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segunda-feira, 9 de março de 2015

EL ORIGEN DE LOS INSULTOS MÁS POPULARES


El calavera más alocado, vicioso e irresponsable

Día 09/03/2015 - 01.52h

Dice la leyenda que todo sujeto que se entrega a una vida se le terminan trasluciendo los huesos de la cara

Pancracio Celdrán, padre de la obra «El Gran Libro de los Insultos», publicado por la editorial La Esfera, expone que un calavera es todo «hombre de escaso juicio y mal asiento; persona alocada y viciosa, irresponsable, de vida disoluta».
Mariano José de Larra se remonta a la Grecia clásica para buscar un ejemplar de esta especie:
El famoso Alcibiades era el calavera más perfecto de Atenas.
Las hipótesis en torno a este ofensa son muy variadas. Celdrán explica que es «uso alusivo a quien se entrega a una vida desordenada, a consecuencia de lo cual terminan trasluciéndosele los huesos de la cara de modo que parece una calavera». Sin embargo, también apunta en la dirección de que «otros creen que se dijo por el disfraz de esqueletoque los señoritos juerguistas gustaban llevar en los bailes de máscaras».
Tampoco es disparato asociar esta ofensa con un verbo de uso reiterativo por Cervantes: Encalabrinar, o en otras palabras, turbar la cabeza o sorber el seso.
El novelista cordobés Juan Valera emplea así el término en la segunda mitad del siglo XIX:
Tenía además un hijo mayor que Pepita, que había sido gran calavera en el lugar.
Por su parte, el dramaturgo Carlos Arniches utiliza el calificativo con el valor semántico de libertino y vicioso en varias piezas teatrales del primer cuarto del XX conocidas como juguetes cómicos.
En la misma época Pedro Felipe Monlau escribe El heredero o los calaveras parásitos, donde cuenta las andanzas del sujeto degenerado y crapuloso que a principios del siglo XIX ya hacía de las suyas en las familias de bien.

ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY:

El periodista que surgió del cielo

Una investigadora española recupera cinco textos inéditos del escritor, que permanecieron ocultos durante más de 80 años en la prensa francesa

Piloto y escritor que hizo de la aviación una forma de poesía, pionero de la gesta de su tiempo, combatiente aliado en la Segunda Guerra Mundial, inventor, dibujante, reportero, mago con las cartas, matemático por intuición, domesticador de animales, protagonista de uno de los mayores misterios de la historia de la literatura tras su desaparición y uno de los últimos humanistas que desarrolló una idea propia sobre el hombre, cuya grandeza ensalzó. Son algunos de los muchos talentos que reunió en una sola vida de 44 años -los primeros del siglo XX- Antoine de Saint-Exupéry, un autor menos conocido que su «Principito», cuya fama ha eclipsado no sólo el resto de su obra, sino también otras de las muchas facetas que desempeñó a lo largo de su vida, como la de periodista.
Pero lo cierto es que durante los años 30 del siglo pasado Saint-Exupéry colaboró con la prensa francesa de la época y fue enviado como reportero a algunos de los principales escenarios de su tiempo, como la Guerra Civil española. «Lo hizo por las dificultades económicas que atravesaba en unos años en los que no pudo vivir de las que fueron sus dos principales ocupaciones como piloto y escritor, sin que fuese la vocación la que le llevó al periodismo», señala Montse Morata, doctora en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y experta en Saint-Exupéry, que llegó a volar en parapente para conocer las sensaciones del escritor francés. «Sin embargo, sus trabajos en este terreno constituyen no sólo una aportación singular, sino que a partir de ellos reescribió la obra que lo consagró en vida como escritor, y que no fue “El Principito”, cuyo éxito no llegaría a conocer, sino “Tierra de los hombres”. Además, su trabajo como reportero le permitió conocer de primera mano realidades que dejaron huella en su obra y en su pensamiento, como nuestra guerra», explica esta investigadora española, autora de la primera tesis que se ha escrito sobre el periodismo de Saint-Exupéry. En ella, no sólo ha reunido la recopilación más completa que existe hasta la fecha de la obra periodística de este escritor, sino que, además, ha recuperado cinco textos desconocidos de este autor que, durante casi ochenta años, habían permanecido en el olvido, enterrados en las páginas de los periódicos y revistas en las que originariamente fueron publicados, sin que hayan sido publicados hasta el momento. «Cuando empecé mi tesisjamás imaginé que existiera tal desconocimiento sobre los textos periodísticos de este autor», confiesa Montse Morata, que pasó un año en París investigando en la hemeroteca de la Bibliothèque Nationale de France y como doctoranda invitada del Centre d’Historia de Sciences Po. Lo hizo, además, sin ninguna financiación, con sus propios recursos tras perder su trabajo como periodista a consecuencia de la crisis. «Decidí convertir la dificultad en oportunidad y pensé que era el momento de hacer lo que siempre había querido», relata esta investigadora. Cuenta que la idea de estudiar a Saint-Exupéry le llegó leyendo un ensayo sobre este autor del que después ha sido su director de tesis, el escritor Pedro Sorela. Una tesis en la que, bajo el título de «Acción, pensamiento y poesía en el periodismo de Antoine de Saint-Exupéry», Montse Morata, que ha trabajado durante doce años como periodista y también escribe poesía, plantea, además, a partir del ejemplo del escritor francés, la utilidad actual de los rasgos más singulares encontrados en su escritura periodística, como el uso que hace de la poesía.

