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domingo, 18 de agosto de 2013

LA ESQUINA DEL IDIOMA



Piedad Villavicencio Bellolio
pvillavi@eluniverso.com

¡Ey!, ¿por qué esta interjección no está en el Diccionario?

Porque se trata de un anglicismo: procede de «hey». Suele usarse para llamar la atención de alguien e imprimir en la frase diferentes tonos, como disgusto, alegría, sorpresa, desprecio, entre otros.

A no ser que forme parte de una expresión denominativa, su empleo está de más en español, pues este idioma ya tiene interjecciones que transmiten los mismos matices. Por ejemplo, dependiendo del país y del énfasis o efecto que se quiera lograr se pueden usar «eh», «oiga», «che» o «epa», así: ¡Eh!, ¡pero qué linda estás! Oiga, ¡présteme atención! Che, ¿qué hacés?

Una reunión en secreto no se desarrolla «a puertas cerradas»

Esta locución así (en plural) como está en el título se usa para referirse a testamentos y la remisión de la herencia.

A puerta cerrada (en singular) es locución adverbial y se emplea con el significado de ‘secretamente’. También es locución adjetiva y se usa en Derecho para referirse a los juicios y vistas e indicar que solo se permite que estén presentes las partes con sus representantes y defensores.

Por lo tanto, si se quiere expresar el sentido de ‘en secreto’, la locución debe usarse en singular; pues si se dice que la reunión se hará «a puertas cerradas», literalmente se transmitirá que se tratarán asuntos de una herencia o, sobredimensionando el sentido, que esa junta será en una habitación que tiene muchas puertas cerradas.

En fin, antes de la reunión no se preocupe por abrir o cerrar una o más puertas, únicamente préstele atención a la característica de la sesión y el singular o el plural de la locución se impondrá por sí solo.

No hay que confundir estas locuciones con las frases «a puertas» y «por puertas», que indican pobreza extrema.

Esa virgulilla que denota elisión no es un apóstrofe, ¡es un apóstrofo!

«Apóstrofe» es una figura retórica que se usa para hablarle con vehemencia a una persona o cosa personificada: ¡Oh, cielo, qué resplandeciente estás!

También es sinónimo de dicterio o frase que denigra, provoca, ofende o insulta: No escribas tantos apóstrofes, pues perderás credibilidad. Por lo tanto, apostrofar es decir apóstrofes.

«Apóstrofo» es el signo ortográfico ( ’ ) que indica elisión de letras y números. En la actualidad se usa en expresiones de otras lenguas o para reproducir textos antiguos que presentan supresiones de sonidos.

FUENTES: Diccionario de la lengua española (2001) y Ortografía de la lengua española (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; Smart (2006), diccionario de Editorial Océano.

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