El prefijo anti- significa ‘opuesto o contrario’; así, un producto antienvejecimiento es aquel que lucha contra el envejecimiento. Dado que este tipo de tratamientos no actúan contra la edad, sino contra sus efectos, el adjetivo más apropiado es antienvejecimiento, no antiedad. Aun así, esta última voz está ya asentada y recogida en algunas obras, como el Diccionario del español actual, de Seco, Andrés y Ramos, y no se considera inadecuada. Asimismo, se puede optar por otras opciones en función del contexto exacto, como rejuvenecedor o, si se lucha específicamente contra las arrugas, antiarrugas. |
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