Cómo evaluar la calidad de una traducción
Autor: Richard Pérez-Mongard
Fecha: 02/Ago/2011
Versión en Español: How you can assess the quality of a translation
Usted es un cliente que quiere traducir un texto, desde un idioma que no conoce hacia su propio idioma. ¿Cómo evalúa que la traducción realizada por el traductor es de buena calidad si no conoce el idioma del texto original y no tiene experiencia como traductor? Si la traducción es muy mala, solo un vistazo al texto le dirá si su traductor es un aficionado. Pero, si se concede que no existe la traducción perfecta, y lo que buscamos es el justo valor por nuestro dinero, ¿Cómo evaluamos que la traducción entregada por nuestro traductor es el justo valor?
Para poder responder esta pregunta primero debemos establecer qué es una traducción de buena calidad, y para poder hacer esto debemos definir qué vamos a evaluar y que es un texto.
Aunque parezca de perogrullo, un texto no es sólo una serie de palabras correctamente hilvanadas; más que eso, es una serie demensajes que se desea transmitir, y por lo tanto lo que debemos evaluar es la aptitud de la traducción para transmitir dichos mensajes.
Así la calidad de un texto se puede evaluar sobre dos aspectos: 1) su INTELIGIBILIDAD (la traducción es comprensible) y 2) su FIDELIDAD (el mensaje transmitido por la traducción refleja con exactitud el mensaje original).
Así se puede dar que un texto ininteligible sea traducido con gran fidelidad pero produciendo un texto ininteligible, o un texto muy inteligible sea traducido con baja fidelidad y aún así producir un texto altamente inteligible. Ambos textos son de baja calidad, el primero porque el traductor no habló con el cliente para resolver los problemas de inteligibilidad del original antes de traducir, produciendo algo ininteligible (no me pregunte como lo logró), y el segundo porque, o faltan algunos de los mensajes del original, o la traducción entrega mensajes diferentes a los que expresaba el original.
Lamentablemente, evaluar la calidad de una traducción en función de su inteligibilidad y fidelidad, según un estudio experimental (1), requiere el trabajo de al menos tres o cuatro evaluadores, debido a problemas de subjetividades individuales. Además, es evidente que para evaluar la inteligibilidad son preferibles los evaluadores monolingües (no se ven influenciados por la lectura del original) y para evaluar la fidelidad son necesarios los evaluadores bilingües.
Así, para un cliente promedio es impracticable hacer una evaluación experta o pericial de una traducción. Sin embargo, si la traducción es hacia el idioma que conoce el cliente, podrá evaluar, en alguna medida, su inteligibilidad actuando como revisor monolingüe (proofreader), y si le entrega ambos textos a una persona bilingüe (otro traductor) podrá evaluar, en alguna medida, la fidelidad de la traducción.
Cuando el traductor es un proveedor de servicios recurrente y la calidad de su trabajo es conocida, ya sea porque ha sido evaluada previamente o los servicios entregados han cumplido las expectativas del cliente, en algunos casos podrá bastar la auto revisión por parte del mismo traductor.
En aquellos casos donde el texto a traducir es delicado o puede tener consecuencias legales, y especialmente si el traductor no ha demostrado previamente sus competencias en el campo de dicho texto, es altamente recomendable hacer revisar la traducción por otro traductor, aunque esto incremente los costos.
La norma UNE-EN 15038(2) establece como requisito que toda traducción debe incluir una etapa de revisión realizada por un tercero diferente al traductor, sin embargo, estas normas de acreditación han sido elaboradas para regular las prácticas de empresas y agencias de traducción donde el manejo de volúmenes de trabajo las hacen más propensas a cometer errores. Un traductor independiente tiene un proceso de trabajo distinto, lo que no significa que no sea conveniente disponer de revisiones por terceros.
¿Qué elementos definen la inteligibilidad?
- Lectura clara y fácil, sin problemas de estilo.
- Ausencia de errores gramaticales
- Uso de terminología usual para la especialidad.
- Sintaxis sin errores.
- Mensajes transmitidos con claridad. No es necesario releer para entender.
¿Qué elementos definen la fidelidad?
- La traducción expresa los mismos significados de los mensajes del original.
