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quinta-feira, 7 de setembro de 2017

"PH"


¿En qué momento la F reemplazó la Ph en el idioma español?

Ortografía de la lengua española.
Raphael, el famosos cantante español, se llama en realidad Rafael Martos Sánchez. Tenía 18 años cuando un día acudió a una prueba para ver si lograba grabar un vinilo con la compañía discográfica Philips. Y entonces cambió su vida…
Estaba en la sala de espera, aguardando nervioso su turno para entrar en el estudio, cuando sus ojos se posaron en un cartel publicitario de Philips. Observó el anuncio, lo volvió a observar y tomó una decisión: a partir de ese momento se cambiaría el prosaico nombre Rafael por el mucho más sofisticado de Raphael.
El caso es que superó la prueba, grabó con Philips su primer disco y comenzó ahí su escalada hacia la fama.
Lo que Raphael probablemente no sabía entonces es que, al elegir cambiar la 'f' de su nombre por "ph", en realidad no estaba siendo moderno, sino profundamente anticuado. Por no decir directamente arcaico, absolutamente anacrónico.

Una historia de romanos

Hasta el siglo XIX en la lengua española el sonido "f" no se conseguía sólo con esa letra. Había también una secuencia de dos letras (lo que se conoce en lingüística como dígrafo) que producía exactamente el mismo sonido obstruyente, fricativo labiodental y sordo que la consonante "f": la grafía "ph".
Y aunque ambas se pronunciaban de igual modo, "f" y "ph" convivían tan tranquilas en la lengua española.
La historia viene de lejos. Concretamente, de la época de los romanos, quienes adquirieron la costumbre de escribir con "ph" las palabras de origen griego y con 'f' las palabras de su lengua materna.
Y esa costumbre no sólo se traspasó al castellano, lengua que al fin y al cabo procede del latín, sino que se mantuvo hasta nada menos que 1803.
Derechos de autor de la imagen
Así, hace dos siglos y medio lo que hoy es fantasía era phantasía. Los faraones del antiguo Egipto eran pharaones. La falange del dedo se escribía phalange. La farmacopea, el arte de preparar los fármacos, aparecía en los manuales u textos como pharmacopea. Los farmacéuticos eran pharmacéuticos, y obviamente atendían a sus clientes no es una farmacia sino en una pharmacia.
Y frases como esta eran en realidad phrases.
En 1753 salían libros con títulos como "Índice de la Philosofia Moral", de Antonio Codirniú. Y antes aún en 1596, Alonso López Pinciano ya escribía su "Philosofía antigua poética".
De "ortographia" a "ortografía"
Pero la prueba definitiva del poder del dígrafo 'ph' es que la primera ortografía que publicó en 1741 la Academia de la Lengua Española, a los 28 años de su creación, se titulaba nada menos que "Ortographia Española".
"La segunda edición de esa manual es de 1754 y ya entonces sí que iba sin 'ph', se llamaba "Ortografía de la lengua castellana", nos cuenta Lola Pons Rodríguez, profesora titular de Lengua Española de la Universidad de Sevilla y autora de "Una lengua muy larga, un libro delicioso que contiene cien historias curiosas sobre el español y donde no falta un capítulo dedicado al dígrafo "ph".
Fue en esa segunda edición de la "Ortografía de la lengua castellana", concretamente en su página 63, donde se le asestó la primera puñalada a la grafía "ph".
"La Ph que tienen algunas voces tomadas del Hebreo, ó del Griego, se debe omitir en Castellano, sustituyéndose en su lugar la F que tiene la misma pronunciación, y es una de las letras propias de nuestra Lengua, á excepción de algunos nombres propios, ó facultativos, en que hay uso común y constante de escribirlos con la Ph de su origen, como Pharaon, Joseph, Pharmacopea", sentenciaba textualmente la Academia.
Palabras antiguas
La defunción definitiva y final del dígrafo "ph" tuvo lugar 49 años después, en 1804, cuando en la cuarta edición del Diccionario de la Real Academia Española (RAE) se optó por asesinarlo completamente y que fuera sustituido en todos los casos por la letra 'f'.
Según se justificaba entonces la Real Academia de la lengua Española, el dígrafo ph "se expresa igualmente con la f, por cuyo motivo se han colocado en esta última letra las palabras phalange, phalangio, pharmecútico, pharmacia, phármaco, pharmacopea, pharmacópola, pharmacopólico, pharse y philancia".
"La decisión que tomó a principios del siglo XIX la RAE fue coherente con otras eliminaciones. Otras grafías dobles como 'th', que se empleaba en palabras como teatro, o 'rh', que se usaba por ejemplo en al vocablo rheuma, ya habían sido eliminadas a finales del siglo XVIII. Fue el criterio fonético lo que guió esas reformas académicas", finaliza Lola Pons Rodríguez.
¿Lo sabría Raphael cuando decidió rebautizarse con ese nombre que incluye un dígrafo que no se emplea en la lengua española desde hace 213 años? Eso aún sigue siendo un misterio…
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Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Querétaro, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad mexicana entre el 7 y el 10 de septiembre.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

