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terça-feira, 18 de fevereiro de 2014

Chaplin, el que escribía














Su única novela, "Footlight", que sirvió de inspiración para el filme "Candilejas", se publica por primera vez más de sesenta años después que su autor la escribiera en 1948 y antes de exiliarse de Estados Unidos.


Las distintas partes de "Footlight", en forma de manuscritos y guiones mecanografiados, permanecían en los archivos Chaplin de la Cinemateca de Bolonia (Italia), encargada de digitalizar todos los trabajos del cineasta y que ahora publica esta novela desconocida.

Conformado por treinta y cuatro mil palabras, "Footlight" es un libro reconstruido por el biógrafo de "Carlitos", David Robinson, que lo incluyó en el volumen titulado "The World of Limelight" (El mundo de Candilejas).

Robinson puso en ese libro un comentario suyo y una descripción de la novela, inspiración de "Limelight" ("Candilejas", 1952), considerada el mejor trabajo cinematográfico de Chaplin (1889-1977) por la sensibilidad de sus personajes y su originalidad.

ANTES DEL EXILIO

"Carlitos" escribió esta única novela en 1948, cuatro años antes de rodar la película y antes de verse obligado a abandonar Estados Unidos a principios de los años "50 por la implacable persecución de Edgar Hoover, el que fuera director de la Oficina Federal de Investigación (FBI), por considerarle simpatizante comunista.

Según detalles divulgados en Londres por Robinson, la historia cuenta con personajes similares a los de "Candilejas", el cómico alcohólico y casi anciano, Calvero (Chaplin), y la bailarina Thereza (Claire Bloom), a la que salva del suicidio.

La novela de Chaplin profundiza aún más en el estado emocional de estos dos personajes y ayuda a entender la personalidad del director de cine antes de su exilio en Europa.

De acuerdo con el biógrafo, "Carlitos" fue un "gran blanco" de Hoover, hasta el punto de que ""una gran parte de la clase media de Estados Unidos se volvió contra él"". A este dolor Chaplin lo compensó iniciando otra brillante carrera artística en Europa.

DOLOROSO DESAMOR

Pero el exilio le provocó una "gran conmoción", tras haber sido "el hombre más querido del mundo durante treinta años", agregó Robinson, en referencia al personaje de "Carlitos", ese vagabundo con bastón, divertido, torpe y adorable popularizado a comienzos en el cine mudo en un filme, "Kid Auto Races in Venice" que acaba de cumplir cien años, ya que fue estrenado el 7 de febrero de 1914.

Una de las directoras de los archivos Chaplin en Bolonia, Cecilia Cenciarelli, ha precisado al diario "The Guardian" que la novela es la historia de un cómico que ha pedido contacto con su público, que tiene pesadillas y está "desencantado con su carrera".

Así, las emociones de Chaplin por aquel entonces pueden apreciarse en las palabras de Calvero en el libro.

"Yo sé que soy gracioso pero los agentes piensan que mi tiempo ha pasado. ¡Dios! Sería fantástico conseguir que se tragaran sus palabras. Eso es lo que más odio de envejecer, el desprecio y la indiferencia que te demuestran. Piensan que no sirvo... Es por ello que sería maravilloso volver... Quiero decir que sería sensacional, conseguir que se murieran de risa...", confiesa Calvero.

ALGO MUY PERSONAL

Robinson ha contado que el libro no fue escrito con la intención de ser publicado sino que era algo muy personal para Chaplin, un actor criado en un barrio pobre de Londres que dejó Inglaterra a principios del siglo XX para radicarse en Estados Unidos.

De acuerdo con el biógrafo, la novela muestra el lenguaje de un hombre autodidacta, que llevaba consigo siempre un diccionario y que se esforzaba por aprender una palabra nueva cada día, como traquetear, florecer o fanfarronada.

"En cuanto oía una palabra que le gustaba, la usaba, incluso si no era la correcta para esa situación. No obstante, escribe de manera increíble. Con sus películas, él trabajaba y trabajaba hasta que salían bien, y es lo mismo con este libro. Es una buena lectura. Es raro, pero bueno", según Robinson.

A lo largo de su vida, Chaplin -distinguido con la Orden del Imperio Británico en 1975- recibió numerosos reconocimientos, como el Oscar Honorífico en 1928 y 1972, además de ser candidato al premio Nobel de la Paz en 1948, pero no volvió a vivir en Estados Unidos.

