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quarta-feira, 15 de fevereiro de 2017

LA LECTURA





¿Qué le pasa al cerebro cuando leemos?




La lectura es un placer formativo y terapéutico, dice la neurociencia, y muestra que la ficción puede incluso cambiar el funcionamiento neuronal

Laura Marajofsky
PARA LA NACION - BUENOS AIRES
DOMINGO 12 DE FEBRERO DE 2017

Ilustración: Alejandro Agdamus.



"Algunas personas te dirán que los libros ya no son necesarios ahora que tenemos Internet. No les creas. Los libros nos ayudan a conocer a otra gente, cómo funciona el mundo, y en el proceso conocernos a nosotros mismos de una manera que no tiene nada que ver con lo que leemos en ellos, y todo que ver con la curiosidad, integridad e inquietudes que nosotros traemos", explica María Popova, la curadora del magnífico sitio web Brain Pickings, dedicado precisamente a rescatar libros, escritores y viejos manuscritos.


Más allá de los debates en torno a los nuevos medios y su influencia en nuestros hábitos de consumo (de la TV a la Web), o de la evolución misma del objeto libro, desde distintas disciplinas cada vez se presta más atención al efecto psicológico y neurológico que tienen los libros. Ya sea que hablemos del impacto del storytelling en la formación de nuestra cosmovisión y la propia narrativa a las propuestas relativamente nuevas como la biblioterapia que apelan a la utilización curativa de la lectura, existe todo un espinel interesante de visiones al respecto.

El filósofo Alain de Botton es uno de los tantos que aborda la temática, alternando preguntas existenciales vinculadas a la utilidad del arte para el individuo con cuestiones más puntuales como para qué sirve la literatura en un sentido más práctico (como explica este video de la ONG The School of Life). Además de generadores de empatía, bienestar y compañía, según De Botton, los libros también son perfectos "simuladores de realidad" en la medida en que nos permiten testear situaciones y aprender sin necesidad de la experiencia directa.
El poder de la narración

La cantidad de notas y estudios dedicados a indagar en los efectos de las historias en los últimos años es abrumadora. "Las historias de vida no sólo reflejan personalidad; son personalidad", explica Dan McAdams, profesor de psicología de la Universidad Northwestern, en un artículo de The Atlantic sobre el poder de los relatos sobre nuestra identidad, y cómo llegamos a ser lo que somos. Desde la psicología de la narrativa se plantea que nuestras historias de vida son más que páginas imaginarias de Wikipedia que citan datos específicos en un orden cronológico, sino series de vivencias que vamos hilvanando, integrando, separando y volviendo a unir en la búsqueda de sentido. El modo en que lo hacemos, las cosas omitimos y que incluimos, moldean nuestra persona; querer contarla es una pulsión natural en tanto se considera somos "animales narrativos", acostumbrados a comunicarnos a través de relatos.

En la misma línea, una nota reciente de Aeon Magazine explica la utilidad de las metáforas: consideraciones estéticas a un lado, no sólo se supone que una buena construcción literaria debe ayudarnos a entender mejor la realidad o a cambiar nuestra perspectiva, sino que también nos habla de quiénes somos.

Por eso, la incidencia de las historias no ha de ser tomada a la ligera, en especial cuando ciertos relatos se embeben en nuestra cultura volviéndose mandatos en torno a los cuales, para bien y para mal, muchos estructuran sus propias vidas. Aquellos "guiones" instalados colectivamente que sin darnos cuenta nos sentimos compelidos a seguir, y que generan una estigmatización de todo aquel que no se atiene a estas narrativas estándar.
Cambios neuronales

Ahora, ¿qué sucede en el cerebro cuando leemos? Resulta que no sólo podemos suponer el impacto profundo de una historia, sino que también podemos "verlo". Mediante imágenes por resonancia magnética, científicos de las universidades de Princeton y California observaron cómo reaccionaba el cerebro de voluntarios mientras escuchaban un cuento. En el emisor y el receptor se activaban áreas que regulaban la decodificación de los sentimientos ajenos y la sensibilidad moral.

Desde el descubrimiento de las neuronas espejo (aquellas que se activan cuando ejecutamos una acción y cuando observamos esa misma acción realizada por otro), la llamada "neurociencia de la empatía" se ha vuelto un campo de estudio en alza. Un trabajo publicado en 2011 en el Annual Review of Psychology mostraba de qué manera la gente que leía acerca de una experiencia exhibía actividad neuronal similar a la generada al experimentar en carne propia estas vivencias.

