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terça-feira, 28 de outubro de 2014

CONGRESO INTERNACIONAL DE CORRECTORES DE TEXTOS EN ESPAÑOL


Ilustración: ULISES
Ilustración: ULISES
  • Matadero Madrid acoge el Congreso Internacional de Correctores de Textos en Español












Decía Michel de Montaigne que "la palabra es mitad de quien la pronuncia y mitad de quien la escucha". Las palabras, a simple vista, parecen inocentes pero también conducen relaciones de poder entre el que emite y el que recibe. Precisamente de eso, de palabras, trata el tercer Congreso Internacional de Correctores de Textos en Español.

Por allí pasarán lingüistas, correctores y periodistas que viven rodeados de palabras, su forma de vida. "El lenguaje está en todo, las palabras son el lenguaje del alma y es importante saber qué lenguaje es adecuado para cada uno" dice María Irazusta, directora y fundadora de Irazusta Comunicación. Ella se encarga de 'vestir' el lenguaje que utilizan las empresas cuando quieren hablarle al mundo. "El poder el lenguaje es mucho más importante de lo que creemos. Hoy en día, más del 80% del valor de una empresa está en la parte intangible, y ahí entra la comunicación" continua.

El poder del lenguaje es algo que Irazusta conoce muy bien. Ya se encargó de hacer que los españoles 'reaprendiésemos' nuestro idioma con la publicación del libro 'Las 101 cagadas del español'. "Los escritores van a las palabras, pero yo voy al conjunto de todo: al lenguaje" afirma Irazusta, quien asesora a empresas del calibre de Repsol o Indra. "Yo soy una 'personal shopper' del lenguaje, incluso a veces me considero dietista al decirle a ciertas personas que se traguen sus palabras". De eso se encarga Irazusta, de qué 'traje' le va a sentir mejor a cada empresa atendiendo a su personalidad como organización.
El germen de la duda

'La vida más allá de la editorial: asesores lingüísticos en empresas' es la mesa redonda que UniCo ha programado en este Congreso y en el que María Irazusta ha intervenido junto a Cristina Sierra, correctora de una empresa de abogacía; Antón Lado, editor en 2.0 Editora y Antonio Calvo Roy, periodista de la empresa Divulga que se dedica a la elaboración de contenidos de comunicación científica y ambiental. Todos ellos, a su manera, se encargan de cuidar el lenguaje que utilizan las empresas. De ser los guardianes de la comunicación y de lo adecuadamente escrito y dicho.

Aunque cada uno de ellos discrepa en lo que tiene que tener un corrector o editor, todos están de acuerdo en que se necesita unabase lingüística muy sólida. "Un corrector tiene que poder razonar cualquier cosa y si no sabe algo, por lo menos sí saber en qué lugar buscarlo. Y que tenga mucho sentido común", afirma Cristina Sierra. Para Antón Lado la versatilidad de la persona es algo primordial, mientras que María Irazusta busca una gran empatía con la empresa a la que hay que ayudar a comunicar, "que se esté muy impregnado en la cultura corporativa de esa entidad para saber qué es lo que le queda bien a esa organización".

Las empresas buscan, cada vez más, que su mensaje sea lo más claro y correcto posible. Otras se mantienen fuera del cuidado de su lenguaje. "Lo importante es introducir el germen de la duda, la duda es básica para saber si algo está bien o mal escrito" dice Antonio Calvo Roy, que trabaja desde mediados de los años 80 como periodista científico y que opina que "el hábito sí hace al monje" en cuestiones de lenguaje. Por su parte, Antón Lado afirma que cuando las empresas utilizan asesores o correctores están consiguiendo "mejorar su lenguaje para también mejorar su comunicación".

El Congreso Internacional de Correctores de Textos en español se celebró los días 24, 25 y 26 en el auditorio de La Casa del Lector de Matadero de Madrid. La Unión de Correctores ha organizado esta cita que ha tenido una gran acogida entre el mundo de los lingüistas y correctores. Aquellas personas que hacen, a su forma, de guardianes del lenguaje y las palabras.

DRAE O DILE


 Decir DILE

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CARLOS FRANZ (EL PAÍS, ESPAÑA)

Carlos Franz, escritor y miembro de la Academia Chilena de la Lengua,  afirma que «pasar del inexacto DRAE al preciso DILE no sería una mera entelequia, propia de una obra de ficción, ni un simple cambio de sigla. Se trataría de un símbolo cuyo uso reafirmaría que son coautoras del diccionario todas las academias de la lengua».