Fuente: La Prensa - Buenos Aires

TEATRO





La RAE embarca a destacados actores en su proyecto «Cómicos de la lengua»
ABC / MADRID

El actor y director José Luis Gómez, reciente académico, dirige el ciclo, en el que colaboran cuatro teatros


La Real Academia Española (RAE), dentro de los actos de conmemoración de su III Centenario, ha puesto en marcha un proyecto denominado «Cómicos de la lengua», que dirige el actor y director teatral José Luis Gómez, que hace pocas semanas tomó posesión de su plaza como académico. En esta iniciativa, que se celebrará del 10 de marzo al 19 de mayo próximos, participarán cuatro teatros madrileños (María Guerrero, Español, Pavón y Abadía, que se unen al salón de actos de la RAE) en los que se representará un total de diez espectáculos de una hora cada uno. Partiparán, además de Gómez, los actores Carlos Hipólito, Carmen Machi, Beatriz Argüello, Israel Elejalde, Julia Gutiérrez Caba, Ernesto Arias, Blanca Portillo, José Sacristán, Helio Pedregal, Pedro Casablanc, y Emilio Gutiérrez Caba. Les acompañarán los académicos Inés Fernández-Ordóñez, José Antonio Pascual, Víctor García de la Concha, Francisco Rico, Aurora Egido, José Manuel Blecua, Pedro Álvarez de Miranda, Carme Riera y Darío Villanueva.

Los diez miembros de número de la RAE enmarcarán cada obra en su contexto histórico, literario y filológico, y los actores y actrices darán vida a una antología de textos de clásicos españoles escritos entre los siglos XIII y XX. José Luis Gómez define este conjunto de actuaciones -la primera de las cuales estará dedicada al “Cantar de mio Cid” y será interpretada por él mismo en el salón de actos de la Academia- como un ciclo de «lecturas en vida, situadas por un comentario académico».

El proyecto, cuyas entradas se pondrán a la venta próximamente, se desarrollará de acuerdo con el siguiente calendario:

10 de marzo. «El Cantar de mio Cid». Con el académico y actor José Luis Gómez y la académica Inés Fernández-Ordóñez. En el salón de actos de la Real Academia Española.

17 de marzo. «El libro de buen amor», de Juan Ruiz, el arcipreste de Hita. Con el actor Carlos Hipólito y el académico José Antonio Pascual. En el teatro María Guerrero.

24 de marzo. «La Celestina», de Fernando de Rojas. Con las actrices Carmen Machi y Beatriz Argüello, y el actor Israel Elejalde. Interviene el académico José Antonio Pascual. En el teatro Español.

31 de marzo. «Escrito por Teresa de Ávila». Con la actriz Julia Gutiérrez Caba y el académico Víctor García de la Concha. En el teatro María Guerrero.

7 de abril. «El Quijote», de Miguel de Cervantes. Con el actor Ernesto Arias y el académico Francisco Rico. En el teatro Pavón.

14 de abril. «La vida es sueño», de Calderón de la Barca. Con la actriz Blanca Portillo y el actor José Luis Gómez, junto a la académica Aurora Egido. En el teatro La Abadía.

28 de abril. «Duelo de plumas: Góngora y Quevedo». Con los actores José Sacristán y Helio Pedregal, junto al académico y director de la RAE José Manuel Blecua. En el teatro Español.

5 de mayo. «Cartas marruecas, de José Cadalso». Con el actor Pedro Casablanc y el académico Pedro Álvarez de Miranda. En el teatro La Abadía.

12 de mayo. «La Regenta», de Leopoldo Alas, Clarín. Con el actor Emilio Gutiérrez Caba y la académica Carme Riera. En el teatro Pavón.

19 de mayo. «Valle Inclán: Visión estelar de un momento de guerra». Con el académico y actor José Luis Gómez y el académico y secretario de la RAE Darío Villanueva. En el salón de actos de la Real Academia Española

LA LENGUA VIVA







El asombro de Katherina
Amando de Miguel en Libertad Digital - España


Mi colega alemana Katherina Holstein (Karen para los amigos) me envía correos cada vez más cargados de observaciones de lo que anota a partir de los programas hablados de la tele española. Se asombra de que el español por fin haya roto el temor a fabricar palabras a partir de otras, como se hace en alemán con toda naturalidad. Por ejemplo, en un programa de TVE aparece una socióloga, líder de los movimientos sociales, que habla de "dualización". Es un hallazgo. Añado que para Karen estará claro el palabro, pero apuesto a que el 80% de los televidentes españoles ignora lo que significa.

