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terça-feira, 1 de julho de 2014

LA PALABRA EN LA CULTURA JUDÍA


La palabra en la cultura judía y cómo sobrevivir a la religión

Amos Oz y Fania Oz-Salzberger reflexionan en un libro sobre la relación entre escritos y vida

 Madrid- El País











La escritora e historiadora israelí Fania Oz-Salzberger. / ÁLVARO GARCÍA (EL PAÍS)
Dios es una palabra, y la palabra es dios. Cuatro años tenía Fania Oz-Salzberger cuando descubrió esto sin ser consciente de ello ni de saber sus resonancias en la historia de su pueblo y su cultura, la judía, tan marcada por la religión. Fue cuando leyó la primera palabra: Chocolate. Supo de la importancia de la palabra en su cultura de tal manera que “la nuestra no es una línea de sangre, sino de texto”, afirma esta historiadora que acaba de publicar, en compañía de su padre Amos Oz, el libro Los judíos y las palabras (Siruela). Dos personas no creyentes que responden así a quienes aseguran que no existe la cultura judía. Es más, para ella, y para su padre, todas las culturas pueden sobrevivir después de este momento posreligioso, laico. E ir más allá del uso político.
Ese es parte del secreto de la unidad de la cultura del pueblo judío y de la armonía con el curso de su historia, recogida, retratada o reflejada, a través de los libros centenarios, llámense Biblia, Talmud o Tora, e incluso cualquier obra literaria de autores contemporáneos como Philip Roth o el mismo Amos Oz. En todas esas personas la palabra es como dios, por lo contado, por lo escrito, por lo leído y vuelto a contar en una espiral infinita que convierte vida y tradición en arte literario, escrito y oral.
El libro recorre más de 5.000 años de historia literaria, cultural y social, desde textos originarios, pasando por la Biblia y el Talmud, hasta escritores contemporáneos
El ADN lingüístico y fonético de los judíos trasciende el componente genético y religioso, según Oz-Salzberger. La continuidad biológica no es posible, agrega la historiadora, porque su pueblo ha vivido tantos desastres que ese linaje se ha perdido y en cambio sí son descendientes de una comunidad literaria. “Yo desciendo de una familia sefardí pero no sé dónde está el resto de mis antepasados”, cuenta. En cambio,reivindica y se declara “hija textual” de unos autores, bibliotecarios y descendientes del Talmud y de aquellas mujeres y hombres que escribieron en hebreo y sobre el judaísmo.La palabra crea al mundo y ayuda a moldear la identidad de las personas. En este ensayo, añade, hay tres elementos clave: “Explica el milagro de la cultura judía y explica cómo todas la culturas pueden sobrevivir después del elemento religioso y muestra parte de ese secreto de educación a los hijos donde todo niño judío sabe leer”. Una obra que, más que un eslabón entre la tradición y el presente, crea un diálogo no solo judío, “sino también laico, liberal, moderno, globalizado y on-line que utiliza de manera creativa para la propia cultura”.
Y es aquí donde religión, palabra y texto se trenzan impregnados de política. El tipo de nación que ahora tienen los judíos, aclara la historiadora, no es el nacionalismo del siglo XIX o de comienzos del XX, porque es una nación basada en el texto. “Pertenecemos”, asegura, “a la tierra de Israel pero también a los judíos a través de los textos. Por eso mi padre y yo hemos debatido sobre la teoría de que nuestro pueblo no existe y es solo una religión, pero no es solo eso: somos parte de una nación antigua y pertenecemos, también, a la nación de Israel”.
Ese es el sionismo textual, por así decirlo, que declara la escritora. “No viene del concepto territorial. Por eso estoy más que dispuesta a compartir mi tierra con otra gente, como los palestinos. No necesito toda la tierra. Mi hogar es mi biblioteca y estoy dispuesta a compartir mi biblioteca con todo el mundo. Es una política que en Israel la gente desaprueba”.
Mi padre y yo hemos debatido sobre la teoría de que nuestro pueblo no existe y es solo una religión, pero no es solo eso: somos parte de una nación antigua y pertenecemos, también, a la nación de Israel
Pero más allá de la fuerza y la potencia religiosa en el pueblo judío, Oz-Salzberger recuerda que la Biblia trata también sobre el Estado de derecho, la justicia social, los deberes de la gente hacia los menos favorecidos. No se trata, asegura, “tan solo en Israel de la ultraderecha religiosa que utiliza el Talmud o la Biblia de apoyo, sino que también es poderoso para la izquierda liberal, para los socialdemócratas; incluso para los no religiosos como yo que podemos usar la Biblia como un texto visto desde la perspectiva social actual”.
Mientras en el resto de culturas la línea suele ser padres-historias-hijos; en Israel el concepto de transmisión es un poco diferente: padres-historias-libros-hijos. En los judíos la llegada a ese paraíso léxico-textual empieza cuando son muy pequeños como le ocurrió a Fania Oz-Salzberger. Chocolate fue la primera palabra que leyó. Estaba en el papel que envolvía una chocolatina, y esa chocolatina fue su recompensa por entrar en el reino de las palabras y continuar la tradición milenaria judía de premiar, endulzar, con golosinas a los niños tras leer su primera palabra.
A partir de ahí, todo para los niños son letras que arman la historia y la cultura y donde más que respuestas se fomentan las preguntas, cuenta entusiasta la historiadora. Debatir, cuestionar, polemizar y preguntar. El libro es un ejemplo de ello, el diálogo palpitante, y una gran lección de historia y literatura, entre un padre y su hija, entre un escritor y una historiadora. Dos personas convencidas de que, dice ella, “si uno ya no cree en Dios no puede decir que Dios nos ha creado, pero sí que las palabas nos crean”

