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quinta-feira, 3 de junho de 2021

ENOLOGÍA: HISTORIA DE UNA PALABRA

El hallazgo de las primeras documentaciones de la voz enología es importante para que poco a poco podamos reconstruir la historia del español del vino Enología: historia de una palabra MIGUEL IBÁÑEZ RODRÍGUEZ * DOCTOR EN FILOLOGÍA. PROFESOR TITULAR DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID Jueves, 3 junio 2021, 02:00 Las primeras documentaciones de la palabra enología son de 1803, tal como se explica en el artículo publicado en Hikma: revista de Traducción (2017). La enología es presentada como la «nueva doctrina» y como el «arte de hacer el vino». Aparecen en la traducción que de L´Art de faire le vin, de Cadet de Vaux, hace el ilustrado navarro Manuel Pedro Sánchez Salvador y Berrio y que se publica en Pamplona en 1803, con el deseo de que las nuevas «luces» lleguen a todos los cosecheros. Su esposa Antonia Rodríguez Barrenechea era de Ezcaray. Y también las encontramos en la pluma de otro ilustrado, Juan Álvarez Guerra, en su traducción del tomo XVI del Cours complet d´agriculture, del Abate Rozier, publicada también en 1803 y de la que se conserva un ejemplar en la Biblioteca de San Millán. Pronto verá la luz, gracias a Cilengua, una edición de dicha traducción y un estudio previo que hemos preparado. Son textos clave para conocer la introducción, a través de la traducción, de la ciencia enológica en España desde Francia donde se había gestado pocos años antes. Miguel Ibáñez fue reconocido ayer por el Gobierno regional con la distinción de 'Riojano Ilustre'. Colaborador habitual de estas páginas, este artículo fue publicado en junio de 2018. La voz enología llega desde el francés œnologie y en estas primeras documentaciones aparece, como suele ser habitual con los extranjerismos, escrita de muy diversas maneras, con grafía vacilante. Manuel P. Sánchez la escribe adaptada al español, pero con mayúscula: Enología, y Juan Álvarez Guerra mantiene en parte la grafía francesa: œnologia. Francisco Carbonell y Bravo en su Arte de hacer el vino, de 1820, la escribe en unos casos con acento, en otros sin acento y en otros en mayúscula: œnológia, œnologia, Œnológia. No aparece en los textos anteriores de referencia en español, entre ellos el más conocido y más reeditado es Agricultura general, de Alonso de Herrera, no lo está tampoco en su edición actualizada 1818. Somos los primeros en dar a conocer este dato. El hallazgo de las primeras documentaciones de la voz enología es importante para que poco a poco podamos reconstruir la historia del español del vino y paralelamente también la historia de la ciencia enológica. La voz enología llega desde el francés œnologie y en las primeras documentaciones aparece escrita de muy diversas maneras, con grafía vacilante No aparece la voz enología en el Diccionario de Autoridades (1726), ni en el Diccionario de Terreros y Pando (1786-1788). El diccionario de la Real Academia la recoge por primera vez en su edición de 1869, en ella se anota enología, ya adaptada a la grafía española, y se define como «el arte de elaborar los vinos». La aparición en un diccionario normativo y general demuestra su plena aceptación. Así aparece definida hasta la edición de 1925 en la que la voz se explica como «conjunto de conocimientos relativos al vino». En la edición de 1939 sufre una pequeña variación: «Conjunto de conocimientos relativos a la elaboración de los vinos». Y dicha definición ha pervivido hasta la edición actual, la de 2014, que la define exactamente igual. Desde 1939 a fecha de hoy los estudios de enología, ya veteranos en muchas universidades, han avanzado mucho, así que no estaría mal que los académicos revisasen la definición. En los últimos años parece que se prefiere la denominación «ciencias de la vid y el vino», para aglutinar también la ampelología. También vemos junto a la voz enología otras derivadas de ella y que hoy no se usan, como la de enologista. Así podemos leer en la traducción de Juan Álvarez Guerra: «Aún no está decidido cuál es la estación más favorable para la poda, porque ni los viñeros ni los œnologistas están de acuerdo entre sí sobre este punto». No coincide plenamente con el enólogo de hoy, pues el enologista en los textos estudiados, es el que sabe y escribe sobre la materia, careciendo de conocimiento práctico. Se dice, por ejemplo, que «los escritos de los œnologistas tienen mil recetas, más o menos buenas, para corregir la acedia de los vinos» y a Chaptal se le llamaba el «príncipe de los enologistas». Fuente:Diario La Rioja - España.

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