"Cuando nos topamos en la lectura con un pasaje de acción se activan áreas encargadas del procesamiento del lenguaje a la vez que se activa la corteza motora, la misma área que se activaría si estuviéramos viviendo la escena. Si la lectura nos atrapa hay cambios reales en la estructura cerebral que pueden medirse, y esa modificación se mantiene por cinco días, aún cuando hemos terminado el libro en cuestión", ratifica Marian Durao, psicóloga de la Fundación UADE y especialista en el tema. Por eso la lectura promueve la empatía.

Si bien para algunos estas hipótesis son demasiado complejas para ser corroboradas por resonancias magnéticas o discursos bienintencionados respecto de que la lectura se traduzca en un comportamiento más altruista, existen beneficios directos que se desprenden del hábito. Hay evidencia que señala que desde un punto de vista neurobiológico, leer tiene similitudes con el acto de meditar, con los mismos beneficios para la salud que los de la relajación profunda. Asimismo, los lectores regulares duermen mejor, tienen niveles de estrés menores, mejor autoestima y menos depresión que aquellos que no leen.

"Cuando adquirimos nuevos conocimientos a través de la lectura el cerebro cambia su estructura. Se fortalecen las conexiones neuronales (la famosa neuroplasticidad). Al entrenar el cerebro a través de la lectura ponemos en acción a una velocidad tremenda, complejos procesos semánticos, ortográficos y fonológicos. Hay muchas diferencias entre los cerebros de las personas alfabetizadas de aquellas que no lo están", continúa Durao, no sin advertir que los libros también pueden convertirse en refugio para no enfrentar tomas de decisiones o crisis.

Por otro lado, la neurocientífica Mary Immordino-Yang descubrió que a mayor nivel de identificación con los personajes o las situaciones de una narración, mayor es el incentivo para actuar sobre eso. Ante la pregunta de si puede un libro hacernos cambiar aspectos de nuestra persona, aunque con más instinto que evidencia científica, la escritora Alice Munro parecía responderse positivamente al afirmar que "sin importar si tiene un final feliz o triste, cada historia te mueve de forma que te sentís un persona diferente cuando terminás".
Ficción o no ficción

Yendo todavía un paso más lejos, ¿es posible pensar que los diferentes tipos de narrativas pueden influirnos de un modo distinto? ¿Nos afecta de igual manera una biografía, una novela o un poema? ¿Qué nos pasa cuando leemos ficción?

En el libro Such Stuff as Dreams: The Psychology of Fiction, de Keith Oatley (2011), se explica un poco más acerca de la psicología de la ficción, y cómo se ha empezado a demostrar que la identificación con personajes ficticios puede alterar el comportamiento social, tener impacto emocional y promover cambios en nuestra conducta. Diversos trabajos postulan que leer novelas supone una ventaja por sobre otros géneros. Según un paper de 2013 publicado en Science, aquellos que leen ficción literaria en vez de ficción popular o no ficción obtienen mejores resultados en tests de percepción social y en el llamado espectro del "theory of mind" (la habilidad para anticipar lo que otros pueden estar pensando/sintiendo).

Si concebimos la potencialidad de los libros no sólo como conductores de ideas sino también como herramientas para pensarnos y moldear nuestra personalidad, es posible preguntarnos por la intencionalidad y los objetivos del que escribe; un interrogante que tal vez todo escritor se haya hecho al menos una vez: ¿puede un escritor tener influencia directa en sus lectores?

En esto parecía estar pensando el filósofo Alain de Botton cuando empezó a investigar y financiar la "biblioterapia" desde la School of Life. Ella Berthoud y Susan Elderkin son dos practicantes de larga data de la "affective bibliotherapy", que comenzaron prescribiéndose mutuamente libros para aliviar sus malestares, y que apelando a los poderes restaurativos de la ficción en el 2007 abrieron un espacio para atender pacientes.

Diversas vertientes de la psicología, médicos y hasta trabajadores sociales emplean hoy cotidianamente la literatura. Existe toda una red de biblioterapeutas entrenados por la dupla Berthoud-Elderkin, quienes también son autoras de The Novel Cure: An A-Z of Literary Remedies (2013), una guía escrita en el estilo de un diccionario médico que receta lecturas para diversos malestares.

Sobre esta disciplina, Durao explica, que la biblioterapia guiada y orientada puede tener efectividad en el tratamiento de síntomas depresivos en adultos mayores. "La lectura y escritura producen efectos benéficos. Esto se apoya en el hecho de que son procesos cognitivos que a través de los personajes y las narrativas ayudan a la comprensión del acontecer de la vida, de las emociones y angustias."

