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sexta-feira, 4 de setembro de 2015

SIELE

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El primer gran examen universal de español empieza el año que viene

La futura prueba para acreditar el nivel de idioma admitirá todos las variedades lingüísticas y se realizará en línea



El español de Buenos Aires, el que se habla en las calles de la capital de México o el que se escucha por Madrid, entre otros. Todas las variedades lingüísticas que suman más de 500 millones de hispanohablantes en el mundo tendrán la misma validez para pasar el primer gran examen internacional de español, que comenzará a aplicarse el año que viene. El Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE) permitirá certificar el grado de conocimiento del castellano de cualquier estudiante por medios electrónicos, a través de internet, con un plazo de validez de dos años.


Algunas claves del examen

La prueba constará de cuatro partes:comprensión de lectura, comprensión auditiva, expresión e interacción escritas y expresión e interacción orales. Las dos primeras serán corregidas de forma automática. Las otras, por evaluadores. El plazo máximo para obtener el certificado será de unos 15 días, según fuentes consultadas.

La duración máxima prevista es de tres horas en el caso del examen global y entre 45 y 60 minutos por prueba para los que decidan hacer solo una parte, según fuentes consultadas. El precio del examen tampoco está fijado aún. Las tarifas de otras pruebas internacionales, como el TOEFL, varían por países.

La valoración más alta son 1.000 puntos. No hay aprobados ni suspensos. El resultado tendrá su equivalencia en el Marco Europeo de Referencia, que incluye seis niveles con letras (A1, A2, B1, B2, C1 y C2 desde inicial a maestría).

El examen se realizará en centros acreditados que los organizadores prevén abrir en los cinco continentes. Los examinadores serán acreditados y formados por las universidades participantes (Salamanca y Universidad Nacional Autónoma de México) y el Instituto Cervantes.

El examen panhispánico está impulsado por el Instituto Cervantes, la Universidad de Salamanca y la Universidad Nacional Autónoma de México. Es similar a pruebas tan internacionales como el TOEFL, el test que evalúa el inglés estadounidense como lengua extranjera. En la sede principal del Cervantes, ubicada en el centro de Madrid, se formalizó este jueves el convenio de las tres instituciones con Telefónica, que será la encargada del desarrollo tecnológico y la comercialización del servicio. La presentación oficial del SIELE se produjo el pasado 30 de junio en México, con la presencia de los Reyes de España.

El modelo se dirige tanto a estudiantes de español (21 millones en todo el mundo) como a hablantes nativos. Cualquier aspirante podrá obtener un máximo de 1.000 puntos. No habrá aprobados ni suspensos. Con el resultado se establecerán equivalencias con el marco europeo de referencia (seis niveles, desde básico a maestría). Esta evaluación constará de cuatro partes: comprensión de lectura, comprensión auditiva, expresión e interacción escritas y expresión e interacción orales.

El aspirante podrá realizar el examen completo, con el que obtendrá un certificado, o afrontar una o varias de las cuatro pruebas de forma independiente. En este último caso, recibirá solo un informe de nivel.

Los organizadores prevén conseguir hasta 300.000 candidatos en una primera fase y llegar a 750.000 examinados en un plazo de cinco años. Ya existen distintos modelos de exámenes para acreditar el conocimiento del español, pero este aspira a ser más reconocido y promete convertirse en una prueba ágil y asequible. El modelo es “un sistema de acreditación más rápido, con plazos más cortos y más universal”, señaló el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha. “Hemos llegado con retraso”, destacó durante su intervención en el acto de la firma.

El director del Cervantes mencionó las fórmulas y las cifras de otros países y otros idiomas. Aludió a los 100 tipos de certificados distintos de inglés que expide la Universidad de Cambridge o las 149 sedes de en 92 países del Goethe, referente del alemán. El Instituto Cervantes —la “marca España por excelencia”, recordó su director— dispone de 92 centros en 44 países. Su presencia es “muy limitada” en Asia, con solo un centro cultural extranjero en China. García de la Concha lamentó que carece del reconocimiento como lengua vehicular en Japón, al contrario que el inglés o el francés.


