Se trata de una denominación descriptiva que alude a aquellos fenómenos avistados cuya naturaleza es desconocida y de los que aún no se ha encontrado una explicación, con independencia de su origen. Por ello, no resulta adecuado tratarla como si fuera un nombre propio, con mayúscula. Originalmente se llamaron fenómenos aéreos no identificados, pero más recientemente se está dando preferencia a la variante con anómalos para incluir también, por ejemplo, los sumergidos. La sigla es FANI, íntegramente en mayúscula y con plural invariable en la forma escrita. No obstante, si llegara a lexicalizarse, como ha ocurrido con ovni, resultaría admisible fani, con el plural fanis. En cualquier caso, no es Fani, solo con la inicial mayúscula. |
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