América latina quiere ponerle límites
al poder de la Real Academia
Española
Unos títulos en la página del "castellano.org" que me llamaron poderosamente la atención. Uno de ellos, del 16 de junio pasado, expresaba: "Lingista propone una nueva ortografía para el español" y explicaba las diferencias entre los usos americanos y españoles; el otro, del 7 de julio, amenazaba directamente con un "Good bye, RAE", escrito por Miguel Molina Días. El texto del primero -escrito por el lingista Juan Andrés Gualda Gil- resumía el sentir de su libro "Ortografía americana de la lengua española". Es tan interesante la propuesta de ambos que merece la pena leerlos en su original.
Propuesta: nueva ortografía
"Acaba de ver la luz -comenzaba de este modo el primer escrito- el libro "Ortografía americana de la lengua española" del Dr. Juan Andrés Gualda Gil, de quien se ofrece amplia información en la página "ortografiaamericana.blogsspot.com''. El autor llama la atención sobre el hecho de que las normas lingísticas que rigen la lengua española en todo el mundo (450 millones de hablantes) están basadas en el dialecto castellano hablado en el centro y norte de España por solo 30 millones. Las naciones americanas están ya preparadas para tener su propia ortografía, a la cual puede avenirse la RAE. Este libro les da una base científica a las lógicas y sensatas propuestas ortográficas planteadas por Gabriel García Márquez en el Congreso de Zacatecas (...)".
A continuación, el texto original del lingista mediante el cual procura concientizar, sobre todo a los especialistas, respecto de la importancia de su propuesta. En él se destaca la actitud de rebeldía que rezuma en las palabras escritas "antiortográficamente", como una muestra de poder fáctico contra la actitud netamente monárquica. Así lo hicieron Domingo F. Sarmiento y Gabriel García Márquez, cada uno en su tiempo y en su circunstancia, como también otros destacados escritores.
"Hase unos años se han selebrado los bisentenarios de la independensia de los paises hispanoamericanos, pero todavia esa independensia no es total pues no han consegido la linguistica ya qe sus normas, su dicsionario y su ortografia vienen siendo dictados por la antigua metropoli a traves de la RAE (Real Academia Española de la Lengua). A pesar de qe la lengua en America ha experimentado sustansiales cambios y es hablada por unos 420 millones de personas (nada menos qe el 93% de todos los hispanohablantes), las normas linguisticas qe la rijen son las del dialecto castellano hablado tan solo por unos 30 millones en el sentro y norte de España. Es, pues, llegada ya la hora de cambiar para poder disponer de una ortografia autenticamente americana. Esta ortografia americana podria convertirse simplemente en una nueva ortografia de la lengua española si la RAE tuviera el coraje y la consiensia democratica de avenirse a ella, en benefisio de todos los hispanohablantes incluidos los españoles. La RAE es una institusion de marcado espiritu sentralista y tradisionalmente viene desoyendo a las academias americanas. Pensemos qe en el Dicsionario Panhispanico de Dudas el 70% de los "errores" qe se sansionan corresponde a usos americanos. El DRAE deja fuera terminos americanos usados por muchos millones de hablantes y por el contrario incluye peqeños rejionalismos españoles. Las academias americanas no son conssientes de su gran poder y se limitan a segir las directrises de la española pero hay qe recordar qe España ya no es la madre patria de las nasiones americanas sino una nasion hermana mas y qe la lengua ya no es patrimonio de una sola nasion y de una sola academia. La RAE debe democratisarse y asumir qe solo representa al 10% de hispanohablantes y no puede erijirse en directora ni ostentar la maxima autoridad. Afortunadamente poco a poco la RAE va sediendo terreno a las otras academias y asi su director ha declarado qe "los españoles tenemos que aceptar que no somos el centro del idioma".
Chau RAE!?
También hizo su aporte don Andrés Gualda Gil añadiendo credibilidad al texto anterior que podría aparecer como ficticio y hasta como chistoso.