China, Brasil y EE UU



Quizá por eso, la primera fase de implantación del SIELE se concentrará principalmente en China, donde esperan abrir 60 sedes en los tres primeros años; junto con Brasil (120 centros) y en Estados Unidos (100 centros). El certificado está “pensado y proyectado para servir al mayor conocimiento del español y acreditarlo”, añadió el principal responsable del instituto español. Aunque hay diferencias entre las distintas variedades lingüísticas del castellano, explicó García de la Concha, “el léxico español es común en un 91% de los registros”. El futuro examen, realizado por vía telemática desde la plataforma que gestionará y comercializará Telefónica Educación Digital, reconocerá y evaluará todas esas variedades.

El proyecto está abierto a la participación de todas las universidades de los países hispanoablantes. A la presentación española acudieron representantes de los principales campus madrileños y el director de Telefónica, César Alierta. El ministro de Educación Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, destacó la “visión panhispánica de la lengua” que impulsa este proyecto y consideró que situar la enseñanza del español en la red es “un desafío clave”. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, definió la firma del convenio como “uno de los actos más importantes” al que ha acudido desde que ocupa ese puesto. Aprovechó la presentación para hablar de su propio libro, parafraseando a Francisco Umbral, como él mismo dijo. Publicará su correspondencia epistolar con varias personalidades en una obra titulada Todos los cielos conducen a España. “La expansión del español en las redes no ha hecho más que empezar”, auguró Margallo.

ULISES


INTRODUCCIÓN AL PRIMER ULISES EN ESPAÑOL, DE 1945


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Algo más que la nota del traductor


El siguiente texto, escrito por el primer traductor del Ulises, José Salas Subirat, no fue reproducido en ediciones posteriores. Sin embargo es una pieza fundamental para comprender el rol del traductor en el Ulises, con todos los desafíos que plantea.

Ulises, de James Joyce, fue publicado en París en 1922. Fue vertido a varios idiomas, y ha de resultar raro que sólo veintitrés años después (primera edición castellana: 1945) apareciera su versión completa al español. ¿Qué explica tal demora? ¿Carecía de interés para nosotros una obra que ha tenido tanta resonancia en el mundo literario? ¿Existen dificultades insalvables que se opusieron a ese trasiego? Parece difícil que pueda darse una respuesta adecuada a tales preguntas. James Joyce se asemeja a Cervantes, Shakespeare, Dante y Rabelais, en el hecho de ser los autores que revelan mayor desproporción entre lo que se los comenta y lo que se los lee. Es ya un clásico y, como todos ellos, goza de esa imponencia que amilana a los que se les acercan con ligereza. La dificultad para la lectura de Ulises en su original explica la tardanza en traducirlo. Una obra difícil de entender en inglés tenía forzosamente que desanimar a los traductores.

Pero traducir es el modo más atento de leer, y el deseo de leer atentamente es responsable de la presente versión.

Decíamos en la nota a la primera edición castellana – cuyo contenido esencial repetimos ahora – que, leído con atención, Ulises no presenta serias dificultades para traducirlo. La diferencia conocida entre la escritura de ambos idiomas está presente en toda traducción del inglés al castellano. Este inconveniente se encuentra en cualquier texto. Que respecto al Ulises se multiplique, no quiere decir que se trate de una dificultad privativa de esta obra.

Existen afirmaciones exageradas con respecto a libertades de lenguaje y a construcciones desorbitadas que se atribuyen a Ulises. Lo prueba el hecho de que algunos críticos, para demostrar esas libertades, aportan ejemplos tomados de Finnegans Wake, el libro siguiente de Joyce, con lo que viene a demostrar que su conocimiento de la obra de ese autor es indirecto: no han leído con atención ninguno de los dos libros, pero se han nutrido con relativa abundancia de los innumerables escritos que existen sobre el tema, tanto en castellano como en otros idiomas. Se trata de juicios de segunda mano.

