Translate

sexta-feira, 14 de fevereiro de 2014

Guía lingüística (para peninsulares) de los carnavales de Canarias

14/02/2014 | JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ (AGENCIA EFE)
Las ciudades de Canarias están a punto de entregarse al carnaval, la fiesta en la que todo el mundo es bienvenido, pero donde se maneja un léxico específico, mezcla de modismos isleños y de neologismos más o menos recientes, que puede desorientar al hispanohablante peninsular.








Componentes de la comparsa Bahía Bahitiari durante el concurso de comparsas del Carnaval de Tenerife 2013. Foto: ©Archivo Efe/Ramón de la Rocha


El español de la península no suele necesitar que le expliquen que en Canarias los autobuses son guaguas y las patatas, papas, pero si es observador, en su primera visita a las islas comprueba cosas como que pertenece a la esa minoría de hispanohablantes que sigue pronunciando la c, que aquí es s, como en casi toda América.

Si sale de los circuitos turísticos y se da una vuelta por las calles y tascas de cualquier población, enseguida advierte que en las Islas Afortunadas no existe el pan tostado, sino bizcochado; que los huevos no se cuecen, se sancochan; y que si le hablan de usted, no necesariamente es para marcar distancias, sino por costumbre.

Pero el choque lingüístico puede ser aún mayor en el carnaval, donde quizás le propongan ir de mogollón, tomarse un buchito en un bochinche, echarse un enyesque en un ventorrillo o darse una vuelta por los chiringais, si está en Las Palmas de Gran Canaria.

Y si su curiosidad carnavalera le lleva por los caminos de la comparsa y la murga, posiblemente aprenda que en la tierra del insuperable Alfredo Kraus no solo hay orquestas sinfónicas, sino que durante estos días se idolatra a las afilarmónicas.

Esta es una pequeña guía de palabras habituales del carnaval canario, que todo visitante desinquieto debería conocer si pretende irse de fogalera y disfrutar a tope de la fiesta sin sufrir el síndrome de Lost in translation.

- AFILARMÓNICA: Quintaesencia del murguerismo, este vocablo tiene padres con nombre y apellidos. Lo idearon los componentes de la más veterana y celebrada de las murgas de Santa Cruz de Tenerife, Nifú-Nifá, cuando en 1954 resolvieron llamarse así porque al gobernador civil no se le ocurrió otra cosa que prohibir el carnaval y cualquier palabra alusiva a tan irreverente fiesta, como murga.

Esta agrupación chicharrera demostró tanto talento, que con el tiempo el mundo murguero adoptó el término para aquella agrupación tan buena, con tantos títulos en su currículum, que ya no entra en concurso. Lo suyo es otro nivel, el nivel de Afilarmónica.

- BOCHINCHE: La Real Academia lo define como «Tumulto, barullo, alboroto», pero su significado en Canarias es otro. Bochinches —o guachinches, dependiendo de la isla— son chiringuitos donde uno puede tomarse un trago (o buchito) y bailar. No son exclusivos del carnaval, pero durante la fiesta, ocupan las calles de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria.

Su hermano menor es el ventorrillo, que en Canarias no es el bodegón del que habla el diccionario, sino un puesto ambulante que vende de todo en las fiestas y donde uno, por ejemplo, puede tomarse un aperitivo (o echarse un enyesque).

- CHIRINGAY: Es lo que parece, un chiringuito de ambiente gay. Este neologismo se acuñó en Las Palmas de Gran Canaria, ciudad que cuenta con una de las comunidades homosexuales más activas del país y que aprovecha el carnaval para montar bares reivindicativos, sin perder de vista que el fin de la fiesta es divertirse.

Está tan asentado, que el Ayuntamiento usa el término chiringay en los bandos y ordenanzas que regulan los espacios del carnaval. Solo este año, ha tenido que habilitar espacio para 18.

- DRAG QUEEN: Los carnavales de Las Palmas de Gran Canaria, Maspalomas o Arrecife no solo tienen reina, también reinona. El término castellano convive con su equivalente anglosajón, pero la suya es casi una batalla perdida.

Las Drag surgieron de la comunidad homosexual, son las reinas de la transgresión y el espectáculo y, a día de hoy, ya no entienden de sexo, porque aspiran a ese cetro tanto chicos como chicas. Si algo tienen en común, son la purpurina y las plataformas imposibles que calzan por encima de cualquier mortal.

