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domingo, 15 de novembro de 2015

EL NUEVO 11-S


EL PAÍS - URUGUAY

Nace una nueva guerra


Cada acción del extremismo islamista sube la marca y crea sus propias condiciones para aumentar la marea del terror. Con el enemigo en suelo propio, Francia se ve forzada a ir a la guerra, hasta ahora el presidente francés se había mostrado renuente pero el ataque del viernes lo obligó a una respuesta contundente: “los combatiremos sin piedad”.

Fueron al menos tres grupos bien coordinados los que ejecutaron el ataque a París. Cada uno de los milicianos sabía qué tenía que hacer antes de morir. Los expertos en terrorismo de los serivicios de seguridad constataron estas características en el mismo escenario múltiple de los ataques. Incluso dieron por un hecho el periodo de entrenamiento en Siria, donde opera el Estado Islámico.
El grupo reivindicó el ataque en París unas horas después. Y anunció una escalada, de lo cual el gobierno francés tomó nota. Buena parte de las operaciones que por estas horas desarrollan los servicios de inteligencia galos en suelo propio y en cooperación con los países vecinos tienen por objeto detectar a la organización y ubicar a sus integrantes. Si bien, como señaló el primer ministro Manuel Valls, esperaban atentados en su territorio el ataque de gran magnitud encontró descolocadas a las autoridades.
La estrategia del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) parece con este golpe haber dado un giro definitivo. En medio de una guerra feroz, tanto contra los enemigos occidentales como aún con más virulencia con aquellos que se cuentan en el mundo musulmán, los yihadistas se mueven constantemente y llevan su política de terror a una escala progresivamente mayor, global.

¿Quiénes son?


Los orígenes de este grupo sunita se rastrean hasta 2002 cuando el jordano Abu Musab al-Zarqawi (hoy fallecido) creó el grupo radical Tawhid wa al-Yihad.
Tras la invasión de EE.UU. a Irak, Zarqawi juró lealtad a Osama bin Laden y fundó la rama de Al Qaeda en Irak. Pero al acontecer la muerte de Zarqawi en 2006, Al Qaeda creó una organización alterna llamada Estado Islámico de Irak (ISI, por sus siglas en inglés).

Sin embargo la brutalidad de los métodos que ya se han convertido en su marca de identidad provocó la primera división interna. El nuevo líder del ISI, Abu Bakr al-Baghdadi reconstruyó la organización en 2010, con un proyecto más ambicioso y también más sangriento. Su primer paso fue buscar socios en la rebelión contra el presidente Bashar al Asad en la vecina Siria, para lo que se unió con el Frente al Nusra, la rama local de Al Qaeda.
Tres años más tarde Abu Bakr anunció la fusión de los dos grupos y cambió el nombre de la nueva organización a su denominación actual: Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés). En esta nueva fase el líder de la organización buscó la formación de un califato, un Estado según la ley islámica (sharia) con un territorio que domina entre los Estados de Irak y Siria hasta la actualidad. Abu Bakr juró romper las fronteras de Líbano y Jordania con el fin de "liberar a Palestina" y para ello destruir a Israel.
Desde entonces el grupo ha crecido en forma exponencial. Se estima que sus integrantes pueden llegar ya a los 50.000 combatientes. Un experto iraquí en seguridad, Hisham al-Hisham, citado por BBC Mundo dijo a principios de agosto que podrían ser entre 30.000 y 50.000 los combatientes de EI, de los cuales el 30% están por convicción, mientras que el resto han ingresado por coerción de los líderes del grupo.
De acuerdo con datos de una consultora en seguridad de Medio Oriente citados por la mencionada cadena, estimó que al menos 12.000 extranjeros integran las filas del EI, cifra que incluye a unos 2.500 que han viajado a Irak o a Siria en los últimos tres años.
Francia, el objetivo elegido por los extremistas islámicos, tiene una de las mayores poblaciones que profesan la fe musulmana en Europa. Se estima por encima de los 5 millones de creyentes, lo cual la coloca como la segunda religión del país, por debajo del cristianismo. Muchos analistas en el tema del extremismo islamista coinciden en que ello ha abonado la posibilidad de reclutar para organizaciones como el Estado Islámico, sobre todo entre la población más joven y descontenta.
También esto ha alimentado la fobia de los franceses hacia la población musulmana, mayormente procedente del Magreb (norte de África). En febrero pasado una encuesta publicada por el diario El País de Madrid indicaba que el 56% de los franceses consideraba "una amenaza" al islam. En coincidencia con ello la misma encuesta mostraba que el 69% de los franceses considera que hay demasiados inmigrantes en el país.
El crecimiento de la población de origen árabe, alimentado por las nuevas corrientes migratorias sobre todo procedentes de Siria, ha colocado el tema en el primer renglón. Quizá la novela del celebrado autor francés Michel Houllebecq, "Sumisión", sea una muestra de ello. Como se recordará escritor debió suspender la presentación del libro a principios de año debido al atentado contra el semanario Charlie Hebdo, el 7 de enero pasado.