Por otra parte es muy natural que, como ocurre con otros libros célebres, resulte imposible, debido a las características idiomáticas distintas, dar con exactitud alusiones y matices contenidos en algunos pasajes. Sin embargo, fuera de casos aislados en que la equivalencia no se alcanza, una vez aclarados el contenido y la intención de ciertos giros, frases y palabras, la dificultad para su traducción puede obviarse. Tomemos por ejemplo este “calembour”.

¿Qué ópera se parece a una línea de ferrocarril?

La solución del acertijo es la siguiente:

Rose of Castille-Rows of cast Steel.

¿Cómo traducir literalmente Rosa de Castilla igual a Camino de acero forjado?


El que propone la adivinanza, Lenehan, es un gracioso de pega. Entendido esto, sólo se hace necesario dar un acertijo equivalente y de tan dudosa calidad como el original. En el texto castellano se ha dado esta versión:

​¿Cuál es el país que tiene más hoteles?

Suiza, porque es la patria de Guillermo-hotel.


En otro pasaje, Bloom canta tontamente:

Li li poo lil chile

Brings pigfoot evely night

Payee two shilly


Si esto puede ponerse en el inglés correcto:

Little por child

Brings pigfoot every night

He pays two shillings…


nada impedirá verterlo al castellano:

El pobre niñito

Trae pata de cerdo cada noche

Le cuesta dos chelines…


Y luego pervertir las palabras de un modo equivalente:

El pobre chiquilín

Tlae pata le celdo cala noche

Le cuelta dos chelín…


Y ya en este camino, no resulta difícil tampoco traducir an anythingarianpor un cualquiercosario; with smackfatelacking nigger lips por con chasqueantegruesosrestallantes labios de negro; haw have kankury kake por teremos tortitas te tanturi; shitbroleeth por Esun abuscacam orra; have you a Swaggerroot por tienes una caña fumatélica; whorusalaminyourhighhhohhhh porPutnostodosentiendtualtezchanchajjjj; Hoondert punt sterlink por siyen libres esderlinos; Closetelutched swift swifter with giareblareflare scudding they scotlootshoot lumbering by. Baraabum por Aprietarrabos veloz velozmente fijosojosviajando deslizándose se lanzadisparazumban quebrantepesando. Barabum; Helteskelterpelterwelter porApestillarrompelofajalorrevolcalosacudeledafenomás.

Las dificultades netamente lingüísticas difícilmente sobrepasen a las del ejemplo que sigue.

Ahorcado, un personaje dice sus últimas palabras:

Horhot ho hray no rhother’s rest.

La escena misma da la clave para estas palabras inglesas.

Forgot to pray for mother’s rest:

Y literalmente:

Olvidé rezar por el descanso de mi madre.

El texto castellano queda, pues, así:

Gue oguigué gue guejar go guee quesganjo guegui gagre.


Un elemento que desorienta en una medida mucho mayor que la deformación de las palabras y los neologismos, está representado por el cambio de la persona gramatical en un mismo párrafo. No se trata de una novedad en literatura, pues hay ejemplos de lo mismo en anteriores de Joyce. En una de las páginas iniciales nos encontramos con esto:

Stephen ben forward and peered at the mirror held out to him, cleft by a crooked crack, hair on end. As he and the others see me. Who chose this face for me? This dogsbody to rid of vermin. It asks me too.


Que equivale a:

“Stephen se inclinó y se contempló en el espejo que le ofrecían, agrietado por una rajadura profunda, con los cabellos en punta. Como él y otros me ven. ¿Quién me eligió esta cara? Este desgraciado para desembarazarse de sabandijas. También me lo pregunta a mí.”