FUTBOLÍN


    en El País - España

Poeta, pícaro e inventor del futbolín

El querido futbolín surgió de las carencias de una guerra, de la imaginación de un gallego salido de una pieza quevedesca


Cuando el fútbol se termine, nos queda el refugio del futbolín. Así, más o menos, empezó este juego que permite ganar y saber perder.
Un poco antes de la sublevación franquista del 18 de julio, el joven Alejandro Campos Ramírez, hijo de zapatero gallego arruinado, superviviente en varios trabajos en un Madrid de días convulsos, crea con 16 años, en compañía de otros jóvenes, una revista de corta vida que pretendía ser “grito de rebeldía de valores anónimos. Periódico iconoclasta y reunión de idealistas prácticos”. Todo un poco confuso como tantas cosas en su vida.
El joven ha conocido a León Felipe con el que organiza su “presentación” madrileña en el Teatro de la Comedia. Herido en un bombardeo es evacuado a Valencia y después al hospital de sangre de la Colonia Puig, en Montserrat. El juego más popular ya era el fútbol y en aquella colonia había muchachos mutilados que, imposibilitados de jugar, miraban con tristeza el juego de sus compañeros. Es entonces cuando Alejandro, con Javier Altuna, un compañero carpintero, inventa el primer fútbol de mesa español.
El querido futbolín surgió de las carencias de una guerra, de la imaginación de un joven gallego que parecía salido de una pieza quevedesca. Un superviviente que vivió burlándose de toda adversidad. No fue el único invento de este aventurero de renovadas artes picarescas. En sus tiempos de convaleciente también inventó, dicen que por amor a una cantante, el pasahojas de partituras accionado con el pie. Rocambolescas historias de pérdidas, tormentas y otras aventuras hacen que no conserve las patentes de sus inventos, pero por su arte, entre caballeresco y truhanesco, en saber reivindicar sus “derechos”, los que en Francia estaban explotando el pasahojas, terminan por darle un dinero con el que llegó a América. Antes sufre cuatro años de cautiverio en Marruecos. Liberado se dedicó a recorrer la España franquista como juglar ya con el nombre de Alejandro Finisterre.
Inventor de su propio personaje hay que seguir su historia como un relato de ficción entre la realidad y la fantasmada. En París trabaja con Bacarisse en la radio y con Gasset en la redacción de España Republicana. Su espíritu le empuja a vivir la aventura americana. En Ecuador funda una revista de “poesía universal”. Al cabo de unos años lo encontramos en la Guatemala democrática de principios de los cincuenta. Con las excelentes maderas guatemaltecas patenta el baloncesto de mesa y reinventa un futbolín muy diferente a aquel primero y rudimentario. Su penúltimo destino sería México, donde le acogió León Felipe.
En los setenta volvió a España, vivió entre Aranda de Duero, El Escorial, Madrid y Zamora. El editor Chus Visor lo recuerda paseando elegante y en compañía de las cenizas de su mujer en una urna que siempre llevaba consigo. Deberían ser de su primera mujer porque recordamos a su mujer viva y rotunda, mexicana y cantante de ópera. Los jugadores de futbolín seguiremos agradecidos a este hombre contradictorio que supo vivir como si la vida fuera un juego muy serio y la rivalidad un entretenimiento. Metió muchos goles.