- No hay pequeños malentendidos o interpretaciones equivocadas de oraciones o palabras.
- Todas las secciones traducidas en forma completa (en algunos casos el traductor puede dividir una oración en dos, o unir dos oraciones en una sola, con el fin de evitar problemas de ininteligibilidad).
¿Por qué se requieren tantos evaluadores para hacer una evaluación experta?
Porque al evaluar la inteligibilidad y fidelidad de una traducción influyen muchos factores subjetivos, como la educación y competencias de los evaluadores, su experiencia, sus estándares culturales, sus valores, su orientación lingüística, etc.
¿Es posible hacer evaluaciones objetivas de una traducción?
Una de las principales evaluaciones objetivas tiene un origen subjetivo. Este paso implica que la traducción sea inteligible para el cliente. Si la traducción es hacia el idioma del cliente él podrá evaluar si es inteligible o no. Aunque su evaluación sea subjetiva, sólo él, o los lectores que él representa, son los que pueden evaluar si comprenden los mensajes que se expresan en la traducción. Alguien podría decir que un cliente puede tener problemas de comprensión de lectura, pero es más probable que sea porque el traductor no se esmeró en redactar con mayor claridad (los plazos de entrega muy urgentes, o la presión que un traductor se autoinflinge son la causa principal de problemas como este). En todo caso, éste sólo es un aspecto de la calidad de una traducción.
Otros factores objetivos que pueden ser evaluados por el cliente son los siguientes:
- errores de ortografía
- errores de puntuación
- errores de sintaxis
- errores gramaticales
- no cumplimiento de convenciones o instrucciones
- uso de palabras equivocadas cuyo significado evidentemente no tiene relación con el contexto.
- consistencia en el uso de la terminología a lo largo del texto.
- errores de formato, fuentes y diseño o diagramación.
Mientras más errores tenga un texto, menor será su calidad; sin embargo algunos tipos de errores son críticos y otros tienen una importancia muy inferior. Un lingüista purista será más exigente que uno pragmático, y lo que es crítico para uno puede no serlo para el otro. Con todo, ambos deberían concordar en que si un error modifica el sentido de una frase (el mensaje), es un error mayor. Si un error puede causar conflictos legales, daño a la salud o problemas de seguridad, es un error crítico. Todo lo demás podría ser tolerable. Sin embargo, y aunque tal vez no se pueda clasificar como crítico, un texto cuyo sintaxis hace necesario volver atrás para tener una adecuada comprensión, a la larga puede ser difícil de tolerar, y por lo tanto puede no cumplir su objetivo.
Las mediciones cuantitativas de calidad tratan de determinar un índice o indicador de calidad, el cuál puede ser útil para hacer comparaciones entre traducciones (como en la evaluación de traductores), pero no permiten determinar si una traducción es buena o mala, ya que no se puede establecer un valor bajo el cual una traducción deja de ser buena, es decir deja de cumplir su objetivo o lo que se conoce como “aptitud de uso o aptitud para su fin” (Fitness for use). Al final, la calidad de una traducción es un asunto subjetivo, y mientras menos evaluadores más subjetivo es.
¿Las convenciones idiomáticas son inmutables?
Cuando las convenciones idiomáticas del idioma de origen son distintas a las del idioma hacia el que se debe traducir, por lo general, uno debería respetar las convenciones del público lector de la traducción. Sin embargo, en algunos casos las convenciones de origen pueden traer un mensaje implícito, especialmente los textos de carácter publicitario y los textos para sitios web, donde las transgresiones a las normas son una forma de atraer la atención hacia palabras o mensajes claves. Por esto la evaluación de las convenciones debe hacerse dentro del contexto de origen, pero considerando al público lector. (ver ¿Las convenciones idiomáticas son inmutables?)
¿Se puede usar el corrector gramatical de Word para evaluar un texto?
A grosso modo sí, pero sólo si uno usa la cabeza también, porque, como toda máquina, Word no piensa.
Como botón de ejemplo:
“Mientras más errores tenga un texto, menor será su calidad”. Según el corrector de Word en esta frase debería colocarse el término “tengan” en vez de “tenga” (Debe existir concordancia de número entre el sujeto y el verbo de una oración.)