Como la conjugación inglesa exige la presencia del pronombre personal en una medida que en castellano resultaría inverosímil – y esto se debe a que el infinitivo casi no requiere variación al pasar de una persona a otra –, tales cambios de sujeto, a veces indicados, a veces no, inducen fácilmente a error, sobre todo cuando se trata de indicativos en que se prescinde del sujeto o de imperativos que no lo exigen. A esto debe agregarse la originalidad – y hasta la prescindencia – de la puntuación, utilizada por Joyce, junto con el agolpamiento de las imágenes, hasta producir lo que podríamos definir como congestiones de tránsito: “…that stony effigy in frozen music, horned and terrible, of the human form divine, that eternal symbol of wisdom and prophecy which, if aught that the imagination or the and the sculptor has wrought in marble of soultransfigured and of soultransfiguring deserves to liv, deserves to live.”

La literalidad en tales casos se hacía imposible y era forzoso buscar una equivalencia, a menos que se optara por aumentar la ilegibilidad al dar el párrafo en castellano: “… esa marmórea figura, helada y terrible música con cuernos de la divina forma humana, ese símbolo de profética sabiduría [afirma] que si algo de lo que la imaginación o la mano del escultor ha labrado en mármol espiritualmente transfigurado en espiritual transfiguración merece vivir, merece vivir.”

El libro de Joyce constituiría una magnífica oportunidad para reabrir el dilatado e inagotable debate relativo a si las traducciones deben ser literales o interpretativas, debate que razonablemente debe tenerse por carente de sentido. Chateaubriand, al intentar expedirse al respecto, no hace más que eludir el tema: “la traduction littérale me parait toujours la meilleure: une traduction interlineaire serait la perfection du genre, si on lui pouvait ôter ce qu’elle a de sauvage.” Cada idioma posee una jerarquía que le es privativa y que no admite paralelos absolutos, ni tribunales de apelación ni jurisprudencias: tan salvaje resulta, en consecuencia, la traducción literal – si no olvidamos el significado de este término – como la divagación y la fantasía. “Le temps des traductions infidèles est passé”, decía ya en el pasado siglo Leconte de Lisle.

¿Podría hacerse cuestión de literalidad o iliteralidad en un párrafo como éste de Ulises?

“It was revealed to me that those things which if they were supremely good yet are corrupted which neither nor could be corrupted unless they were good. Me fue revelado que son buenas aquellas cosas que a pesar de estar corrompidas no siendo supremamente buenas o por lo menos buenas podían ser corrompidas.”


Por lo demás, debido a las características de este libro, habría sido preciso de todos modos renunciar aun a una literalidad relativa; esta traducción podría ser sometida a un perfeccionamiento ilimitado – por ser ilimitadas las tonalidades que el libro contiene –, pero corriéndose el riesgo, al purificar tanto, de llegar a la esterilidad. Por eso, cuando algún giro ha presentado síntomas definidos de intraducible, se ha buscado una equivalencia de la idea en nuestro idioma, sin perder de vista la trayectoria seguida por el pensamiento de Joyce. Si ha sido preciso optar entre la fidelidad de palabras – sauvage, que diría Chateaubriand – que entrañara traicionar la idea, y una fidelidad a la idea que exigiera emplear palabras no equivalentes, la decisión ha recaído sobre esto último. En aquellos casos en que una fidelidad a ultranza sólo habría oscurecido el texto o lo habría subalternizado en relación al original, no se ha titubeado en limitar esa fidelidad a la presumible intención del autor.

En Ulises hay una intención formal que se evidencia en todo el transcurso de la obra: la de crear en el lector la sensación de simultaneidad. Creemos útil aclarar este concepto:

Si observamos la fotografía de un grupo de personas, veremos que aparte del enfoque central, que da con mayor claridad los detalles de esa parte de la foto, aparecen perfectamente destacadas todas las otras. La convexidad del objetivo fotográfico permite que se refleje en la cámara, durante la exposición, no sólo lo que está directamente frente al objetivo, en su mismo centro, sino también lo que rodea a ese centro.