"La lengua castellana está viva. Habita y recorre 35 países, siendo en 20 de ellos el idioma oficial. Una enorme diversidad de acentos, pronunciaciones, localismos y palabras evolucionadas hay en cada uno. Esa es, justamente, su riqueza. El castellano nos pertenece íntimamente a los latinoamericanos. Ya lo dijo el polémico Fernando Vallejo al notar que España tiene algo más de 40 millones de habitantes, mientras la América Latina se habla en 19 naciones con más de 300 millones. Por eso se vuelve impresentable depender de las directrices de la Real Academia de la Lengua. Incluso muchos españoles cuestionan la existencia del sistema monárquico, resulta una paradoja guiarnos por las verdades absolutas de la RAE, la más monárquica y colonialista de las instituciones. El presidente de honor de la Academia es el rey Felipe VI y reglamentariamente es el encargado de presidir las sesiones de incorporación de los nuevos académicos. Sus miembros principales son los 46 académicos de número de nacionalidad española, incluyendo a Vargas Llosa que posee la doble nacionalidad. ¿Quién nos representa? Nadie. Y no nos hace falta. El inglés no tiene una Academia que lo norme. Y sigue allí, limpio y poderoso como cuando Shakespeare lo utilizó para hacerlo más bello. Vallejo acertó al entender que en este punto ya no se puede hablar de "americanismos''. Nuestras palabras se han incorporado con absoluta naturalidad al castellano vivo que usamos. Lo que hay es "españolismos''. Y algunos muy bellos. Guiarnos por la RAE implica sucumbir a ese pensamiento colonial que intenta abrirse paso en el mundo globalizado. El castellano, la maravillosa lengua de Cervantes, García Márquez y Borges, es un territorio libre y no requiere de anquilosadas instituciones para existir".
¿Qué pasará en la realidad?
Evidentemente, las palabras y la pregunta que constituyen el título se erigen como una inquietud en muchos de los hablantes. Quizá de una manera similar -aquellos que no estamos familiarizados con la monarquía- a la que experimentamos con las noticias frescas de la abdicación de Juan Carlos I y la asunción de Felipe VI en España.
Lo que queda claro es la inaceptabilidad de una imposición permanente por parte de un centro unitario, algo que ya ha quedado definitivamente superado, incluso (aunque lenta y parcialmente) en el seno de la RAE. ¿Qué pasara después de todo esto...?
Unos títulos en la página del "castellano.org" que me llamaron poderosamente la atención. Uno de ellos, del 16 de junio pasado, expresaba: "Lingista propone una nueva ortografía para el español" y explicaba las diferencias entre los usos americanos y españoles; el otro, del 7 de julio, amenazaba directamente con un "Good bye, RAE", escrito por Miguel Molina Días. El texto del primero -escrito por el lingista Juan Andrés Gualda Gil- resumía el sentir de su libro "Ortografía americana de la lengua española". Es tan interesante la propuesta de ambos que merece la pena leerlos en su original.
Propuesta: nueva ortografía
"Acaba de ver la luz -comenzaba de este modo el primer escrito- el libro "Ortografía americana de la lengua española" del Dr. Juan Andrés Gualda Gil, de quien se ofrece amplia información en la página "ortografiaamericana.blogsspot.com''. El autor llama la atención sobre el hecho de que las normas lingísticas que rigen la lengua española en todo el mundo (450 millones de hablantes) están basadas en el dialecto castellano hablado en el centro y norte de España por solo 30 millones. Las naciones americanas están ya preparadas para tener su propia ortografía, a la cual puede avenirse la RAE. Este libro les da una base científica a las lógicas y sensatas propuestas ortográficas planteadas por Gabriel García Márquez en el Congreso de Zacatecas (...)".
A continuación, el texto original del lingista mediante el cual procura concientizar, sobre todo a los especialistas, respecto de la importancia de su propuesta. En él se destaca la actitud de rebeldía que rezuma en las palabras escritas "antiortográficamente", como una muestra de poder fáctico contra la actitud netamente monárquica. Así lo hicieron Domingo F. Sarmiento y Gabriel García Márquez, cada uno en su tiempo y en su circunstancia, como también otros destacados escritores.
