Hacia el español global
-Miguel de Cervantes y El Quijote de la Mancha.
por Marcos Caría -http://www.latribuna.hn/2015/03/01/hacia-el-espanol-global/
En la presentación del Diccionario Conmemorativo del Tricentenario de la Real Academia Española, 24 de febrero de 2015, Universidad Pedagógica Nacional, Tegucigalpa.
En el año de 1713, intelectuales españoles -once originalmente- congregados alrededor de D. Juan Manuel Fernández Pacheco, Marqués de Villena organizaron, según un modelo francés, una academia literaria que tendría como fines: limpiar el idioma español de falsas adherencias, fijar sus estructuras ortográficas y gramaticales y continuar dándole el esplendor a su literatura ya logrado durante el llamado “siglo de oro”. El año siguiente, 1714, el Rey Felipe V. le otorgó su patrocinio a esta nueva entidad que pasó a denominarse Real Academia Española. Se cumplen de ello trescientos años y en vista de ese proceso, desde su organización hasta su confirmación, este tricentenario se ha celebrado de 2013 a 2014.
De este hito fundacional cabe destacar que, desde sus inicios, la Academia fue una asociación de intelectuales independientes, que luego obtuvieron el respaldo real sin convertirse en una institución del Estado . Si bien existen convenios, como el firmado en Bogotá en 1960, adonde las naciones de habla española a través de sus gobiernos se comprometen a brindarle a sus respectivas academias de la lengua una sede digna y una asignación presupuestaria adecuada, este carácter independiente en relación al Estado se ha seguido manteniendo en España y en las academias correspondientes que se fueron organizando en Latinoamérica.
Un segundo hito, digno de destacar, ocurrió en 1925, al editarse la vigésimo quinta edición del diccionario de la lengua. En dicha edición, se sustituyó el término de lengua castellana que se había venido usando por el de lengua española, que desde entonces ha prevalecido. Cierto es que castellano se le sigue diciendo a nuestro idioma, sobre todo en España, por razones lingüísticas propias de esa nación en cuyo interior se hablan además otras lenguas como el catalán, el eúskadi y el galego. Pero la referencia es a un término genérico como cuando decimos que el inglés (sin especificar de dónde) es el idioma de la tecnología o el francés el de la diplomacia y el alemán el de la filosofía. El español, nombre correcto del idioma, es una lengua que se habla en la península ibérica y en el Continente Americano. De hecho, en la actualidad, solo un 10% de hispanohablantes viven en la península, todo el resto en el Continente Americano. El idioma español es ciertamente un idioma del nuevo mundo, que hermana a la mayor parte de las naciones del nuevo mundo sin que sepa hablar de un idioma argentino, hondureño o para el caso castellano, que dentro del genérico término de español son referentes de su uso en esos lugares.
En 1951, en México, ocurrió el hecho más importante para el actual desarrollo de nuestra lengua y fue la constitución de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). La contribución de ASALE se ha venido intensificando, sobre todo desde la década de los años noventa y se ha hecho patente en la elaboración y edición de obras tan significativas como la Nueva Gramática de la Lengua Española, la Nueva Ortografía, el Diccionario de Americanismos, el Diccionario del Estudiante, El Buen Uso del Español hasta culminar en la edición del Diccionario Conmemorativo del Tricentenario. De forma paralela ASALE ha venido publicando obras emblemáticas que cubren desde Berceo y Quevedo pasando por una edición popular del Quijote hasta Gabriel Mistral, Neruda y Vargas Llosa.
La conducción de la política lingüística del español es dirigida actualmente por ASALE. De ninguna manera se olvida la contribución de la Real Academia Española, casa matriz , que ostenta la presidencia de la Asociación de Academias y que con su experiencia y recursos más el aporte de connotados especialistas permanece como el foco de reunión del conjunto de las academias. Por ello, han abundado en este tricentenario los homenajes a la RAE. La conducción de la política lingüística del español, por otra parte, se viene realizando con criterios pan-hispánicos, esto es, con la opinión, la contribución y el esfuerzo de las veintidós academias integradas en ASALE.
Y así se llega a la edición conmemorativa del tricentenario que trae otra novedad puesto que se abandonó la denominación Diccionario de la Real Academia Española y se la sustituyó por la de Diccionario de la Lengua Española. Este es el diccionario de la lengua común, del español general hablado a uno y otro lado del Atlántico, no es un diccionario surgido de la RAE, desde Madrid. Es el diccionario de la segunda lengua hablada en el mundo por unas 500.000 mil personas que va en aumento y se fortalece cada vez más.
La conducción de ASALE ha obligado a precisar otros conceptos, lo cual se refleja en el Diccionario Conmemorativo. Por ejemplo el concepto de academias correspondientes a la Real Academia Española, como era usual hasta ahora para indicar el carácter derivado de las academias que surgieron fuera de España. Hoy, la RAE tiene, desde luego, la primacía de sus trescientos años pero las otras academias no le son subordinadas y el orden de prelación en que figuran en actos y documentos se establece por su antigüedad, según el año en que las academias americanas fueron fundándose. Así mismo el término americanismo no alude a voces periféricas, desprendidas y puestas en contraste con el español de España sino a voces diferenciadas, creadas y usadas preferentemente en regiones geográficas o nacionales adonde el idioma es hablado. Digno de estudiar es el fenómeno que desde los tiempos coloniales se desarrolla al no escindirse el viejo idioma de Castilla en tantas lenguas como territorios conquistados, manteniéndose esa unidad que posibilita el crecimiento del español. Tan masivo fue y es este movimiento histórico que hoy en día el 80% de todos los términos del idioma pertenecen al lenguaje común quedando el 20% restante para las singularidades propias de países y regiones que en modo alguna perturban al idioma sino más bien lo enriquecen. Es, por ello, un diccionario que conjuga la unidad con la diversidad, la homogeneidad con la singularidad de nuestra lengua.
En la presentación de este Diccionario debemos enfatizar que se trata del trabajo conjunto de las Academias, derivado del consenso entre ellas, así como el cambio hacia un formato más moderno y manejable junto a la tendencia a extender como denominación del Diccionario la sigla DILE (Diccionario de la Lengua Española) en lugar de DRAF (Diccionario de la Real Academia Española). Quedan tareas pendientes, en especial, el problema de completar la armonización del Diccionario con la renovada estructura gramatical incorporada a la “Nueva gramática” que está siendo atendido por los equipos de trabajo de las veintidós academias.
En lo crédito se hace reconocimiento expreso a las comisiones académicas y equipos de apoyo de cada país, a la Fundación Carolina y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo que facilitaron becas para que dichos equipos se integrasen. En la Academia Hondureña de la Lengua, la comisión de asuntos lingüísticos y lexicográficos fue dirigida por el académico D. Ramón Hernández Torres con el puntual y acertado apoyo de especialistas y becarias: María Vargas Gutiérrez, Julio Ventura, Hilcia Hernández, Yanira Durán, Águeda Chávez García y Dina Arely Ríos.
“La lengua que nunca muere” tituló Sergio Ramírez su conferencia en la feria del Libro de Guadalajara, en diciembre de 2014. Y no se mueren “mi Manrique, mi Góngora, mi Garcilaso” como los llamaba Neruda ni mi Darío mi Clementina, mi García Márquez. Somos parte de un todo supra-nacional formidable, el español global, para el cual hemos de mantener la vieja y taxativa responsabilidad de mantenerlo limpio, fijarlo en las nuevas generaciones al educarlas y darle el esplendor propio de las realidades trascendentales.
Nenhum comentário:
Postar um comentário