Más vigente que nunca

«Lo más llamativo -dice Morata- es que, aun viniendo del pasado, el periodismo de Saint-Exupéry está más vigente que nunca, ya que ofrece fórmulas propias y recupera el humanismo tantas veces olvidado en esta profesión y que, en mi opinión, es una de las causas de su actual desconcierto y crisis».
En total, cuenta que fueron más de medio centenar de artículos, crónicas y reportajes los que Saint-Exupéry publicó entre 1932 y 1938 en algunos de los principales periódicos y revistas francesas de la época. En muchos de ellos, el escritor relata sus propias experiencias como pionero de la aviación, abriendo nuevas líneas de correo aéreo a través del Sáhara o la Patagonia, pero también intentando batir récords de aviación que le ocasionaron no pocos accidentes en los que estuvo a punto de morir. Uno de ellos fue el que sufrió en el desierto libio,por el que anduvo durante cinco días sin agua ni comida, lo que ocupó las primeras planas de todos los periódicos durante los primeros días del año 1936.
En otros casos, sus colaboraciones fueron fruto de los encargos que el escritor recibió de los diarios «Paris-Soir» y «L’Intransigeant», los dos vespertinos franceses más vendidos de la época, que le enviaron a la Unión Soviética de Stalin o a la Guerra Civil española, en la que estuvo en dos ocasiones. La primera de ellas en Barcelona y el frente de Lérida al poco de estallar la contienda, en el verano de 1936, y la segunda en Madrid, donde, en abril de 1937, convivió con los milicianos en las trincheras de Carabanchel. De aquellas experiencias salieron unos reportajes que dan una visión única de la guerra, ya que se trata de una visión humanista y alejada de la cuestión ideológica, explica Montse Morata. «Como el resto de su escritura, nacen de sus propias experiencias, a partir de las que reflexiona sobre las motivaciones profundas del hombre. De ahí su vigencia». «Además -añade esta investigadora-, introduce la poesía en realidades tan áridas como la guerra y lo hizo con tal belleza que en una ocasión la curtida secretaria de “Paris-Soir” se echó a llorar al transcribir uno de sus textos».
Pero los reportajes sobre la Guerra Civil española a Saint-Exupéry no le salieron gratis, ya que después el régimen franquista le negó el visado para cruzar por España hacia Portugal, rumbo a su exilio en Nueva York durante la Segunda Guerra Mundial.
Además, nuestra guerra dejó una huella reconocible tanto en su obra como en su pensamiento, ya que vio en la contienda española un preludio del cataclismo mundial que se avecinaba, y en el que se dejó la vida participando.
Saint-Exupéry desapareció en la mañana del 31 de julio de 1944 durante un vuelo aliado de reconocimiento sobre Francia del que nunca regresó. «Se debe escribir, pero con el propio cuerpo», recuerda Montse Morata que decía un autor cuya escritura está trazada con su propia vida. Hasta sus últimas consecuencias.

EL SOLAR DE LA ACADEMIA DE LA LENGUA

EL SOLAR DE LA ACADEMIA DE LA LENGUA

El futuro DRAE irá de Internet al papel




En Costa Rica. El director de la Real Academia Española presentará la reciente edición del DRAE y disertará en la UNA

Para cuando le den a escoger tres deseos, Darío Villanueva ya ha pensado en dos: haber conocido a Miguel de Cervantes y conocer a Sarah Miles . De Cervantes tenemos alguna información, pero hubimos de volver a recordar a Sarah Miles, la actriz británica que endulzó la película La hija de Ryan , junto a Robert Mitchum y su impasible rostro de piedra olmeca.