JULIO CASARES SANCHEZ

 

50 años del fallecimiento del académico 

y  creador del «Diccionario ideológico de 

la  lengua española»

 |  
XORNAL GALICIA (ESPAÑA)

El Diccionario ideológico de la lengua española de Julio Casares ofrece al usuario un completo vocabulario de más de 80 000 palabras.



 Xornal de Galicia |

El Diccionario ideológico de la lengua española de Julio Casares ofrece al usuario un completo vocabulario de más de 80.000 palabras.

Este diccionario se preocupa por cómo se transforma el pensamiento en lenguaje, centrándose especialmente en los significados de las palabras y las expresiones del idioma.

Su publicación en 1942 fue el inicio de un rumbo diferente en cuanto a la utilización del diccionario. Ahora, la Editorial Gredos recupera la última edición de este clásico que sigue siendo reflejo del fondo estable de la lengua culta y literia española.

Tal y como figura en la portada del Diccionario este tiene un doble próposito, el cual se refleja en el lema "Desde la idea a la palabra; desde la palabra a la idea". Y es que quien consulte el Diccionario ideológico de la lengua española puede, no sólo buscar los sentidos que desconoce, como en el resto de diccionarios (función descodificadora), sino también llegar a la voz o la frase que necesita para realizar determinado acto expresivo a partir de conceptos generales o de términos afines (función codificadora).

De esta forma, la obra se divide en tres partes:
Parte «sinóptica» en la que se presenta una clasificación de la realidad -arbitraria, según su autor- en la que se establecen dos mil campos semánticos dentro de los cuales se distribuye la totalidad del léxico.
Parte «analógica» constituida por series de voces y frases relacionadas por afinidad de significado.
Parte «alfabética» que presenta la disposición habitual de los diccionarios con entradas ordenadas alfabéticamente y sus definiciones.

Julio Casares Sánchez (Granada, 1877 - Madrid, 1964)
Fue filólogo y diplomático. Sus vastos conocimientos lingüísticos lo llevaron a desarrollar una importante carrera como jefe de interpretación de lenguas en el Ministerio de Estado y delegado español de la Sociedad de Naciones. Nombrado miembro de la Real Academia Española en 1919 y secretario perpetuo a partir de 1939, Casares es uno de los nombres más importantes de la lexicografía española. Es autor del manual de referencia Introducción a la lexicografía moderna (1950) y de numerosos estudios sobre lengua y literatura, así como de este Diccionario ideológico de la lengua española, obra por la que es y será recordado.

LA LENGUA VIVA

  

A Rubalcaba que 


huye, puente de plata



 en Libertad Digital.