- MOGOLLÓN: Su significado carnavalero se acerca al oficial. Es lío, jaleo y en cantidad. Los mogollones son aglomeraciones improvisadas —en el sentido de no reguladas— de gente que disfruta hasta la madrugada de la fiesta en la calle, a veces con síntomas evidentes de una «fuerte cargacera».

Puede parecer un término innecesario, pero ni al Tribunal Superior de Justicia de Canarias ni al Supremo les pareció tal cosa cuando tuvieron que describir en una sentencia, negro sobre blanco, qué manifestaciones carnavaleras casaban poco con el derecho de los vecinos al descanso. Los mogollones, vamos.

- MURGA: A ver quién se atreve a decirle a quienes hacen colas interminables para ver los certámenes murgueros de Santa Cruz de Tenerife o de Las Palmas de Gran Canaria que lo suyo es escuchar a una «compañía de músicos malos», como define este término la RAE.

Como en muchos otros lugares de España, desde Santoña hasta Málaga, las murgas del carnaval son las reinas de la sátira, agrupaciones capaces de destripar con sus rimas en 30 segundos al más pintado y de levantar a una plaza entera, aunque sus detractores solo vean la otra cara, la de «dar la murga».

ROOSTERGNN


ROOSTERGNN, la primera agencia de prensa global, bilingüe e independiente, propone que el idioma inglés y el idioma español sean cooficiales y de enseñanza obligatoria en todos los países cuya primera lengua es el inglés o el español. A continuación, les mostramos la petición que publicaremos en plataformas de peticiones online.









¿A quién quieres dirigir tu petición?


A los gobiernos de los siguientes países:

Anguila, Antigua y Barbuda, Argentina, Australia, Bahamas, Bailiazgo de Guernsey, Bailiazgo de Jersey, Barbados, Belice, Bermudas, Bolivia, Botswana, Camerún, Canadá, Chile, Colombia, Islas Cook, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, EE.UU., El Salvador, España, Fiji, Filipinas, Gambia, Ghana, Gibraltar, Granada, Guam, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Guyana, Honduras, India, Irlanda, Jamaica, Kenya, Kiribati, Lesoto, Liberia, Madagascar, Malawi, Malta, Islas Malvinas, Isla del Man, Islas Marshall, Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte, Mauricio, México, Estados Federados de Micronesia, Isla de Montserrat, Namibia, República de Nauru, Isla de Navidad, Nicaragua, Nigeria, Niue, Nueva Zelanda, Pakistán, Palaos, Panamá, Papúa Nueva Guinea, Paraguay, Perú, Islas Pitcairn, Puerto Rico, Reino Unido, República Dominicana, Ruanda, Samoa Americana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente de las Granadinas, Samoa, Santa Elena, Seychelles, Sierra Leona, Singapur, Islas Salomón, Sudáfrica, Suazilandia, Tokelau, Tonga, Trinidad y Tobago, Tristán de Acuña, Turcas y Caicos, Islas Tuvalu, Uganda, Uruguay, Vanuatu, Venezuela, Islas Vírgenes Británicas, Islas Vírgenes de Estados Unidos, Zambia, Zimbabue.

¿Qué quieres que hagan?

Que el idioma inglés y el idioma español sean cooficiales y de enseñanza obligatoria en todos los paises cuya primera lengua es el inglés o el español.

¿Por qué es importante esta petición?

Son las dos lenguas más extendidas de la cultura de Occidente y una alianza de esta índole preservará y potenciará este acervo común para las futuras generaciones.

El uso de ambas lenguas impulsará el movimiento de las personas en estos ámbitos geográficos, facilitando el intercambio no solo a nivel político y económico, sino también a nivel cultural y social.

AMAR EN ESPAÑOL










Te amo, te quiero, te adoro... I love you, Eu te amo, Io ti voglio bene, Je t’aime, Ich liebe dich... ¿Amar cambia de acuerdo al idioma?
Por Ana Teresa Toro / ana.toro@elnuevodia.com


Aceptémoslo. El español es un idioma dramático. Si las palabras fueran a color, tendríamos tonalidades de sobra para nombrar las tantas gradaciones y matices de las muchas formas de expresar lo que se siente cuando se quiere, cuando se ama, cuando se adora al ser humano culpable de nuestro mariposeo estomacal.

