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sábado, 20 de fevereiro de 2010





QUATRO FLECHAS QUE APONTAM À REALIDADE

"Eu não sou meu corpo; sou mais".
"Eu não sou minha fala, meus órgãos, o ouvido, o olfato; isso não sou eu".
"A mente que pensa, tampouco sou eu".
"Se nada disso sou, então, quem sou?"
“A consciência que permanece, isso sou”

CUATRO FLECHAS QUE APUNTAN A LA REALIDAD

"Yo no soy mi cuerpo; soy más".
"Yo no soy mi habla, mis órganos, el oído, el olfato; eso no soy yo".
"La mente que piensa, tampoco soy yo".
"Si nada de eso soy, entonces, ¿quién soy?"
"La conciencia que permanece, eso soy"

Textos procedentes de fuentes que fueron parte de conversaciones o respuestas de Sri BHAGAVAN RAMANA MAHARSHI.

INFERIORIDADE


Inferioridade
Um samurai, conhecido por todos pela sua nobreza e honestidade, veio visitar um monge Zen em busca de conselhos. Entretanto, assim que entrou no templo onde o mestre rezava, sentiu-se inferior, e concluiu que, apesar de toda a sua vida ter lutado por justiça e paz, não tinha sequer chegado perto ao estado de graça do homem que tinha à sua frente.
- Por que razão estou a me sentir tão inferior a si? Já enfrentei a morte muitas vezes, defendi os mais fracos, sei que não tenho nada do que me envergonhar. Entretanto, ao vê-lo meditar, senti que a minha vida não tem a menor importância.
- Espere. Assim que eu tiver atendido todos os que me procurarem hoje, eu dou-te a resposta.
Durante o resto do dia o samurai ficou sentado no jardim do templo, a olhar para as pessoas que entraram e saíram à procura de conselhos. Viu como o monge atendia a todos com a mesma paciência e com o mesmo sorriso luminoso no seu rosto. Mas o seu estado de ânimo ficava cada vez pior, pois tinha nascido para agir, não para esperar. De noite, quando todos já tinham partido, ele insistiu:
- Agora me podes ensinar?
O mestre pediu que entrasse, e conduziu-o até o seu quarto. A lua cheia brilhava no céu, e todo o ambiente inspirava uma profunda tranquilidade.
- Estás a ver esta lua, como ela é linda? Ela vai cruzar todo o firmamento, e amanhã o sol tornará de novo a brilhar. Só que a luz do sol é muito mais forte, e consegue mostrar os detalhes da paisagem que temos à nossa frente: árvores, montanhas, nuvens. Tenho contemplado os dois durante anos, e nunca escutei a lua a dizer: por que não tenho o mesmo brilho do sol? Será que sou inferior a ele?
- Claro que não - respondeu o samurai. - Lua e Sol são coisas diferentes, e cada um tem sua própria beleza. Não podemos comparar os dois.
- Então, tu sabes a resposta. Somos duas pessoas diferentes, cada qual a lutar à sua maneira por aquilo que acredita, e a fazer o possível para tornar este mundo melhor; o resto são apenas aparências.

Inferioridad – versión en español
Un samurái, conocido por todos por su nobleza y honestidad, vino a visitar a un monje Zen en busca de consejos. Mientras tanto, tan pronto entró en el templo donde el maestro rezaba, se sintió inferior, y concluyó que, a pesar de toda su vida haber luchado por la paz y la justicia, no había siquiera llegado cerca del estado de gracia del hombre que estaba a su frente.
¿Por qué razón me siento tan inferior? Ya enfrenté a la muerte muchas veces, defendí a los más débiles, sé que no tengo nada de lo que avergonzarme. No obstante, al verlo meditar, sentí que mi vida no tiene la menor importancia.
- Espere. Tan pronto que haya atendido a todos los que me procuraron hoy, yo te daré la respuesta.
Durante el resto del día el samurái permaneció sentado en el jardín del templo, mirando para las personas que entraban y salían en busca de consejos. Vio como el monje atendía a todos con la misma paciencia y con la misma sonrisa luminosa en su rostro. Pero su estado de ánimo estaba cada vez peor, pues había nacido para actuar, no para esperar. De noche, cuando todos ya habían partido, el insistió:
¿Ahora me puedes enseñar?
El maestro le pidió que entrara, y lo condujo hasta su cuarto. La luna llena brillaba en el cielo, y todo el ambiente inspiraba una profunda tranquilidad.
¿Estás viendo la luna, como ella es linda? Ella va a cruzar todo el firmamento, y mañana el sol volverá de nuevo a brillar. Sólo que la luz del sol es mucho más fuerte, y consigue mostrar los detalles del paisaje que tenemos a nuestro frente: árboles, montañas, nubes. Los he contemplado a los dos durante años, y nunca escuche a la luna decir: ¿por qué no tengo el mismo brillo del sol? ¿Será que soy inferior a él?
- Claro que no - respondió el samurái. - Luna y Sol son cosas diferentes, y cada uno tiene su propia belleza. No podemos comparar a los dos.
- Entonces, tú ya sabes la respuesta. Somos dos personas diferentes, cada cual a luchar a su manera por aquello que acredita, y a hacer lo posible para tornar este mundo mejor; el resto son apenas apariencias.

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