La caligrafía del curioso pertinente
Amando de Miguel en Libertad Digital - España
Los agudos lectores de esta seccioncilla, los aguerridos libertarios, ya tienen otra lectura obligatoria para el examen trimestral: Álex Grijelmo,Palabras de doble filo (Espasa). Se lee de un tirón, tan ameno resulta. Viene a ser un contrapunto de lo que aquí llevo escribiendo desde hace tres lustros. Don Álex es más académico, como corresponde al medio donde publica, semillero de candidatos a todos los honores de las Letras. No solo la RAE, sino los Premios Príncipe de Asturias, Cervantes y demás sinecuras culturales.
Critica con razón el autor esa muletilla de la sede, no ya parlamentaria o judicial sino de cualquiera otra institución en edad de merecer. Añado que propiamente "sede" debería asignarse solo a alguna autoridad que se halle ostentosamente "sentada". Por eso está bien para parlamentarios y jueces, acomodados respectivamente en sus escaños o sillones. No es necesario llegar a la máxima dignidad de la Santa Sede. El famoso "banquillo" de los futbolistas podría ser una sede muy pertinente.
Recoge nuestro autor el gusto por los neologismos o, mejor, por las palabras que se ponen de moda. Por ejemplo, desafección en el sentido de "alejamiento de la clase política", se entiende, por parte del pueblo contribuyente; los "pecheros", que llamo yo. Comparto las dudas de mi colega. ¿Es que hubo "afecto" alguna vez? Ya la misma expresión "clase política" resulta despreciativa. No en vano la trajeron a colación por primera vez los debeladores de la democracia italiana de hace un siglo, los que prepararon teóricamente el fascismo.
Comparto el embeleso que merecen a nuestro autor los "agentes de movilidad urbana" de Madrid. Entiendo que la voz agencia andaba un tanto desvaída, asociada al papeleo rutinario, las aduanas o los detectives. De repente, se nos ha ennoblecido con nuevos y sonoros marbetes: Agencia Tributaria (un remedo de la Inquisición), Agencia estatal de Meteorología (heredera de servicios militares). Junto a las nuevas agencias habría que añadir los rutilantes "observatorios" no astronómicos.
Me sumo a la propuesta de don Álex para que, en lugar del vano circunloquio depurar responsabilidades para los políticos infieles, se les hiciera dimitir. Mejor sería "destituir" directamente, un verbo que ya no se conjuga. En su lugar se dice "cesar", que viene a ser un suavizante. Entiendo que, en la práctica, las depuraciones de responsabilidades terminan siendo tan inútiles como las comisiones de investigación.
Me ha gustado mucho el capítulo que dedica don Álex a los insultos imaginativos con el recurso de la repetición de vocales: charlatán, pagafantas, pelele, zorrocloco, tiquismiquis. Añado la especial sonoridad que confiere al insulto el sonido <z>: zampabollos, mastuerzo, tuercebotas, zopenco, zascandil, majagranzas, calzonazos. El insulto puede llegar a ser una de las bellas artes.
Insisto, harán bien los libertarios en embaularse el texto de don Álex para llegar a dominar el politiqués y el tertulianés. Sin lo cual no van a poder pasar el examen. Está pulcramente escrito. Veo que acentúa el adverbio "solo", pero puede que haya sido una decisión de los correctores de la editorial. A mí también me lo han hecho. Es lo que se llama ultracorrección.
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