Comas: el infierno de la puntuación
Elena Álvarez Mellado (eldiario.es, España)
Si la comparamos con la escritura, la puntuación es un invento relativamente reciente. El padre de la coma fue Aristófanes de Bizancio, un bibliotecario de la célebre Biblioteca de Alejandría que vivió allá por el siglo III a. C. Por aquel entonces, la forma de escribir era en scriptio continua, es decir, los textos se escribían de corrido, sin signos de puntuación ni espacios entre palabras. La finalidad de los textos escritos no era la lectura individual tal y como hoy la concebimos, sino que los textos se entendían como partituras pensadas para que el orador ejecutase en directo el discurso. Nos gusta pensar que toda lengua pasada fue mejor y que ya no hay decoro lingüístico como el de antes, pero lo cierto es que la scriptio continua de la Antigüedad nos resultaría hoy ilegible y haría que hasta el más nostálgico de los talibanes ortográficos modernos abrazase con alegría el lenguaje abreviado y telegráfico de las redes sociales y de los servicios de mensajería.
FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE
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imán e imam,formas válidas |
Tanto imán, con tilde y acabado en ene, como imam, sin tilde y acabado en eme, son formas válidas para aludir al guía o jefe religioso musulmán.
En los medios se aprecia que ambas formas se usan indistintamente: «Turquía emite una orden de detención contra 101 imames del Ejército» o «Una representación de la comunidad encabezada por Abdellah Mhanna (imam de la mezquita del centro histórico y coordinador provincial de imanes) visitaba a la cónsul de Francia». El Diccionario académico recoge el término imán con las acepciones ‘encargado de presidir la oración canónica musulmana, poniéndose delante de los fieles para que estos lo sigan en sus rezos y movimientos’ y ‘guía, jefe o modelo espiritual o religioso, y a veces también político, en una sociedad musulmana’, al tiempo que señala que también es válida la grafía imam, menos habitual en el uso. Ambas voces son agudas, pero mientras que imán lleva tilde por acabar en ene, imam no la lleva por acabar en eme. Los plurales respectivos son imanes e imames, este último de formación excepcional, pues las palabras que terminan en -m normalmente se pluralizan con –s. Aunque las dos variantes son válidas, es recomendable mantener la coherencia en un texto, de modo que siempre se use bien imán e imanes o bien imam e imames. Por ello, el primer ejemplo es correcto, pero en el segundo sería mejor «Una representación de la comunidad encabezada por Abdellah Mhanna (imán de la mezquita del centro histórico y coordinador provincial de imanes) visitaba a la cónsul de Francia». Dado que los imanes son tradicionalmente hombres, estas voces se usan casi exclusivamente en género masculino, pero en caso de que se tratara de una mujer es aconsejable hablar de una imán o una imam, en femenino, como en «Comenzó a gestarse la idea de abrir una mezquita para mujeres en la que una de ellas fuera la imán». |
FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE
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programa maligno,mejor quemalware |
La expresión programa maligno es una alternativa en español al anglicismomalware.
En los medios de comunicación, sin embargo, prolifera el uso de la voz inglesa en noticias sobre ataques informáticos: «Así son los malware que pueden secuestrar nuestros datos», «Cómo saber si hemos sido infectados por el mismo malware que ha afectado a Telefónica» o «España, con más de 5 millones de ataques de malware identificados, se sitúa en el puesto 43 a nivel mundial». De acuerdo con la traducción que el Oxford Dictionary Online da de malware, este término equivaldría en español al ‘programa informático o virus específicamente diseñado para perturbar o dañar un sistema’. Asimismo, se recuerda que los términos programa maligno y programa malicioso no son sinónimos, ya que programa malicioso hace referencia al que se introduce en un sistema operativo con mala intención pero sin dañar el equipo. Por tanto, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «Así son los programas malignos que pueden secuestrar nuestros datos», «Cómo saber si hemos sido infectados por el mismo programa maligno que ha afectado a Telefónica» o «España, con más de 5 millones de ataques de programas malignos identificados, se sitúa en el puesto 43 a nivel mundial». Un tipo específico de programa maligno es el que en inglés se denomina ransomware (de ransom, ‘rescate’). Se trata de programas que toman el control del sistema o dispositivo que infectan y piden un rescate para devolvérselo a su dueño. Las formas programa de secuestro o secuestrador y programa de chantaje o chantajista son posibles alternativas en español a ese anglicismo. Así, en titulares como «El ‘ransomware’ se ha convertido en la peste negra digital» podría haberse escrito «Los programas de chantaje se han convertido en la peste negra digital». Ciberchantaje y cibersecuestro (de sistemas o dispositivos) son formas adecuadas para referirse a la acción llevada a cabo mediante el uso de estos programas. Se recuerda que si se prefiere emplear la formas inglesas, lo adecuado es escribirlas en cursiva o entre comillas, cuando no se dispone de ese tipo de letra, por tratarse de extranjerismos no adaptados. Ver también ciberataque, no cíber-ataque ni cíber ataque. |
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