Kultur: La cultura y el revólver
En alemán, el término Kultur adquirió en el siglo XIX un tono adversario, de resistencia a lo establecido o tradicional.
AMANDO DE MIGUEL
La palabra "cultura", tan familiar para nosotros, es latina. Significa "cultivo de la tierra". Por extensión se aplicó en seguida al cultivo de la inteligencia, la enseñanza, la creación de las artes y las ciencias. En los países latinos sigue conservando ese valor ponderativo. En cambio, en alemán, el término Kultur adquirió en el siglo XIX un tono adversario, de resistencia a lo establecido o tradicional. El movimiento Kulturkampf (= lucha por la cultura) de fines de ese siglo significó un movimiento anticatólico y nacionalista que hoy llamaríamos radical. El equivalente español de esa época fue la Institución Libre de Enseñanza, igualmente opuesta a los católicos y muy relacionada con las raíces alemanas.
En la época de los nazis, la cultura en Alemania se asociaba a algunos movimientos de tipo vanguardista, en los que destacan mucho los judíos. Por ejemplo, la Bauhaus (arquitectura y decoración de carácter minimalista) o la pintura expresionista. Fueron, dos admirables creaciones con mucha influencia en todo el mundo. Los nazis consideraban "arte degenerado" al expresionismo, quizá por su tendencia a caricaturizar los retratos, pero más bien porque los pintores solían ser judíos. Ese contexto explica la famosa frase atribuida a Goebbels, "cuando oigo hablar de cultura, echo mano al revólver".
Aunque así se repita, el dislate correspondió verdaderamente a otro de los lugartenientes de Hitler, Hermann Goering. Literalmente fue: "Cuando oigo hablar de cultura, quito el seguro de mi Browning". Sin llegar a tanto, algunos políticos han odiado después a los creadores artísticos o científicos. En Europa y Estados Unidos sigue siendo cierto que en ese mundo han sobresalido los judíos. Algo así como uno de cada cinco premios Nobel científicos han sido judíos.
En España, Francia y los países hispanoamericanos se ha producido otra evolución. La cultura se asocia al espectáculo, a las artes escénicas, que son solo una parte. En algunos municipios es fácil dar con un concejal que se ocupa de "Cultura, deportes y fiestas". Responde a la tradición española de hacer mucha vida de calle, desde las procesiones a las algaradas de toda índole. Los espacios culturales de los medios en España se centran sobre todo en los espectáculos de toda índole. Los grandes artistas dan más noticias que los destacados científicos.
La reciente tradición europea continental, sobre todo latina, es la de constituir un Ministerio de Cultura, algo que rechazan los anglosajones. El organismo sirve especialmente para canalizar subvenciones a los creadores artísticos. La particularidad española es que el grueso de esas generosas ayudas se dirigen al espectáculo y sobre todo al cine. La razón es que se trata de un negocio dominado por la izquierda y con una excelente capacidad de presión. En general, la cultura en España se identifica mayormente con la izquierda, sea cual fuere el color del Gobierno. Es un remedo del Kulturkampf alemán con un siglo de retraso.
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