Según se recoge en el Diccionario panhispánico de dudas, el verbo invertir significa, entre otras cosas, ‘emplear [dinero o tiempo] en algo’. Así pues, con ese sentido, el complemento directo (es decir, lo invertido), que habitualmente se omite por consabido, es siempre el dinero o el tiempo que se destina a un fin o a una empresa. De este modo, no es apropiado utilizar el participio invertido para referirse al destinatario de los recursos, como ocurre en empresa invertida o negocio invertido, ya que solo puede aplicarse a aquello que se invierte («Se arrepiente de las horas invertidas en ese proyecto», «Tiene todo su dinero invertido en acciones»). Igualmente, cuando invertir se emplea en una oración pasiva, el sujeto no puede ser quien recibe el dinero, por lo que no son adecuadas frases como «La empresa fue invertida por la misma compañía». En estos casos, puede optarse por reconstruir la oración con fórmulas como empresa en la que se invierte, por ejemplo. |
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