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terça-feira, 31 de agosto de 2010
GOLFO DE MÉXICO
Xavier Pastor:
O impacto do derrame da British Petroleum no Golfo do México pode durar cem anos
Todos sabem que uma notícia jornalística tem uma vida breve.
O derrame de petróleo da British Petroleum já foi controlado, e não ocupa hoje os titulares dos jornais nem é notícia nos
programas informativos da TV. Mas isso não neutraliza os efeitos poluentes do acontecido.
Xavier Pastor, diretor de Oceana, nos conta hoje, quais são as primeiras conseqüências deste lamentável acontecimento.
É bom para nós, no Brasil, conhecer as circunstancias e conseqüências para poder exigir precauções na exploração do Pré-sal
que preservem nossas praias e nossa fauna marítima.
Sempre é bom aprender dos erros alheios. (para que não se repitam)
▬ Por Fundação PROhumana - 27 Agosto, 2010
ShareEfeverde entrevista o diretor em Europa de Oceana, a maior organização internacional que se foca
na conservação dos oceanos, a proteção dos ecos-sistemas marinhos e as espécies marinhas ameaçadas.
Agora se encontra numa expedição no Golfo de México, e estes são alguns de suas análises.
O impacto ambiental do derrame de mais de cinco milhões de barris de petróleo no Golfo do México pode
“fazer-se notar entre os próximos vinte e cem anos”, tem assegurado hoje o oceanógrafo Xavier Pastor,
que dirige uma expedição na zona.
O diretor da organização Oceana em Europa, que se encontra no Golfo de México analisando a área do
derrame, há explicado em resposta a um questionário enviado a EFE que ademais do impacto direto do cru no
hábitat marinho as espécies sofrem a aderência do petróleo em sua pele, a inalação de compostos químicos
e a obstrução das vias respiratórias.
As espécies mais afetadas têm sido os cetáceos, as tartarugas e as aves, devido a que se acercam à superfície
marinha para poder respirar e se alimentar.
Pastor, que chegou ao Golfo a princípios de agosto junto com outros onze científicos de Oceana, visita esta
semana a barra do Mississipi, frente às costas de Lousiana, onde têm visto centos de plataformas petrolíferas
e também barcos de arrasto de pesca de lula numa zona proibida para esta atividade.
O oceanógrafo afirmou que o derrame já não se detecta a simples vista humana, exceto em certas zonas e
marismas do delta do Mississipi.
Neste sentido, há lembrado que um estudo da Universidade de Geórgia calcula nuns 75 por cento o cru
que poderia estar nos fundos marinos.
Há destacado ademais, que existe uma corrente de petróleo submarino de 40 quilômetros de longitude, que se
Inicia no lugar da catástrofe e que se dirige rumo ao sul oeste, a uma profundidade de quase um quilômetro
abaixo da superfície.
“A essas profundidades, a temperatura é de uns quatro graus, o que faz que o petróleo se degrade
a velocidades dez vezes menores que se estivesse na superfície”, explicou Pastor.
Dada a quantidade de petróleo derramado -uns cinco milhões de barris- e a profundidade de 1.500 metros na
qual aconteceu o acidente, os expertos de Oceana calculam que os efeitos do vertido se notarão entre os
próximos 20 e 100 anos.
“Embora cada vertido possua características distintas, um estudo publicado recentemente há revelado que os
marinheiros que limparam parte do vertido do ‘Prestige’ sofreram trocas genéticas e problemas pulmonares
anos depois da catástrofe”.
Ademais, há advertido, a presença duma centena de plataformas petroleiras no Golfo de México incrementa
notavelmente o risco de que volte a acontecer um vazamento.
“O perigo se estende a outras zonas do mundo, como Alaska e a costa leste de Estados Unidos, as do
Mediterrâneo, concretamente as do mar de Alborán e da Comunidade Valenciana, onde existem projetos de
plataformas petrolíferas, igualmente vulneráveis a acidentes”, há afirmado Pastor.
Os integrantes da expedição de Oceana têm utilizado um robô submarino que pode chegar até 300 ou 400
metros e que há permitido documentar a existência de plataformas petrolíferas abandonadas e cobertas por
sedimentos.
O robô também ajudou a que os expertos registrem a presença de campos de rodolitos de maërl
(algas calcárias de muito valor ecológico) em colinas submarinas ao oeste do delta do Mississipi, numa zona de
alimentação de tubarões baleia.
A próxima semana está prevista a chegada dum segundo robô, com que pretendem atingir os mil metros
de profundidade.
