Tal como explica la gramática académica, la voz demasiado afecta aquí al adjetivo poco, por lo que funciona como adverbio y, por tanto, es invariable. Puede comprobarse que tiene esta función sustituyendo demasiado por muy, una voz de significado próximo que también es adverbio, como en muy pocas cosas. Idéntico criterio se aplica a los giros demasiado malas y demasiado buenas cuando se especifica que algo es especialmente bueno o malo, aunque en estos casos hay que tener en cuenta el contexto. En «hay demasiadas malas novelas» se expresa que hay más novelas malas de las que debería, por lo que equivale a «hay demasiadas novelas malas», mientras que en «hay demasiado malas novelas», como una variante menos habitual de «hay novelas demasiado malas», se expresa que hay novelas que son excesivamente malas. |
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