No ocurre exactamente lo mismo con el ojo humano: si bien el cerebro registra el conjunto del cuadro que tiene delante, sólo son reconocibles, debido tal vez a la presencia del pensamiento, los detalles de lo que ocupa el centro del foco; es decir, que si el ojo mira a un grupo de personas, sólo percibe los detalles de una de ellas, y para observar los de cualquier otra, tiene que abandonar la observación de la anterior. Esto es evidente cuando se desea observar una fotografía: en ella están los detalles de todas las personas que allí aparecen, pero el ojo sólo puede recorrer esos detalles por turno, no simultáneamente. La cámara fotográfica, en cambio, captó simultáneamente los detalles de todas las personas y objetos que componen el cuadro.

Llevando esta reflexión a nuestra capacidad de observación, podemos comprobar que, en un instante dado, nuestra atención enfoca una sola imagen-idea, pero las otras que pululan alrededor de ella están pálidamente presentes: no son ignoradas, pero tampoco son pensadas claramente. Podemos posar en todas y detenernos en los detalles, pero por turno. Así se da con frecuencia el caso de un cúmulo de pensamientos distintos que querríamos analizar antes de que huyeran. Consciente o inconscientemente elegimos: "Está bien –murmura uno–, ahora esto; el resto lo pensaré después.”

Nuestro cerebro opera en dos dimensiones: tiempo y espacio. La máquina fotográfica que no piensa las imágenes, sólo actúa en el espacio, y las registra simultáneamente, sin necesidad de recorrerlas en el tiempo. La mente recurre al tiempo para efectuar el tránsito.

Sin embargo, ¿es indispensable el tiempo para la mente humana? Podemos observar que, de acuerdo con el grado de cultura y de agilidad mental, de unos a otros cerebros va una diferencia notable de velocidad para pasar de una idea a otra, o de una a otra imagen. ¿Sería posible llegar a la aceleración necesaria para producir la simultaneidad?

En procura de este don de ubicuidad (y vemos asomar aquí la paradoja de Aquiles y la tortuga), algunas páginas de Joyce alcanzan un grado notable de simultaneidad de las cosas descritas, y esa es la explicación de los neologismos y juegos de construcción con que se tropieza en ellas. Aparte de que esta realización tiene lugar durante capítulos enteros, la intención de simultaneidad –conseguida en una proporción extraordinaria– se revela en una palabra, en una frase o en algunas líneas que a primera vista tienen el aspecto de verdaderos jeroglíficos, pero que ceden a los requerimientos de la traducción tan pronto como se las relee desde ese punto de vista:

“Bringing his host down and kneeling – dice – he Heard twine with his second bell the first bell in the transept (he is lifting his) and rising, Heard (now I am lifting) their two bells (he is kneeling) twang in diphtong.”[Bajando su hostia y arrodillándose oyó conjugarse con su segundo campanilleo el primer campanilleo en el crucero (eleva la suya), y levantándose oyó (mientras yo elevo la mía) sus dos campanilleos (él se arrodilla) vibrar en diptongo.]

Otra muestra notable de esta forma se produce en la siguiente escena:

“Bang fresh barang bang of lacquey’s bell, horse, nag, steer, piglings. Conmee on Christass, lame crutch and leg sailor in cockboat armfolded ropepulling hitching stamp hornpipe through and through. Baraabum! On nags, hogs, bellhorses. Gadarene swine. Corny in coffin. Steel shark stone onehandled nelson, two trickies Frauenzimmer plumstained from pram falling bawling. Gum, he´s a champion. Fuseblue peer barrel rev, evensong. Love on hackney jaunt. Blazes blind coddoubled bicyclers. Dilly with snowcake no fancy clothes. Then in last wiswitchback lumbering up and down bump mashtub sort of viceroy and reine resish for tublumber bumpshire rose. Baraabum!”