Una nueva guerra.


Tanto el presidente François Hollande, como su primer ministro, Manuel Valls, consideran al país ya en "estado de guerra".
Valls precisó que esperan nuevos atentados, algo que los propios yihadistas se encargaron de anunciar con la brutalidad que los caracteriza y apelaron a que sus simpatizantes usen incluso veneno para envenenar el agua de "los infieles".
"Lo que pasó en París es exactamente lo que los servicios de seguridad europeos temen desde hace tiempo y han tratado de evitar", dijo Peter Neumann, profesor de Estudios de Seguridad de Kings College, Londres, citado también por BBC Mundo en un artículo sobre las proyecciones de estos atentados.
"Tras los ataques de enero contra Charlie Hebdo, la gente se preguntó si París seguía siendo una ciudad segura, pero en el fondo la mayoría no se sintieron amenazados, dijo Hugh Schofield, corresponsal de la BBC en París", señala el mismo artículo.
"Hoy es diferente. Los ataques significan Medio Oriente llegado a Europa", aseguró Schofield.
"Su ferocidad, su amplitud y su arbitrariedad las asociamos con Beirut o Bagdad, pero no con París o Londres", dijo el corresponsal parisino.
Los terroristas que actuaron en la noche del viernes combinaron armas y métodos para consumar sus ataques. Al menos dos de ellos llevaban chalecos con explosivos. Los investigadores establecieron que uno de los atacantes hizo estallar el dispositivo en las cercanías del estadio al no poder hacerlo en su interior, como era el plan original.
Otro equipo atacó los dos restaurantes como si tomara una posición enemiga y disparó en forma indiscriminada al público en esos lugares. Y el tercer equipo entró a Le Bataclan en el esquema de una toma de rehenes, lo cual dificultó las operaciones de la policía para desactivar la acción terrorista y dejó el mayor saldo de muertos.
Francia enfrenta hoy una guerra asimétrica, de enorme peligro para la población civil y con los abismales dilemas que se le puede presentar a una democracia republicana con la guerra en su propio territorio.
El enemigo en esta guerra vive probablemente en la misma calle que el ciudadano al que debe proteger el Estado. Una pesadilla que recién comienza y se extiende. AFP, EFE, REUTERS

"Fortalecer acciones para hacer frente a esta amenaza".

El gobierno hizo saber su "condena en los términos más enérgicos" a los atentados de París. En un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores se calificó los ataques como "terroristas y barbáricos".
Uruguay, que tendrá un representante en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas desde el mes de enero, hizo saber que "las respuestas a este flagelo internacional deben ser enérgicas, coordinadas y en el marco del Derecho Internacional".
El gobierno nacional hizo saber que valora "la rápida reacción del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, condenando los ataques y expresando solidaridad con Francia" y que "alienta a la comunidad internacional a mantenerse unida para combatir este flagelo que no sólo afectó a Francia en la noche de hoy sino a principios y valores compartidos, como la libertad, la igualdad y la fraternidad, fundamentales para sostener la convivencia pacífica entre los seres humanos".
El comunicado señala que "el creciente accionar de los grupos terroristas a nivel global" requiere que la comunidad internacional, de acuerdo a los principios de la Carta de ONU, "fortalezca las acciones para hacer frente a esta amenaza a la paz y la seguridad internacionales".

Uruguay no está exento de riesgo según la opinión de un experto.