Resta ver hasta dónde influyen los libros en nosotros -o nosotros en el proceso de la lectura, según plantea Popova- y qué interpretaciones extraer de los hallazgos del "neuroboom". Mientras tanto, para los amantes de la lectura, sus beneficios no necesitan mayores pruebas científicas.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

Agencia EFEFundéu - BBVA
FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

recall


alternativas 


en español

Recomendación urgente del día
Las alternativas retirada del producto, en unos contextos, y llamada a revisión, en otros, son preferibles a la forma inglesa recall para referirse a la retirada de un determinado producto del mercado o de su vuelta a la factoría para análisis o revisión.
En los medios de comunicación, es frecuente encontrar este anglicismo en algunas noticias sobre economía y empresa como en «Samsung suspende las ventas del Note 7 y hace un recall de los ya vendidos», «Después de recall, GoPro promete el regreso triunfal del dron Karma» o «La armadora japonesa Toyota hace un recall de 8600 autos».
El término inglés recall significa ‘hacer volver a algo o alguien’ y, más específicamente, ‘llamada pública de un fabricante para devolver un producto que puede ser defectuoso’; esta misma idea está presente en las expresiones españolas llamada a revisión y, si procede, retirada del producto concreto al que se aluda.
De este modo, en los ejemplos anteriores habría sido más adecuado optar por «Samsung suspende las ventas del Note 7 y retira los ya vendidos», «Después de su retirada, GoPro promete el regreso triunfal del dron Karma» y «La armadora japonesa Toyota llama a revisión a 8600 autos».

EL IDIOMA ESPAÑOL

750 millones de personas en el mundo hablarán español en 2050

750 millones de personas en el mundo hablarán español en 2050

Felipe VI y la Reina en la presentación de "El valor económico del español". Mario Vargas Llosa alertó del nacionalismo cerrado de Donald Trump. "El valor económico del español", documento revelador.



El Rey Felipe VI destacó que en 2050 alrededor de 750 millones de personas hablarán español en todo el mundo.

Avanzó este escenario en la presentación del último volumen de una investigación que comenzó en 2007, la evaluación de lo que supone el castellano a nivel global. El castellano como motor económico, político y social. El interesante estudio El valor económico del español (Ariel) que ha dirigido José Luis García Delgadocatedrático de Economía Aplicada. Ha sido  y ha sido patrocinada por la Fundación Telefónica.

El proyecto de la Fundación Telefónica

El Rey Felipe VI afirmó, en el acto de clausura del proyecto de la Fundación Telefónica, que "nuestra lengua es un activo tan estratégico para la economía como pueden ser los recursos naturales" y "constituye un inmenso tesoro cultural, pero también una extraordinaria fuente de riqueza económica, real, tangible, presente y, sobre todo, futura".

Señaló que "el español goza de muy buena salud y ha llegado al siglo XXI fortalecido", porque "ha superado con éxito tres grandes desafíos: sobrevivir al paso del tiempo, rebasar las limitaciones geográficas y mantener su unidad dentro de la diversidad".

Sobre la dimensión económica del idioma, dijo que es el "motor para el crecimiento de las economías del espacio hispanohablante" y "palanca para el impulso del desarrollo y el bienestar de nuestras sociedades futuras".

"El idioma se convierte en un activo tan estratégico para la economía de un país como pueden ser los recursos naturales, la articulación de un tejido empresarial competitivo o la capacidad de innovación de los distintos agentes", enfatizo.

Por su parte, el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, que también participó en el acto, pidió que "no nos durmamos en los laureles. Nos toca cuidar la lengua y difundirla".

El estudio realizado por Fundación Telefónica durante 10 años, recogido en 14 volúmenes que comprenden 3.500 páginas, y codirigido por José Luis García DelgadoJosé Antonio Alonso Juan Carlos Jiménez, reafirma que la capacidad de compra de los hispanohablantes representa ya el 10% del valor económico del PIB mundial y que el llamado factor ñ de las industrias culturales (contenido en español) es ya casi el 2,9% del PIB de la economía española.

El estudio recuerda que el español es la segunda lengua materna del mundo, con 550 millones de hablantes, tras el chino mandarín; la segunda lengua de comunicación internacional, también en la Red, tras el inglés, tanto por número de usuarios como por páginas de web; y la segunda lengua adquirida en los países de lengua no inglesa.

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

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