Cuya versión ha quedado así:

“Ling nuevo tiling de campanilla de pregonero, caballo, jaca, ciervo, lechoncitos. Sobre la muleta del cojo marinero Cristoasnal Conmee tirasoguea en cruzabrazos barquillamarrando solibailando baila rebaila salta que salta Barabum. Sobre jacos, cerdos, yeguas madrinas, puercos de Gadara, Corny en el ataúd. Acero tiburón piedra, manco Nelson, dos pícaras Frauenzimmer manchadas de ciruelas desde cochecito de bebé caen chillando. Caramba, es un campeón. Mirada fluyente azul atisba desde barril reverendo Angelus Amor en fiacre de alquiler Blazes cortina doble escroto ciclista Dilly con tortas de nieve nada de ropas elegantes. Luego el último apelotonamiento brujosabilomo subebaltinbacae en suenamasijo virrey y virreina ruidobraceando sordamente saborean la rosa porquicondado. ¡Barabum!”


No es fácil librarse de la tentación de transcribir y comentar pasajes deUlises. Y esto se explica: el libro posee el encanto de una sinfonía que a cada lectura ofrece nuevos hallazgos; queda aún mucho que explorar en el inmenso mar del subconsciente, que se muestra con verdaderas revelaciones en el monólogo interior que es en definitiva la esencia de esta obra. Al recorrer sus páginas asistimos a los infinitos planos en que se despliega el pensamiento del hombre en un solo día de su vida, hasta llegar, a través de innumerables experiencias virtuales, al real monólogo interior de la señora Bloom –cincuenta páginas sin ningún signo de puntuación– durante el cual parece oírse el rítmico golpear de un corazón inmenso que, entre la vigilia y el sueño, desborda de fluido vital en trance de inundar las dilatadas llanuras de la vida, para cubrir los intersticios, las cicatrices de los días y los sollozos inevitables, sollozos o suspiros que, como siempre, logran nadar sobre las rumorosas aguas y que dejan sus señales flotando como banderas condenadas a desvanecerse entre irreparables recuerdos.

Tal vez resulte interesante observar aquí que el valor de una creación literaria se aminora en la medida que responde a las formas consagradas, y que el afán de salirse de ellas constituye también un molde que impide crear. El repudio de un círculo vicioso hace caer en otro. Cuando un autor se da a sí mismo la voz de orden de hacer cualquier cosa a condición de que no se parezca a nada de lo ya hecho, tropieza inmediatamente con su propia medida monstruosa, que elimina por lo menos sus posibilidades de captación de todo aquello que no había conseguido aprender hasta ese momento. Joyce nunca sigue una línea de composición por la composición misma: dispone a su arbitrio de todos los medios de expresión, que utiliza en las formas más inesperadas, agotándolos a la vez y afrontando todas las consecuencias de esta actitud. La riqueza de recursos de que dispone al proceder así es responsable en buena parte de las dificultades de su lectura en el original, y por ende de la exagerada dificultad que se atribuyó a su traducción.

Afortunadamente, Ulises no es, como se ha afirmado, ningún engendro monstruoso. Tal idea que ha circulado en las más variadas formas, ya sea como crítica negativa, ya sea como elogio desviado, ha servido para crear alrededor del libro ese ambiente de expectativa –que va desde la prevención pusilánime hasta el interés enfermizo– que le ha conferido títulos de intraducible. Decíamos que, cumplida esta versión, podía aceptarse la idea de que el trabajo no fuera definitivo. Para que fuera definitivo, debería acompañarlo otra obra comentándolo, pues puede afirmarse que con ese libro Joyce revalidó la lengua inglesa, a la que ha obligado a practicar una gimnasia imprevista, y de la que ha sabido extraer modulaciones cuya sola presencia eleva la obra a la más alta categoría literaria.

Nota del traductor a la primera edición del Ulises en español, realizada por José Salas Subirat. Editorial Santiago Rueda, Buenos Aires, 1945. Proporcionada por Marietta Gargatagli.