Darío Villanueva Prieto (Villalba, 1950) es un hombre en movimiento: va del cine a los libros, de la cátedra a las canchas de tenis –su gran afición–, y de la Real Academia Española(RAE) a Costa Rica, el primer país extranjero que visitará en su condición de director de la RAE, cargo que ejerce desde diciembre del 2014.

Villanueva llegará invitado por la Academia Costarricense de la Lengua para presentar la 23.ª edición del Diccionario de la lengua española (conocido como DRAE o DILE ). También realizará otras actividades académicas y culturales. “Darío Villanueva contribuirá a fortalecer las acciones en favor de la protección y el desarrollo del patrimonio lingüístico común”, expresó Estrella Cartín , presidente de la ACL.

Darío Villanueva es catedrático de teoría de la literatura en la Universidad de Santiago de Compostela, cuyo rector fue. Algunos de sus libros son Trayectoria de la novela hispanoamericana actual ; Teorías del realismo literario , Valle-Inclán, novelista del Modernismo y La poética de la lectura en Quevedo.

Conversamos con el futuro visitante.

***

–¿Qué es hablar bien?

–Hablar bien es expresarse con corrección y con naturalidad, tanto de palabra como por escrito, en la lengua que uno use en cada momento. Esta aspiración ha de ser especialmente tenida en cuenta si se trata de nuestra lengua materna.

–¿Qué diferencia la reciente edición del diccionario académico de la anterior?

–Hay notables diferencias, entre ellas el número de entradas. La actual registra 93.111 artículos, unos 5.000 más que los incluidos en la anterior, publicada en 2001, y más del doble de los aparecidos en el primer diccionario de uso de la RAE, que data de 1780.

–¿Por qué se cambia el nombre del DRAE a “Diccionario de la lengua española” (DILE)?

–La denominación oficial siempre ha sido Diccionario de la lengua española , aunque en algunos ámbitos se conozca bajo el acrónimo de DRAE . Esta nueva edición, al igual que la gramática y la ortografía, es panhispánica, fruto de la colaboración de las veintidós academias de la lengua española.

–¿Qué es la “remodelación” del diccionario académico?

–La Real Academia Española, en colaboración con las otras veintiuna corporaciones hermanas, trabaja ya en la preparación de una nueva planta del Diccionario de la lengua española .

”La diferencia sustancial es que, hasta ahora, hacíamos un diccionario en papel que se trasladaba a la Red, y, desde esta última edición, elaboraremos una obra digital que tendrá una versión impresa en papel”.

–¿Ha perdido el diccionario su carácter normativo?

–No. El Diccionario de la lengua española sigue siendo una referencia en todo el ámbito hispanohablante, y buena prueba de ello son los 40 millones de consultas mensuales que se hacen a nuestra versión electrónica, disponible gratuitamente en la Red.

”Dentro de un mes, pondremos, con libre acceso y con el apoyo de un patrocinador, la vigesimotercera edición.

–En el “Diccionario” figuran palabras de morfología extraña, como ‘leitmotiv’, ‘boutique’, ‘pizza’ y ‘clóset’ (con tilde), aunque con la indicación de que son extranjerismos. ¿No sería mejor separarlas en un apéndice?

–No conviene hacer más distingos que esas marcas y que permiten saber si una entrada es un extranjerismo, un localismo o un vulgarismo, por citar tres posibles ejemplos. Si el diccionario intenta ser el reflejo de la lengua utilizada por los hablantes, es mejor no establecer compartimentos en la obra: cuando hablamos, tampoco hacemos escisiones en el momento de usar unas palabras u otras.

–¿Cómo se decide el retiro de una palabra del “DRAE”?

–La única razón por la que una palabra puede salir del diccionario es el desuso y, aún así, no se “muere” del todo porque pasa a formar parte del diccionario histórico. Que alguien pueda considerar ofensiva una determinada entrada o acepción, si puede demostrarse su uso por parte de los hablantes, nunca es motivo para retirarla.

”En ciertos casos se advierte del sentido peyorativo de algunos términos, pero son los hablantes quienes han de decidir emplear o no determinadas palabras. El diccionario es notario del uso y no puede ni debe ser políticamente correcto”.

–¿Es verdad que –como algunos afirman– “hoy se escribe peor” en los órganos de prensa?

–Esa es una generalización que no se corresponde con la realidad. Por una parte, nunca se ha escrito tanto como ahora, gracias a los nuevos dispositivos electrónicos, cuyo uso afecta de forma muy especial a los medios de comunicación.

