El pobre uso del lenguaje
Se dice con frecuencia que el idioma español es una lengua muy rica y muy sonora, hasta el punto que resulta difícil aprenderla, porque el vocabulario es muy amplio y el mismo asunto se puede expresar en formas tan variadas, que hace complejo llegar a dominarla.
También se dice que los latinos – incluidos los colombianos- tenemos gran dificultad para concretar cuanto queremos expresar y que de allí resulta la tendencia a hablar muy largo. De ello señalan como una evidencia los discursos e intervenciones de los políticos y otros personajes cuando se dirigen al público.
Paradójicamente se observa hoy , especialmente entre los jóvenes, una tendencia que parece ir al extremo opuesto, y es la reducción del lenguaje a un mínimo de palabras, que algunos relacionan con el uso muy generalizado del Internet y del celular, que obligan a ser breves. Pero, más que eso, pareciera que se opta por un estilo de comunicación que pretende decir mucho con un mínimo de palabras que, no sólo resultan repetitivas, sino que empobrecen el lenguaje y evaden el esfuerzo de análisis.
Ello es muy notorio cuando se trata de calificar, evaluar o emitir conceptos. Para muchos, sus respuestas se reducen a lacónicos: chévere, bacano, tenaz, sobrado, interesante o importante , y lo aplican en forma indiferenciada a cualquier cosa o situación.
Adicionalmente, son respuestas que tienden a cerrar la conversación; no esperan ni dan lugar a comentario del interlocutor. Peor aún , cuando escuchamos con frecuencia presentadores o reporteros de televisión que no sólo utilizan esas expresiones, sino que, además las utilizan mal; por ejemplo, hay quienes reportan sobre “un importante accidente que ocurrió en la carretera y dejó cinco muertos”, o “una inundación tenaz que afectó cien viviendas”.
Tal parece que no se tiene claro que el manejo de un lenguaje rico, amplio y variado, así como la capacidad de análisis, son expresión del nivel cultural que se ha alcanzado y de la inteligencia desarrollada. Por ello, la importancia de estimular entre nuestros jóvenes, el uso correcto del lenguaje, como también el desarrollo de la capacidad para analizar, elaborar y profundizar las ideas y conceptos que emiten, aún sobre cosas que se consideren intrascendentes. Para lograr este propósito, nada mejor que inducir el gusto por la lectura y la conversación inteligente, que representa la mejor forma de comunicarse y entenderse con su entorno.
No se trata de que sea incorrecto utilizar las expresiones anotadas, pero no podemos empobrecer nuestro idioma reduciendo la comunicación a su uso reiterado, aún en condiciones en que resultan fuera de lugar. Tampoco es la forma de superar la tendencia a hablar más de la cuenta, lo que también resulta incorrecto. En consecuencia, es mucho lo que tienen que hacer en este tema, los maestros de escuelas, colegios y universidades; también los padres de familia y, los comunicadores de los diferentes medios que, con frecuencia y maltratan y empobrecen nuestra bella lengua castellana.
Publicada por
MARTHA CRUZ
Nenhum comentário:
Postar um comentário