PUERTO RICO

Aprueban el español como lengua oficial


y el inglés como segundo idioma

Por Nydia Bauzá nbauza@primerahora.com
La senadora Santiago se reafirmó en las expresiones de que el español “debe ser el único idioma oficial en Puerto Rico”. (LUIS.ALCALADELOLMO@GFRMEDIA.COM) 

El proyecto de ley que declara el español como lengua oficial en Puerto Rico y el inglés, como segundo idioma, pasó hoy jueves, el cedazo del Senado.
El Proyecto del Senado 1177, de la autoría del expresidente del cuerpo legislativo, Antonio Fas Alzamora, se aprobó sin debate. La medida recibió 15 votos a favor de la mayoría popular y 11 en contra.
Se opusieron los ocho senadores que integran la delegación novoprogresista, así como el presidente del Senado, Eduardo Bhatia, la senadora independentista María de Lourdes Santiago y el senador popular, José Nadal Power. Estos últimos tres anunciaron que someterían votos explicativos.

“No creo en una legislación donde el Estado imponga un idioma oficial, no lo he creído antes ni lo creo ahora. Dicha imposición limita a quienes quieran formar parte de un país y se vean limitados por una determinación de idioma oficial. Ya el autor Thomas L. Friedman ha dicho que ‘el mundo es plano’. En el Siglo 21 los esfuerzos gubernamentales deben ir dirigidos al pluriculturalismo, incluyendo la diversidad de idiomas”, dijo Bhatia en declaraciones escritas.
La senadora Santiago se reafirmó en las expresiones que virtió en el debate original de la medida. La legisladora independentista argumentó entonces que el español “debe ser el único idioma oficial en Puerto Rico”. 
La medida había sido aprobada a viva voz el pasado 25 de junio y en la votación final resultó derrotada (12-10 y tres abstenciones). Sin embargo, el Alto Cuerpo la reconsideró, la dejó como un asunto pendiente de discusión y se volvió a llevar a votación en la sesión de hoy, jueves.
El proyecto busca revertir el estado de derecho prevaleciente desde que se aprobó la Ley 1-1993, que denominó “indistintamente” el español y el inglés como idiomas oficiales en la Isla para los asuntos del gobierno.
La medida fijaría multas de entre $1,500 y $10,000 a los funcionaros que incumplan sus disposiciones.
“Fortalecer el español como idioma oficial es una manera eficaz de mantener nuestra identidad cultural y ser más prácticos con la realidad de los puertorriqueños”, señala la pieza en su exposición de motivos.
Sostiene, además, que la legislación “no es una del concepto de ‘español solamente’ (‘Spanish Only’), sino una medida legislativa pragmática y realista de ‘español primero’ (‘Spanish First’)”.
El proyecto se fundamenta en la premisa de que, en Puerto Rico, cerca del 80% de la población no habla ni entiende inglés.

IDIOMA ESPAÑOL

El español, la lengua de más demanda en las aulas de Nueva York

Univision.com | Sep 03, 2015 | 9:41 AM

El primer lugar es de México con 121 millones mientras que EEUU tiene 52 millones que incluye a bilingües..

NUEVA YORK - El interés por aprender español aumenta en las escuelas de Nueva York, el sistema público más grande del país, con el reto de preparar jóvenes biculturales que puedan enfrentar las demandas del mercado laboral, bajo la dirección de la dominicana Milady Báez.
El Departamento de Educación, con 1,1 millón de estudiantes, el 40,4% latinos, comenzará un nuevo curso escolar el próximo miércoles, y con él expandirá la enseñanza dual, que busca formar neoyorquinos capaces de hablar, leer y escribir un segundo idioma, proyecto que se ha convertido en la gran apuesta de la directora de Educación, Carmen Fariña, hija de emigrantes españoles.
Este semestre, el polaco se agregará a la lista de lenguas que ya se enseñan bajo este programa en algunas escuelas de los cinco condados, que se unirá al chino, francés, hebreo, creole, árabe, bengalí, coreano, ruso y el español, que sigue siendo el de más demanda en las aulas, destacó Báez, en quien Fariña delegó la responsabilidad de dirigir la oficina de educación bilingüe.
"Todos los días llegan niños de todas partes del mundo. Tenemos un grupo de estudiantes bien variado", que en conjunto hablan 160 idiomas en las escuelas, agregó la educadora, y destaca que han visto aumentar el número de niños mexicanos, especialmente en escuela elemental.
Entre el grupo de unos 150 mil estudiantes en programas de educación bilingüe (uno de ellos el de educación dual), más de 87 mil son hispanos que aprenden inglés (61%), entre ellos dos mil niños que cruzaron solos la frontera, seguidos por chinos (14%) y los de Bangladesh (4%), según datos del Departamento de Educación.\

