penalty, que es la forma inglesa.
Árbitro tiene las opciones réferi y referí, ambas registradas en el Diccionario de la lengua española.
Esquí es la forma en español de ski.
Kayak se escribe en redonda y sin resalte tipográfico.
Los nombre de los deportes que carecen de traducción al español se escriben en cursiva y si no se dispone de ese tipo de letra, entrecomillados: squash, fistball, wushu…

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...