Corresponsales agudos
Amando de Miguel en Libertad Digital - España
A lo largo de los últimos lustros, en esta seccioncilla de LD he aprendido mucho de mis espontáneos corresponsales. Sus observaciones son especialmente agudas y atrevidas para criticar el falseamiento del lenguaje de los políticos o a veces del pueblo. Todos ellos merecen ser elevados a la dignidad de miembros de la Academia Virtual del Idioma (AVI). Al menos nos hemos hecho amigos a través de la tecla. En algunos casos, elintercambio epistolar ha terminado en quedada (o KDD, que dicen los chicos) en el algún café.
José Luis García-Valdecantos no acaba de convencerse de que el pueblo español castigue por el lenguaje político repleto de lugares comunes.Añado que tampoco parece mal al público que esa misma letanía de lugares comunes la prodiguen los futbolistas o los entrenadores de fútbol. Es más, sospecho que el lenguatrapo acumula prestigio.
Don José Luis ejemplifica muy bien el retorcimiento del politiqués. Para los dirigentes socialistas bastaba que uno de ellos resultara imputado por un juez para que fuera expulsado del partido. Ahora que Chaves y Griñán han sido imputados, redarguyen que la condición es que sean "imputados por un delito". Se pregunta mi corresponsal: "¿Por qué otra cosa puede imputar un juez?". A mi modo de ver las cosas, la simple sospecha de corrupción por parte de un dirigente de un partido debería bastar para ser expulsado. La razón es que los políticos deben mantener una conducta ejemplar. Chaim Lerner (seguidor fiel de LD desde Israel) sugiere que, en lugar de políticos, habría que decir "truchimanes".
Las críticas no son siempre sustantivas o graves. Hay también faltillas divertidas. Por ejemplo, Ignacio Frías ha pillado esta frase de Rajoy: "Vamos con viento en popa". Le recuerda que lo castizo habría sido "vamos viento en popa". La imagen es fácil, pero el problema es que no todos vamos en el mismo barco.
Juan J. Carballal protesta airadamente por la inclusión del verboempoderar en la última versión del Diccionario de la RAE. Es uno de esos neologismos de moda, traído del inglés, para indicar que un colectivo adquiere poder, capacidad de decisión, visibilidad social. Otra queja que hace don Juan es respecto al libro Inventario general de insultos, de Pancracio Celdrán. Comenta irónico: "¡Todo es cultura!". Pues claro que lo es. Hay otros libros más completos del género: el de Juan de Dios Luque y el de Delfín Carbonell. Todavía es más divertida la Enciclopedia del erotismo, de Camilo J. Cela.
Comenta José Antonio Martínez Pons que el personaje que yo describíaaquí, Tomás, "es un gran tipo, pero es una excepción". (Por cierto, certifico que Tomás es un personaje real, no de ficción). Precisamente yo lo resaltaba como excepcional. La observación del mallorquín es que el ideal de muchos jóvenes es "hacer una oposición", porque el funcionario trabaja poco para lo que cobra. Añado que el problema general es que no se difieren fácilmente las gratificaciones, al decir de los psicólogos. Por eso son tan raras las vocaciones científicas. Lo que importa es ganar dinero pronto.
Vicente Fernández de Gamarra me recuerda que entre Madrid y Lisboa solo hay un tren diario, que tarda 10 horas. Hace muchos años escribí sobre "el telón de corcho" que nos separa a los dos países ibéricos. Seguramente no hay dos capitales europeas que se hallen tan cercanas y tan incomunicadas.
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