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sexta-feira, 4 de junho de 2021

LA MEJOR HISTORIA DE DON QUIJOTE

Por Alejandra Fonseca junio 4, 2021 en www.lajornadadeoriente.com.mx Son 140 idiomas en los que se lee la obra Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, cuya primera impresión fue hace 417 años en la casa de Juan de la Cuesta en Madrid, España. Ahora les voy a platicar la encantadora historia de cómo esta obra fue traducida al mandarín clásico, y esa versión, ahora retraducida al español. Cuenta la leyenda que a principios del siglo pasado el célebre letrado chino, pintor y dibujante, Lin Shu, no conocía el idioma español ni otra lengua occidental, pero con el objetivo de difundir las grandes obras de Occidente accesibles solo a las élites intelectuales conocedoras de las lenguas y con posibilidades de viajar, puso manos a la obra para traducir el Don Quijote al mandarín clásico, Chen Jialin, amigo de Lin Shu, había leído la obra en inglés en una distorsionada traducción, y a petición de Lin Shu se la fue relatando en mandarín coloquial para que éste la escribiera en mandarín clásico: ¡genial! del español antiguo, a la traducción en inglés que leyó un chino que hablaba mandarín coloquial, se la platicó a otro chino para que la escribiera en mandarín clásico. Y así, en 1922, nació la primera traducción al chino de la obra de Miguel de Cervantes Saavedra. Ahí les va la historia completa: Lin Shu era un setentón muy activo y longevo, apasionado de la escritura y el dibujo, que operaba la “fábrica de escritura”, práctica muy utilizada por los traductores durante los siglos 19 y 20 en China; consistía en colaborar con personas entrenadas en alguna lengua extranjera para q le narraran obras importantes y él los escribiera en mandarín clásico a la vez de ilustrarlas. Así en un período de 20 años Lin Shu publicó cerca de 180 libros y gracias a su labor, autores como Tolstoi y Dickens, entre otros, llegaron a lectores chinos. En el caso de Don Quijote, Lin Shu se encerró en su estudio con Chen Jialin y mientras éste se lo narraba, simultáneamente él, en una mesa escribía y en otra, pintaba, ¡era genial! Después de un tiempo el libro fue publicado bajo el título “Historia del caballero encantado”, la última de las grandes obras que Lin Shu tradujo antes de morir, que fue un éxito, y en menos de 10 años la editorial imprimió otras 2 ediciones. Hoy, la tuerca da una nueva vuelta: no me la van a creer: el libro de Lin Shu en chino ha sido traducido al español por Alicia Relinque, sinóloga de la U. de Granada en España quien confiesa: “Lo que más me sorprendió es que este libro se pareciera tanto al Quijote original; esperábamos que fuera muy diferente, que sencillamente hubiera tomado al personaje de don Quijote como excusa, que hubiera puesto alguna que otra cosa más, pero no que fuera tan fiel a lo que son las historias. En la versión china, Don Quijote es en ocasiones un personaje ridículo, como en el libro de Cervantes, pero es más digno. De algún modo Lin Shu es un poco menos cruel con don Quijote. Este texto tiene 2 diferencias sustanciales derivadas de errores de traducción: una es el vínculo entre don Quijote y Sancho Panza ya que en inglés la palabra master, significa amo y maestro, lo que los lleva al terreno de maestro-discípulo, muy confuciano, y así Sancho se convierte en un discípulo que quiere aprender de su maestro, a diferencia del rol de criado que asume en la versión original. La 2ª es que uno de los amigos del caballero andante, que en la novela española es un cura, en la China se transforma en médico porque una versión inglesa traduce cura como curate y el amigo de Lin Shu lo interpretó como ‘alguien que curaba’, y entonces lo llaman ‘el médico’, posición de un ser más racional. Hay giros sutiles como que Rocinante se convierte en un caballo veloz y que las mujeres huelen a flor de loto. Aunque en la actualidad pueda parecernos una aberración que una persona, por más culta y letrada que sea, traduzca una obra escrita en una lengua que desconoce, en la China del siglo XIX y XX era la única manera de hacer llegar buenas obras al pueblo chino en su idioma; A decir de la autora de la traducción: “aunque no tenga punto de comparación con el original, Lin Shu escribía muy bien; su prosa clásica era muy elegante, su estilo es muy gustado en chino clásico, lo que hace que ésta obra sea una verdadera y valiosa joya, con bellísimos dibujos de Lin Shu, que ahora nos llega de revire en español. alefonse@hotmail.com

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