Él mismo lo ha dicho: "En España se entierra como nadie". Es decir, dimite un alto cargo (cosa insólita, la verdad) y todos se prestan a ensalzar lo bueno que es, lo admirable que ha sido su postura, lo brillante que ha sido su carrera. No seré yo quien se una a ese coro de alabanzas post mortem política.
Comprendo que Rubalcaba fue un buen atleta en las competiciones universitarias de su tiempo juvenil, pero, como político, ha sido nefasto para la salud pública. Destrozó el sistema de enseñanza en la edad obligatoria, se aprovechó vilmente de la matanza terrorista de Atocha y pasteleó con la ETA. Al final, destrozó a su partido. El único mérito es que no se le conocen casos de corrupción. Ya es triste decir una cosa así.
Pero no es el juicio político lo que a mí me corresponde. Es el gesto de decir con toda naturalidad que, después de un par de décadas en la política activa, se vuelve a la universidad. Es asombroso, nadie ha criticado esa acción, que a mí me resulta vituperable. Es una afrenta a mi universidad, por otra parte, tan maltrecha la pobre. Por eso no llama la atención la desvergüenza de decir que se vuelve tranquilamente a la Universidad. Vamos a ver. Durante los últimos dos decenios, ¿qué ha hecho Rubalcaba en el plano de su disciplina, la Química Orgánica? ¿Qué trabajos académicos ha dirigido, cuántos libros ha escrito, qué contribuciones científicas ha firmado? Eso es lo que tendría que decir públicamente para poder reincorporarse con dignidad a su cátedra. Si se me permite la comparación, a mí hace años que ya no me permiten dar clases por haber cumplido la edad reglamentaria. Pero en los dos últimos decenios he publicado docenas de libros, he sido profesor visitante en universidades norteamericanas, he dado cientos de conferencias. Dejo aparte los miles de artículos y las intervenciones en los medios.
Considero una infamia que se pueda uno reintegrar a la Universidadsin haber acumulado ningún mérito intelectual. Ya sé lo que me van a decir. "Total, qué más da, si la Universidad Complutense no es ni sombra de lo que fue". Es cierto. La mejor prueba es que mi crítica quedará como una rabieta personal.
Citaré un caso egregio para que nos sirva de lección. En 1969 Henry Kissinger era catedrático de Relaciones Internacionales en Harvard. Le dieron una excedencia por cuatro años para que fuera a ocupar el cargo de secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores) con el presidente Nixon. Después de lo cual podría volver a su puesto, teniendo en cuenta que esa cargo le iba a servir de prácticas para las explicaciones de su cátedra. Aun así, el profesor Kissinger publicó algunos excelentes artículos sobre su especialidad. Pero le cogió gusto al cargo y se reenganchó otros cuatro años con el presidente Ford. En 1971 terminó su experiencia como político y determinó volverse a su cátedra. En Harvard le dijeron que lo sentían mucho, pero que ocho años habían superado el permiso. Así que el todopoderoso Kissinger tuvo que abandonar el alma máter, a pesar de haber acumulado una notable experiencia en su campo de las relaciones internacionales. Como compensación lo nombraron rector de la Universidad de Georgetown, un cargo político, que en los Estados Unidos se piensa más como empresario para obtener fondos. Irónicamente, la Universidad de Georgetown es de los jesuitas. No hace falta decir que Kissinger es judío y alemán de nacimiento. Por eso no pudo ser candidato a la presidencia de los Estados Unidos.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

Agencia EFEFundéu - BBVA
FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

chikunguña, con 


minúscula y con eñe

Recomendación urgente del día

Chikunguña, con ñ, es una adaptación adecuada para la palabrachikungunya, que designa a un virus que provoca la fiebre o enfermedad del mismo nombre.
En los medios informativos se aprecia vacilación respecto a la grafía de esta enfermedad: «Alerta en México por la inminente llegada del virus Chikungunya», «El transmisor del chicungunya es el mismo que el del dengue» o «¿Cómo reconocer los síntomas de la fiebre chikungunya?».
La palabra procede, al parecer, del idioma makonde, hablado en el sureste de Tanzania y en el norte de Mozambique, significa ‘hombre que se dobla’ y se aplica a esta enfermedad debido a que esta se caracteriza por fuertes dolores en las articulaciones.
La adaptación del término original a chikunguña es apropiada porque la secuencia ny se pronuncia en este caso con un sonido similar al de la ñ del español. Asimismo, se recomienda mantener la k, que, como señala la Ortografía de la lengua españolaestá presente en numerosos préstamos de muy diverso origen (bikini, kiwi, ukelele, kamikaze…). No obstante, la grafía chicunguña no puede considerarse incorrecta.
Se recuerda además que se trata de un nombre común, tanto cuando se utiliza aisladamente (chikunguña) como cuando forma parte del nombre de la fiebre o la enfermedad (fiebre/enfermedad del chikunguña), por lo que lo adecuado es escribirlo en minúscula.
Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Alerta en México por la inminente llegada del virus chikunguña», «El transmisor del chikunguña es el mismo que el del dengue» y «¿Cómo reconocer los síntomas de la fiebre chikunguña?».

