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sexta-feira, 26 de março de 2010


“Pregúntate siempre por qué y para qué haces las cosas. Si lo haces porque todo el mundo lo hace serás una estupenda candidata a la estupidez humana”.

CUENTO INDIO XVII:

LA CEREMONIA DE LA MUJER
POR ELENA G. GOMEZ
Cuando a los niños de la tribu les llega el momento de convertirse en hombres son preparados por otros hombres. Aprenden a luchar, a vencer el miedo y a descubrir su fuerza y para ello viven grandes entrenamientos y pruebas. Pero cuando a la niña le llega el momento de convertirse en mujer, es su abuela la que se encarga de llenarla de sabiduría, de conducirla hacia dentro, hacia la fuerza, hacia el valor y la belleza que hay en su interior para que la niña se vuelva una mujer poderosa y sabia.
Estas son las palabras que escuché yo, Arco Iris, cuando mi abuela me llevó a su lado. Nunca las pude olvidar porque en su sencillez y sabiduría me mostró lo que tenía que ser...
"Tus ojos tienen ya la mirada de la mujer que está naciendo en ti. No sabes lo que eres y tampoco lo que te pasa, pero eso no importa, lo único que importa es que sepas que este tiempo es el más importante para ti porque en él formarás las bases de ti, de tu comportamiento futuro, de la aventura que acabas realmente de comenzar".
Esas fueron sus primeras palabras, ella era así, era capaz de reírse en los momentos más serios y de darme un tratado de sabiduría cuando menos lo esperaba.
Mi abuela, aunque anciana, conservaba la vitalidad y la alegría de su juventud, en realidad nunca supe cuántos años tenía, tampoco me importaba, era capaz de ser niña cuando yo era niña y mujer cuando yo lo necesitaba.
"No me mires así, niña, yo soy tu abuela y sé leer dentro de tus profundos ojos azules, dentro de tu corazón y de tus deseos, dentro de todo lo nuevo que ahora tienes ante ti, por eso me siento feliz de poder acompañarte en tus primeros pasos.
Cuando de niña empezaste a caminar tenías miedo a soltarte y buscabas constantemente algo donde agarrarte, ese miedo al vacío, a caerte, a hacerte daño, es instintivo y normal, y sólo se vence cuando descubres que aunque te caigas no pasa nada y que tus piernas día a día se vuelven más fuertes, más seguras. La vida es igual, al principio todo es nuevo, todo es gigante ante tus ojos, todo te hace dudar, por eso es importante que sepas dónde te agarras, que busques unas manos amigas y, sobre todo, que utilices tu mente para comprender todo lo que sucede dentro y fuera de ti".
Aquella fue la primera vez, pero no la única, en que mi abuela me recordaba que lo más importante que tenía no era mi cuerpo ni mis vestidos, era mi mente y mis sueños.
"Si no aprendes a pensar por ti misma serás como todos los demás, te moverás según la corriente que otros para ti crearán y un día descubrirás que tu vida está vacía y que no eres nada ni nadie. Lo que diferencia al hombre de las demás creaciones es la mente pero ello no quiere decir que todos los hombres la usen".
Se rió, me guiñó un ojo y puso aquella mirada maliciosa que tenía y que sabía que tanto me gustaba. Había magia y complicidad entre nosotras y así lo sabíamos las dos, tal vez por ello me encantaba contarle todo cuanto me sucedía.
"Y, ¿cómo tengo que utilizar la mente?", le pregunté.
"Muy sencillo, pregúntate siempre por qué y para qué haces las cosas. Si lo haces porque todo el mundo lo hace serás una estupenda candidata a la estupidez humana. Si lo haces sólo pensando en ti, en lo que a ti te gusta o te apetece, te convertirás en una egoísta y tu vida se llenará de oscuridad y soledad. Si aprendes a utilizar tu mente creando lo que los demás necesiten, siendo generosa y agradecida de todo cuanto tienes, tu vida se llenará de color y movimiento. Pero, aunque te parezca muy sencillo, muy pocas personas hacen esto y con ello se pierden en una vida llena de conflictos y complicaciones y no aprenden nunca a vivir.
La primera lección que debes aprender es la de Amar, pero ésta no es la única, también debes aprender a disfrutar de todo lo que te rodea y, sobre todo, aprender a disfrutar de la dificultad".
La interrumpí, a pesar de que me había propuesto escucharla con atención, ¿cómo se puede disfrutar de la dificultad?.
"Eso pertenece a otro nivel superior que tendrás que demostrar que quieres conquistar. De momento puedo decirte, para que pienses sobre ello, que tú nunca serás como las demás, porque si hubieras querido ser como otras no habrías escogido nacer donde naciste, y yo no sería tu abuela, y no te enseñaría el camino hacia la Fuerza.
Así pues aprende la segunda gran lección: Todo lo que suceda en tu vida es porque así tú lo has convocado".
"Y ¿cuál es la segunda lección?", le pregunté.
"Que eres mente y sólo si aprendes a utilizar tu mente con amor podrás descubrir lo que es vivir".
Sería imposible deciros todo lo que mi abuela me enseñó, pero hay algo muy especial que me transmitió y es el orgullo de ser mujer. Ella, que amaba a los hombres y a las mujeres por igual, siempre me decía que había sido afortunada por nacer mujer porque en la mujer está la fuerza y el secreto de la vida.
"Siéntete digna, segura y bella, y transmitirás a los demás confianza y verás como todo el mundo te quiere.
Camina con sencillez y alegría. Sonríe a la vida y acuérdate de dar gracias todos los días por todo cuanto tienes".