En español, sabemos bien, que decir te adoro no es lo mismo que decir te quiero, que amar es un asunto más serio -quizás incluso- más visceral, de mayor compromiso que el querer. El verbo amar, nos recuerda el diccionario, remite a la idea de sentir amor por alguien o por algo, incluso se acerca al verbo desear. Querer es un asunto semántico más cercano a la posesión, lo que quieres lo deseas, te apetece y ya como segunda acepción nos remite al amar, al sentir cariño. Si pensamos en adorar, la cosa se vuelve ante todo sagrada y reverencial, y apenas la cuarta acepción habla de “amar algo con extremo”.

Entonces, así, una palabra lleva a la otra y cuando uno se da cuenta, la idea del amor que culturalmente hemos construido -con todas sus herencias y actualizaciones- está rodeada de palabras que se pisan los talones. Pero ninguna significa lo mismo que la otra. De manera que en español ‘amar’ puede que sea un asunto de diversidad.

Y si se piensa en el inglés, el idioma que más cercano tenemos como referencia, el contraste no puede ser mayor. ¿Cuántas veces algún hablante del español como lengua materna no se habrá preguntado el nivel de intensidad de un I love you? ¿Me quiere o me ama? ¿Acaso me adora? ¿Qué quiso decir?

Y esas preguntas son apenas la punta del iceberg, porque bajo todo ello están algunas de las preguntas que multiplicidad de disciplinas del saber se han planteado, con resultados diametralmente opuestos. Pues, si es el idioma nuestro primer gran filtro para el mundo, si las cosas existen en nuestro universo conocido porque somos capaces de nombrarlas, entonces, ¿cambia el amor de acuerdo al idioma?

“Sí, pero más que el idioma yo diría que el lenguaje, porque no importa el idioma que sea, el lenguaje siempre es insuficiente para transmitir la experiencia amorosa. Las palabras no nos dan. Es una experiencia demasiado grande que trata de pasar por un embudo muy pequeño”, argumenta el psicoanalista Alfredo Carrasquillo quien recuerda que, ante todo, el amor es una experiencia que tiene todo que ver con los sentidos. “Y lo que pasa es que el lenguaje permite darle sentido a esa experiencia, de otra manera queda desordenada”, abunda.

“Con el idioma viene una experiencia cultural que lo acompaña, que hace que usemos el cuerpo de una manera particular. El español, por ejemplo, es mucho más rico en variedad que el inglés donde hay una sola expresión. Es como la tabla de colores, donde yo veo un verde los pintores ven 15 o 30 tonos distintos”, ejemplifica toda vez que cita al psicoanalista francés Jacques Lacan quien decía que “la función del lenguaje no es comunicar sino evocar”.

“Es que algo nos hace sentido porque evoca otra cosa, en el amor, las cosas que nos decimos evocan experiencias porque la expresión de la persona amada nos conmueve, nos erotiza”, dice Carrasquillo quien sí considera que el idioma que hablamos incide en la manera en que experimentamos el amor. “Son experiencias condicionadas por el lenguaje, como con qué rapidez o lentitud llega cierta intensidad o cómo ciertas intensidades nos asustan por lo rápido que llegan”, reflexiona.

amar.

(Del lat. amare).

1. tr. Tener amor a alguien o algo.

2. tr. desus. desear.

El tema es uno de esos asuntos seductores y complejos dentro de la disciplina de la traducción.

“Es interesante la gradación de querer y amar. Hay una distinción. Incluso por ejemplo en España, donde siempre se usa te quiero, el te amo se usa muy poco... Hay una gradación que te obliga a revelarte porque es más definitorio. Al decirme que me quieres, de alguna manera me estás diciendo también que no me amas y eso es una señal”, observa el poeta y traductor Alejandro Álvarez Nieves para quien el preámbulo o el foreplay amatorio verbal del español es más largo, más intenso.

“Sí, el idioma incide en nuestra capacidad para definir un sentimiento. Se pensaba que era algo amorfo e indescriptible y que el lenguaje traducía eso, pero en las últimas teorías, no podemos pensar algo sin el lenguaje, se puede aprender a amar en el idioma”, abunda.