Un experto en seguridad exterior indicó ayer a El País que por el simple hecho de ocupar un lugar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Uruguay "corre riesgo" de tener que enfrentar ataques terroristas. "A mi entender el riesgo se agravó un poco más tras las declaraciones del ministro Nin Novoa, más allá de que luego las enfrió un poco", dijo el profesional. Todo indica que el terrorismo islámico no tiene bases o contactos en Uruguay, no obstante cabe la posibilidad de que aparezca algún extremista del exterior. "Acá no pueden contactar a nadie porque no hay nadie de esa línea. Ellos actúan solos, puede venir un lobo solitario para hacer algún atentado y con eso ya provoca el nerviosismo en la población", apuntó el analista en seguridad.
"Hace por lo menos una década que en materia de táctica y estrategia militar el accionar del terrorismo islámico quemó todos los manuales", añadió. En esa línea, y a diferencia de las guerras convencionales, diversos especialistas internacionales sostienen que el terreno para enfrentar al yihadismo parece ser el que le pertenece. (Pablo Melgar)

DICCIONARIO PARA ENTENDER AL ESTADO ISLÁMICO.




EI, ISIS, ISI o ISIL.


El Estado Islámico es un conjunto de movimientos insurgentes que tienen la idea de formar un Estado gobernado por las leyes islámicas. Los nuclea el califato, el reino de Dios en la Tierra. En inglés las iniciales son "IS" y agrega otra letra dependiendo de la zona de influencia: Iraq, Siria o Levante (la cuenca oriental de Mar Mediterráneo).

Sunitas y chiitas.


Además del Corán, los sunitas llevan su nombre porque son seguidores de los dichos y hechos del profeta Mahoma, recopilados en la Sunna. Son el grupo mayoritario en el islam. El descontento entre ellos ha aumentado en los últimos años, sobre todo desde la caída de dictador Sadam Husein. Esta minoría se siente excluida de las esferas del poder y fue la que captó el Estado Islámico. En oposición tienen a Irán, el país gobernado por los chiítas desde la revolución de 1979.

Yihadistas.


La "yihad" es una palabra árabe que literalmente significa "el combate". La catedrática en mundo islámico Susana Mangana ha insistido en que "ese combate se da a nivel espiritual, en la lucha contra los instintos para pecar, y solo se ataca al exterior cuando hay un riesgo inminente". Hoy los medios de comunicación utilizan el término "yihadistas" para hacer referencias a los radicales islámicos, un pequeño porcentaje dentro de los 1.400 millones de fieles del islam, 20 millones solo en Sudamérica.

Lobo solitario.


Una de las características del Estado Islámico es la capacidad para persuadir a jóvenes que están cansados del sistema. Los incita a buscar por sus propios medios los métodos de ataque. No fueron el ejemplo de los atentados en París, donde hubo una planificación grupal.

CULTURA

Españoles y sefardíes: misma lengua, 
distinta cultura

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La expulsión de los judíos marcó el reinado de los Reyes Católicos.
Conservar su lengua en el destierro y después cinco siglos resulta todavía conmovedor

J. S. C. Madrid - ABC

La expulsión de los judíos fue una de las decisiones más controvertidas del reinado de los Reyes Católicos. En contra de lo que pudo parecer, los Reyes promulgaron el edicto de Granada influidos en gran medida por una tendencia que se estaba imponiendo en el resto de Europa. Aunque catorce años antes ya habían fundado la Inquisición, la relación entre judíos y cristianos se movía dentro de unos parámetros normales, pues manejaban el mismo idioma.
«Mucho se ha discutido sobre si los judíos de la península hablaban ya antes de la expulsión un español peculiar y distinto del de los cristianos», comenta Moisés Orfali, doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, catedrático de Historia en la Universidad Bar-Ilan de Israel y nuevo académico correspondiente de la RAE. «El estudio de documentos y obras literarias parece indicar que el español que empleaban los judíos no difería del de los demás habitantes de la península, salvo en muy contados rasgos dialectales determinados por razones sobre todo religiosas». Por ejemplo, los judíos utilizaban el término «Dio» en vez de «Dios» porque la «s» final les parecía un signo plural incompatible con el monoteísmo que profesaban.
También, explica Orfali, los judíos utilizaban la palabra árabe «alḥad» para referirse al domingo de los cristianos. Otro término que marcaba la diferencia entre unos y otros era «meldar», que los judíos empleaban como sinónimo de orar o leer textos religiosos. Era muy habitual que los judíos incorporasen palabras hebreo-arameas para designar ciertas realidades de la vida religiosa. Pero por lo demás, exceptuando ese vocabulario estrictamente litúrgico, un judío y un cristiano de Zaragoza no tenían ningún problema para entenderse en castellano

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