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terça-feira, 6 de agosto de 2013

Tres siglos con las palabras




El 3 de agosto de 1713 un grupo de amigos se embarca en la elaboración de un diccionario y surge así la Real Academia Española
EL PAÍS - España



MARCOS BALFAGÓN

No eran más que ocho amigos, a los que terminaron por unírseles otros tres, los que el 3 de agosto de 1713 decidieron que no tenía sentido esperar más, que había que ponerse a redactar ya un diccionario de la lengua española. Lo habían discutido una y otra vez en sus tertulias, que tenían el mismo afán que tienen todas las que se convocan desde que el mundo existe. Es decir, arreglarlo. O más exactamente, hablar de arreglar el mundo. Pero esta vez se pusieron a la labor y, 26 años después, seis consistentes volúmenes con más de 4.000 páginas en cuarto mayor daban cuenta del prodigio: ya existía un mapa de las palabras del español (para que nadie se perdiera). Había nacido el Diccionario de autoridades y aquel día en que esos 11 entusiastas pusieron en marcha el proyecto con un acta pragmática, una suerte de hoja de ruta para cumplir sus objetivos, se convirtió en el día de la fundación de la Real Academia Española. Han pasado 300 años, y ahí sigue la institución, llena de energía y volcada en la 23ª edición de su diccionario, su verdadera alma mater, que aparecerá en 2014.

Conviene acordarse del principio. Los 11 caballeros que se disponían en 1713 a construir un diccionario del español no eran lexicógrafos, ni siquiera contaban con un archivo de términos lo suficientemente amplio que garantizara el éxito de la empresa. Pero estaban convencidos de que este país necesitaba ese instrumento, que velar por la lengua y cuidarla era una manera de reforzar el tronco que mantiene firme a una sociedad. Dialogar, discutir, polemizar, argumentar, construir: sin conocer las palabras no se va a ninguna parte y no hay razón que valga.

Lázaro Carreter, que dirigió la RAE, subrayó que la Academia Francesa tardó 65 años en completar una tarea menor que la que alcanzaron los españoles en 26. El marqués de Villena, uno de los hombres más instruidos de España, fue uno de los impulsores de un reto en el que cuatro gatos se lanzaban al abismo.

El mismo año en que se puso en marcha el diccionario fue el del Tratado de Utrecht, que puso fin a la Guerra de Sucesión. La obra nació en tiempos agitados, pero no quería saber de los desgarros que ocasiona una guerra. Su vocación fue propiciar el entendimiento. Es lo que hace la RAE hoy, creando puentes entre España y las Américas que fueron españolas. ¡Feliz cumpleaños!

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