A la hora de llevar una experiencia como esa a otro idioma basta ser consciente de lo que implica una traducción. “Por definición pierde porque no estás emitiendo desde el mismo lugar. No es una reescritura, ni una imitación, calco o fotocopia. Todo traductor sabe que nunca va a quedar igual. Quizás para definir qué tipo de love, haga falta un adjetivo”, elabora Álvarez Nieves, profesor de traducción en el sistema UPR.

querer.

(Del lat. quaerere, tratar de obtener).

1. tr. Desear o apetecer.

2. tr. Amar, tener cariño, voluntad o inclinación a alguien o algo.

3. tr. Tener voluntad o determinación de ejecutar algo.

En una vertiente opuesta a este análisis se posiciona el director de la Academia Puertorriqueña de la Lengua y poeta, José Luis Vega. A su juicio, no se trata de que el idioma provoque la pluralidad en la expresividad en torno al amor sino que “en mi opinión, es nuestra manera de ser, el carácter latino que heredamos lo que implica una expresividad muy particular que se refleja en el idioma”.

“No es que el idioma lo provoque sino que la cultura, nuestro temperamento lo provoca”, afirma y recuerda que la cultura y el idioma son elementos simbióticos.

“Hay toda una tradición, es la idea platónica del amor la que engendra la poesía trovadoresca. En los libros de caballería hay toda una tradición de idealización y exaltación del sentimiento amoroso que llega hasta nuestros días tanto en un bolero como en una bachata. Sobran los referentes filosóficos y literarios y eso llega a la cultura popular”, expone Vega quien considera que es a eso a lo que se acomoda el idioma. “Yo no parto del principio de que el idioma suscita cierto tipo de actitud o estructura que permite decir unas cosas y otras no, son las culturas, los pueblos, los hablantes”.

adorar.

(Del lat. adorare).

1. tr. Reverenciar con sumo honor o respeto a un ser, considerándolo como cosa divina.

2. tr. Reverenciar y honrar a Dios con el culto religioso que le es debido.

Curiosamente, los expertos consultados recurrieron en distintos momentos al mismo ejemplo tomado del portugués. Se trata del vocablo “saudade” que alude a un sentimiento cercano a la melancolía que llega con la distancia de tiempo o espacio de la persona amada pero que a su vez no es ni nostalgia, ni del todo melancolía, es un poco añoranza o más o menos una soledad entre alegre y triste. Quizás la definición más precisa viene de la literatura. El escritor portugués Manuel de Melo la definió en alguna ocasión como un estado de ánimo que es un “bem que se padeçe y mal de que se gosta” (un bien que se padece y un mal que se disfruta).

Entonces, ¿sentimos “saudade” en español? ¿O esa sensación se diluye porque somos incapaces de apalabrarla?

Pasa igual con el amor, ¿amamos con más niveles de intensidad, con más volúmenes para el amor que en inglés? ¿O es el inglés una lengua más total porque se entrega todo de la primera, en una sola palabra? ¿Amamos distinto de acuerdo al idioma?

Preguntas abiertas para el embudo de la palabra.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE




Tailandia, mejor que Thailandia

Recomendación urgente del día

Tailandia, sin hache, mejor que Thailandia, es la grafía recomendada del nombre de este país asiático, tal como indica el apéndice de topónimos de la Ortografía de la lengua española.


En los medios de comunicación es habitual encontrar frases como «Thailandia, un país políticamente inestable», «La infanta Cristina acompañó a sus padres en una visita oficial a Thailandia en 1987» o «Thailandia ha decidido elevar la tasa impositiva al capital extranjero que adquiera renta fija».

De acuerdo con la Ortografía, cuando se transcribe y adapta un nombre es preferible omitir la h que aparece en ciertos grupos consonánticos y que carece de valor fónico en español: Bután (y no Bhutan), Katmandú (y no Kathmandu).

Así pues, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «Tailandia, un país políticamente inestable», «La infanta Cristina acompañó a sus padres en una visita oficial a Tailandia en 1987» y «Tailandia ha decidido elevar la tasa impositiva al capital extranjero que adquiera renta fija».

Tailandés es el gentilicio con que se designa a los habitantes de este país, cuya capital es Bangkok.

AGENCIA EFE

La Agencia Efe inaugura su sede con la vocación de ser casa del periodismo en español

14/02/2014 | AGENCIA EFE
La Agencia española de noticias Efe inauguró ayer su sede central en Madrid con la presencia de los príncipes de Asturias y la expresa vocación de ser la casa del periodismo en español.