”Por otra parte, los profesionales de la información son, en general, cuidadosos con el uso de la lengua porque tienen conciencia de la gran responsabilidad que asumen a diario”.

–¿Puede la “cultura visual” reducir a la “cultura letrada”?

–Creo sinceramente que no. La vieja batalla entre apocalípticos e integrados me parece superada. Hay buenos y malos productos en ambos campos, cada uno con sus códigos y sus formatos. Lo importante es no caer en la banalidad, y este riesgo existe en un terreno y en el otro.

–¿Cómo ve la presencia del idioma español en ámbitos como la ciencia y la tecnología?

–Es mucho menor de lo que sería deseable, pero no hay que resignarse: la batalla no está perdida ni mucho menos.

–¿Cuáles actividades alista la RAE para celebrar el cuadringentésimo aniversario de la segunda parte de “Don Quijote”?

–Contribuiremos con una nueva edición del Quijote a cargo del académico Francisco Rico, dentro de nuestra colección Biblioteca Clásica de la RAE (BCRAE). Esta nueva edición, que se unirá a la popular y escolar dirigida por el académico Arturo Pérez Reverte, llegará a las librerías en los próximos meses.

”También rendiremos un homenaje simbólico a Miguel de Cervantes con la celebración de un pleno de la Academia en un lugar de la Mancha con claras referencias cervantinas: Argamasilla de Alba, en Ciudad Real. Será el próximo 26 de marzo, lo celebraremos cara al público y será posible seguirlo en directo a través de Internet”.

–¿Qué podría responderse a quienes afirman que la lectura de “Don Quijote” es difícil?

–En cierta medida no les falta razón, pero también es cierto que esta obra, literariamente muy compleja, puede resultar de lectura sencilla y muy grata si se vencen prejuicios y resistencias iniciales.

”Lo aconsejable siempre es acercarse al Quijote a través de buenas ediciones, como las que ha realizado la Academia a lo largo de su historia, desde la ilustrada de Ibarra de 1780.

”Actualmente, además de la publicada en 2004, ya agotada, tenemos la mencionada escolar y popular de Pérez Reverte, que respeta lo esencial de la novela con el fin de aproximarla a nuevos lectores.

”Muy pronto dispondremos de otra edición, crítica y erudita como todas las dirigidas por Francisco Rico, dentro de la colección BCRAE.

”Un gran especialista en el Quijote, el académico ya fallecido Martín de Riquer, solía decir que envidiaba a quienes no lo habían leído nunca porque aún tenían reservado el placer de descubrirlo por primera vez”.

....

El director de la Real Academia Española presentará la nueva edición del Diccionario este jueves 12 a las 7 p. m. en el local de la Academia Costarricense de la Lengua, frente a la Librería Lehmann de San José.

El viernes 13 a las 10 a. m., Darío Villanueva disertará sobre el centenario de la segunda parte de Don Quijote en la Universidad Nacional.


El ingreso es público en las actividades.

"PALABRAS DE DOBLE FILO"


Ana Mendoza (Agencia Efe)

Álex Grijelmo invita a reflexionar sobre el idioma para evitar manipulaciones

El periodista y escritor Álex Grijelmo invita a reflexionar sobre el idioma en su nuevo libro, Palabras de doble filo. Esa «gimnasia mental» puede ayudar a detectar mejor la manipulación del lenguaje que, con mayor o menor frecuencia, se da en la política, la publicidad y los medios de comunicación.