El protagonista de Rayuela, Horacio Oliveira, hace «juegos en el cementerio» con un Diccionario de la lengua preparado por la Real Academia Española. En la tapa de ese libro, Oliveira ha raspado la palabra real. Más que antimonárquico, este raspado es surrealista, como su juego: componer frases locas con palabras raras. «Hartos del cliente y sus cleonasmos, le sacaron el clíbano y el clípeo y le hicieron tragar una clica».
Ese cementerio, donde Julio Cortázar permite que jueguen Oliveira y sus amigos, no es sino el mismo diccionario del que ellos exhuman palabras aparentemente muertas para reanimarlas entremezclándolas. «Luego le aplicaron un clistel clínico en la cloaca, aunque clocaba por tan clivoso ascenso de agua mezclada con clinopodio…».
—«Joder, dijo admirativamente Oliveira. Pensó que también joder podía servir como punto de arranque, pero lo decepcionó descubrir que no figuraba en el cementerio».
Triste decepción que Oliveira se habría evitado si, en lugar de emplear para sus necrofilias lingüísticas una edición hoy antigua del diccionario, hubiese podido consultar las posteriores a 1984, ojalá la vigesimotercera entrega aparecida hace unos días. En estos léxicos sí se incluye la palabra joder, y ahora viene con dos usos nuevos («¡hay que joderse!», por ejemplo).
Más contento que su personaje quedaría Cortázar, SEGURAMENTE, si con esta nueva edición se extinguiera la costumbre inexacta de llamar a este libro DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), y empezara a ser conocido por su sigla propia: DILE (Diccionario de la Lengua Española). Así, aquella palabra Real, que Oliveira raspó en la tapa de su diccionario por puro surrealismo, desaparecería de su abreviatura.
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LA ESQUINA DEL IDIOMA:

¿si digo «el documento fue imprimido», no tendrían que corregirme?

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PIEDAD VILLAVUCENCIO BELLOLIO (EL UNIVERSO, ECUADOR)

El verbo imprimir tiene dos participios: uno irregular (impreso) y otro regular (imprimido). Ambos pueden emplearse para construir los tiempos compuestos y la pasiva perifrástica, que también se conoce como pasiva de participio.


De esta manera, «han impreso los documentos» y «han imprimido los documentos» son ejemplos del primer caso; «el documento fue imprimido» y «el documento fue impreso» son ejemplos del segundo.
En función de adjetivo o de sustantivo es mayoritario el uso de la forma irregular (impreso):Los periódicos impresos. Hay que distribuir estos impresos.
En la actualidad (siglo XXI), no hay razones para cuestionar el uso de la forma imprimido, participio que en siglos anteriores se consideraba anticuado.
¿Cuál es el plural de «colibrí» y de «hindú»?
«Hindús» e «hindúes», «colibrís» y «colibríes» son formas correctas, pues, según las normas gramaticales vigentes, los sustantivos o adjetivos que terminan en  o en  acentuadas agregan -es o -s en la construcción del plural. Pero en los ámbitos cultos tiene más preferencia el plural con -es (tabúes, carmesíes, ajíes, israelíes).
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FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

Agencia EFEFundéu - BBVA
FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

géneticogénico y genómico 


no son lo mismo

Recomendación urgente del día
Los términos genéticogénico y genómico no significan lo mismo, por lo que no pueden utilizarse como sinónimos.
El término genético se utiliza cuando se hace referencia a la genética, génicocuando es relativo a los genes y genómico cuando tiene relación con el genoma
Según el Diccionario académico, genético tiene que ver con algo ‘perteneciente o relativo a la genética’, entendiendo la genética como la parte de la biología que trata de la herencia y de lo relacionado con ella. Por ejemplo, en la noticia «El origen genético de los europeos actuales se remonta a tres poblaciones ancestrales» se habla de la herencia genética de la población europea.
En cambio, el mismo diccionario se refiere a génico como algo ‘perteneciente o relativo a los genes’. Ejemplo de ello es su uso en el contexto de «Los científicos mexicanos buscan garantizar el flujo génico mediante la convivencia de las dos especies en la misma zona», en el que se hace referencia a los genes que podrán desplazarse de una población a otra.
La palabra genómico, a pesar de no estar recogida en dicho diccionario, se define en el Diccionario de términos médicos de la Real Academia de Medicina como algo del genoma o relacionado con él, entendiendo genoma como el conjunto de genes de un individuo o especie. Como ejemplo puede verse este titular «Un estudio genómico desvela más de 300 mutaciones del ébola», que se refiere al conjunto de genes.
Con motivo del último estudio en el que se especifica cuál es el origen genético de los habitantes de Europa, es frecuente encontrar en los medios de comunicación diversos ejemplos en los que estas palabras se intercambian a pesar de no ser equivalentes. Por lo tanto, tal y como demuestran los anteriores ejemplos, se recomienda no utilizar estos términos como sinónimos, ya que encierran distintos significados.

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...