El problema radica en que la máquina no reconoce que el sujeto de esta frase no es “errores” (plural), sino “texto” (singular), y es el texto el que puede tener errores, no “que los errores tengan texto”.
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Para poder responder esta pregunta primero debemos establecer qué es una traducción de buena calidad, y para poder hacer esto debemos definir qué vamos a evaluar y que es un texto.
Aunque parezca de perogrullo, un texto no es sólo una serie de palabras correctamente hilvanadas; más que eso, es una serie demensajes que se desea transmitir, y por lo tanto lo que debemos evaluar es la aptitud de la traducción para transmitir dichos mensajes.
Así la calidad de un texto se puede evaluar sobre dos aspectos: 1) su INTELIGIBILIDAD (la traducción es comprensible) y 2) su FIDELIDAD (el mensaje transmitido por la traducción refleja con exactitud el mensaje original).
Así se puede dar que un texto ininteligible sea traducido con gran fidelidad pero produciendo un texto ininteligible, o un texto muy inteligible sea traducido con baja fidelidad y aún así producir un texto altamente inteligible. Ambos textos son de baja calidad, el primero porque el traductor no habló con el cliente para resolver los problemas de inteligibilidad del original antes de traducir, produciendo algo ininteligible (no me pregunte como lo logró), y el segundo porque, o faltan algunos de los mensajes del original, o la traducción entrega mensajes diferentes a los que expresaba el original.
Lamentablemente, evaluar la calidad de una traducción en función de su inteligibilidad y fidelidad, según un estudio experimental (1), requiere el trabajo de al menos tres o cuatro evaluadores, debido a problemas de subjetividades individuales. Además, es evidente que para evaluar la inteligibilidad son preferibles los evaluadores monolingües (no se ven influenciados por la lectura del original) y para evaluar la fidelidad son necesarios los evaluadores bilingües.
Así, para un cliente promedio es impracticable hacer una evaluación experta o pericial de una traducción. Sin embargo, si la traducción es hacia el idioma que conoce el cliente, podrá evaluar, en alguna medida, su inteligibilidad actuando como revisor monolingüe (proofreader), y si le entrega ambos textos a una persona bilingüe (otro traductor) podrá evaluar, en alguna medida, la fidelidad de la traducción.
Cuando el traductor es un proveedor de servicios recurrente y la calidad de su trabajo es conocida, ya sea porque ha sido evaluada previamente o los servicios entregados han cumplido las expectativas del cliente, en algunos casos podrá bastar la auto revisión por parte del mismo traductor.
En aquellos casos donde el texto a traducir es delicado o puede tener consecuencias legales, y especialmente si el traductor no ha demostrado previamente sus competencias en el campo de dicho texto, es altamente recomendable hacer revisar la traducción por otro traductor, aunque esto incremente los costos.
La norma UNE-EN 15038(2) establece como requisito que toda traducción debe incluir una etapa de revisión realizada por un tercero diferente al traductor, sin embargo, estas normas de acreditación han sido elaboradas para regular las prácticas de empresas y agencias de traducción donde el manejo de volúmenes de trabajo las hacen más propensas a cometer errores. Un traductor independiente tiene un proceso de trabajo distinto, lo que no significa que no sea conveniente disponer de revisiones por terceros.
¿Qué elementos definen la inteligibilidad?
- Lectura clara y fácil, sin problemas de estilo.
- Ausencia de errores gramaticales
- Uso de terminología usual para la especialidad.
- Sintaxis sin errores.
- Mensajes transmitidos con claridad. No es necesario releer para entender.
¿Qué elementos definen la fidelidad?
- La traducción expresa los mismos significados de los mensajes del original.
- No hay pequeños malentendidos o interpretaciones equivocadas de oraciones o palabras.
- Todas las secciones traducidas en forma completa (en algunos casos el traductor puede dividir una oración en dos, o unir dos oraciones en una sola, con el fin de evitar problemas de ininteligibilidad).
¿Por qué se requieren tantos evaluadores para hacer una evaluación experta?
Porque al evaluar la inteligibilidad y fidelidad de una traducción influyen muchos factores subjetivos, como la educación y competencias de los evaluadores, su experiencia, sus estándares culturales, sus valores, su orientación lingüística, etc.