segunda-feira, 30 de junho de 2014

LA LENGUA VIVA


La lengua, motivo 


de 


deleite y discusión


 en Libertad Digital - España



Sobre el asunto de los carteles divertidos Teresa Piedrafita me envía algunas gemas dignas de ser engastadas en esta seccioncilla:
  • Mujer con tierras busca hombre con tractor. Imprescindible foto del tractor.
  • Por favor, no pasar. Si no sabe leer, pregunte en la boletería. Gracias.
  • Se necesita empleada medio tiempo que no sepa hacer nada. Pero que obedezca.
  • Salida de camiones (sobre una puerta pequeña).
  • Reparación y mantenimiento. Podemos reparar cualquier cosa. Toque fuerte en la puerta; el timbre no funciona.
  • Oferta. Camiseta de algodón, colores lisos. Una: 6€. Dos: 15€.
  • Parahaceteelamol. Venta exclusiva en farmacias. La veldadera viagra cubana.
Juan José Carballal, a propósito del cartel "Se prohíbe bajar en el ascensor", recuerda otro tradicional, muchas veces impreso: "No funciona". O mejor, "No funciona por falta de fluido". Es cierto, en los años de mi niñez "se iba la luz" muy a menudo. Decían que era por la sequía. En nuestra era electrónica hay un cartel en los ascensores más rutilantes que reza: "En caso de emergencia, no utilicen el ascensor, bajen por las escaleras". Tengo un amigo con lesión lumbar que necesita ir siempre en una silla de ruedas. El hombre es muy activo, conduce su coche y se mete en todas partes. Pero cuando llega a ese cartelito de la emergencia en el ascensor se cabrea. Con toda la razón.
José Miguel González Villena tiene la amabilidad de enviarme una lista de erratas de mi último libro, Hablando pronto y mal. Como si dijéramos, el cazador cazado. Agradezco mucho el detalle. Solo me consuela que el Quijote también salió con erratas, solo que entonces no había corrector automático.
Félix Pérez Villega se pregunta por qué tenemos que cambiar losordinales al pasar de 10 y hacerlos cardinales. Por ejemplo, "Alfonso décimo y Alfonso trece". Muy sencillo. Es para facilitar las cosas. Los ordinales de números grandes se nos pueden hacer farragosos. Por ejemplo, el ordinal de 4.999 sería "cuatrocientosmilésimononingentésimononagésimonoveno". Como broma puede pasar.
Francisco Moreno Doncel hace una defensa económica de las fiestasde los pueblos y de los barrios. Su argumento es que de esas actividades viven muchas familias. Es correcto. Pero sería un absurdo que hubiera todavía más fiestas (por ejemplo, todos los meses o todas las semanas) para así dar más trabajo a muchas más familias. Entiendo que la función de las fiestas es extraeconómica. Lo criticable es que duren más días de lo normal y, sobre todo, que el presupuesto se cargue a las arcas municipales. Convendría que fueran compatibles con las horas normales de dormir.

EL IDIOMA ESPAÑOL

El español sigue su ascenso 

imparable en el mundo

 |  
LUIS AYLLÓN (ABC.ES)

Más de 500 millones de personas dominan una lengua cada vez más útil en las relaciones comerciales.



Español en el mundoEl interés por el español en el mundo no para de aumentar, lo que muestra la vitalidad de una lengua que ya hablan o estudian en todo el planeta unos 548 millones de personas, según datos del Instituto Cervantes en 2014. La cifra incluye a quienes lo dominan plenamente (unos 470 millones) lo hablan con alguna limitación (más de 58 millones) o están en proceso de aprendizaje (cerca de 20 millones).
Ese aumento es bastante notorio en algunas zonas, como Estados Unidos, donde cada vez la población de origen hispano es mayor, pero también en otras, donde el crecimiento experimentado en la última década ha sido espectacular. Así sucede en Brasil, donde 30 millones de personas tienen el español como segunda lengua, después del portugués. No es ajeno a ese crecimiento el hecho de que los intercambios comerciales del gigante brasileño con sus vecinos de habla hispana y con España mantienen un buen ritmo de crecimiento. Algunas estimaciones indican que el uso del español hizo favorece las relaciones comerciales en un 290%, mientras que el inglés lo hace en un 240%.

LA RECOMENDACIÓN DIARIA

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA resistencia a los antimicrobianos , mejor que  resistencia antimicrobiana   Resistencia a los antimicrobianos , no...