“Pergunta-te sempre por que e para que fazes as coisas. Se o fazes porque todo o mundo o faz serás uma estupenda candidata à estupidez humana”.

A CEREMONIA DA MULHER
POR ELENA G. GOMEZ
Quando aos meninos da tribo lhes chega o momento de se converter em homens são preparados por outros homens. Aprendem a lutar, a vencer o medo e a descobrir sua força e para isto vivem grandes treinamentos e provas. Porém quando a menina lhe chega o momento de se converter em mulher, é sua avó a que se encarrega de encher-la de sabedoria, de conduzir-la para dentro, para a força, até o valor e a beleza que há em seu interior para que a menina se transforme numa mulher poderosa e sabia.
Estas são as palavras que escutei eu, Arco Iris, quando minha avó me levou a seu lado. Nunca me esqueci porque em sua simplicidade e sabedoria me mostrou o que tinha que ser...

"Teus olhos possuem já a mirada da mulher que está nascendo em você. Não sabes quem você é, e tampouco o que te acontece, mas isso não importa, o único que importa é que saibas que este tempo é o mais importante para você porque nele formarás as bases de tua pessoa, de teu comportamento futuro, da aventura que acabas realmente de começar".
Essas foram suas primeiras palavras, ela era assim, era capaz de rir-se nos momentos mais sérios e dar-me um tratado de sabedoria quando menos o esperava.
Minha avó, ainda anciã, conservava a vitalidade e a alegria de sua juventude, em realidade nunca soube quantos anos tinha, tampouco me importava, era capaz de ser criança quando eu era criança e mulher quando eu a necessitava.

"Não me olhes assim, menina, eu sou tua avó e sei ler dentro de teus profundos olhos azuis, dentro de teu coração e de teus desejos, dentro de todo o novo que agora tens ante você, por isso estou feliz de poder acompanhar-te em teus primeiros passos.
Quando menina começastes caminhar tinhas medo de te soltar e procuravas constantemente algo onde te agarrar, esse medo ao vazio, de cair, a fazer-te dano, é instintivo e normal, e só se vence quando descobres que embora te caias não passa nada e que tuas pernas dia a dia se voltam mais fortes, mais seguras. A vida é igual, ao principio tudo é novo, tudo é gigante ante teus olhos, tudo te faz duvidar, por isso é importante que saibas onde te agarras, que busques umas mãos amigas e, sobre tudo, que utilizes tua mente para compreender tudo o que acontece dentro e fora de você".
Aquela foi à primeira vez, porém não a única, em que minha avó me lembrava que o mais importante que tinha não era meu corpo nem meus vestidos, era minha mente e meus sonhos.

"Se não apreendes a pensar por você mesma serás como todos os demais te moverão segundo a corrente que outros criarão para você e um dia descobrirás que tua vida está vazia e que você não é nada nem ninguém. O que diferencia ao homem das demais criações é a mente, mas isto não quer dizer que todos os homens a usem".
Sorrio, fez uma piscada de olho e aquela mirada maliciosa que tinha e que sabia que tanto eu gostava. Havia magia e cumplicidade entre nós e assim o sabíamos as duas, tal vez por isto me encantava contar-lhe tudo quanto me acontecia.
“ E, como tenho que utilizar a mente?", perguntei.
“Muito singelo, pergunta-te sempre por que e para que fazes as coisas. Se o fazes porque todo mundo o faz serás uma estupenda candidata à estupidez humana. Se o fazes só pensando em você, no que você gosta ou apetece, te converterás numa egoísta e tu vida se encherá de escuridão e solidão. Se aprendes a utilizar tua mente criando o que os demais necessitam, sendo generosa e agradecida de tudo quanto tens, tua vida se lotará de cor e movimento. Porém, ainda te pareça muito simples muitas poucas pessoas fazem isto e com isto se perdem numa vida cheia de conflitos e complicações e não aprendem nunca a viver.
A primeira lição que deves apreender é a de Amar, mas esta não é a única, também deves apreender a desfrutar de tudo o que te rodeia e, sobre tudo, aprender a desfrutar da dificuldade".

A interrompi, a pesar de que me havia proposto escutar-la com atenção, como se pode desfrutar da dificuldade?

"Isso pertence a outro nível superior que terás que demonstrar que desejas conquistar. De momento posso dizer-te, para que penses sobre isto, que você nunca será como as demais, porque se tivesses querido ser como outra não haveria escolhido nascer onde nasceu, e eu não seria tua avó, e não te ensinaria o caminho da Força.
Assim, pois aprende a segunda grande lição:
“Tudo o que suceda em tua vida é porque assim você o tem convocado”.

"E qual é a segunda lição?", perguntei.

"Que você é mente e só aprendendo a utilizar tua mente com amor poderás descobrir o que é viver".
Seria impossível falar de tudo o que minha avó me ensinou, mas há algo muito especial que me transmitiu que é o orgulho de ser mulher. Ela, que amava aos homens e às mulheres por igual, sempre me dizia que havia sido afortunada por nascer mulher porque na mulher está a força e o segredo da vida.
“Sente-te digna, segura e bela, e transmitirá aos demais confiança e verás como todo o mundo te quer.
Caminha com simplicidade e alegria. Sorri à vida e lembra-te de dar graças todos os dias por tudo quanto tens".

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