Más imaginativo es el rizo que da Cayo Lara al lenguaje cuando declara en la tele: "La infanta debe ser tratada como cualquier hijo de vecino o de vecina". Karen se alegra de esa corrección del lenguaje machista, pero se pregunta por qué don Cayo no la completa. Así, debería decir: "Como cualquier hijo o hija de vecino o de vecina".

Karen se congratula igualmente de la tendencia de los que aparecen en la pantalla azul y alargan todo lo posible las palabras y expresiones. Por ejemplo: "Punto y final" (= punto final), "anteriormente" (= antes), "posteriormente” (= después). Si sigue así la cosa llegaremos a la longitud de las palabras que ha conseguido el alemán. Eso da prestigio.

Menos le gusta a Karen el contagio del inglés por el que se fuerza a poner el verbo al final. Por ejemplo, "la igualdad es posible" (= es posible la igualdad) o "protestar sí sirve" (= sí sirve protestar). Comunico a mi colega que esas formas anglicanas suelen introducirlas sobre todo las personas que no saben inglés.

Se maravilla Karen del estilo rotundo de los políticos españoles. Por ejemplo, "En Navarra el PSOE soy yo" (dicho por un dirigente socialista) o "El PP o la nada" (emitido por una dirigente del PP). Es lo que ahora se llama ser “contundente", el adjetivo de moda, que Karen ha anotado por docenas. Le digo que es una palabra comodín, es decir, significa muchas cosas, todas buenas para el que la emplea.

Karen es muy aficionada a los documentales de TVE en el segundo canal. En uno de ellos se ha topado con esta aclaración: "Los antiguos griegos llamaban a los hipopótamos 'caballos de río'". No es así, claro. Los llamaban hipopótamos, que para nosotros quiere decir "caballos de río".

Me pregunta la alemana por la insistencia en la coletilla "como no puede ser de otra forma", que tanto se repite en los que hablan por la tele. Le indico un truco para interpretar esa frase. Consiste en imaginar que sí puede ser de otra forma. Así se entiende perfectamente lo que quieren decir.

Karen se asombra de las vueltas que dan los políticos a la palabra España para no pronunciarla. En su lugar se valen de atrevidos circunloquios. Este de Felipe González de hace unas semanas ha ganado el concurso. Para no pronunciar la palabra tabú, el sevillano se ha referido al "espacio público compartido". Supongo que se podría traducir al alemán con una sola voz sesquipedálica.

Le envío a Karen una frase antológica que acabo de oír en la tele: "Mi formación católica me impide ser pesimista". El autor: José Antonio Durán y Lérida, ahora Josep Antoni Duran i Lleida. Es toda una contribución a la Teología.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE




impasividad, no es impasibilidad ni pasividad

Recomendación urgente del día

Impasividad significa ‘falta de pasividad’ y no debe confundirse con pasividad o impasibilidad.

En los medios de comunicación, sin embargo, se documenta con alguna frecuencia esta confusión: «El PP denuncia que los presupuestos de l’Eliana reflejan la impasividad del gobierno local» o «Brutal paliza en el metro de Roma ante la impasividad de los viajeros».

Se trata de un cruce entre pasividad (‘cualidad de pasivo’) e impasibilidad (‘cualidad de impasible’), palabras cercanas formal y semánticamente. El resultado es impasividad, término no recogido en los diccionarios de referencia que está constituido por el prefijo in-, que indica negación o privación, y pasividad, y cuyo significado (‘falta de pasividad’) sería opuesto al de las voces a las que equivocadamente sustituye.

En los ejemplos anteriores, por tanto, lo adecuado habría sido escribir «El PP denuncia que los presupuestos de l’Eliana reflejan la pasividad del gobierno local» y «Brutal paliza en el metro de Roma ante la impasibilidad de los viajeros».

En ocasiones se utiliza también de forma inapropiada el adjetivo derivado impasivo, que aparece en noticias como «El Zaragoza se gusta ante un Granada impasivo» (donde lo correcto habría sido «un Granada pasivo» o «un Granada impasible» según el matiz que se le quiera dar).

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...