Niños de kínder están aprendiendo a leer, escribir y comunicarse en inglés y mandarín, gracias a un programa educativo bilingüe en una escuela de distrito escolar de Pomona.

Al comenzar el nuevo semestre contarán con más de 170 programas de educación dual, con el español encabezando la lista de la demanda, de acuerdo con Báez, cuya familia se estableció e Nueva York en la difícil década de 1960, durante el movimiento por los derechos civiles en este país.
Aunque la mayoría de los que aprenden o mejoran su español en educación dual son de origen latino, porque no se lo enseñaron en sus hogares, muchos padres anglos son conscientes de que es la lengua que hay que aprender de cara al futuro, destacó Báez, que llegó a esta ciudad a los 12 años, y que ha sido maestra, directora y superintendente de escuelas.
"Saben que es el segundo idioma en esta ciudad cosmopolita, que tiene mucho valor y que si sus hijos lo aprenden tendrán más oportunidades cuando vayan a la universidad. También hay europeos y chinos aprendiendo español porque sus padres entienden lo que pasa con la economía global", argumentó.
Lamentó, sin embargo, que otros padres latinos no quieran que sus hijos aprendan dos idiomas.
"Tenemos que hacer una campaña para dejarles saber que si escogen no dar instrucción al niño en otro idioma le están cerrando las puertas a sus propios hijos. El niño que no sepa más de un idioma no tendrá el éxito que nosotros queremos para ellos", afirmó Báez y aseguró que su mayor reto es expandir la educación dual en esta ciudad.
Báez, hija de un sastre y una costurera, se mostró complacida de que al español no le acompañe el estigma que llevó a que muchos inmigrantes tuvieran temor de hablar su lengua, como ocurría cuando se estableció en esta ciudad.
"Fueron momentos muy difíciles para nosotros como latinos. Cuando fui a la escuela las monjas me decían que no se hablaba español y por cada palabra que decías tenías pagar un centavo", recordó.
"Pasé por ciertos traumas y por eso cuando elegí ser maestra me comprometí a que eso no le iba a ocurrir a ningún niño que estuviera bajo mi cuidado", dijo al recordar, además, que sus inicios en el magisterio también fueron difíciles porque a los hispanos "no nos querían en el Departamento de Educación".
Destacó con satisfacción que viene de una generación de latinos, la mayoría puertorriqueños "que abrimos las puertas para los hispanos en esta ciudad".
©Univision.com

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

Agencia EFEFundéu - BBVA
FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

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programación de 


encuentros

Recomendación urgente del día
Calendario o programación de encuentros (deportivos) son alternativas en español al anglicismo fixture.
En los medios de comunicación de muchos países hispanoamericanos se pueden leer titulares como «Eliminatorias Rusia 2018: Perú conocerá el sábado su fixture», «Mira el fixture completo de la Liga BBVA» o «El fútbol ya tiene programación: conoce el fixture del Apertura 2015-2016».
El Diccionario de americanismos recoge en cursiva el término fixture y lo define como ‘calendario de encuentros para una temporada o para un campeonato’, normalmente referido al fútbol, al básquet o al boxeo. No obstante, es preferible usar un sinónimo en español, como, entre otros, calendario o programación de partidos/encuentros (deportivos).
Siguiendo esta recomendación, los titulares anteriores se podrían haber escrito así: «Eliminatorias Rusia 2018: Perú conocerá el sábado su calendario de encuentros», «Mira el calendario completo de la Liga BBVA» o «El fútbol ya tiene programación: conoce el fixture del Apertura 2015-2016».

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