El escritor y periodista , Álex Grijelmo. Foto: ©Efe/Juan Carlos Hidalgo
El escritor y periodista , Álex Grijelmo. Foto: ©Efe/Juan Carlos Hidalgo
Editado por Espasa, el libro reúne los artículos semanales que Grijelmo (Burgos, 1956) publica enEl País y en los que, de forma amena y sin pretender sentar cátedra, da cuenta de «las cornadas» que a veces recibe el idioma, facilita antídotos para no caer en trampas y engaños y llama la atención sobre el lenguaje de las redes sociales.
«Me parece un peligro ese lenguaje tan asertivo, tanseguro de las redes sociales. Muchas afirmaciones no dejan lugar a la duda y parece que hay mucha gente que se cree en posesión de la verdad, que juzga sin miramientos a todo el mundo», afirma Grijelmo en una entrevista con Efe.
En su sección semanal de «La punta de la lengua», Grijelmo ha dedicado varios artículos al lenguaje de los políticos, lleno de eufemismos, de palabras largas («externalización») y «muy tramposo» con frecuencia, como podría suceder con expresiones del tipo de «lo peor ya ha pasado» o »los ajustes han terminado».
El autor comprende que los políticos utilicen esas «palabras mágicas» para «infundir optimismo. Pero tal vez muchísimos ciudadanos no las consideren afortunadas y experimenten un gran desasosiego al comprobar que, en efecto, para los datos del Gobierno “lo peor ha pasado” y para ellos todo sigue igual».
En las crisis económicas «los primeros daños los reciben las palabras» y el autor pone como ejemplo «austeridad», que ya no significa ‘renunciar a tener más de lo necesario, sino conformarse con menos de lo necesario’.
«La austeridad siempre fue voluntaria. Sin embargo, la que vivimos ahora es impuesta. Y por tanto, la palabra resulta falsa. Los altos cargos de cajas, bancos o empresas sí podrían haber sido austeros, y haber renunciado a una parte de sus retribuciones; pero eso no puede hacerlo la gente que ya vive con lo justo», dice Grijelmo, que también ha reflejado su pasión por el lenguaje en libros como La seducción de las palabras o El genio del idioma.
Otro término que se presta a «usos sospechosos» es el de «pueblo», y el autor recomienda «ponerse en guardia ante expresiones como “el pueblo quiere” o “el pueblo aspira” porque pueden ser muy excluyentes».
«Me da mucho miedo el uso de la palabra “pueblo”, desde siempre. Ejemplos hay en la historia de esa horrorosa apropiación indebida. Se suelen presentar algunos nombres colectivos como si fueran seres homogéneos, pero en la realidad se trata de grupos de individuos que tienen sus ideas personales y divergentes entre sí», asevera el autor, que fue presidente de Efe entre 2004 y 2012, etapa en la que se creó la Fundación del Español Urgente (Fundéu).
El crecimiento de ciertos grupos políticos, como el de Podemos en España, «ha agitado el uso» del término «populismo» y, con frecuencia, quienes le aplican el adjetivo «populista» a esas formaciones «no son precisamente sus partidarios», comenta Grijelmo.
«Hay palabras que juzgan, y a veces las presentamos como si describieran. Si un periodista desea diferenciar entre información y opinión, debe tener cuidado con ellas. “Populismo” es una palabra que, hoy en día, juzga; y no bien», afirma el autor, que actualmente es directivo del grupo Prisa.
¿Cambiar el lenguaje puede modificar la realidad, como piden con frecuencia quienes lo consideran machista?
A Grijelmo le gusta más que «la realidad cambie y deje de ser sexista, para que las palabras sigan ese camino», pero no critica a quienes defienden la duplicación de géneros («compañeros y compañeras»).
A veces, es la realidad la que cambia la percepción de las palabras, como sucede con «mis padres», que ya no significa solo «mi padre y mi madre» sino también «mi padre y mi padre».
Y algo debe de estar cambiando en el lenguaje cuando algunos periodistas hombres se incluyen espontáneamente en colectivos femeninos deportivos y sueltan en sus crónicas expresiones como «somos terceras después de las rusas» o «si estamos entre las siete primeras vamos a ser oro».

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

Agencia EFEFundéu - BBVA
FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

especular 


equivale a


conjeturar

Recomendación urgente del día
El verbo especular es correcto con el sentido de ‘hacer conjeturas o suposiciones’, como también es válido el correspondiente sustantivoespeculación.
En los medios de comunicación se usan estos vocablos desde hace tiempo con estos significados, como se ilustra en las siguientes frases: «Un informe especula con la idea de una gran mezquita», «La prensa europea especula sobre el posible asesinato del fiscal» o «El presidente ha rechazado hacer cualquier tipo de especulación sobre el origen de la fortuna».
En la 23.ª edición del Diccionario académico se define especular como ‘reflexionar en un plano exclusivamente teórico’ y ‘hacer conjeturas sobre algo sin conocimiento suficiente’. Aunque el empleo de este término con estos sentidos en ocasiones se ha censurado como anglicismo, las Academias de la Lengua le han dado cabida dada su extensión en el uso y la cercanía con el significado de ‘meditar, reflexionar, considerar una cosa para entenderla’, ya registrado en las primeras ediciones de esta obra.
Por ello, los anteriores ejemplos son adecuados, aunque se recuerda que con este mismo sentido pueden usarse otras voces como, en función del contexto, cálculo, presunción, suposición, sospechar, conjeturar, rumorear, tener en cuenta, etc., que permiten la variedad de vocabulario.

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...