Twitter: Oceana
Xavier Pastor:
El impacto del derrame de British Petroleum en Golfo México puede durar cien años
Todos sabemos que una noticia periodística tiene una vida breve.
El derrame de petróleo de la British Petroleum si bien ya fue controlado, no ocupa hoy los titulares de los diarios
ni es noticia en los programas informativos de TV.
Pero eso no neutraliza los efectos contaminantes de lo sucedido.
Xavier Pastor, director de Oceana, nos cuenta hoy, cuales son las primeras consecuencias de éste lamentable
acontecimiento.
Es bueno para nosotros, en Brasil, conocer las circunstancias y consecuencias para poder exigir precauciones en
la explotación del Pre-sal que preserven nuestra playas y nuestra fauna marítima.
Es bueno aprender de los errores ajenos.
Por Fundacion PROhumana - 27 Agosto, 2010
ShareEfeverde entrevista al director en Europa de Oceana, la mayor organización internacional que se centra
en la conservación de los océanos, la protección de los ecosistemas marinos y las especies marinas amenazadas.
Ahora se encuentra en una expedición en el Golfo de México, y estos son algunos de sus análisis.
El impacto ambiental del vertido de más de cinco millones de barriles de petróleo en el Golfo de México puede
“dejarse notar entre los próximos veinte y cien años”, ha asegurado hoy a Efeverde el oceanógrafo Xavier Pastor,
que dirige una expedición en la zona.
El director de la organización Oceana en Europa, que se encuentra en el Golfo de México analizando el área del
vertido, ha explicado en respuesta a un cuestionario enviado a EFE que además del impacto directo del crudo en
el hábitat marino las especies sufren la adherencia del petróleo en su piel, la inhalación de compuestos químicos
y la obstrucción de las vías respiratorias.
Las especies más afectadas han sido los cetáceos, las tortugas y las aves, debido a que se acercan a la superficie
marina para poder respirar y alimentarse.
Pastor, que llegó al Golfo a principios de agosto junto con otros once científicos de Oceana, visita esta semana la
desembocadura del Mississipi, frente a las costas de Lousiana, donde han visto cientos de plataformas petroleras
y también barcos de arrastre de pesca de gamba en una zona prohibida para esta actividad.
El oceanógrafo ha añadido que el vertido ya no se detecta a simple vista humana, excepto en ciertas zonas y
marismas del delta del Mississipi.
En este sentido, ha recordado que un estudio de la Universidad de Georgia calcula en un 75 por ciento el crudo
que podría estar en los fondos marinos.
Ha destacado, asimismo, que hay una corriente de petróleo submarino de 40 kilómetros de longitud, que se
Inicia en el lugar de la catástrofe y que se dirige hacia el suroeste, a una profundidad de casi un kilómetro bajo
la superficie.
“A esas profundidades, la temperatura es de alrededor de cuatro grados, lo que hace que el petróleo se degrade
a velocidades diez veces menores que si estuviese en la superficie”, ha explicado Pastor.
Dada la cantidad de petróleo derramado -unos cinco millones de barriles- y la profundidad de 1.500 metros en
la que ocurrió el accidente, los expertos de Oceana calculan que los efectos del vertido se notarán entre los
próximos 20 y 100 años.
“Aunque cada vertido tiene características distintas, un estudio publicado recientemente ha revelado que los
marineros que limpiaron parte del vertido del ‘Prestige’ sufrieron cambios genéticos y problemas pulmonares
años después de la catástrofe”.
Además, ha advertido, la presencia de un centenar de plataformas petroleras en el Golfo de México incrementa
notablemente el riesgo de que vuelva a suceder un derrame.
“El peligro se extiende a otras zonas del mundo, como Alaska y la costa este de Estados Unidos, las del
Mediterráneo, concretamente las del mar de Alborán y de la Comunidad Valenciana, donde existen proyecto
de
plataformas petrolíferas, igualmente vulnerables a accidentes”, ha afirmado Pastor.
Los integrantes de la expedición de Oceana han utilizado un robot submarino que puede llegar hasta 300 ó 400
metros y que ha permitido documentar la existencia de plataformas petroleras abandonadas y cubiertas por
sedimentos.
El robot también ha ayudado a que los expertos registren la presencia de campos de rodolitos de maërl
(algas calcáreas de mucho valor ecológico) en colinas submarinas al oeste del delta del Misisipi, en una zona de
alimentación de tiburones ballena.
La próxima semana está prevista la llegada de un segundo robot, con el que pretenden alcanzar los mil metros
de profundidad.
Twitter: Oceana
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