Agencia EFEFundéu - BBVA
FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

números ordinales


claves de escritura

Recomendación urgente del día
Ante las dudas que se presentan en la escritura de los números ordinales, se ofrece a continuación una serie de claves:

1. Números ordinales compuestos

Según explica la Ortografía de la lengua española, desde la tercera decena hasta la centena se prefiere escribir los números ordinales en dos palabras, aunque no se consideran inadecuadas las grafías en una sola (cuadragésimo quinto o cuadragesimoquinto).
Cuando se usa la forma en una sola palabra no se acentúa el primero de los elementos, de modo que lo apropiado es vigesimoprimero, no vigésimoprimero.

2. Concordancia de los números ordinales

Cuando los números ordinales se escriben con más de una palabra, todas ellas deben concordar en género con el sustantivo al que acompañan (vigésima cuarta carrera). Cuando se escriben en una sola palabra, solo el segundo componente concuerda con el sustantivo (vigesimocuarta carrera).

 3. Uso de números fraccionarios y números ordinales

Según queda recogido en la Ortografía de la lengua española, los números fraccionarios acabados en -avo no equivalen a los números ordinales(decimocuarta planta, no catorceava planta), excepto en el caso de octavo, que sí puede funcionar como ordinal.
Sin embargo, sí es correcto el uso de la mayoría de los números ordinales como fraccionarios: «Se quedó la duodécima (o decimosegunda) parte del premio» equivale a «Se quedó la doceava parte del premio».

4. Números romanos

Se leen indistintamente como ordinales o como cardinales desde el I hasta el X (incluido) cuando hablamos de siglos (siglo III: siglo tercero o siglo tres); sin embargo, cuando se habla de reyes, pontífices o emperadores se leen generalmente como ordinales: Fernando VI (Fernando sexto, no seis). A partir del número X, lo normal es que se lean como cardinales (Juan XXIII: Juan veintitrés), según se indica en la Nueva gramática de la lengua.

5. Números ordinales y cardinales con nombres de celebraciones

Con relación a los nombres de acontecimientos, aniversarios, celebraciones…, y aunque en los números menores de veinte lo habitual es respetar el ordinal («3.ª Feria de la Tapa» y no «3 Feria de la Tapa»)la Nueva gramática de la lengua española señala que «se ha integrado la tendencia a usar los cardinales con el valor de los ordinales», que tradicionalmente se han escrito con números romanos: «El 30 aniversario de la muerte de Albert Camus», «El 30.º aniversario de la muerte de Albert Camus» o también «El XXX aniversario de la muerte de Albert Camus».

6. Letra voladita para abreviaturas

Las abreviaturas de los números ordinales se señalan con letras voladitas (‘º’, ‘ª’, ‘er‘, ‘os‘, ‘as‘) tras la cifra (5.ª jornada de los sanfermines, 1.erconcurso de lanzamiento de ladrillos o ¡Que comiencen los 74.os Juegos del Hambre!). Además, lo adecuado es escribir un punto entre la cifra y la letra voladita.
En español no es adecuado emplear las formas 1ro2do3ro4to…, que son un calco de las usadas  en inglés.

LA RECOMENDACIÓN DIARIA

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA resistencia a los antimicrobianos , mejor que  resistencia antimicrobiana   Resistencia a los antimicrobianos , no...