El presidente de Efe, José Antonio Vera, saluda a los principes de Asturias. Foto: ©Agencia Efe/JuanJo Martin



El traslado a una nueva sede, situada en la zona norte de Madrid, coincide con los setenta y cinco años de funcionamiento de Efe, la primera del mundo en español y cuarta entre las grandes agencias internacionales.

Felipe de Borbón, heredero de la Corona española, y su esposa, la princesa Letizia, recorrieron parte de las instalaciones de la nueva sede, acompañados de la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría y del presidente de la empresa, José Anronio Vera.

En su recorrido los príncipes se interesaron por el trabajo de los periodistas de la Agencia y preguntaron a algunos de ellos por los temas de actualidad.

Al final desvelaron una placa que recordará la inauguración de la sede, en un acto que contó con la presencia de personalidades del ámbito político, diplomático, artístico, cultural y económico.

La vocación latinoamericana de Efe tuvo su reflejo en la presencia en el acto de embajadores y diplomáticos de países de ese continente.

El presidente de Efe, José Antonio Vera, destacó que la agencia es una empresa con mucho pasado que ahora se define por «su potencial de futuro, de la mano de la innovación y de la creciente expansión de la lengua española en el mundo».

Efe «se dispone a escribir una nueva página de su historia» con la inauguración de las instalaciones de un edificio «adaptado a las necesidades de una agencia de noticias que opera en 180 ciudades de 120 países y es considerada la primera del mundo en lengua castellana», señaló Vera.

Tras recordar que «en el imaginario colectivo las tres letras de Efe se vinculan con la información y las noticias», Vera dijo que la agencia «es y quiere ser la Casa del periodismo en lengua española con mayúsculas».

El príncipe de Asturias tomo la palabra brevemente para felicitar a los trabajadores de Efe por su labor y destacó que la Agencia ha sido testigo de la historia durante décadas.

Felipe de Borbón expresó su deseo de que Efe siga cumpliendo años «brillando y contribuyendo a que la lengua, nuestro tesoro, se cuide».

Durante el acto inaugural se proyectó un vídeo que refleja los 75 años de Efe a través de sus fotografías históricas, con un especial hincapié en la vocación latinoamericana de la agencia.

También se emitieron imágenes sobre el libro conmemorativo Efemérides, con un saludo del rey Juan Carlos y colaboraciones de más de ochenta personalidades, como el presidente de EE. UU., Barack Obama; el expresidente de Brasil, Lula da Silva, o el presidente de Bolivia, Evo Morales.

El vídeo se completa con un repertorio de felicitaciones a cargo de personajes de la política, la cultura y el deporte, desde el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, hasta el exmagistrado Baltasar Garzón y los cantantes Alejandro Sanz, Gloria Estefan o Carlos Baute.

El nuevo edificio de Efe está equipado con los más avanzados sistemas tecnológicos para afrontar los desafíos de la cuarta agencia de noticias del mundo.

En la actualidad Efe está presente en 180 ciudades de 120 países y tiene mesas de edición en Madrid, Bogotá (ambas para español), Río de Janeiro (portugués) y El Cairo (árabe) y un servicio en inglés con sede en Miami.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE




puño cerrado es redundante

Recomendación urgente del día

La expresión puño cerrado es redundante, pues puño ya significa ‘mano cerrada’, tal como señala el Diccionario académico.


En las noticias aparece ocasionalmente este giro, como en «Golpeó a su víctima en la cabeza con el puño cerrado» o «No se conoce a otro Nadal que no sea el del puño cerrado».

Según la definición del Diccionario académico, puño es ‘mano cerrada’, y aunque el uso de puño cerrado se puede considerar una redundancia admisible con función de énfasis conviene recordar que no siempre es necesario precisarlo.

Así, en los ejemplos anteriores podría haberse dicho igualmente «Golpeó a su víctima en la cabeza con el puño» o «No se conoce a otro Nadal que no sea el del puño».

En ocasiones se usa puño cerrado para el gesto simbólico de ciertos movimientos políticos, como en «El etarra salió levantando el brazo con el puño cerrado»; sin embargo, este ademán se describe mejor como puño en alto, de modo que en este ejemplo habría bastado con decir «El etarra salió con el puño en alto».

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...