¿Es posible hacer evaluaciones objetivas de una traducción?
Una de las principales evaluaciones objetivas tiene un origen subjetivo. Este paso implica que la traducción sea inteligible para el cliente. Si la traducción es hacia el idioma del cliente él podrá evaluar si es inteligible o no. Aunque su evaluación sea subjetiva, sólo él, o los lectores que él representa, son los que pueden evaluar si comprenden los mensajes que se expresan en la traducción. Alguien podría decir que un cliente puede tener problemas de comprensión de lectura, pero es más probable que sea porque el traductor no se esmeró en redactar con mayor claridad (los plazos de entrega muy urgentes, o la presión que un traductor se autoinflinge son la causa principal de problemas como este). En todo caso, éste sólo es un aspecto de la calidad de una traducción.
Otros factores objetivos que pueden ser evaluados por el cliente son los siguientes:
- errores de ortografía
- errores de puntuación
- errores de sintaxis
- errores gramaticales
- no cumplimiento de convenciones o instrucciones
- uso de palabras equivocadas cuyo significado evidentemente no tiene relación con el contexto.
- consistencia en el uso de la terminología a lo largo del texto.
- errores de formato, fuentes y diseño o diagramación.
Mientras más errores tenga un texto, menor será su calidad; sin embargo algunos tipos de errores son críticos y otros tienen una importancia muy inferior. Un lingüista purista será más exigente que uno pragmático, y lo que es crítico para uno puede no serlo para el otro. Con todo, ambos deberían concordar en que si un error modifica el sentido de una frase (el mensaje), es un error mayor. Si un error puede causar conflictos legales, daño a la salud o problemas de seguridad, es un error crítico. Todo lo demás podría ser tolerable. Sin embargo, y aunque tal vez no se pueda clasificar como crítico, un texto cuyo sintaxis hace necesario volver atrás para tener una adecuada comprensión, a la larga puede ser difícil de tolerar, y por lo tanto puede no cumplir su objetivo.
Las mediciones cuantitativas de calidad tratan de determinar un índice o indicador de calidad, el cuál puede ser útil para hacer comparaciones entre traducciones (como en la evaluación de traductores), pero no permiten determinar si una traducción es buena o mala, ya que no se puede establecer un valor bajo el cual una traducción deja de ser buena, es decir deja de cumplir su objetivo o lo que se conoce como “aptitud de uso o aptitud para su fin” (Fitness for use). Al final, la calidad de una traducción es un asunto subjetivo, y mientras menos evaluadores más subjetivo es.
¿Las convenciones idiomáticas son inmutables?
Cuando las convenciones idiomáticas del idioma de origen son distintas a las del idioma hacia el que se debe traducir, por lo general, uno debería respetar las convenciones del público lector de la traducción. Sin embargo, en algunos casos las convenciones de origen pueden traer un mensaje implícito, especialmente los textos de carácter publicitario y los textos para sitios web, donde las transgresiones a las normas son una forma de atraer la atención hacia palabras o mensajes claves. Por esto la evaluación de las convenciones debe hacerse dentro del contexto de origen, pero considerando al público lector. (ver ¿Las convenciones idiomáticas son inmutables?)
¿Se puede usar el corrector gramatical de Word para evaluar un texto?
A grosso modo sí, pero sólo si uno usa la cabeza también, porque, como toda máquina, Word no piensa.
Como botón de ejemplo:
“Mientras más errores tenga un texto, menor será su calidad”. Según el corrector de Word en esta frase debería colocarse el término “tengan” en vez de “tenga” (Debe existir concordancia de número entre el sujeto y el verbo de una oración.)
El problema radica en que la máquina no reconoce que el sujeto de esta frase no es “errores” (plural), sino “texto” (singular), y es el texto el que puede tener errores, no “que los errores tengan texto”.
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(1) Language and Machines, Computers in translationand linguistics. Automatic Language Processing Advisory Committee, National Academy of Sciences, Wash. 1967. (www.nap.edu/openbook.php?record_id=9547&page=67)
(2) Norma de calidad UNE EN-15038:2006. www.en-15038.com/
(2) Norma de calidad UNE EN-15038:2006. www.en-15038.com/
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