Idioma particular
28/11/2015
Desde el momento en que los españoles ponen pie en América comienza la extraordinaria epopeya civilizadora de estas tierras. Desde California a Tierra de Fuego se impone el español como único idioma para todos los pueblos, excepto la región de Brasil encomendada a los portugueses. Después de la emancipación americana y aún antes en algunos casos, se introdujeron pequeñas modificaciones de carácter fonético en la pronunciación del castellano. Por un momento se llegó a pensar que con la independencia de los pueblos americanos éstos ahondarían sus diferencias idiomáticas y podría llegar el momento en que se desintegrase en varios idiomas. El motivo de este temor y de este riesgo, no parecía infundado. De hecho se confirmó con el poema gauchesco “Martín Fierro”, del argentino José Hernández. En el poema escrito en Castellano, pero lleno de forma dialectales del norte de Argentina se habla de proclamar este dialecto “idioma oficial argentino”. Teniendo que otras naciones seguirían el ejemplo y surgiera varios idiomas como había acontecido con el latín, Don Andrés Bello quien había presentido este peligro, para obviarlo escribió su “Gramática” algunos años antes, a fin de que fuese un lazo de unidad para el idioma. Aquel peligro paso pero no las diferencias fonéticas. Actualmente, tenemos un idioma particular, la perdida de varias consonantes, entre otras cosas, han deformado nuestra manera de hablar y escribir. Muchas repeticiones inútiles de palabras para expresar las ideas, exponer un tema. A mi entender, la redundancia de palabras no sólo afea lo que se quiere expresar, exponer e informar, sino que fastidia, cansa, distrae y agota tanto al hablante como al oyente. Las enseñanzas del siglo pasado parecieran obsoletas. Antes se decía que había tres clases de géneros: masculino, femenino y neutro. Por ejemplo: Si se iba a referir a una Escuela mixta (estudiantes varones y hembras) con sólo decir: los alumnos bastaba para abarcar ambos sexos y entendíamos perfectamente. Me pregunto ¿Desaparecieron los filólogos? Y ¿Las academias de la lengua?
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