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quinta-feira, 26 de março de 2015

CON PERMISO DEL DICCIONARIO

EL ORIGEN DE LOS OFENSAS MÁS POPULARES

El insulto que nació de la epístola de San Pablo

Día 26/03/2015 - 09.37h

El adefesio es un sujeto ridículo y extravagante que viste y se comporta de manera absurda

Hacer el rídiculo no siempre está al alcance de todos. Por mucho empeño que pongas en ello, solo unos pocos «privilegiados» tienen al alcance convertirse en el protagonista indiscutible de todos los dimes y diretes. Sujetos que normalmente no son conscientes de la imagen que proyectan y además no suelen reparar en las advertencias que algunos atrevidos se atreven a darles. Si aún no sabes de que ofensa estamos hablando, no te preocupes, cuando caigas te darás cuenta que en casi cualquier situación o acontecimiento siempre hay un tipo así.
Pancracio Celdrán, autor de «El Gran Libro de los Insultos», publicado por la editorial La Esfera, alude al adefesio como una persona ridícula y extravagante que viste y se conduce de manera absurda, o va hecha una facha; sujeto que habla sin ton ni son y da su opinión sin que nadie se la haya pedido, siendo descabellados sus consejos».
El origen del vocablo está ligado a la historia bíblica, tal y como señala el autor. «Por lo general, se admite la etimología ad Ephesios, alusiva a la epístola de San Pablo a los ciudadanos de aquella ciudad de Asia Menor, Éfeso. Hablar ad efesios es tanto como hablar a la pared, no obtener fruto de un sermón o discurso, o de la explicación de una lección o tema».
Así, la epístola cuenta lo que sucedió el Apóstol, «que hablando a los ciudadanos de Éfeso de los cientos que escuchaban su mensaje sólo unos pocos se aprovecharon de su doctrina mientras los demás se obstinaban en proseguir con el culto a la diosa Diana».
En la obra Viaje a Turquía, del escritor y ensayista español del Renacimiento Cristóbal de Villalón, también atribuido a Andrés Laguna, obra de mediados del XVI, se emplea así el término:
Para mi tengo, (Pedro) que eso es hablar ad efesios, que ni se ha de hacer nada deso, ni habéis de ser oydos.
Una variación del término surge en Santander, donde llamansandifesio a la persona considerada muy fea. Celdrán advierte que el apelativo fue «uso corriente en los siglos XVI y XVII, en los que hablar adefesios es tanto como hablar por hablar, decir tonterías».
Juan Valera emplea el término en su primera novela Pepita Jiménez(1874):
Pues qué, me digo: ¿soy tan adefesio para que mi padre no tema que, a pesar de mi supuesta santidad no pueda enamorar, sin querer, a Pepita?

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