"Hase unos años se han selebrado los bisentenarios de la independensia de los paises hispanoamericanos, pero todavia esa independensia no es total pues no han consegido la linguistica ya qe sus normas, su dicsionario y su ortografia vienen siendo dictados por la antigua metropoli a traves de la RAE (Real Academia Española de la Lengua). A pesar de qe la lengua en America ha experimentado sustansiales cambios y es hablada por unos 420 millones de personas (nada menos qe el 93% de todos los hispanohablantes), las normas linguisticas qe la rijen son las del dialecto castellano hablado tan solo por unos 30 millones en el sentro y norte de España. Es, pues, llegada ya la hora de cambiar para poder disponer de una ortografia autenticamente americana. Esta ortografia americana podria convertirse simplemente en una nueva ortografia de la lengua española si la RAE tuviera el coraje y la consiensia democratica de avenirse a ella, en benefisio de todos los hispanohablantes incluidos los españoles. La RAE es una institusion de marcado espiritu sentralista y tradisionalmente viene desoyendo a las academias americanas. Pensemos qe en el Dicsionario Panhispanico de Dudas el 70% de los "errores" qe se sansionan corresponde a usos americanos. El DRAE deja fuera terminos americanos usados por muchos millones de hablantes y por el contrario incluye peqeños rejionalismos españoles. Las academias americanas no son conssientes de su gran poder y se limitan a segir las directrises de la española pero hay qe recordar qe España ya no es la madre patria de las nasiones americanas sino una nasion hermana mas y qe la lengua ya no es patrimonio de una sola nasion y de una sola academia. La RAE debe democratisarse y asumir qe solo representa al 10% de hispanohablantes y no puede erijirse en directora ni ostentar la maxima autoridad. Afortunadamente poco a poco la RAE va sediendo terreno a las otras academias y asi su director ha declarado qe "los españoles tenemos que aceptar que no somos el centro del idioma".
Chau RAE!?
También hizo su aporte don Andrés Gualda Gil añadiendo credibilidad al texto anterior que podría aparecer como ficticio y hasta como chistoso.
"La lengua castellana está viva. Habita y recorre 35 países, siendo en 20 de ellos el idioma oficial. Una enorme diversidad de acentos, pronunciaciones, localismos y palabras evolucionadas hay en cada uno. Esa es, justamente, su riqueza. El castellano nos pertenece íntimamente a los latinoamericanos. Ya lo dijo el polémico Fernando Vallejo al notar que España tiene algo más de 40 millones de habitantes, mientras la América Latina se habla en 19 naciones con más de 300 millones. Por eso se vuelve impresentable depender de las directrices de la Real Academia de la Lengua. Incluso muchos españoles cuestionan la existencia del sistema monárquico, resulta una paradoja guiarnos por las verdades absolutas de la RAE, la más monárquica y colonialista de las instituciones. El presidente de honor de la Academia es el rey Felipe VI y reglamentariamente es el encargado de presidir las sesiones de incorporación de los nuevos académicos. Sus miembros principales son los 46 académicos de número de nacionalidad española, incluyendo a Vargas Llosa que posee la doble nacionalidad. ¿Quién nos representa? Nadie. Y no nos hace falta. El inglés no tiene una Academia que lo norme. Y sigue allí, limpio y poderoso como cuando Shakespeare lo utilizó para hacerlo más bello. Vallejo acertó al entender que en este punto ya no se puede hablar de "americanismos''. Nuestras palabras se han incorporado con absoluta naturalidad al castellano vivo que usamos. Lo que hay es "españolismos''. Y algunos muy bellos. Guiarnos por la RAE implica sucumbir a ese pensamiento colonial que intenta abrirse paso en el mundo globalizado. El castellano, la maravillosa lengua de Cervantes, García Márquez y Borges, es un territorio libre y no requiere de anquilosadas instituciones para existir".
¿Qué pasará en la realidad?
Evidentemente, las palabras y la pregunta que constituyen el título se erigen como una inquietud en muchos de los hablantes. Quizá de una manera similar -aquellos que no estamos familiarizados con la monarquía- a la que experimentamos con las noticias frescas de la abdicación de Juan Carlos I y la asunción de Felipe VI en España.
Lo que queda claro es la inaceptabilidad de una imposición permanente por parte de un centro unitario, algo que ya ha quedado definitivamente superado, incluso (aunque lenta y parcialmente) en el seno de la RAE. ¿Qué pasara después de todo esto...?
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